05/05/2024

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Recortes de tradición

06/05/2011
El maestro Lee Huan-chang muestra una de sus obras más complejas, en la que invirtió varios años de esfuerzo. (Fotos de Chen Mei-ling)
Con manos trémulas, el maestro del recorte de papel Lee Huan-chang, toma un par de tijeras y unos trozos de papel rojo. Con un par de dobleces y recortes, nos regala una estrella. En tres recortes, nos presenta con una flor de cerezo.

Lee, de 86 años, habita en un humilde hogar en Nuevo Taipei, repleto de rollos y pilas de cajas con sus obras e información acerca del arte del recorte de papel que ha estado recolectando en los últimos 50 años.

El ahora retirado maestro de escuela llegó a Taiwan proveniente de la provincia de Shandong, China continental, después de la Guerra Civil China en 1949. En la tradicional sociedad agraria en la que creció, los hombres se dedicaban a las labores del campo y las mujeres a las de la casa, especialmente, a la costura. Todas las mujeres de su pueblo eran muy hábiles en el arte del recorte de papel, recuerda Lee.

“En aquéllos tiempos, no había ventanas de vidrio”, explica el maestro. “En su lugar, se empleaba papel blanco cubierto por aceite de tung, que se pegaba en los marcos de madera de las ventanas para detener la nieve y el viento. Pero el color no era atractivo, así que especialmente en el Año Nuevo lunar, la gente acostumbraba agregar patrones cortados de papel como decoración”.

 

Los recortes de papel marcan fechas importantes, como ésta imagen de la danza del dragón para Año Nuevo.

“Mis hermanas, tías y otras mujeres del vecindario eran muy hábiles para cortar, pero no para dibujar; así que yo ayudaba, y de paso, aprendí mucho acerca del recorte de papel gracias a ellas”, recuerda Lee.

Según Lee, la historia de los recortes de papel se remonta a la dinastía Zhou (1100 a 221 a. C.), cuando el rey Cheng hizo la figura de una tortuga para su hermano menor, Tang Shu-yu. “El Emperador cortaba patrones en hojas de oro y plata, y los daba a sus ministros y amigos en el palacio”, explica Lee. “No fue sino hasta la dinastía Han (206 a. C. a 220 d. C.), cuando Cai Lun inventó el papel, el cual finalmente era más disponible para la gente común, que este arte se hizo popular más allá del palacio real”, señala Lee.

Sin embargo, el papel era muy caro y considerado precioso en sus primeros días. En los palacios reales y en las casas nobles fue el pasatiempo por excelencia de las damas de la Corte. El apogeo del recorte de papel, como parte indispensable de las celebraciones folklóricas y otras ocasiones importantes, se dio entre los siglos VII al XIII. De esta forma, el arte del recorte de papel se difundió a Japón, y luego al Medio Oriente y Europa gracias a la Ruta de la Seda.

Del siglo XV a nuestros días, el arte casi experimentó su ocaso debido a las constantes guerras y desastres que sufrió China, rasgada por desórdenes internos e invasiones extranjeras. En medio de dicho entorno, el pueblo no tenía tiempo libre para dedicarlo al estudio de tan refinado y minucioso arte. De allí el valor de que en pequeños reductos de paz, como en la pacífica villa rural de la infancia de Lee, se mantuviera la trémula llama del conocimiento sobre este arte.

Cuando era joven, Lee jamás soñó con que tendría la oportunidad de promover el arte del recorte de papel en Taiwan por muchas décadas. La oportunidad llegó muy casualmente. “Era maestro en la Escuela Primaria Municipal Chung Cheng de Taipei”, recuerda Lee. “Un día, Shao Ting-lan, funcionario de lo que es ahora la Asociación Nacional Cultural, una organización dedicada al renacimiento de la cultura china, vio mis obras en la escuela y me animó a que enseñara este arte, presentando una propuesta con su respectivo presupuesto”, cuenta el maestro.

“El plan consistía en capacitar a los instructores en las escuelas en toda la nación, como los de la Escuela Primaria Da-an, y que ellos transmitieran este conocimiento a sus estudiantes”, relató Lee. “Fue en los años ochenta y noventa. Además, se organizaron cada año competencias para diferentes niveles, así como exhibiciones sobre el arte del recorte de papel”.

 

Lee escogió papel negro para representar estos chilin y fénix, en vez del auspicioso color rojo, como una evocación a los paisajes en tinta china.

El Gobierno de la República de China invirtió en mucha publicidad hacia esta forma artística, lo que generó mucha atención y una explosión de obras innovadoras en este medio. El arte continúa así siendo transmitido de generación en generación.

Según Lee, el recorte de papel artístico puede hacerse con cualquier tipo de papel, aún con trozos pequeños, y hasta con reciclables. No obstante, el papel conocido como “seda de Damasco” es el preferido en Taiwan, debido a la humedad. Este material tiene la propiedad de que sus colores son muy duraderos, y no se destiñen o se ponen amarillentos fácilmente, señala Lee.

Lo más importante en este arte, comenta el maestro, es que uno debe estar calmado y en paz cuando crea una pieza. Lee compara el proceso al mismo que se requiere para tallar el marfil.

Lee devela un rollo de casi dos metros de largo, que muestra una escena en la que se representan diversos dioses chinos. Lee ha trabajado en esta pieza por más de tres años. “Los ojos, las bocas y las manos de los dioses se dañan fácilmente ya que son muy delgados, y por ello requieren de mayor concentración. Debe dejar de trabajar inmediatamente si está de mal humor”, advierte el artista.

Entre las obras más famosas de Lee se encuentran “A lo largo de la ribera del río durante el Festival Ching-ming”, “El sueño de la recámara roja” y “El bote dragón”. Sus contribuciones al arte del recorte de papel han sido reconocidas con un Premio a la Educación y Cultura del Ministerio de Educación en 1979 y el Premio al Patrimonio del Arte Folklórico por parte del Consejo de Asuntos Culturales en 1991. Una sala que exhibe sus obras en el Centro Recreativo para Niños de Taipei fue bautizado con su nombre en 2007.

A pesar de estos honores, Lee advierte que el Gobierno aparentemente le ha dado menos importancia a este arte en esta década. “Los años ochenta y noventa fueron la era dorada para este arte, ya que no solamente en la ciudad de Taipei, sino en toda la nación, había entusiasmo contagioso acerca del recorte de papel”, afirmó Lee.

 

Un par de aves, posadas en un árbol con lotos, obra multicolor en papel recortado.

“Espero que las costumbres populares tales como el recorte de papel vuelvan a atraer la atención como antes”, lamentó Lee. “Después de recibir el Premio al Patrimonio del Arte Folklórico, siento que es mi deber diseminar este arte, y estoy dispuesto a compartir cada habilidad y patrón que conozco”, aseguró Lee.

A pesar de su avanzada edad, Lee todavía enseña el arte a diversos grupos, desde estudiantes de todas las edades a cónyuges de empresarios japoneses.

“El recorte de papel es una forma artística muy sencilla, que requiere solamente de un pedazo de papel y un par de tijeras o una cuchilla”, indica Lee. “Por medio del mismo, puede divertirse y llevar felicidad a otros”, comenta el maestro.

Sentado en su escritorio junto a la ventana, Lee corta precisa y cuidadosamente otra creación. Cada recorte con sus tijeras simboliza su esperanza de transmitir a otros este arte inmemorial.

Adaptado del Taiwan Today por Silvia Villalobos

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