29/04/2024

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Hung Hsien (I)

16/11/1975
Con la familia del General Hsueh Sung, gobernador militar de Luchow, vivía una jóven llamada Hung Hsien (Hilo Rojo). Como era muy versada en los clásicos y escribía muy bien, el General Hsueh la había nombrado su secretaria privada y la había puesto a cargo de documentos y correspondencia. El General estaba especialmente aficionado a ella también por otra razón. Hung Hsien se destacaba también en la música y era capaz de conocer el estado emocional de un músico con sólo oir el tono, de su instrumento.

Un día el General Hsueh invitó a sus oficiales y soldados a una fiesta y ordenó a Hung Hsien que asistiera. Oyendo la música, la jóven notó que algo ocurría al tamborero. "El tamborero está preocupado con algo triste", dijo, "porque el tono de su tambor es triste".

Hsueh Sung tambíén sabía música y se manifestó de acuerdo con Hung Hsien. Llamando al tamborero, lo interrogó.

Temeroso, el hombre respondió: "Mi esposa murió anoche"; y con lágrimas en los ojos añadió: "No me atreví a pedir permiso para no venir, pero no me es posible dominar mi pena al tocar el tambor. Si he ofendido a Su Excelencia, le pido que me perdone". El General inmediatamente le dió permiso para ir al funeral.

Era el período de Chih Teh, enseguida de la revolución de An Lu-shan, y el órden todavía no prevalecía en todas las cosas. A lo largo de los ríos Yangtze y Amarillo reinaba la intranquilidad y se producían combates, pues los jefes militares se desconfiaban mutuamente. Además del General Hsueh Sung, los gobernadores militares más poderosos y destacados eran el General Tien Cheng-tze de Weipo y el General Ling-Hu Chang, de Huachow.

Aunque el Emperador había puesto a Hsueh Sung al frente del nuevo regimiento Chaoyi, con órdenes de establecer su comando en Fuyang para dominar así toda la provincia de Shantung, parecía dudoso que los tres jefes pudieran vivir pacíficamente. El Emperador había procurado relacionarlos por medio de allanzas matrimoniales, mandando que la hija de Hsueh Sung se casara con el hijo de Tien Cheng-tze, y el hijo de Hsueh Sung con la hija de Ling-Hu Chango. Mensajeros y regalos fueron de uno al otro, y existía entre los tres una armonía superficial.

Entonces Tien Cheng-tze cayó enfermo, siendo el mal tiempo la causa de su enfermedad. En el verano se sintió peor. "Si yo pudiera cambiar mi posición con la de Hsueh Sung y trasladarme a Shantung, donde el clima es más fresco, probablemente me curaría y podría vivir unos años más", pensó el viejo general, y con eso incorporó a tres mil nuevos soldados, mucho más fuertes que los antiguos, y los sometió a un adiestramiento especial. Les pagaba muy bien, llamáandolos "La Guardia Externa". Cada noche trecientos de ellos guardaban su residencia por turno. Se consultó a los adivinos por una fecha afortunada. El conflicto entre Weipo y Luchow era inminente.

Cuando Hsueh Sung se enteró de las intenciones del General Tien se preocupó mucho, no tanto porque no quisiera luchar contra su pariente sino porque sus soldados estaban algo viejos y no podrían competir con los soldados jóvenes de la Guardia Externa. No sabía qué hacer y pasó todo el día agitado.

A medianoche, con las puertas de su comando ya cerradas, Hsueh Sung, apoyado en su bastón, caminaba meditabundo por los corredores del patio. Sólo Hung Hsien estaba con él. "Porqué Su Señoría no duerme ni se alimenta bien estos días", preguntó la jóven. "Se debe a algo de los estados vecinos?"

"Un asunto de tanta importancia para la seguridad de todo el país es algo que no puedes entender". respondió el General.

"Aunque soy una esclava, es posible que yo pueda aliviar la mente de Su Señoría" respondió Hung Hsien.

El General le dijo entonces todo lo que ocurría. "Yo heredé este comando de mi padre y quisiera conservarlo hasta el fin de mi vida y legarlo a mi hijo. Si lo pierdo, lo he perdido todo".

"Es un asunto sencillo que no debe preocupar a Su Señoría", respondió Hung Hsien. "Permítame ir a Weipo a observar la situación. Partiré de aquí durante la primera ronda y volveré a la tercera. Prepare entretanto un buen caballo y una carta amistosa y espere mi regreso".

"Quieres decir que tienes habilidades especiales para aventurarte hasta la región del General Tien a esta hora? Deberías para eso ser un ser sobrenatural, y yo ya lo hubiera descubierto. Y si fracasas? Entonces él despacharía sus tropas inmediatamente."

"Nunca he fracasado y no fracasaré en este caso".

Hung Hsien fue entonces a su cuarto y se cambió. Recogiendo su largo cabello en un rodete, lo sostuvo con un alfiler de oro en forma de fénix y cubrió su cabeza con una echarpe roja. Vistió una túnica púrpura y calzó zapatos negros y colgó de su cinto una daga que llevaba el signo del dragón. En su frente escribió el nombre del dios Tai Yi para protegerse de los espíritus malignos. Saludó a Hsueh Sung y desapareció.

Hsueh Sung volvió a su cuarto y cerrando la puerta se sentó en silencio, de espaldas al farol. Bebió una docena de copas de vino, pero no se sintió ni ebrio ni somnoliento. Esperando en suspenso, oyó el sonido distante de la trompeta de la manana. Una leve brisa se hizo sentir y una hoja cayó de un árbol húmedo de rocío. Antes que pudiera preguntarse qué ocurría, Hung Hsien apareció frente a él. Hsueh Sung estaba encantado.

(Continuará en el Nº próximo)

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