28/04/2024

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Literatura: Gobernador de Nanko (II)

16/12/1975
(Viene del Nº anterior)

Numerosas jóvenes como hadas llegaron para ejecutar la música. Sus cantos, combinando con gran sentimiento la melancolía y la dulzura, eran de tal belleza que Chun-yu nunca había oído antes. Otro grupo apareció con linternas en sus manos para alumbrar el camino. Por una larga distancia el camino estaba adornado con tapices dorados, cortinas verde-esmeralda y alfombras espléndidas, proyectando un resplandor brillante. Chun-yu sentado en su carruaje, mantenía una expresión solemne, pero en realidad estaba asombrado y confundido. Las nimfas y hadas que le habían hecho bromas seguían en preciosos carruajes.

Pronto llegaron a la puerta Hsinyi. Las jóvenes lo invitaron a descender y entrar. Subió las escaleras haciendo inclinaciones y retornando los saludos al estilo del mundo mortal. La ceremonia nupcial concluyó. Se quitó la cortina y se apartó el abanico de la Cara de la novia, revelando a la bellísima Princesa Rama Dorada. Tendría catorce o quince años y sus modales tenían la elegancia y dignidad de una diosa. Chun-yu la admiró inmediatamente y la amó con pasión. Eran una pareja perfecta.

Desde ese día la gloria y honor de Chun-yu volaron a las nubes. Se hizo tan rico y privilegiado que sus vestidos, sus carruajes, mansiones y villas de descanso cedían sólo ante las del Rey. Un día el Rey le mandó que saliera de caza en compañía de altos cortesanos, escoltados por la guardia militar, en la región de la montaña de la Tortuga Divina, al oeste del reino. Era una región áspera, con desfiladeros y valles rodeados por arroyuelos. Chun-yu y sus compañeros tuvieron muy buena caza, volviendo al día siguiente cargados con sus trofeos. El Rey estaba encantado.

Después de algún tiempo, Chun-yu envió una petición al Rey.

"Cuando llegué aquí, Vuestra Majestad me dijo que mi matrimonio había sido propuesto por mi padre. No lo he visto por dieciciete o dieciocho años, desde que partió a combatir a los bárbaros en el norte. Se dijo que había desaparecido, por lo que yo creí que había muerto. La noticia de que vivía me alegró mucho. Puesto que Vuestra Majestad sabe dónde se encuentra, yo desearía ir a visitarlo por algunos días."

El Rey le respondió inmediatamente: "Tu padre está muy bien en la frontera. Nos comunicamos regularmente. Puedes escribirle pero no es necesario que vayas."

Chun-yu obedeció. Pidió a su esposa que preparara un buen regalo y despachó un mensajero a llevarlo a su padre con una carta suya. Después de algunos días el mensajero regresó con la respuesta. No quedaba duda que su padre había escrito esa carta. La escritura era genuina, lo mismo que la expresión de sentimientos antiguos. El padre preguntaba sobre sus parientes, si algunos habían fallecido, y qué cambios habían ocurrido en su villa. La separación de su familia le causaba tristeza y los echaba de menos, pero no pedía a su hijo que lo visitara. Agregó que en el año de Ting Chou se reunirían. Chun-yu derramó lágrimas sobre esa carta.

Un día la Princesa dijo a Chun-yu: "No te gustaría tener una posición oficial?

"Yo soy descuidado por naturaleza; no tengo experiencia en ese trabajo", respondió él.

"Tú acepta el oficio; yo te ayudaré", dijo ella. Y después habló de eso con su padre.

Poco después el Rey mandó llamar a Chun-yu: "El Gobernador de Nanko ha sido despedido acusado de negligencia. Te quiero nombrar en su lugar. Desde luego, tus talentos son superiores, pero espero que no te opongas a comenzar con una provincia pequeña. Puedes llevar a tu esposa contigo."

Chun-yu se inclinó obedientemente. El Rey mandó entonces preparar el equipaje del nuevo Gobernador. Se le dió una gran despedida. Carruajes y caballos estaban cargados de baúles y valijas llenas de oro, jade, hermosos vestidos y joyas. Muchos guardias y doncellas acompañaron a Chun-yu y a la hija del Rey. Chun-yu había sido un galante despreocupado desde su niñez y no esperaba tales honores. Abrumado por la gratitud, hizo un pedido al Rey:

"Me permito decir a Vuestra Majestad que descendiendo de una familia de militares, nunca he adquirido conocimientos de gobernante. Su Majestad me ha nombrado ahora para la posición importante de gobernador de una provincia. Mucho me temo que desbarataré el gobierno y arruinaré las cosas sin remedio. Para que eso no ocurra, pues quiero cumplir con mis obligaciones para con Su Majestad, buscaré personas sabias y capaces como mis asistentes. Me he enterado que el Comisionado Policial Chou Pien, de Yingchuan, es una persona leal y noble y podrá hacer observar las leyes y mantener el órden. Tien Tzu-hua, un intelectual de Fengyi, es prudente, inteligente, y tiene mucha experiencia en asuntos políticos. Ambos han sido mis amigos por más de diez años y me merecen entera confianza. Desearía tener a Chou Pien como Juez Superior en mi estado y a Tien Tzu-hua como Ministro de Alimentos, para que me ayuden en mi tarea."

El Rey accedió a esa petición. Esa noche, el Rey y la Reina dieron un banquete de despedida en el suburbio del sur de la capital. Su Majestad dijo al Príncipe Consorte:

"Nanko es una gran provincia. Tiene tierras ricas y su pueblo es rico e inteligente. Lo único que le hace falta es un buen gobernador. Yo sé que tú tienes suficiente inteligencia. Además tendrás a Chou y Tien que te ayudarán. Esfuérzate para hacer prosperar conforme a mis deseos."

La Reina dijo a su hija:

"Tu esposo es una persona honesta pero aficionado al vino. Es jóven; debes servirlo con obediencia y paciencia, como corresponde a una esposa. Si ustedes dos son felices, no tendré preocupaciones. Aunque Nanko no queda muy lejos, no te será posible darme los buenos días o las buenas noches. Por eso lloro ahora".

La Princesa y su esposo se arrodillaron ante la pareja real para despedirse. Subieron después a su carruaje y escoltados por los soldados partieron hacia el sur. Charlaron y rieron todo el día sin sentirse cansados. Después de algunos días llegaron a Nanko. Funcionarios, monjes, ancianos y guardias de la provincia salieron a recibir al nuevo gobernador, formando un camino en las calles, con sus carruajes e instrumentos músicos. Todo el mundo estaba en las calles, y las campanas y tambores se podían oir desde gran distancia. Chun-yu se sintió muy importante al contemplar los magníficos muros con sus torres, pabellones y troneras, que daban a la ciudad el aspecto de un lugar próspero y feliz. Llegó así hasta la puerta de la ciudad, sobre la cual caracteres de oro decían: "Provincia de Nanko". Al entrar vió filas muy ordenadas de lindas casas pintadas de rojo y otros colores brillantes. Como muestra de atención, Chun-yu bajó de su carruaje; inquiriendo sobre las costumbres locales y enviando sus saludos a los pobres y a los enfermos.

Con Chou y Tien al frente de los departamentos de justicia y de alimentos, Chun-yu dió enorme prosperidad a su estado. Durante sus veinte años de oficio fue un ejemplo en muchos sentidos y siempre gobernó con benevolencia. El pueblo lo admiraba y se cantaban cantos en su alabanza. Erigieron tabletas conmemorando sus méritos y hasta construyeron un templo en su honor.

Oyendo eso, el Rey se sintió tan complacido que le confirió nuevos feudos y títulos y le confirió un rango como de primer ministro. Reconoció también los méritos de de Chou y Tien y los promovió.

Chun-yu tuvo cinco hijos y dos hijas.

Los muchachos llegaron todos a posiciones reservadas para la nobleza y las chicas se casaron con nobles. El honor y la gloria de Chun-yu eran enormes y sin rival en esa y otras épocas.

Un año, un país llamado Tanman invadió a Nanko. El Rey ordenó a Chun-yu oponerse al invasor con sus disciplinadas tropas. Chun-yu mandó a Chou Pien a defender a Yaotai con treinta mil soldados. Chou Pien fue muy valiente, pero no estimó acertadamente las fuerzas del enemigo y fue derrotado. Con sus tropas en confución, escapó a duras penas y llegó a la capital a medianoche. Pero los invasores no ocuparon la ciudad; se contentaron con tomar las armas y bagaje del campo de batalla y se retiraron. Chun-yu arrestó a Chou Pien y lo envió al Rey para su castigo, pero el Rey lo perdonó.

(Continuará en el Nº próximo)

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