04/05/2024

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El Año Nuevo

06/02/1974
El Tigre desplazó a la Vaca. El martes 22 de enero por la tarde las calles de la ciudad se fueron despoblando progresivamente. Fuera de algún rezagado que se apresuraba esperando llegar a tiempo a la reunión familiar, todo el mundo ya se había recogido al seno del hogar. Aprovechando la circunstancia de caer este año nuevo tan temprano en la semana, muchos habían dispuesto sus cosas de modo de regresar a sus familias desde el sábado anterior. Todos los servicios de transporte debieron echar mano de cuanto vehículo tenían para permitir el desplazamiento de esas enormes masas humanas. Una vez más la administración provincial de ómnibus solicitó y obtuvo la ayuda de las fuerzas armadas que en los tres días entre la víspera hasta el dos del año transportaron en sus buses a más de 50.000 personas. Además la marina, en combinación con la administración de ómnibus, estableció un servicio marítimo entre Keelung y Hualien. El clima moderadamente fresco y el cielo despejado contribuyeron al ambiente de regocijo de la fiesta. En la ciudad de Taipei, el 1º del año - 23 de enero - las calles recobraron desde temprano su bullicio y agitación. Un día hermoso y brillante llenó plazas, parques, el jardín zoológico y otros sitios de diversión al aire libre de un vaivén incesante de personas. Sólo el jardín zoológico tuvo más de 100.000 visitantes ese día. El comercio en general permaneció cerrado, aunque los cines y algunos restaurantes abrieron sus puertas. Las grandes tiendas reiniciaron sus actividades el día 3, y entonces con horario restringido. Hasta el día 6 (lunes 28) se veían comercios cerrados, aunque para entonces el ritmo de actividad ya era casi normal. El segundo día del año es otra fecha dura para el transporte, pues ese día las hijas casadas visitan el hogar de sus padres. Según las costumbres antiguas, prevalentes en la sociedad agrícola, mientras los hijos varones permanecían en el hogar paterno aún después de contraer matrimonio, pues eran ellos los responsables de continuar el trabajo de sus padres, ya fuera cultivando el campo de la familia o atendiendo su comercio, las hijas al casarse se trasladaban a la familia de su esposo. En la celebración del Año Nuevo, esas hijas casadas, naturalmente festejaban la ocasión con la familia de su esposo, a la cual ahora pertenecían. Pero la piedad filial las llevaba a regresar a presentar sus saludos a sus progenitores, fijando la tradición el segundo día del año para ese regreso al seno de su familia de origen. La tradición persevera, y ahora como antes, cualquiera que sea la ocupación de sus padres, las hijas casadas regresan a casa de sus mayores en el día señalado, generalmente con su esposo e hijos, poniendo nuevamente a prueba la capacidad de los medios de transporte. Suculentas comidas en que las amas de casa con ayuda de sus hijas y nueras desplegaron todas sus habilidades culinarias, varias frutas y golosinas incluyendo el tradicional "nienkao" o pastelillo del año y las semillas secas de sandías especiales, todo generosamente regado con buenos vinos, el colorido de los vestidos nuevos y los "hung pao" o sobres rojos con dinero para los niños, contribuyeron una vez más, en la celebración de este Año Nuevo, a exteriorizar el sentimiento de alegría, satisfacción y tranquilidad que surge de esos vínculos tan fuertes y profundos con que estan ligadas las familias en este país.

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