Taiwan Today

El pueblo celebró este año el Festival de la Luna, llamado también de Mediados de Otoño y otros varios nombres, con la ayuda de una afortunada coincidencia de fechas y una muy bien recibida decision gubernamental. Según el calendario lunar, la fiesta recurre el día decimoquinto de la octava luna o 15 de agosto, que coincidió este año con el 30 de septiembre. El día 28, la Conmemoración de Confucio, es feriado nacional. El Festival de la Luna se cuenta entre los festejos populares que han recibido una cierta medida de aprobación oficial; en esos días las escuelas y oficinas del gobierno tienen vacación por la tarde. Como el 28, Día de Confucio y vacación completa, cayó en sábado, el gobierno decretó que la mañana del 30 se supliera la vacación perdida la tarde del 28, pues los sábados por la tarde de por si cesa toda tarea oficial. De modo que se combinaron muy bonitamente tres días de vacación, con el domingo intermedio, causando los consabidos dolores de cabeza a los medios de transporte pero permitiendo a gran cantidad de personas regresar con tiempo a sus familias distantes para contemplar la luna llena y en ella a la bella Chang O o al Conejo que según otros habita el astro nocturno. Los "yueh ping" o pasteles de la luna, redondos y rellenos de diversas y deliciosas substancias, simbolizan la luna y también la plenitud de la familia, que procura reunirse en este día para alegría de todos. Mientras los mayores prefieren quedarse en sus jardines, o en sus balcones los habitantes de departamentos urbanos, teniendo a mano sus mesitas bien provistas de "yueh ping" y otras golosinas, sin desdeñar alguna copita de vinos tradicionales, los jóvenes van a las riberas del mar o de los ríos, a plazas y otros sitios abiertos, provistos también de buena cantidad de "yueh ping" y "youdz", una especie de pomelo que es también infaltable en esta festividad y que con su carne jugosa no hace necesario el acompañamiento de líquidos. Los precios, algo más elevados que en años anteriores, no han impedido al pueblo saborear sus golosinas tradicionales en la festividad. El despliegue de "yueh ping" en las tiendas, grandes y pequeñas, ha sido tanto o más amplio que en el pasado. Desde Taipei hasta la pequeña isla de Matsu, a poca distancia del ogro maoísta, las pilas de golosinas en vidrieras y estanterías atrajeron a filas interminables de clientes para proveer a sus familias y preparar los obsequios a parientes y amigos. Algunos amantes de la historia relataron a sus hijos cómo los pasteles de la luna fueron usados hace más de 600 años para pasar mensajes secretos que causaron un levantamiento general, provocando la caída de la dinastía manchú y el establecimiento de la dinastía nacional de los Ming. Otros comentaron la leyenda de Chang O, quien descubriendo la pildora de la inmortalidad dada a su esposo Hou Yih por un hada, la tomó y se encontró inmediatamente en viaje a la luna, para residir allí eternamente. Para esta fecha ya se ha recogido la primer cosecha de arroz y se están plantando los campos para la segunda. Según la creencia popular, la luna alcanza el 15 de agosto su brillo máximo. La festividad tiene también el sentido de acción de gracias al Cielo y la Tierra por los frutos recogidos y es otra de las ocasiones en que las familias procuran reunirse y renovar sus vínculos que la vida de la sociedad moderna tiende a aflojar. Las festividades populares continúan siendo un factor de unidad en la familia y el pueblo chino. El paso del tifón Wendy, que sin golpear frontalmente a la isla trajo lluvias torrenciales en la costa oriental en los días anteriores a la festividad, dejó el ambiente húmedo y el cielo nublado, pero no logró impedir enteramente la contemplación del amable astro de la noche. Sobre Taipei, la luna apareció majestuosa en varias oportunidades, abriéndose camino entre las nubes celosas.