Taiwan Today

* En medio de los innumerables serios problemas de la guerra de resistencia contra el Japón, de la subversión y traición comunista, de las intrigas de algunos jefes aliados -enemigos de fuera, enemigos de dentro- el Gobierno no echaba al olvido la sagrada tarea de la reconquista total de la soberanía nacional. Su nueva condición de aliado de las potencias democráticas ofreció a China una oportunidad que no fue desperdiciada. Chiang Kai-shek insistió en sus representaciones. Estados Unidos e Inglaterra aceptaron, finalemente, esas representaciones y anunciaron el 10 de Octubre de 1942 -en la Fiesta del Doble Diez- su decisión de abandonar sus derechos extraterritoriales en China. Aún en medio de sus sufrimientos, la Nación festejó con profunda alegría un acontecimiento de tan memorable. En enero del siguiente año China firmó nuevos tratados con esos dos países. * Las fuerzas japonesas, después de una serie de éxitos parciales a lo largo de varios meses de ataques en la parte occidental de la provincia de Hupei, fueron rechazas en junio de 1943, debiendo retirarse a sus posiciones iniciales, terminando por entonces esa batalla sin resultado decisivo. * El 1º de agosto de ese año falleció Lin Sen, Presidente del Gobierno Nacional. Chiang Kai-shek, Comandante en Jefe de las fuerzas de China, fue nombrado para sucederlo, y asumió el oficio el 10 de octubre. * En noviembre se realizó la Conferencia de El Cairo, en la que participaron el Presidente de Estados Unidos Roosevelt y el Primer Ministro de Inglaterra Churchill. Chiang Kai-shek participó como Jefe de Estado. La Señora de Chiang participó como intérprete de su esposo. Después de cuatro días de deliberaciones, los tres líderes aliados emitieron un comunicado cuyos puntos principales eran: 1. Continuar la presión contra el Japón hasta su rendición. 2. Manchuria, Taiwan y las Islas de Pescadores serán reintegradas a China, Japón deberá además abandonar todos los territorio ocupados desde la primera guerra mundial. 3. Liberación e independencia de Corea. * Después de la Conferencia, Roosevelt dijo: "He encontrado en el Generalísimo a un hombre de gran visión, gran valor y de una comprensión notablemente profunda de los problemas de hoy y del futuro. Estamos más unidos que nunca con la República de China, en profunda amistad y unidad de objetivos". Hasta que punto Roosevelt fue fiel a esa amistad y unidad de objetivos se verá al tratar de la Yalta, en 1945.