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Festival aborigen enlaza pueblos en la danza

16/08/2011
pañía de Música y Danzas del Milenario Folklore Inka de C.I.D.A.N. “Mi Perú” desfila por las calles de Taipei como parte de las actividades del Festival Mundial de las Artes Escénicas Aborígenes. (Fotos cortesía del CIP)
El Festival Mundial de las Artes Escénicas Aborígenes se llevó a cabo en Taiwan del 27 de julio al 3 de agosto, reuniendo a 20 grupos artísticos del mundo entero. Esta fiesta de danza y música constituyó una celebración de las culturas aborígenes, según el Consejo para los Pueblos Aborígenes (CIP, siglas en inglés), organizador del evento.

“Este es una oportunidad maravillosa para que los diferentes grupos aborígenes se conozcan”, opinó el ministro del CIP, Sun Ta-chuan (Paelabang Danapan). Este evento fue una de las mayores reuniones de artistas aborígenes que Taiwan ha visto alguna vez.

Los artistas brindaron tres espectáculos públicos, en la ciudad de Taipei, y en los distritos de Pingtung y Hualien, donde también visitaron cinco villas aborígenes.

Los doce países extranjeros representados en el evento fueron Burundi, Canadá, Chile, Gambia, Kiribati, Nueva Zelanda, Níger, Palau, Perú, Islas Salomón, Tahití y Uruguay.

Por parte de la República de China, participaron el Grupo de Canto y Danza Aborígenes de Formosa, el Grupo Musical Amis Kakeng, el Teatro de Danza Tjimur, el Grupo Cultural y Artístico Aborigen Tamaluan, Artistas Compuestos Aborígenes de Taiwan, el Parque Cultural de los Pueblos Aborígenes de Taiwan y el Teatro Experimental de Danza Aborigen Kuo-shin Chuang.

De entre los países latinoamericanos, los grupos representantes incluyeron la Compañía de Música y Danzas del Milenario Folklore Inka de C.I.D.A.N. “Mi Perú”, que fue establecido en 1985 con el fin de “preservar, investigar y difundir las costumbres y tradiciones del poblador andino, costeño y selvático del Perú Inca”.

 

El Ballet Cultural Rapanui Tumu Henua, de Chile, interpreta una danza en la conferencia de prensa invitando al público a asistir al festival.

También participó Danzamérica Montevideo, que ha realizado más de 1500 presentaciones en Europa y Latinoamérica, donde ha sido invitado favorito de festivales internacionales.

Igualmente se contó con el Ballet Cultural Rapanui Tumu Henua “Raíces de mi tierra”, fundado en 1989 por un grupo de isleños de Rapanui residentes en Santiago, capital de Chile, para transmitir la cultura de la Isla de Pascua por medio de cantos y bailes. Compuesto inicialmente sólo por isleños locales “motivados por conservar y difundir el patrimonio cultural de Rapanui”, ha crecido a 30 integrantes, para incorporar a quienes desean aprender más de la cultura de tan famosa isla de características polinesias.

Otros invitados internacionales destacados fueron los artistas canadienses. En años recientes, los pueblos aborígenes de Canadá han sido muy activos en Taiwan, participando en una amplia variedad de actividades culturales, visitas e intercambios con los grupos aborígenes taiwaneses. Alex Wells, campeón mundial por tres años de baile con aros y originario de Columbia Británica, encabezó un equipo que tomó parte en el festival.

Asimismo, la ministra de Turismo y Cultura de la República de Gambia, Fatou Mas Jobe Njie, acompañó al grupo representante de dicha nación africana en dos de sus presentaciones, en Taipei y Pingtung, destacando la importancia que se le dio a la participación del grupo artístico dentro del evento.

Simultáneamente con el festival oficial con presentaciones formales, se realizaron ferias y desfiles, para destacar las diversas culturas, con ejemplos del arte culinario y artesanías de las diversas tribus del mundo entero. De esta forma, el festival no sólo brindó el escenario para los artistas aborígenes, sino también que promovió a los artistas taiwaneses a nivel internacional.

El CIP explicó que el evento se llevó a cabo como parte de las actividades en celebración del Centenario de la República de China.

“Los pueblos indígenas han vivido en esta isla por mucho tiempo”, afirmó Sun. “Han participado y se han adaptado a cada etapa de transición en Taiwan, y el Centenario de la nación resulta una buena oportunidad para que la gente en Taiwan aprenda más sobre los pueblos aborígenes”, señaló el Ministro.

El grupo de Perú fue uno de los que más atrajó la atención. Durante la conferencia de prensa ofrecida el 15 de julio, los bailarines del Grupo C.I.D.A.N. Mi Perú impresionaron a los asistentes con sus movimientos y el colorido traje de guerreros. El grupo presentó rituales tradicionales de las áreas de la costa, sierra y jungla peruanas.

“Sabemos que los aborígenes taiwaneses son definitivamente parte de una familia de pueblos del Pacífico Sur”, indicó el ministro Sun.

 

Con sus elegantes trajes y finos movimientos, Danzamérica Montevideo, de Uruguay, cautivó al público que le aplaudió con gran entusiasmo en sus presentaciones formales.

Sun manifestó que los pueblos aborígenes del mundo están conectados por una similar “experiencia miserable” durante los períodos de colonización. “No obstante, nunca han renunciado a la esencia de sus culturas. Por eso los hemos invitado aquí”, declaró Sun.

Un representante de la tribu puyuma reveló que esperaba que el público apreciara no solamente las presentaciones durante el festival, sino también el sentimiento de experimentar su propio patrimonio.

Ciertamente, el público respondió al llamado. A pesar de las altas temperaturas imperantes, el Festival Mundial de las Artes Escénicas Aborígenes tuvo una gran presentación en Taipei, que atrajo a unos diez mil espectadores locales y extranjeros frente al Monumento Conmemorativo a Chiang Kai-shek.

“La danza constituye una parte importante de la cultura aborigen en todas partes del mundo, porque demuestra cómo las personas dialogan con la naturaleza”, declaró el ministro Sun.

“Muchos aborígenes extranjeros dicen que se sienten como en casa cuando ven el color similar al suyo en la piel de los aborígenes taiwaneses y las mismas danzas rítmicas”, señaló Sun.

Al evento en Taipei también asistió el vicepresidente Vincent C. Siew, quien reveló que el Gobierno está considerando hacer de este festival un evento regular con el fin de profundizar la comprensión y aprecio de los verdaderos residentes de Taiwan. “La cultura aborigen es un tesoro”, afirmó Siew.

Muchos de los artistas extranjeros estuvieron de acuerdo en que la preservación de la cultura aborigen es una dura labor y que los eventos festivos que destacan las artes visuales pueden ayudar en la promoción de la cultura.

Aloys Mashanya, líder del grupo de danza de Burundi, admitió que muchas personas en su país no conocen las danzas tradicionales.

“La parte más difícil reside en el ritmo”, afirmó, refiriéndose a la resonancia que viene de tambores que pueden pesar hasta 40 kilos. “Los bailarines deben moverse y al mismo tiempo golpear sus tambores, creando una música vibrante”, explicó Manshaya.

Vestida con una blusa hecha de plantas, Dilkot Kay Williams, de Palau, con apenas 18 años de edad, relató que antes de que la invitaran a Taiwan, desconocía muchas cosas acerca de su origen aborigen.

“Más personas necesitan saber de la cultura aborigen, incluyéndome a mí”, comentó Williams. “Estoy de acuerdo con que más festivales de danza son una forma fácil de atraer la atención y dar a conocer nuestra cultura”, resaltó Williams.

Auspiciado por el CIP, el evento fue una celebración del multiculturalismo que refleja la naturaleza tolerante y abierta de la sociedad taiwanesa. Sin embargo, más que todo, es una firme declaración del valor de desarrollar naciones donde las personas de todas las etnias puedan vivir y trabajar lado a lado en la consecución de la felicidad y mayor prosperidad.

Texto recopilado por Silvia Villalobos

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