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Seediq: tradición entretejida con hilos del tiempo

06/09/2011
Lidu Lumu demuestra la técnica de tejido en un tradicional telar seediq.(Fotos de Chen Mei-ling)

Su tradición de tatuarse la cara fue prohibida por los colonizadores japoneses en durante la primera mitad siglo XX. Su tradición de tejido ha estado amenazada por el capitalismo y la industrialización de la sociedad. No obstante, el pueblo seediq ha logrado preservar sus costumbres ancestrales, al mismo tiempo que introduce ideas creativas para adaptarse a los tiempos cambiantes.

Lidu Lumu, una artesana seediq del distrito de Nantou, en el centro de Taiwan, relató que su ambición es crear una marca popular para sus productos, que fabrica con viejos instrumentos de tejido e inspirándose en los tradicionales tótems seediq.

En los últimos años, la tribu seediq ha tenido un gran resurgimiento. Durante el dominio colonial japonés los seediq fueron arbitrariamente clasificados junto con otras tribus subgrupos de la tribu atayal, para una administración más fácil. El tan largamente esperado reconocimiento llegó  por fin en abril de 2008, cuando los seediq fueron oficialmente designados el 14º grupo aborigen de .

Recientemente, la tribu ha llegado a ser mejor conocida no solamente en , sino también en muchas partes mundo, gracias a la película épica Los guerreros arcoíris: seediq bale, que ya ha sido nominada para un León Dorado en el Festival de Cine de Venecia. La película, mostrada en cines de Taiwan desde inicios de septiembre, cuenta la historia de la famosa rebelión de esta tribu en 1930 contra los regentes coloniales japoneses.

Conforme la historia de la tribu ha generado publicidad, las artes y manualidades seediq están atrayendo mayor atención. Sin embargo, ésto ha sido posible solamente porque los artistas seediq han estado silenciosamente afinando sus habilidades desde hace mucho antes que empezara toda esta reciente atención.

Lidu Lumu es una de las pocas mujeres jóvenes que pueden tejer a la usanza antigua en . “El tejer era considerado una parte muy importante de la virtud de toda mujer seediq, y se esperaba que las jóvenes pudieran dominarlo antes de casarse. Pero ahora usted no podrá encontrar ni siquiera unas pocas mujeres de mi edad que sepan hacerlo”, señala la artista de 45 años de edad.

“A muchas personas no les gusta aprender el tejido tradicional porque es muy agotador”, indica Lidu Lumu, quien, con el apoyo de su esposo, comenzó a aprender a tejer con las mujeres mayores de su tribu cuando tenía 25 años.

Con un ubun, o telar de , los tejedores deben sentarse en forma de L en el suelo por largo tiempo, cuenta la artista. Aún más, el tejido tradicional seediq requiere cultivar el ramio, procesar su fibra para el hilado y convertir el material quebradizo en tela.

 

Awi Tumun graba en un trozo de cuero en su taller.

Le tomó a Lidu Lumu cinco años aprender todo un nuevo compendio de habilidades. Después, se dedicó a aprender costura, labor de retazos y diseño participando en clases fuera de la villa tribal. “Los patrones tradicionales son un poco limitados y opacos en color, y cuando los mezclo con algodón japonés, cuero o arte de retazos, tienen mayor aceptación en el mercado”, revela la artista.

Con el fin de promocionar sus obras una marca de mercado, Lidu Lumu abrió un estudio en su pueblo natal en la década de 1990. Sus creaciones comenzaron a ganar premios en competencias de diseño y fueron reconocidas uno de los 100 mejores recuerdos de vacaciones que representan a en 2008. Ahora pueden comprarse en aeropuertos y museos de cultura aborigen.

A pesar de que ella ha integrado nuevos elementos al arte de tejido de la tribu, Lidu Lumu se apega a la tela hecha a mano y la forma de diamante, que posee un significado especial para los seediq. “Mezclando lo viejo y lo nuevo para crear algo atractivo y de moda para los clientes es quiero que más personas sepan de las riquezas culturales seediq”, afirmó.

La tradición también ha inspirado a Awi Tumun, quien Lidu Lumu vive en el poblado de Renai, en Nantou. Su habilidad es aplicar el arte tatuaje de cara al cuero.

“La importancia tatuaje de cara nunca puede ser subestimado, ya que es un reconocimiento a las habilidades de una mujer para el tejido y hombre para la caza, al igual que su capacidad para proteger a los débiles”, manifiesta Awi Tumun en su taller.

Al tatuar, explica el artista, uno puede descubrir el Gaga, o conjunto de reglas que guía a la tribu en su vida y actividades.

El cuero, que asemeja el color de la piel, es el medio que permite al artista llevar a cabo su labor de tatuaje, que introduce al Gaga, según Awi Tuman.

El artista de 47 años de edad comenzó su carrera fotógrafo para un organizador de bodas. “Tomé fotografías por todo Nantou y observé la pérdida gradual de los ancianos con tatuajes de cara, al igual que el incremento en la mezcla con personas de diferentes etnias”, cuenta Awi Tuman.

Por esta experiencia, Awi Tumun decidió que trataría de preservar la tradición seediq. Visitó a los ancianos para aprender las sagas, artes y manualidades de la tribu, tales el tejido y la manufactura de objetos con ratán. Después de experimentar también con pintura, esculturas en piedra y alfarería; Awi Tumun se decidió por el cuero hace diez años.

 

Los productos estudio de Lidu Lumu son favoritos en competencias de manualidades y diseño.

Algunas de sus obras son para decorar, pero la mayoría de ellas están hechas para ser usadas, tales libretas, papelería, carteras y billeteras. Destacan los tótems aborígenes o las imágenes de los miembros de la tribu. Las líneas grabadas y colores cálidos parecen transmitir un mensaje a los observadores.

En una de las obras, un arete de bambú agrandado desproporcionalmente pende de la oreja de un hombre de perfil, atrayendo la atención público.

“El bambú significa la tierra”, explica Awi Tumun. “En el curso de su migración, nuestros antepasados emplearon el bambú para llevar las semillas de mijo, que esparcían sobre la tierra para probar su fertilidad, de modo que pudieran ayudarles a decidir si podían asentarse en dicho lugar”, relata el artista.

Awi Tumun afirma que solamente tras aprender acerca de las costumbres de los seediq puede uno realmente apreciar sus esculturas de cuero, “Quiero que mis creaciones cuenten una historia acerca de la cultura antes de que sean vistas sólo un producto”, añade.

A diferencia de los productos de Lidu Lumu, el único lugar donde comprar las obras de Awi Tumun es su taller artístico, cuyo nombre, Alan Sapah Meepah, significa “su hogar en la tribu”.

Las personas interesadas en comprar sus obras deben primero ir a visitar la villa. La razón para ello, según Awi Tumun, es animar a los compradores en potencia a que adquieran conocimientos de primera mano acerca de los orígenes de las mismas. “Encontrarán que es aquí donde están la original cultura seediq y sus mejores elementos”, aseguró el artista.

Ambos artistas confían en la innovación para crear oportunidades en el mercado y una vibrante economía en la comunidad, aunque su mayor preocupación es la sostenibilidad patrimonio aborigen.

A Lidu Lumu no le preocupa que las copias de fábrica tomen el lugar de sus populares carteras, sino que desaparezca la tradición tejido a mano.

“Le he enseñado a mujeres más jóvenes las técnicas, pero mis estudiantes, al no poder aguantar las dificultades, dejan la clase”, declara. Ahora está considerando propuestas de proyectos de colaboración con escuelas vocacionales.

Awi Tumun también desea que su estudio juegue un papel educativo. El estudio se ha convertido en un lugar donde los niños de la villa juegan, adquiriendo conocimientos sobre su propia cultura.

“En el pasado, la villa tribal era nuestra escuela, donde aprendíamos las costumbres y el idioma de nuestros mayores. Pero no es así para los niños de hoy en día, quienes reciben una moderna educación obligatoria”, afirma Awi Tumun.

“Espero que nuestro estudio y nuestras obras hagan nuestra cultura más accesible para ellos, para que no se convierta en algo que sólo existe en los museos”, manifiesta el artista.

Traducido del Taiwan Today
por Silvia Villalobos

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