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Preparando técnicos para el futuro

06/11/2011
La educación técnica debe estar co-m-plementada con la práctica en taller del alumno.

Con la llegada de la era de la globalización y la economía basada en los conocimientos, la industria en ha pasado por una rápida transformación estructural y tecnológica.

Gran parte de la mano de obra calificada de hace un par de décadas ha quedado o se encuentra en peligro de quedar desempleada. El aumento costo de producción, incluyendo el encarecimiento de la mano de obra, el alza de los servicios públicos y otros factores relacionados han obligado al traslado masivo de empresas taiwanesas al exterior, especialmente aquéllas sector manufacturero.

En su lugar, tales nichos han sido ocupados por industrias de alta tecnología, que exigen un nivel diferente de tecnificación a sus empleados.

Por otro lado, la decreciente tasa de natalidad de amenaza con crear una brecha entre la mano de obra calificada y el rápido avance tecnológico sector industrial en la nación. En este sentido, resulta una necesidad urgente minimizar la brecha que está surgiendo entre la educación vocacional y las demandas sector industrial.

La mano de obra que recibió entrenamiento técnico en las décadas pasadas ya no satisface las nuevas demandas sector privado, y el limitado crecimiento de los jóvenes trabajadores con calificación técnica actualizada está causando gran preocupación en las industrias país.

 

Todos los CEV en están equipados con suficientes equipos y maquinarias para que cada participante tenga su propia dotación didáctica.

El enfoque del programa de formación técnico-vocacional en de China tiene que concentrarse en la preparación de un sector laboral bien entrenado que pueda ayudar al continuo desarrollo industrial, a la vez que mejora la competitividad nacional. A la vez, debe maximizar el aprovechamiento de los recursos humanos, atender a las minorías desventajadas, y por encima de todo, promover el empleo.

satisfacer estas nuevas demandas, el Gobierno ha establecido un completo sistema de educación técnica y entrenamiento vocacional. la sociedad tradicional sigue haciendo hincapié en la educación formal y los títulos académicos; ambos sistemas logran conectarse finalmente con los programas de maestría y doctorado en las disciplinas relevantes. Por otro lado, los egresados de otras carreras universitarias pueden optar por una especialización práctica adicional mediante el entrenamiento vocacional.

En términos metodológicos y normativos, existe una diferencia en el enfoque y la meta de la educación y el entrenamiento.

La educación es un esfuerzo básico, abarcador y a largo plazo. Con ella se procura enseñar a los estudiantes con datos pasado, así teorías y principios comprobados vigentes en la actualidad, con la esperanza de que ellos estén en posición de responder las interrogantes futuro.

Por otro lado, el entrenamiento es un esfuerzo específico, suplementario y a corto plazo. Su objetivo es proporcionar habilidades actualizadas a los que se entrenan con el propósito de que puedan resolver problemas actuales.

 

Aula de clase para materia técnica en un colegio vocacional en la ciudad de .

En , los bachilleratos vocacionales son similares al bachillerato formal, pero hacen mayor hincapié en las habilidades prácticas y vocacionales, concentrándose en una especialidad específica. Los egresados pueden tomar los exámenes de admisión universitaria y continuar la educación formal.

Por otro lado, existen centros de entrenamiento vocacional (CEV) que continúamente mejoran la calidad y el desempeño de sus programas para ofrecer aprendizaje profesional, innovador y que responda a la necesidades reales de la sociedad; con el fin de mejorar la productividad y el desarrollo económico de Taiwan.

Esencialmente, hay tres opciones académicas prácticas para quienes se interesan por obtener una determinada especialidad vocacional y ganar experiencias de trabajo. Estos modelos están a disposición de los jóvenes que se gradúan de la secundaria básica.

Uno de ellos es conocido el “Modelo 1+, que acepta jóvenes de ambos sexos de 22 años de edad, para un programa de cuatro años. En el primer año, los participantes reciben entrenamiento vocacional diurno en un CEV, mientras asisten a cursos nocturnos y de fin de semana para cumplir con el requerimiento académico. Al final primer año, se realizan pruebas para otorgar la licencia técnica nacional de Clase B; a la vez que se firma un contrato de empleo con la industria de su especialización.

 

Los programas comienzan con el entrenamiento en técnicas básicas.

En los siguientes tres años, el participante participa en un empleo formal en el sector industrial, recibiendo por lo menos un salario mínimo. De noche y durante los fines de semana, asiste a los cursos para terminar la universidad.

Al concluir el programa, obtendrá una correspondiente licenciatura, pudiendo continuar en el trabajo, cumplir con su servicio militar o continuar estudios de postgrado.

El segundo programa es conocido “Modelo A+A+”, que admite estudiantes en tercer o cuarto año de universidad, donde reciben entrenamiento gratuito ofrecido por un CEV. Las horas de entrenamiento son reconocidas créditos académicos para optar por el grado en sus respectivas universidades.

Por último, tenemos el “Modelo 3+, para jóvenes de 22 años de edad. El mismo integra el colegio vocacional con la universidad. En su primer año, los alumnos reciben educación formal en un colegio.

Durante el segundo año, asisten a sesiones de entrenamiento vocacional en un CEV durante el día; durante el segundo año, reciben educación formal en las noches y los fines de semana, a la vez que pasan las pruebas para otorgar la licencia técnica nacional de Clase B.

En el tercer año, han de terminar su educación técnica a la vez que realizan pasantías en la industria. cuarto al séptimo año, trabajan formalmente en una empresa, mientras terminan las clases universitarias y los cursos de entrenamiento en el trabajo durante las noches y los fines de semana.

Al culminar el programa, reciben una licenciatura en una especialidad técnica.

Existen seis centros de entrenamiento vocacionales, tres de ellos en la región norte de , uno en la región central, y dos en el sur de la isla. Los mismos sirven centros logísticos para el entrenamiento vocacional y desempeñan los papeles de integrador de recursos, comprador de planes, evaluador de desempeño y asesor técnico. Todos los CEV están equipados con suficientes equipos y maquinarias para permitir que cada participante pueda seguir el entrenamiento con su propia dotación didáctica.

Estos centros realizan actualmente programas vocacionales conjuntamente con otras instituciones gubernamentales, la empresa privada, gremios y asociaciones profesionales, organismos no gubernamentales, así instituciones académicas.

Los programas que tradicionalmente ofrecían los CEV estaban relacionados con los puestos de trabajo que tenían las empresas tradicionales del país, incluyendo mecánica; ingeniería eléctrica; reparación y mantenimiento de automóviles; refrigeración y aire acondicionado; redacción, diseño y publicación por computadora; control industrial; diseño/manufactura asistidos por computadora (CAD/CAM); automatización; diseño y manufactura de moldes para la industria electrónica, así como prueba y control con instrumentos.

 

parcial de un taller para entrenamiento en panadería y repostería en un CEV.

En la actualidad, los programas tradicionales han sido rediseñados para satisfacer las necesidades modernas sector industrial. Por ejemplo, los cursos de tornería y fresado tradicionales incluyen ahora un alto nivel de sofisticación, siendo obligatorio aprender a usar fresadoras de cinco ejes con sistemas de control numérico.

Por otro lado, se han incluido nuevos programas tales como administración de bienes raíces; servicios de diseño; creatividad cultural; servicios de informática; turismo y ocio; técnicas de distribución; mecánica de control numérico por computadora; integración electromecánica; distribución industrial; comercio y mercadotecnia internacionales; así como administración de logística.

Pero, para resolver realmente el problema desempleo, no sólo basta contar con CEV para reacondicionar a los trabajadores en técnicas más actualizadas. Es menester contar también con centros de asistencia vocacional que puedan orientar a los trabajadores desempleados en la búsqueda de nuevos empleos.

Con esta finalidad, se han establecido cinco centros de servicios de empleo, cubriendo todos los distritos de la isla principal de Taiwan, así las islas aledañas de las , Quemoy y Matsu. Tales centros cuentan con 31 sucursales y más de 250 centros locales que sirven virtualmente a casi todos los poblados y ciudades país.

Tales centros proporcionan asistencia y entrenamiento vocacional, así identificación de las causas desempleo. También asisten en el reclutamiento de trabajadores por el sector empresarial, ayudan a las funciones de mercadeo y desarrollo de las industrias locales en el nivel comunitario, promueven actividades de aprendizaje mediante la cooperación con colegios y universidades, y asisten en la obtención de empleo para jóvenes, veteranos y grupos desventajados.

Debemos tener en cuenta un criterio: los programas de entrenamiento vocacional en sí nunca crearán el desarrollo económico; sin embargo, tales programas definitivamente son necesarios para el desarrollo sostenible de una nación.

En este sentido, de China promueve un esquema de educación, entrenamiento y aprendizaje de por vida; para integrar los recursos públicos y privados con el fin de proporcionar una forma de vida más plena y participativa para sus ciudadanos.

Texto y fotos de Luis M. Chong L.

 

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