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Perros guías abren camino en Taiwan

26/12/2011
Tim Su, entrenador de perros guías para la TGDA, demuestra una lección de caminata. (Foto de Chen Mei-ling)

Siete años atrás, la película japonesa Adiós, Quill, conquistó el corazón de los taiwaneses con su dramática historia de amor y lealtad entre un perro guía y su amo ciego hasta el fallecimiento del mismo. La película catapultó el tema de los perros guías al escenario público y su presencia fue poco a poco mejor comprendida entre los locales, aprobándose entonces mejores leyes de acceso para estos animales al transporte colectivo y lugares públicos. Si bien queda mucho camino por recorrer, el pueblo de Taiwan ha ido tomando consciencia de la valiosa labor abnegada de estos fieles e inteligentes compañeros caninos.

Los perros guías comenzaron a ser sistemáticamente entrenados para proporcionar asistencia a los discapacitados visuales durante la Primera Guerra Mundial, pero todavía son poco frecuentes en la República de China, explica Joyce Feng, publicista de la Asociación de Perros Guías de Taiwan (TGDA, siglas en inglés), que se dedica al adiestramiento de perros guías, el desarrollo de la crianza local de estos perros y la sensibilización del público.

“Muchos soldados alemanes perdieron la vista en la guerra, y los perros militares que sobrevivieron no tenían otros usos, por lo que los alemanes los entrenaron como perros guías para ayudar a sus veteranos. Sin embargo, la primera escuela para perros guías –El Guía– fue establecida en Estados Unidos en 1928 por Dorothy Harrison Eustis, y sigue existiendo hoy en día”, relata Feng.

Mientras que el entrenamiento de perros guías en Estados Unidos tiene una historia de más de 80 años, el concepto es bastante reciente en Taiwan. Según Feng, la TGDA fue fundada en abril de 2002 por William Chen, quien tomó cuatro años de clases para convertirse en instructor de perros guías en la Fundación Real de Ciegos de Nueva Zelanda a finales de los años noventa; y en 2002 se convirtió en el primer taiwanés en obtener licencia de instructor de perros guías.

“Durante su estadía en el extranjero, Chen vio cómo los perros guías hacían una gran diferencia en las vidas de los discapacitados visuales, lo que les permitía hacer las cosas con mayor rapidez y seguridad”, señaló Feng, agregando que “Chen pensó que sería genial si los ciegos en Taiwan pudieran experimentar los mismos cambios, por lo que puso en marcha la asociación para introducir, criar y entrenar los perros guías”.

En un principio, la TGDA dependió de sus homólogos de Japón y Estados Unidos para obtener razas de perros sanos y de calidad, recordó Feng. “Pero ahora podemos reproducir perros propios y devolver el favor”, aseveró Feng.

Feng señaló que los pastores alemanes, labradores y golden retrievers son las razas de perros más adecuadas para guías debido a su estabilidad. “Para ser un perro guía, no puede haber enfermedades congénitas o antecedentes de haber atacado a seres humanos en la genealogía de un perro, porque el animal se convierte en una parte integral de la vida de su amo”, subrayó.

“Los perros guías van a los lugares frecuentados por la gente común cada día, por lo que su estabilidad es la máxima prioridad. Los perros son examinados varias veces durante las diferentes etapas de su crecimiento, y los que son demasiado activos o tímidos se borran de la lista. Los perros guías son el tipo de perro de trabajo más difícil para entrenar, con el mayor índice de eliminación, con un promedio de 50 por ciento”, subraya Feng.

 

La labor del perro guía es asegurarse de que su amo suba y baje del transporte público en forma segura. La del público, permitir que el can haga su trabajo. (Fotos de CNA)

Según Feng, el entrenamiento de un perro guía se realiza en tres etapas. Los cachorros de dos a cuatro meses de edad son confiados a familias adoptivas para que desarrollen rutinas diarias regulares y buenas costumbres, lo que significa que no pueden ladrar, morder, saltar sobre las personas o sobre los muebles. Lo más importante es que se acostumbren a no hacer sus necesidades dentro de la casa y a tener hábitos sanitarios muy regulares, explicó Feng.

“Una vez que los cachorros tienen edad suficiente y pueden controlar sus movimientos intestinales, las familias adoptivas continuarán con los procesos de socialización, como viajar en transporte público, entrar con los cachorros en varias tiendas y asistir a reuniones con diferentes tipos de personas”, explicó Feng. “El objetivo es que se familiaricen con el entorno social y que se preparen para su trabajo como perros guías en el futuro. Por supuesto, si surgen problemas durante este período, las familias pueden llamar a nuestros instructores de perros guías para ayudarles”, señaló Feng.

Cuando los cachorros tienen un año de edad, la TGDA evalúa a los perros, especialmente su temperamento, continúa relatando Feng, añadiendo que algunos perros son eliminados del programa por problemas de salud o inestabilidad; mientras que aquéllos que son escogidos, pasan a la siguiente etapa de su entrenamiento.

“Durante esta fase, que dura de uno a uno y medio años, los perros asisten a la TGDA todos los días para sus lecciones básicas, tales como las órdenes, las tareas y las habilidades que un perro guía debe dominar”, aseguró Feng.

Tim Su, un entrenador de perros guías con la TGDA, añadió que las órdenes, como “siéntate” y “quédate”, que se les enseñan a los perros, se dan en inglés. “El propósito es evitar que los transeúntes distraigan a un perro dándole órdenes en chino durante el entrenamiento en las zonas públicas”, advirtió Su.

“Después de que los perros completan todo el curso, se convierten en perros guías calificados y se colocan en la lista de perros de trabajo, a la espera de una persona con discapacidad visual que solicite un perro”, relató Feng. “La TGDA entonces hace la pareja más adecuada, de acuerdo al tamaño de cada perro, su personalidad y velocidad de paso. Posteriormente, el perro y su amo hacen una etapa de prueba y viven juntos durante dos semanas. De esta forma, comprueban si se adaptan uno al otro, y si el amo es capaz y está dispuesto a hacerse cargo del perro”.

Según Feng, si empatan a la perfección, habrá un período de entrenamiento del cliente, de uno a tres meses. “El objetivo es enseñar a la persona ciega el correcto manejo del perro, incluyendo el baño regular, aseo y los hábitos alimenticios, así como ayudarlos a adaptarse a la personalidad uno del otro. También se practican por lo menos cinco rutas desde y hacia la escuela, el trabajo u otros destinos frecuentes.

 

Un grupo de cachorros inicia su entrenamiento como perros guías. En la gráfica, las familias adoptivas que son vitales en el proceso de socialización de los jovenes reclutas.

“Los perros guías ocupan el lugar de los bastones blancos y ofrecen a los ciegos una protección dinámica”, explicó Feng. “Ellos detectan activamente los obstáculos para los discapacitados visuales y les ayudan a navegar por estas barreras. También ayudan a mantener a sus amos seguros en el tráfico”.

Desafortunadamente, todavía hay muchos taiwaneses que saben muy poco acerca de los perros guías, lamentó Feng. Aunque una ley aprobada en 2004 para proteger los derechos de las personas con discapacidad se modificó en 2011 para estipular el derecho de los amos y los perros guías, incluyendo ingresar en las áreas públicas y acceder al transporte público a los entrenadores y los perros en entrenamiento; miembros de las familias adoptivas y de la TGDA se han visto impedidos de entrar en restaurantes o tomar el transporte público.

“Cuando ésto ocurre, hablamos con el dueño del restaurante o el agente de la estación, y les mostramos la ley”, advirtió Feng. “Si ellos no cooperan, tomamos nota de la hora, el lugar y las personas que participan en el incidente y presentamos una demanda”, aseguró Feng.

Otros tipos de problemas pueden resultar de las ideas que tiene la gente sobre los perros en general. “Una vez estaba en un autobús con un perro guía de color negro en entrenamiento”, cuenta un entrenador, “cuando de repente una pasajera anciana abrió su sombrilla hacia el perro, diciendo: ‘¡Fuera! ¡Voy a golpearte!’” Fiel a su entrenamiento, el perro ni siquiera volteó a ver a la anciana.

“Muchas personas, especialmente los ancianos, se ven profundamente afectados por la idea tradicional de que los perros negros son feroces y muerden”, lamentó Feng. “La TGDA espera corregir estos conceptos erróneos y mostrar a la gente que los perros guías tienen un buen comportamiento, no orinan o defecan en cualquier lado, ni ladran o muerden. Automáticamente se acuestan y descansan, tranquilos por su lado, cuando están trabajando en un lugar público”, aseveró Feng.

Con el fin de ayudar a educar al público, la asociación organiza eventos educativos de vez en cuando frente a los grandes almacenes o en las escuelas y las empresas, enseñando a la gente a no alimentar o molestar a un perro guía en el trabajo, o evitar que haga su trabajo, Feng añadió. En su lugar, deben ofrecer activamente ayuda cuando ven a una persona con discapacidad visual en la calle.

“Llamar a un perro guía lo distrae de su trabajo y podría resultar en una situación peligrosa”, advirtió. “Si se le dan alimentos de humanos, ésto hará que siga el olor de la comida cada vez que pase por un mercado nocturno, por ejemplo; y peor aún, podría interferir con el hábito de los perros de hacer sus necesidades en un tiempo y lugar determinado”, aseguró Feng.

Según Feng, hay 60 mil personas con discapacidad visual en Taiwan y sólo 32 perros guías profesionales en servicio. Sin una escuela de entrenamiento con pistas de obstáculos, caminos para la práctica en tráfico y dormitorios para que los perros y sus amos pasen el período de prueba de dos semanas juntos, la capacitación de perros guías en Taiwan dura el doble de tiempo que en otros países. El entrenamiento se lleva a cabo en la vía pública, los entrenadores tienen que recoger a los perros en las casas de sus familias adoptivas todos los días y las clases pueden ser canceladas debido al mal tiempo.

“Se toma de seis a ocho meses entrenar a un perro guía en el extranjero, pero de 12 a 18 meses en Taiwan”, indica Feng. La TGDA, como organización sin fines de lucro, está buscando un sitio de entrenamiento más grande y donaciones que le permitan adquirirlo. “Sin importar qué obstáculos enfrentemos, continuaremos difuminando las nuevas de los perros guías”, aseguró Feng.

Traducido del Taiwan Today
por Silvia Villalobos

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