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Las microcervecerías encuentran su lugar en el mercado taiwanés

26/05/2012
Las espumosas creaciones de Le Ble d’Or se han granjeado no sólo el gusto de los gourmets en Taiwan sino también en competencias internacionales. (Fotos de Chen Mei-ling)

En una bodega iluminada en las afueras de la ciudad de Taipei, un hombre con barba y un vientre ligeramente abultado vierte con orgullo la cerveza de barril en un vaso escarchado, llenándolo hasta el borde. “He aumentado casi 20 kilos desde que se abrió esta cervecería hace una década”, revela Quentin Yeh, levantando el vaso hasta sus cejas. “Considere ésto un nuevo tipo de accidente de trabajo”, bromea.

En 2002, poco después de que el Gobierno de la República de China abolió el monopolio sobre los productos derivados del tabaco y el alcohol, como una de las condiciones para ingresar a la Organización Mundial del Comercio, Yeh regresó con su padre desde Vancouver, Canadá, a Taiwan para fundar la cervecería y el restaurante Le Ble d’Or, que en francés significa “trigo dorado”.

Desde entonces, la microempresa, que inicialmente produjo diez toneladas métricas de cerveza al mes, se ha convertido en una popular cadena con siete sucursales en toda la isla, vendiendo hasta dos toneladas de la bebida espumosa al día.

Degustando la cerveza rubia con sabor a miel que es insignia del establecimiento, Yeh muestra un entusiasmo sin igual para su negocio. “Nuestra cerveza artesanal, a diferencia de su prima filtrada y pasteurizada que viene en latas, conserva el sabor característico de la levadura con un final fresco”, aseguró Yeh.

De acuerdo con el encargado de destilación de 33 años de edad, el filtrado y la cocción pueden extender la vida útil de la cerveza por un máximo de seis meses, pero en el proceso también se destruyen el sabor y la frescura de la bebida. Por eso, Yeh se niega a procesar sus bebidas de esta manera, y como resultado, todas sus cervezas artesanales deben ser consumidas dentro de dos semanas de producción. Además, tienen que estar refrigeradas en todo momento.

Si bien otrora fue considerada simplemente una bebida para calmar la sed, la cerveza en Taiwan se está convirtiendo en un elíxir para los conocedores, gracias a los decididos esfuerzos de los misioneros de la cerveza local como Yeh.

Su batalla no ha sido fácil. Con más del 80 por ciento de mercado de la cerveza de la isla dominado por la otrora empresa estatal Corporación de Tabaco y Licores de Taiwan, y el otro 19 por ciento repartido entre las marcas importadas, las cervecerías locales se quedan tan sólo con las migajas para recoger. Sin embargo, en los últimos años, la exposición de los consumidores de Taiwan a los estilos de vida occidentales, junto con un creciente apetito por la comida gourmet, ha impulsado la demanda de las bebidas para conocedores. Esto presenta una oportunidad para los fabricantes locales de bebidas.

 

Lawrence Lin, de Jolly, sirve una muestra de su cerveza de trigo, éxito de ventas, en uno de sus flamantes restaurantes.

Le Ble d’Or ha estado teniendo bastante éxito, tomando en cuenta que es apenas un novato en el negocio. En un estudio de mercado el año pasado, aproximadamente el 40 por ciento de los encuestados manifestó que es su marca favorita de cerveza. “Nos quedamos impresionados por los resultados, ya que somos minúsculos en comparación con la marca líder”, señaló Yeh.

Con su experiencia y el equipo importado de Canadá, la cervecería de Yeh no sólo tiene como objetivo hacer la mejor cerveza artesanal posible, sino que también quiere utilizar cuantos ingredientes de primera calidad locales se pueda. Desde el debut de 2007 de su cerveza de miel, hecha con miel de la mejor calidad de Yunlin, en el centro de Taiwan; Le Ble d’Or ha abierto una nueva dimensión a su negocio. “Las clientas aman nuestra cerveza de miel”, reveló Yeh. En la primera cata de la cerveza, una bloguera declaró estar encantada de inmediato, opinando que “es muy suave y refrescante, a diferencia de otras cervezas”. “Puedo fácilmente tomarme un vaso tras otro”, confesó.

El brebaje dulce ha ganado algo más que la atención del cliente. En el Gran Festival Internacional de Cerveza de Tokio 2009, la cerveza de miel ganó la medalla de oro en la categoría de cerveza de especialidad, superando en la competencia a unas 200 cervezas de todo el mundo para convertirse en la primera cerveza de Taiwan en recibir tal honor.

Amparados en su éxito, la compañía se está preparando para ingresar en un mercado mucho más grande. En junio, inaugurará su primer establecimiento en el extranjero, en Suzhou, a 100 kilómetros al oeste de Shanghai y una de las ciudades de más rápido crecimiento en China continental. “Va a ser un restaurante enorme con instalaciones para la fabricación de cerveza en el propio lugar”, anunció Yeh, agregando que “estoy muy emocionado”.

A diferencia de Le Ble d’Or, que se concentra en la expansión, Jolly, otra cervecería local, ha decidido tomar las cosas con calma en su intento de crear la combinación perfecta entre la cerveza artesanal y la comida gourmet tailandesa. “Para el fundador de nuestra empresa, la cerveza y la gastronomía son igualmente importantes”, aseguró Lawrence Lin, gerente de distrito para la cadena de restaurantes.

Eddie Chang, el hombre que impulsó Jolly, es el único empresario de cerveza artesanal en Taiwan que es a la vez chef entrenado y destilador de cerveza certificado. En su misión por introducir las mejores cervezas a los consumidores de Taiwan, Jolly ha recreado clásicos a partir de recetas tradicionales como la Scotch Ale, Pale Ale, Pilsner y Weizen, o la cerveza de trigo, mientras que al mismo tiempo ha inventado la inmensamente popular cerveza de maracuyá.

 

Este afiche publicitario muestra las creativas cervezas con sabor a melón y a lichi de NTB. (Foto cortesía de NTB)

En comparación con los mercados vecinos como Japón, que relajó sus estrictas leyes fiscales en 1994 y ahora cuenta con más de 200 pequeñas fábricas de cerveza, el sector de la cerveza artesanal de Taiwan está todavía muy en pañales. “En Taiwan, no fue sino hasta hace tres años que la cerveza artesanal realmente despegó”, señaló Chang. Asimismo, aprovechando el frenesí mundial por la cocina tailandesa, Jolly se ha convertido en un lugar favorito para las comunidades de expatriados de Taipei. No es raro ver el restaurante lleno de clientes extranjeros para su competencia mensual de quién bebe más cerveza, indicó Chang.

Para Jolly, que espera abrir su tercer restaurante y cervecería en el centro de Taipei este año, la comida gourmet acompañada de cerveza artesanal llegó para quedarse, ya que cada vez hay más gente, especialmente entre la población joven, dispuesta a gastar una buena parte de sus ingresos en disfrutar de una bebida de alta calidad.

Si bien cerveza “de barril” es el nombre del juego para Jolly y Le Ble d’Or; Wen Li-guo y su Cervecería del Norte de Taiwan (NTB, siglas en inglés) han tomado un enfoque completamente diferente, ya que su objetivo es vender cerveza embotellada a los compradores en el extranjero.

Wen, quien de mecánico automotriz amante de la cerveza se convirtió en empresario, inició su misión solitaria en el año 2003 mediante la construcción a partir de cero de sus instalaciones para elaborar cerveza. “La compra del equipo en el extranjero habría costado diez veces más”, reveló Wen. Debido a limitaciones de personal y espacio de la fábrica, la capacidad de producción de la fábrica de cerveza equivale a apenas dos toneladas al mes, pero ésto tendrá que aumentar, ya que la demanda ha subido vertiginosamente en meses recientes.

La estrategia de Wen es “sazonar” su cerveza con los sabores de frutas locales, lo cual tiene sentido, ya que Taiwan es bien conocida por su amplia variedad de frutas de primera calidad. Wen ya ha inventado diversas bebidas con melón, piña y lichi, y todas ellas han sido muy exitosas. La cerveza emblemática de la compañía, que es la cerveza de lichi, hecha con jugo concentrado de la mejor calidad a partir de esta suculenta fruta, no sólo está disponible en más de cien lugares en todo Taiwan, sino que también ha creado una moda en Singapur.

Desde el año pasado, una empresa de dicha ciudad-estado en el Sudeste Asiático ha estado vendiendo la cerveza de lichi NTB en bares y restaurantes. Ha adquirido la mitad de toda la producción de la cervecería, y la demanda sigue en aumento. “Constantemente recibimos llamadas de compradores en Hong Kong, Japón, China continental y Malasia, pidiendo más”, revela Wen, “pero por ahora simplemente no tenemos suficiente capacidad para satisfacer todas sus necesidades”.

Después de un reciente traslado y ampliación de su fábrica de cerveza, Wen tiene la esperanza de que sus cervezas, algún día, puedan llegar a ser un éxito incluso en Bélgica, la meca de la cerveza. “La batalla por el paladar ha comenzado, y definitivamente confío en nuestro equipo”, afirma Wen.

Las microcervecerías de Taiwan han recorrido un largo camino para llegar a donde están hoy en día, cambiando la percepción de la cerveza de una bebida barata a un deleite para los conocedores. Los amantes de las bebidas espirituosas, afortunadamente, ya no tienen que ir muy lejos para disfrutar de una bebida fresca directa del barril.

Traducido del Taiwan Today
por Silvia Villalobos

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