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Fuga de cerebros, reto al desarrollo de Taiwan

26/11/2012
Uno de los principales factores que contribuye a la fuga de cerebros de Taiwan es la agresiva contratación de sus mejores graduados por otros países asiáticos. (Fotos de CNA)

La así llamada fuga de cerebros de la República de China es una de las amenazas más preocupantes para el desarrollo sostenible de la nación. Si bien el Gobierno ha anunciado planes para abordar el problema, el sector privado también tiene que asumir su parte de la responsabilidad con el fin de realizar la creación de un entorno más atractivo para los profesionales de alto calibre.

En mayo del presente año, el ministro de Educación de la República de China, Chiang Wei-ning, señaló que observó un cambio muy preocupante durante un viaje a la costa oeste de Estados Unidos. Comparado con períodos anteriores, muy pocos de los profesores jóvenes en las principales universidades de California son taiwaneses. La cantidad de estudiantes locales que realizan estudios avanzados en instituciones extranjeras está también en descenso, agregó Chiang. “Este grupo cada vez menor de académicos e investigadores formados en el extranjero es un mal presagio para el futuro desarrollo del país”, advirtió el Ministro.

Uniéndose a la observación de Chiang, Yip Ming-chuen, vicerrector de la Universidad Nacional Tsing Hua, con sede en la norteña ciudad de Hsinchu, señaló que los estudiantes que regresaron del extranjero desempeñaron un papel clave en el ascenso de la nación hasta alcanzar ser una potencia tecnológica mundial durante las décadas de 1970 y 1980. “Los graduados del país necesitan mayor experiencia internacional con el propósito de ayudar a Taiwan a sobresalir en la nueva ola de competencia mundial”, advirtió Yip.

Por su parte, el ministro de Estado Kuan Chung-min aseguró en una reunión de asesoramiento tecnológico al Yuan Ejecutivo en agosto del presente año que “los recursos humanos son la base de la competitividad nacional de Taiwan”.

 

El ministro de Estado Kuan Chung-min propone la distensión en los reglamentos laborales y migratorios para atraer más talentos a la isla.

“Si no tomamos una actitud más agresiva para resolver la escasez de talento, Taiwan pronto se convertirá en un país de segunda o tercera categoría”, aseveró Kuan.

Varios factores contribuyen a la situación actual, explica Kuan. Estos incluyen una gran brecha entre la oferta y la demanda de empleados de calidad, un sistema educativo rígido que está fuera de contacto con el sector empresarial, y el fracaso para atraer a profesionales de calidad mundial a la isla.

La República de China produce cerca de 300 mil graduados universitarios cada año, indicó Kuan. Sin embargo, las empresas, tanto en los sectores tradicionales como en los de alta tecnología, se quejan por igual a menudo de no poder llenar sus plazas vacantes. Asimismo, los graduados hallan dificultad en obtener trabajos decentes. Para completar, la sociedad en general ve a los jóvenes como carentes de visión global y habilidades profesionales. “Cuando todo el mundo se queja, algo debe haber salido mal”, concluye Kuan.

Cyrus C. Y. Chu, ministro del Consejo Nacional de Ciencias, también hizo hincapié en la gravedad de la situación durante una reciente reunión consultiva de su dependencia. Junto con otras causas, Chu señaló que “los bajos salarios de Taiwan están alejando a más profesionales capaces de la isla”. Al mismo tiempo, el país no ha sido capaz de atraer suficientes trabajadores calificados del extranjero. “Taiwan se ha convertido en un exportador neto de talentos”, lamentó Chu.

El ministro Chu manifestó que una de las razones principales de este problema en particular es el ambiente hostil de Taiwan para los profesionales extranjeros, que incluye leyes de inmigración tan estrictas que virtualmente hacen casi imposible realizar la contratación de especialistas de primer nivel. De los 450 mil extranjeros que han trabajado en la isla durante los últimos diez años, más de 400 mil eran trabajadores de cuello azul, mientras que alrededor de 20 mil eran profesores de inglés, indicó Chu. “Estos no son el tipo de trabajadores calificados que pueden ayudar a Taiwan a innovar y prosperar”, lamentó Chu.

El problema es tan alarmante que Shanmugarantnam Tharman, vice primer ministro y ministro de Finanzas de Singapur, advirtió en abril que la ciudad-estado  también está experimentando una pérdida de personas calificadas y se arriesga a convertirse en una repetición de la “historia de Taiwan”, si cierra sus puertas a los profesionales extranjeros. Tharman también cree que la disminución de los salarios de Taiwan es el resultado de la migración de talentos del país.

 

El primer ministro Sean C. Chen (centro) preside recientemente una discusión del Yuan Ejecutivo sobre el desarrollo de los recursos humanos en la nación.

Para revertir la situación, revela Chiang, el Ministerio de Educación está trabajando en el primer libro blanco acerca de la preparación de talentos en el país, mientras que el Yuan Ejecutivo ha girado directrices a los organismos pertinentes para que intensifiquen la aplicación de proyectos de desarrollo de talentos en los sectores orientados a la promoción estratégica, con un enfoque en la revisión de los reglamentos laborales y migratorios.

Por su parte y ofreciendo un punto de vista diferente, C. C. Chang, gerente de investigación y desarrollo en una empresa local de paneles, opina que Taiwan sigue siendo un excelente caldo de cultivo para los mejores profesionales de investigación y desarrollo. “Pero la excesiva concentración de trabajadores calificados en sólo un puñado de empresas de alta tecnología puede ser un problema aún más grave”, advirtió, con base en sus años de experiencia en reclutamiento.

En medio del entorno de salarios bajos en Taiwan, los pesos pesados ​​de la industria, que ofrecen generosas bonificaciones, tales como HTC Corp., Inc.; MediaTek y Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., acaparan la mayoría de los mejores graduados del país cada año, mientras que muchas de las otras empresas no son capaces siquiera de encontrar sangre nueva.

“Estos desequilibrios no auguran nada bueno para el desarrollo general de la economía de Taiwan”, lamenta Chang. “Pero éste es un problema que incumbe al sector privado, no al Gobierno”, confiesa.

Muchos observadores atribuyen el éxodo de talentos de Taiwan al ascenso de China continental como potencia económica. En una reciente encuesta realizada por una agencia de empleos con sede en Taipei, el 77 por ciento de los encuestados locales considera trabajar en el otro lado del Estrecho de Taiwan como una oportunidad para el desarrollo profesional y con mayor experiencia internacional.

Por ejemplo, Chang Yu-yu, de 29 años de edad, trabaja en la sucursal de Shanghai de una importante agencia internacional de relaciones públicas. Educado en Taiwan, Singapur y el Reino Unido, trabajó brevemente para un hospital local antes de tomar la decisión de continuar estudios avanzados de negocios e iniciar una carrera al otro lado del Estrecho.

“No creo que China continental sea la razón principal detrás de la fuga de cerebros”, declara el joven Chang. “El problema radica en Taiwan, en sí mismo, especialmente en el sector privado. Según mi punto de vista, la mayor diferencia entre los dos mercados de trabajo se encuentra en las perspectivas de remuneración y beneficios”, asegura Chang.

En China continental, los grandes triunfadores son muy apreciados y por ende premiados con paquetes competitivos, y las empresas están más que dispuestas a invertir en recursos humanos, señaló Chang. “Muchas empresas taiwanesas se quejan de no poder encontrar empleados calificados, pero aún se muestran reacias a ofrecer salarios decentes o cambiar sus prácticas de contratación”, opina Chang.

Chang Yu-yu cree que los profesionales formados en Taiwan despliegan altos estándares en sus actitudes hacia el trabajo, así como en su capacidad para el pensamiento independiente y creativo, cualidades muy buscadas por muchos empresarios asiáticos. Asimismo, la mayor parte de los trabajadores taiwaneses en el otro lado del Estrecho estaría dispuesta a retornar si ellos fueron recompensados ​​adecuadamente, afirmó Chang.

“Las empresas locales realmente necesitan ver a los empleados como un activo que puede ayudar a su negocio a crecer, y no sólo como un elemento prescindible en sus esquemas de eficiencia de costo”, concluyó el joven Chang.

Traducido del Taiwan Today
por Silvia Villalobos

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