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Revive histórico puesto de getas en Tainan

06/04/2013
Kuo Tsung-hsin muestra orgulloso un par de getas o zuecos japoneses hechos a mano. (Fotos de Grace Kuo)

Hay un pequeño puesto al lado de la carretera en la ciudad de Tainan, al sur de Taiwan, que vende getas. Su propietario, Kuo Tsung-hsin, está sumamente ocupado en la confección artesanal un par de zuecos japoneses. Kuo se concentra intensamente mientras engrapa en forma de “Y” las correas de algodón en los bloques de madera, a la vez que la breve explosión neumática de su pistola de aire es casi ahogada por el incesante zumbido del tráfico que pasa.

Fundada por el abuelo de Kuo, Kuo Chuan-lu, durante la dinastía Qing (1644-1912), la Zapatería Zhen Hsin se especializa en getas o zuecos al estilo japonés hechos a medida. El puesto ha vestido muchos pies en los últimos años, al mismo tiempo que resurge, cae y se levanta de nuevo este calzado icónico que otrora definiera una clase social en Taiwan.

“En el período colonial japonés (1895-1945), los zuecos fueron para la nobleza y los zapatos de paja trenzada para la gente común”, explica Kuo, quien heredó el puesto en 1987. “La gente común tuvo finalmente la oportunidad de llevar este calzado después de que los japoneses se fueron de la isla”, señala Kuo.

Según Kuo, los japoneses llevaban zuecos porque éstos mantienen la suciedad lejos de salpicar la parte de atrás de las piernas y permiten que los kimonos u otra ropa cara permanezcan inmaculados.

 

Los padres de Kuo Tsung-hsin posan ante el puesto de zuecos en esta foto de antaño.

Aunque los getas eran populares, su dureza y forma engorrosa pronto vio a las elites en busca de opciones más cómodas y prácticas. La disponibilidad de zapatos de producción masiva al final de la Segunda Guerra Mundial impactó este negocio; al igual que la prohibición del uso de getas en público, hecha por el Gobierno Central después de su traslado a Taiwan desde China continental en 1949.

“En los tiempos de auge, Taiwan tenía más de 100 puestos de geta y podíamos vender 3.000 pares al mes”, indica Kuo. “Pero después que las sandalias de goma azul y blanco llegaron a estar disponibles en todo el país, la industria se enfrentó a una crisis tan grave que era difícil incluso regalar un par de zuecos”, lamentó Kuo.

Este negocio tuvo su peor momento entre 1980 y la primera década del siglo XXI, afirma Kuo, obligando a su familia a añadir zapatos sintéticos a su inventario. Era difícil ganarse la vida en ese momento y Kuo a menudo pensaba en cerrar el puesto. Pero las palabras de aliento de Chen Mei-ching, profesora de historia en la Universidad Nacional Cheng Kung en Tainan, avivaron la esperanza del fabricante de getas y le ayudaron a seguir luchando.

“Chen aseguró que los estilos retro popularizados por Chanel y otras marcas internacionales ofrecen nuevas oportunidades para que las industrias tradicionales se recuperen”, explica Kuo. “Ella me instó a permanecer fiel a los getas y proteger la porción intangible de la historia de Taiwan contenida en cada par producido”, manifestó Kuo.

Las palabras de sabiduría de la académica resonaron con fuerza para Kuo cuando los getas comenzaron a aparecer en películas populares locales, lo que desató el resurgimiento del interés en el calzado “de moda”. Monga, una película de pandillas en Taiwan hecha en 2010, contó con los mafiosos que calzaban getas y la comedia de este año, David Loman, vio a los zuecos agraciar la gran pantalla.

Kuo declaró que el mayor impulso para los getas se produjo a raíz del escándalo de plastificante en 2011, tras el cual los consumidores comenzaron a enfocar más en los estilos de vida saludables y en la sostenibilidad.

 

Los getas son un calzado hermoso, elegante, saludable y que evoca un rico pasado histórico.

“Los getas son buenos para los pies. La madera respira por sus poros que absorben y drenan el agua. Aún empapados por la lluvia, los zuecos se secan naturalmente en 20 minutos, mientras que los zapatos normales se mantendrán húmedos y pegajosos, a menos que se tomen medidas para que se sequen. Es por eso que otrora, los cocineros o los vendedores de pescado llevaban getas, porque el entorno en el que trabajaban era muy húmedo”, explica Kuo.

Los zuecos también pueden ayudar a corregir la postura de quien los lleva, señala Kuo, agregando que la madera es dura y asegura la pronación normal, promoviendo el desarrollo de buenos hábitos al caminar con el paso del tiempo.

“Muchos de nuestros clientes gastan hasta 290 dólares estadounidenses por un par de zapatos para reajustar la postura, pero más tarde se dan cuenta de que el mismo efecto se puede lograr con un par de getas de 17 dólares”, asegura Kuo.

Hsu Gan-yuan, quien ha sido cliente por mucho tiempo y que trabaja como chef en un restaurante japonés local es un gran fanático de los zuecos. “Ayudan a eliminar el olor de los pies y sin duda ayudarán a mejorar la postura”, declara Hsu.

“El principio es similar al de estar sentado en un sofá. Cuanto más está uno sentado, más probable es que se encorve, mientras que si descansa en sillas de madera, ésto lo ayuda a enderezar la espalda”, opina Hsu.

 

Kuo trabaja laboriosamente en la confección de los zuecos en su humilde puesto.

Kuo indica que los mejores getas son hechos a base de pinos; taiwaneses en particular, los que se cultivan a menos de mil metros. “En los primeros días, la caoba filipina fue la más empleada, pero su madera es extremadamente dura y pesada. Los pinos son más ligeros y crecen mucho más rápido”, explica Kuo.

Después de seleccionar su madera, Kuo la corta en bloques y los expone al sol durante una semana. “El propósito es extraer el aceite y la humedad de la madera, o de lo contrario una vez que los getas estén terminados, la pintura o el barniz utilizado en la superficie se agrieta”, advierte Kuo.

El siguiente paso consiste en dar forma a la madera. Para ello, Kuo emplea las placas de zapatos antes de ahumar o barnizar el calzado casi terminado como forma de protección.

Los getas de Taiwan, señala Kuo, se diferencian de sus parientes japoneses en que la forma del tope en la punta es más cuadrada en lugar de curvada. Kuo opina que ésto se debe a que los consumidores de antaño eran más frugales y no se preocupaban tanto de los diseños elaborados.

Otra característica de los getas de Taiwan es que la correa se sujeta a un quinto del espacio a través de la base, justo al lado del dedo gordo del pie. En las versiones japonesas, la banda se fija en el centro.

“Los japoneses creen que este estilo permite a los portadores caminar con ‘mucho optimismo’”, afirma Kuo. “Pero en Taiwan, ésto no es popular ya que se considera poco ergonómico”, añade el artesano.

Dado que su negocio ha visto un nuevo renacer, Kuo revela que espera abrir sucursales en todo el país y algún día incluso llegar a comercializar sus productos a nivel mundial. De hecho, el Instituto de Investigaciones sobre Tecnología Industrial (ITRI, siglas en inglés) con sede en Hsinchu, está ayudando al fabricante de getas en la promoción de sus productos en todo Taiwan.

Faye Huang, funcionaria del ITRI, explicó que a raíz de la promoción de la Ciudad de Tainan a municipio especial en 2010, el gobierno local ha estado esforzándose por impulsar sus industrias tradicionales y conectarlas con el sector de la moda.

Zhen Hsin ha colaborado con éxito con Wentse Co. Ltd., una compañía de ropa fundada por la renombrada diseñadora taiwanesa, Chiang Wen-tse, reveló Huang, añadiendo que Chiang ha incorporado diseños de getas en algunas de sus obras.

“Esperamos ayudar a Kuo a ampliar su negocio empleando nuevos canales tales como tiendas por departamentos, y así compartir la tradición e historia de los zuecos de Taiwan”, afirmó Huang.

Traducido del Taiwan Today
por Silvia Villalobos

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