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El amor de un bibliófilo por los libros

26/05/2013
Lu atesora particularmente esta copia de Discursos Selectos de Madam Chiang Kai-shek, 1965-1966 con el autógrafo de su autora, Mayling Soong Chiang. (Fotos de Archivo/Thomas Nash)

Hace varios años, el bibliófilo Christopher Lu, entonces estudiante de postgrado en la ciudad de Nuevo Taipei, adquirió una copia autobiografiada de Discursos Selectos de Madam Chiang Kai-shek, 1965-1966 en una tienda de libros usados por 1,67 dólares estadounidenses. En la actualidad, este libro en particular tiene un valor de 3.500 dólares estadounidenses para los coleccionistas chino-continentales.

Pero para el ahora cincuentón Lu, su valor es más histórico y cultural que monetario. “Compré una gran cantidad de libros autobiografiados en esa tienda, y pasé el resto del mes viviendo con un presupuesto muy limitado”, reveló recientemente.

Lu, profesor que ha enseñado en varias universidades en el norte de Taiwan, posee una colección de más de 50 mil libros almacenados en dos apartamentos. El catálogo de los mismos lo lleva sólo en su mente, pero puede encontrar cualquier libro recordando su sitio en los anaqueles, que cubren virtualmente cada pared en doble fila desde el piso al cielorraso.

En su mayoría son libros en chino e inglés, con unos cuantos en otras lenguas que no puede leer Lu, tales como un libro firmado por el novelista y laureado del Premio Nobel español, Camilo José Cela; su colección cubre una amplia gama de géneros, predominando historia y literatura. Entre sus tesoros fuera de estas categorías se encuentran obras del pionero entomólogo francés Jean-Henri Fabre; y una antología de cuentos de hadas chinos para niños, publicada en 1922.

 

Esta edición firmada de la obra El mundo y el Occidente de Arnold Toyn-bee, publicada en 1953, es de gran interés para los his-toriadores.

“He estado adquiriendo libros desde que estaba en sexto grado, cuando los libros no eran fáciles de obtener en Taiwan”, señaló. El comenzó enamorándose de colecciones de cuentos, pero pronto tuvo otros intereses. Estando en octavo grado, él leyó varias óperas de Shakespeare en chino. Entre ellas, La tragedia de Julio César fue su favorita, así como El Extranjero de Albert Camus. Ahora, puede citar a Shakespeare en inglés en un santiamén.

La principal fuente de libros de Lu en aquéllos días eran las librerías de libros usados. “Los dueños de tienda con frecuencia no se daban cuenta del valor de lo que tenían”, explica. El observa los precios en línea y puede pedir libros a través del Internet para sus propias investigaciones o bajar un PDF para leer. Sin embargo, la idea de una colección de libros virtuales tiene poco sentido para él. “Prefiero un libro que pueda sostener en mis manos”.

Claro está, si bien reconoce el valor de las bibliotecas para la investigación, en su opinión ellas no pueden satisfacer las necesidades de un verdadero amante de libros. “No puedes escribir en un libro de biblioteca, y por otro lado, tengo muchos libros que no tiene la biblioteca”.

 Al inicio de su carrera como coleccionista, su madre, una escritora, le mostró copias de libros prohibidos por el autor chino-continental Lao She. La posesión de tales libros podría conllevar a un arresto durante el período de la ley marcial (1949-1987), pero este evento despertó el interés de Lu.

En el bachillerato, él copió en forma manuscrita La Verídica Historia de A Q de Lu Hsun, y buscó las obras del comentarista social e historiador Lee Ao, quien posteriormente se volvió legislador y candidato presidencial.

 

Mitos de niños, de 1922, es un ejemplo de los primeros libros ilustrados para niños escritos en chino.

Siendo estudiante universitario, Lu y sus compañeros coleccionistas obtuvieron libros prohibidos que eran traídos al país por estudiantes de ultramar, especialmente de Hong Kong; tales como las novelas de artes marciales y caballerescas de Jin Yong, que ahora se encuentran entre los best-sellers en lengua china.

Otra fuente, si bien para leer y no para coleccionar, fue el depósito de libros utilizados para investigaciones en el Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional Chengchi, especialmente las obras de Karl Marx. Ex prisioneros políticos que llegó a conocer también le proporcionaron textos que de otra manera no estaban disponibles, como los libros de Lenín.

Lu posee en su colección un catálogo de libros prohibidos del Comando de la Guarnición de Taiwan, así como uno de canciones prohibidas, descubierta en tiendas de libros de segunda mano. Algunas veces la razón por la que una obra era prohibida está lejos de ser clara. Un bibliófilo local hace bromas de que los libros de Mark Twain fueron prohibidos debido a que se sospechaba que él era el hermano menor de Karl Marx, ya que en chino sus nombres comparten los mismos dos primeros caracteres: Maketuwen y Makesi.

Los libros firmados por el autor son los favoritos de Lu, haciéndolo sentir una más estrecha conexión entre la obra, el autor y el contexto social. El tiene copias autobiografiadas de luminarias tales como el comentarita de historia Boyang; el filósofo francés Jacques Derrida; el historiador estadounidense sobre China John King Fairbank; el filósofo Fung Yu-lan; el historiador británico Arnold Toynbee; y el novelista Wu Chuo-liu.

El también colecciona firmas que no están en libros, por ejemplo, del expresidente de la República de China, Chiang Ching-kuo; y de Feng Yu-hsiang, el “general cristiano” que fue viceprimer ministro de 1928 a 1930.

Otros coleccionistas que conoce Lu incluyen uno que también posee un enorme volumen de libros, pero pocas ediciones firmadas, así como un traductor que busca “libros extraños” como uno con cubierta de piel de serpiente. Otro se especializa en obras relacionadas con el sexo, por ejemplo, aquéllas de Henry Miller y Frank Harris, y que también las traduce al chino.

Si Lu obtiene más de una copia de un libro, el podría vender aquélla en peor condición, o la parte incompleta de un juego de volúmenes. El ha creado una beca para estudiantes universitarios en memoria de su madre, y está considerando colocar algunos de sus libros más valiosos en el mercado para mantenerla con suficientes fondos.

“Finalmente, la colección tendrá que ser dividida, yo lo sé”, dice. “Pero, aún no estoy pensando realmente sobre eso todavía”.


 

Manuscrito de Hu Shih, filósofo y ensayista chino, reconocido como uno de los intelectuales más destacados del Movimiento del Cuatro de Mayo.

 

Canciones prohibidas, publicado por el Comando de la Guarnición de Taiwan en 1961, que incluso señala el tono para canción.

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