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Sonidos de Taiwan

06/08/2013
La tonada Für Elise identifica a los camiones recolectores de basura en Taiwan. (Fotos de archivo de CNA)

La experiencia de viajar a otros países se representaba anteriormente sólo por medio de imágenes, ya fueran postales o fotografías de sitios vacacionales. Los otros sentidos quedaban cortos, lo cual está bien si pensamos en cómo huelen ciertos lugares; por ejemplo, Venecia. No obstante, el Internet y la función de video en cámaras y teléfonos han hecho del sonido un vehículo cada vez más importante para expresar los estilos de vida en otras partes del mundo.

Taiwan, por supuesto, posee sus propios sonidos, y no solamente los cantos de los templos y los fuegos artificiales que hallamos en las promociones turísticas. Nadie que haya estado en la isla más de unos días podrá dejar de notar los perennes camiones recolectores de basura, que llaman a los residentes de Taiwan a cumplir con su deber y reciclar los desechos cada noche con una encantadora presentación de la sonata para piano Für Elise, de Beethoven.

“Nunca voy a poder volver a escuchar esa tonada sin pensar en los camiones de basura de Taiwan”, confiesa Fabiana Negrín, una editora originaria de Venezuela, quien apenas lleva un año en Taiwan.

Para dar a los extranjeros una mejor idea del entorno tan rico en sonidos de Taiwan, un grupo de estudiantes de cuarto año del Departamento de Lenguaje Aplicado de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Taiwan decidieron hacer un sitio en Internet para mostrar los sonidos de la vida diaria que son únicos en la isla. Su supervisora, la profesora Rebecca Huang, opinó que las estudiantes Penny Yang, Hannah Wen, Monica Chu y Alexandra Shen tenían el proyecto de tesis perfecto. Huang quedó muy impresionada con el sitio en Internet muy favorable para los usuarios en inglés, llamado Latidos de Taiwan.

 

En una calle turística se recrea el pasado con vendedores ambulantes que pregonan sus productos.

El proyecto fue “idea de las estudiantes”, explicó Huang. “Una de ellas escuchó la estación local ICRT y se inspiró en un segmento llamado ‘el pulso del planeta’, donde tocaban un clip, como por ejemplo, unos monjes cantando en un templo, dejaban que la audiencia tratara de adivinar dónde estaba, y luego discutían acerca del trasfondo del sonido”, señala la académica.

El sitio en Internet tiene un formato sencillo. Presenta 25 sonidos de Taiwan, desde los siempre presentes camiones de basura a los tradicionales juguetes de bambú en forma de cigarra. Se dividen en cinco categorías: cultura, comida, recreación, transporte, y casa y estilo de vida. Cada categoría tiene de dos a seis sonidos característicos. El usuario escoge la imagen al recorrer la página y obtiene un corto de sonido y una breve explicación de la importancia cultural del mismo.

Los estudiantes no tenían fondos ni equipos sofisticados, así que hicieron su mejor esfuerzo con los aparatos de grabación que tenían a mano: sus teléfonos celulares. Sin embargo, algunos de los sonidos, a pesar de ser característicos de Taiwan, fueron difíciles de hallar.

La llamada bomba de arroz inflado, un tipo de bocadillo similar al maíz inflado,  calienta arroz en un cilindro de gas hasta que la tapa se abre por sí sola, lo que no solamente es muy distintivo sino también que tiene un sonido muy fuerte. “Los estudiantes estuvieron que esperar un largo tiempo para obtenerlo”, señala Huang. “No es frecuente verlo en estos días. Al final, los estudiantes cooperaron para alcanzarlo. Sus padres ayudaron también, para descubrir dónde operaba un vendedor”, cuenta Huang.

 

En las bulliciosas calles de Taiwan, los vendedores usan megáfonos para atraer clientes.

Muchos de los sonidos del sitio en Internet son especialmente “de volumen alto”, y reflejan con fidelidad la experiencia de los visitantes acerca de los sonidos locales. Negrín opina que el saludo estándar en las tiendas de conveniencia o huanying guanglin (que significa gracias por su patrocinio) es uno de los recuerdos imborrables de la isla. 

“La forma en que prácticamente gritan esta consigna, eso no existe en Occidente. La forma en que lo hacen, es tan consistente que es increíble”, opina Negrín.

Según ella, también ha encontrado vendedores ruidosos en la calle en lugares como Madrid, España; pero que sus homólogos taiwaneses lo hacen a otro nivel, sin mencionar que es en un idioma que no puede comprender.

Sin embargo, Huang le ve el lado positivo al escándalo diario. “Desde nuestro punto de vista, muestra lo laborioso que es el pueblo de Taiwan, que se acercan y tratan de venderle algo, lo que sea”, señala Huang.

Los anuncios del representante local por medio del sistema de altavoces en las esquinas de las callejuelas puede que sea también el foco de la ira de los extranjeros, pero lo que para los visitantes es una cacofonía incomprensible puede dar información importante a los locales.

“Algunas veces están tratando de atrapar a un ladrón. Dan la descripción del sujeto, hasta el color de su impermeable”, explica Huang.

Los sonidos de Taiwan también se han convertido en el tema de atención académica seria. Wendy Hsu, investigadora postdoctoral en el Centro de Aprendizaje e Investigación Digital en la Universidad Occidental, en Los Angeles, California, señaló que es importante distinguir entre renao, el ruido asociado con la bulliciosa actividad social, y chaonao, o simplemente un escándalo molesto.

Lo que hace de renao un concepto único es que el sonido es una expresión fundamental y constituye su manifestación física. Tradicionalmente, uno puede experimentar renao frente a un templo en el pueblo o villa, donde hay más movimiento de personas. Es allí también donde los vendedores callejeros, músicos y pordioseros se reúnen, formando la infraestructura de una economía local informal”, declara Hsu en una entrevista reciente.

 

Los festivales de templos, al igual que éste realizado en Quemoy (Kinmen), atraen multitudes con espectáculos como este artista callejero.

“En la actualidad, se vive el renao en espacios públicos como parques, mercados diurnos y nocturnos, y ocasionalmente durante los festivales de templo y campañas políticas. Las definiciones de lo que constituye el ruido son construidas socialmente. Lo que se considera molesto y ruidoso en un contexto cultural puede constituir la vida diaria en otra cultura”, manifiesta Hsu.

Hsu dejó Taiwan para residir en Estados Unidos cuando tenía 12 años de edad. Hsu explicó que sus viajes de investigación etnográfica a su hogar ancestral en el poblado de Lungtan, en el distrito de Taoyuan, fueron una forma importante de retornar a sus raíces.

En su viaje más reciente, apenas unos meses atrás, Hsu acompañó a su padre al templo Lungtan y al parque Lungtan. “Durante mi paseo en bicicleta alrededor del parque, oí unos sonidos que atrajeron mi atención y me acerqué a su fuente. Las máquinas de juegos colocadas a la orilla del lago, lado a lado con los vendedores, me fascinaron. Cada música toca una melodía preprogramada de tonadas populares y folklóricas. Una de ellas es Canción de lluvia fría, una pieza que las bandas Dzian! y Fiesta amarga tocan, y que también es una de las canciones favoritas de mi abuela”, cuenta Hsu.

A pesar de que la mayoría de los visitantes a la isla probablemente pasa más tiempo en las grandes ciudades como Taipei, la rica gama de sonidos en el campo no debe ser ignorada.

Por ejemplo, Negrín recordó una gira reciente por el distrito de Taitung, en la bucólica costa sudoriental. “Había cigarras, ranas y grillos, todos ellos cantaban con volumen alto. Era como una sinfonía…”

Tales son las melodías de Taiwan.

Traducido del Taiwan Today
por Silvia Villalobos

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