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Retiro espiritual en un templo budista

16/12/2013
El Monumento Conmemorativo a Buda dentro del complejo del Monasterio Fo Guang Shan es esencialmente un museo sobre el budismo y a la vez un sitio de meditación espiritual. (Foto de Luis M. Chong L. )

Para quienes están interesados en experimentar la vida de un monje budista, ahora tienen la opción de lograrlo participando en un programa de Retiro de Fin de Semana en un Templo, en el Monasterio Fo Guang Shan de Taiwan. El mismo ha sido diseñado para extranjeros que deseen aprender acerca del budismo, y la iniciativa también ayuda a lograr una jornada de descubrimiento espiritual.

“Un fin de semana de paz, tranquilidad y autodescubrimiento espera a los participantes”, nos revela Miao Guang, una monja del Monasterio Fo Guang Shan. “Los retiros de fin de semana constituyen una gran forma de iniciar una exploración sobre el budismo. Acá, uno puede apartarse del ruido y las distracciones para embarcarse en una gira personal de introspección”.

Los retiros, llevados a cabo en inglés en el Monasterio Fo Guang Shan, en la ciudad de Kaohsiung, son actividades diseñadas para los neonatos en budismo; e incluyen cantos, oraciones, clases de dharma, sesiones de preguntas y respuestas, meditación, caligrafía, cocina vegetariana, así como una gira por el templo y el cercano centro conmemorativo.

A partir de mayo de este año, los retiros han sido programados para el segundo fin de semana de cada mes, explica Miao Guang, añadiendo que los participantes pagan 17 dólares estadounidenses al momento de inscribirse, y quienes asisten a cuatro retiros, reciben un completo desembolso de sus pagos.

 

Una postura erguida y una actitud mental positiva constituyen el buen inicio de una efectiva sesión de meditación. (Fotos cortesía de Fo Guang Shan)

Las dos primeras sesiones fueron un gran éxito, asegura Miao Guang, ya que atrajeron participantes de doce países, incluyendo Australia, Canadá, República Checa, Indonesia, Alemania, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia, el Reino Unido, Estados Unidos, y Vietnam.

“Cualquier persona que hable inglés, cuya edad oscile entre los 18 y 40 años, y que esté interesada en el budismo, es bienvenida para tomar el sendero espiritual, con el fin de encontrar la profundidad e intensidad en la práctica espiritual”, señala Miao Guang.

“Esperamos que a través de la experiencia de vivir en el templo, los participantes entenderán mejor el verdadero significado del dharma que existe en cada aspecto de la vida diaria”, agrega.

Robin Chen, una universitaria sino-americana que enseña inglés como una segunda lengua, dice que se inscribió en el programa debido a que ella ha sido profundamente conmovida por los programas culturales, educativos y filantrópicos del templo.

Sarah Chua, nacida en Singapur y estudiante de la Universidad de California del Sur, se inscribió para la primera sesión en mayo, retornando a trabajar como voluntaria en junio. Ella revela que no sabía nada acerca del budismo antes de participar en el evento, pero estaba impresionada por el poder de la meditación.

“Aprendí a limpiar todos mis pensamientos durante la meditación, y sentí una paz y tranquilidad interna”, dice Sarah.

Otro programa creado para promover el conocimiento del budismo en los extranjeros es el Seminario Juvenil Internacional sobre Vida y Chan, según la venerable monja. Programado del 1º al 14 de agosto, el evento sirvió como una plataforma de intercambio para jóvenes sobresalientes de 18 a 35 años de edad, provenientes del mundo entero, agregó.

 

La cocina budista formal es parte integral de la vida en un monasterio.

El evento, que se encuentra ahora en su cuarto año, estuvo abierto para 1.200 estudiantes de 400 universidades en 40 países. Se insta a los participantes que adopten una actitud de servicio, asistencia  mutua y cooperación con otros, a través de discusiones en diversos temas, tales como cultura, educación, medio ambiente y espiritualidad.

Al despuntar el alba, el sonido de un tablón de madera anuncia el inicio de cada día en el templo. Al escuchar el llamado, todos deben despertarse inmediatamente, ya que una pequeña demora podría afectar la secuencia de todas las personas que están haciendo fila para sus respectivas actividades. Ya sea bañarse o cepillarse los dientes, todo es una carrera contra el tiempo para observar el noble don de la puntualidad.

Los cánticos matutinos se realizan diariamente frente a una imagen de Buda, en voces altas y claras, y las palmas de la mano unidas en oración. A través del canto, uno aclara el polvo acumulado en la vida, dispersa las semillas de la sabiduría en la mente y se deshace de los problemas que tiene con un gesto de arrepentimiento y gratitud.

No resulta fácil estar de pie por dos horas en la Sala de Buda. Esta trayectoria de resistencia se desarrolla a través de la práctica diaria.

Miao Guang nos dice que el Chan es la forma tradicional china de budismo que hace hincapié en las prácticas y meditación basadas en el dharma. Es una especie de budismo humanista, y cuenta con muchos adherentes en Hong Kong, Corea del Sur, Taiwan, Vietnam y muchas comunidades chinas en ultramar, añade.

 

La meditación al aire libre ayuda a los participantes a sentirse unidos con el entorno natural que les rodea.

También hay un panel de discusiones acerca de cómo las enseñanzas budistas pueden ser usadas para mantener el bienestar físico y mental a través de la realización de conexiones entre todos los seres vivientes y el medio ambiente, señala Miao Guang.

“A los participantes también se les hace una introducción a las perspectivas budistas acerca de la vida y la muerte, así como las creencias y prácticas relacionadas con vivir y morir”, agrega. 

“Ellos aprenderán cómo se aplica la sabiduría de los antiguos maestros del Chan en las actividades y servicios diarios que se llevan a cabo en un monasterio budista”. Por otro lado, los participantes aprenderán cómo pueden aplicar las prácticas budistas en la vida diaria.

Otras actividades claves de la primera semana incluyen giras culturales, históricas y religiosas por Taiwan. Los participantes visitan un número de sitios budistas en todo el país para ayudarles a desarrollar una mejor comprensión de las prácticas religiosas en diferentes regiones de la isla.

Los viajes a importantes sitios turísticos, incluyendo áreas paisajísticas y recreativas nacionales, museos culturales y mercados nocturnos, también se contemplan dentro de la agenda. Esas actividades  permiten a los participantes disfrutar de la belleza natural de Taiwan, a la vez que les da un vistazo sobre las particularidades culturales e históricas del país, así como su mundialmente reconocida comida gourmet.

Durante la segunda semana, algunos participantes selectos tendrán la oportunidad de asistir a un retiro de meditación de una semana, durante el cual recibirán entrenamiento avanzado, participarán en la vida monástica y vivirán realmente como un monje.

El programa es gratuito, donde los organizadores patrocinan los costos del alojamiento, la alimentación y el seminario, explica Miao Guang, añadiendo que los participantes deben pagar su transporte hacia el templo.

“Hemos descubierto que los jóvenes no tienen problema para reajustarse a la vida del templo, y ellos disfrutan genuinamente descubrir la paz interna a través de actividades tales como la meditación y el silencio”, dice Miao Guang.

“Todos ellos han venido con una mente abierta, lo cual ha hecho que les sea más fácil sumergirse en el budismo”, agregó.

Traducido del Taiwan Today
por Luis M. Chong L.

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