29/04/2024

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La era de la empresa cultural en Taiwan

16/04/2014
AVAT organizó un evento en los predios de un centro comercial para celebrar el Año del Caballo con artículos alusivos, como los faroles en forma de caballo, sacados de su banco de arte. (Foto de Jimmy Lin)

Taiwan se ha estado esforzando por años para desarrollar sus industrias creativas y culturales, con la esperanza que el resultante poder suave fortalezca su competitividad nacional. No obstante, acecha la duda: dado que los sectores creativos y comerciales están basados en distintas premisas, ¿debemos dar prioridad a la cultura o al comercio?

En medio de este debate, surge en el escenario el concepto del “empresario innovador cultural”. Alimentándose del espíritu de las empresas con conciencia social, los empresarios innovadores culturales han podido rodear los estereotipos asociados con las industrias creativas y culturales, para explicarse y ponerse en el mercado mundial en formas que les permiten enlazar los términos de “cultura”, “ganancias” y “empresa” en una forma saludable.

Una creciente cantidad de individuos está buscando oportunidades de negocios dentro de las diversas prácticas culturales de Taiwan. Sus esfuerzos abarcan no solamente crear una nueva demanda en el consumidor, sino también preservar tradiciones, desatar tendencias y forjar nuevas formas de hacer negocios. Para estos empresarios innovadores, sus empresas son más que motores para generar ganancias; también pueden contribuir al bienestar nacional.

Un ejemplo de esto es el Museo de Arte de la Villa Rural Tugou, en el distrito de Houbi de la ciudad de Tainan. Sus fundadores son Chen Yuliang y Huang Dinyao, graduados de la Universidad Nacional de las Artes. Ellos han organizado el museo bajo la idea de que “los campos son galerías”. Al poner el principio en práctica, han fomentado el entorno rural del área al llenar la villa y sus campos con instalaciones integradas al medio ambiente. De hecho, los visitantes deben tener en mente que el museo opera según el horario del campo, cerrando a las cuatro de la tarde cuando los agricultores se van a casa antes del atardecer a preparar su cena y descansar.

Los visitantes no solamente pueden disfrutar de una gira que describe todas las exhibiciones en detalle, sino también comprar los productos culturales de la marca Campesino Agraciado.

La meta a largo plazo de Chen y Huang es extender sus ideas para el desarrollo comunitario a otras villas rurales, creando un entorno auto-suficiente a través de toda la parte sur de la isla de Taiwan. En la próxima década, esperan ampliar su marca Campesino Agraciado en una colectividad artística que consiste de numerosas microempresas aliadas.

En su sede del distrito de Houbi, el grupo Campesino Agraciado ha establecido tres compañías en los últimos años. La primera se encarga de las instalaciones artísticas, la segunda de los viajes culturales y la tercera de las composiciones musicales. Todas ellas generan ganancias de unos 532 mil dólares estadounidenses cada año.

Chen y Huang llegaron a la villa Tugou en 2002, como estudiantes universitarios a hacer una pasantía. Fue entonces cuando forjaron vínculos indelebles con la comunidad. Los jóvenes fundaron el Campesino Agraciado en 2009, tras completar su servicio militar. Su aporte ha vuelto a villa Tugou, famosa por su mezcla de arte y agricultura. Además, la comunidad ha recobrado el orgullo en sí misma, y se beneficia del renovado turismo local. Hasta los adultos mayores se han vuelto más activos en los eventos comunitarios, compartiendo sus recuerdos de la historia de la villa.

 

Chen Yu-liang (izquierda) y Huang Ding-yao establecieron la marca el Campesino Agraciado para incorporar el arte a la comunidad. (Foto de Chuang Kung-ju)

La visión de los fundadores del Campesino Agraciado es simple: usar el espíritu empresarial cultural para revitalizar las villas agrícolas y piscícolas en el centro y sur de Taiwan. Así, esperan crear más oportunidades de empleo y atraer a los jóvenes de regreso a sus comunidades al establecer al menos una empresa cultural en cada villa.

Por otro lado, en Taipei, se puede ver otro tipo de empresa cultural. Para Año Nuevo, una tienda por departamentos en el distrito de Xinyi deseaba organizar un evento por el Festival de los Faroles. Para ello, contrató a la Asociación de Artes Visuales en Taiwan (AVAT, siglas en inglés) para que lo organizara. AVAT invitó a 23 artistas contemporáneos taiwaneses para que exhibieran faroles inspirados por el tema del Año del Caballo, las cuales incluyeron pinturas, piezas de técnica mixta, hasta esculturas e instalaciones.

Al ocupar el espacio entre los compradores, los artistas acuerpan la noción de “el arte entra al comercio”. Asimismo, AVAT empleó el evento para hacer publicidad de su Banco de Arte. Al emplear el modelo de empresa social que usan las organizaciones caritativas taiwanesas, el grupo espera crear una fuente de ingresos estable y resaltar el perfil de sus artistas.

En la actualidad, AVAT es el grupo de artes visuales más grande de Taiwan, con 800 miembros desde artistas a críticos y académicos. AVAT busca incorporar el arte en la vida diaria, al mismo tiempo que genera suficientes ingresos para que sus operaciones sean autosuficientes.

Las oficinas corporativas, edificios residenciales, restaurantes de alta categoría y centros comerciales se muestran cada vez más interesados en exhibir piezas de arte, pero dudan a la hora de escoger piezas que se adapten a la imagen de su empresa. AVAT usa su amplia base de datos para ayudarles a seleccionar la más adecuada, y las “alquila” a las compañías, permitiendo probar diversas piezas y cultivar su sensibilidad artística antes de establecer sus propias colecciones. Los artistas retienen su propiedad sobre las piezas, y el sitio de exhibición tiene la opción de comprarlas tras la muestra. También se pueden fotografiar las piezas durante el evento a fin de crear productos derivados para vender o regalar.

Aparte del cambio en el enfoque del arte, también se han dado cambios en el entorno. En 2014, el Mercado de Valores GreTai inauguró la Cámara de Incubación Go para Empresas Emergentes y Aceleradores (GISA, siglas en inglés) a fin de dar mejor acceso de fondos a las microempresas. El GISA brinda un mecanismo para que las pequeñas compañías recauden fondos, al mismo tiempo que el Gobierno les facilita asesoramiento legal, contable y administrativo.

También la Fundación Nacional de Arte y Cultura, establecida por el Ministerio de Cultura, ha colaborado para iniciar el negocio de las empresas creativas y culturales. En 2013, inició un programa dirigido a incubar empresas sociales orientadas a las artes y la cultura, particularmente en tres áreas: artes escénicas y visuales, viajes culturales y microempresas culturales varias. El programa subsidia en la actualidad a 11 grupos y empresas enfocadas en las artes y la cultura, que poseen modelos comerciales innovadores.

Por otro lado, el sistema educativo de las artes de Taiwan también ha tenido éxito en el cultivo de talentos, ya que también operan como incubadoras de empresas. Sus profesores asesoran a los estudiantes y los animan a cultivar las artes en las comunidades cercanas al campus universitario.

“Para los estudiantes, es como una pasantía y a la vez es una exploración de las oportunidades del mercado, dando a los empresarios emprendedores nuevos trabajadores y capacidades”, explica Wu Chieh-hsiang, profesor asociado del Departamento de Artes de la Universidad Nacional de Educación de Changhua.

La ventaja resultante es que el espíritu de empresa cultural innovadora de Taiwan se ha convertido en un campo polifacético con tremendo potencial de crecimiento. Las nuevas empresas han asumido una variedad de tareas, desde el redesarrollo comunitario y los viajes culturales, a la venta y distribución de objetos de arte o la apertura de nuevas galerías. Algunos se han especializado en la organización de exhibiciones, mientras que otros administran grupos artísticos, o se dedican a hacer documentales.

La profesora Sappho Loh, de la Universidad Shih Hsin, señala que si bien el término “industria cultural y creativa” se refiere a un sector económico, “el espíritu empresarial cultural” se refiere a una actividad, ya que sugiere construir algo a partir de la nada.

Loh arguye que las organizaciones involucradas con la cultura y las artes no pueden depender solamente de los subsidios gubernamentales y deben a fin de cuentas ser autosuficientes. Los grupos que cultivan un espíritu emprendedor comercial descubrirán las abundantes oportunidades comerciales dentro del ámbito cultural.

Adaptado del Taiwan Panorama
por Silvia Villalobos

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