28/04/2024

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Taiwán Hoy

Casualidad y forma

01/12/2006
Chiu Huan-tang, a sus 74 años, sigue trabajando en innovadoras obras de cerámica.

Cuando partió de Hawaii en 1965, Chiu Huan-tang, quien contaba en ese entonces con 33 años, fue despedido afectuosamente por un grupo de profesores y estudiantes de postgrado de cerámica. “En Taiwan no hacen falta profesores de inglés, pero sí necesita un ceramista”, le dijo Claude Horan, mentor de Chiu. Cuando recibió un premio por su trayectoria en el Galardón de Cerámica de Taipei 2005, él recordó estas palabras de aliento que le han dado ánimo durante estas cuatro décadas de carrera, y confesó modestamente que ha cumplido con lo que esperaba su instructor.

“Chiu trajo el concepto occidental del arte de la cerámica a Taiwan y abrió un mundo completamente nuevo para los ceramistas”, dice Yu Jan-chi, director del Museo de Cerámica de Yingge, Distrito de Taipei. “Sus obras nunca han sido reprimidas por cuestiones materiales o conceptos tradicionales... ellas son libres y, de algún modo, siempre trascienden el tiempo”. El museo honró a Chiu con el premio en reconocimiento de sus tremendos logros e influencia en el arte de la cerámica de Taiwan.

Chiu nunca pensó que lograría tanto con algo que emprendió por casualidad. Con una maestría en Literatura Inglesa de la Universidad Nacional Normal de Taiwan (NTNU, siglas en inglés), Chiu empezó a enseñar allí en 1961. En 1964, recibió una beca de investigación del Centro Este-Oeste de la Universidad de Hawaii para estudiar un postgrado sobre enseñanza del inglés.

Casualidad y forma

Beachcombing, 1979, gres, madera contrachapada y fotografía, 99 x 60 x 5 cm

Cuando iba a clases en el campus de Honolulu, le llamaba la atención con frecuencia las coloridas obras de cerámica que colgaban en las paredes exteriores del alto edificio de madera. Un día, su curiosidad le pasó por encima y se acercó a indagar. Chiu quedó inmediatamente impresionado por el debate animado entre un profesor y algunos alumnos, el ambiente bohemio y los bellos objetos de cerámica en exhibición. Después de informarse un poco, se inscribió en un curso de cerámica y así comenzó su travesía.

Al volver, Chiu siguió con sus clases en la NTNU, y aprovechó su tiempo libre para trabajar con arcilla. Para facilitar su trabajo, fue hasta Yingge, la capital de la cerámica de la isla en el Distrito de Taipei, y persuadió a algunos propietarios de hornos para que le dejaran usar sus equipos. Su esposa Nadia Shih le prestó ayuda al estudiar libros de referencia en idiomas extranjeros sobre vidriado, y hacer sus propias fórmulas de vidriado en la mesa de la cocina.

Chiu tomó parte en competencias, exhibiciones y seminarios, tanto locales como en el extranjero, y animó a los jóvenes a hacer lo mismo. Sus obras fueron seleccionadas para incluirlas en la Competencia Internacional del Arte de la Cerámica Contemporánea en Faenza, Italia, en 1977, y en el Bienal Internacional del Arte de la Cerámica, en Vallauris, Francia, en 1984.

Casualidad y forma

Trío de viajeros, 1981, gres, 25 x 18 x 22 cm

El cada vez más seguro artista de la cerámica estableció un taller para enseñar y trabajar, y escribir una serie de artículos para la revista en idioma chino, Artist. Estos ensayos fueron luego compilados en un libro, Conferencias sobre el arte de la cerámica. La publicación fue muy popular y se ha convertido en una guía estándar para los alfareros novicios. Durante mucho tiempo, Chiu barajó sus papeles como profesor de inglés, instructor de cerámica y artista, y no fue sino hasta 1997, después de jubilarse de la NTNU, que pudo concentrarse exclusivamente en la cerámica.

Sung Lung-fei, ex investigador en el Museo Nacional del Palacio, atribuye la diversidad actual de cerámica taiwanesa a la iniciativa y devoción de Chiu. “Allá por los años sesenta y setenta”, “la información y su diseminación eran deficientes. Chiu tenía nuevas ideas y siempre las transmitía a los demás”. En el libro mencionado arriba, él escribió muy detalladamente acerca de los materiales, recetas de vidriado y procedimientos que él empleaba, y esto causó cambios drásticos en el círculo de la cerámica de Taiwan.

La cerámica era tradicionalmente vista como una artesanía cuyo principal propósito era hacer artículos útiles. En general, se hacían en tornos y se les daba la forma de tarros y floreros en tamaños estándares.

Casualidad y forma

Arco Milenio, 1999, gres, 392 x 518 x 160 cm

En Estados Unidos, Chiu aprendió sobre la libertad y la diversidad de las formas y métodos de producción de cerámica. Las obras que había visto allá eran grandes y ensambladas como casas, porque se hacían pieza por pieza y luego se armaban “en el sitio”. Además de los diversos métodos de ensamblaje, también adquirió experiencia en las técnicas de construcción, tales como enrollar, vaciado y laminaje de bloques.

“Cuando estudiaba en Hawaii, me inspiraban las ilimitadas posibilidades de la cerámica que ampliaron dramáticamente mi horizonte”, dice. Hizo la prueba con esculturas “públicas” de gran tamaño que eran solamente decorativas, pero no tenían función práctica. Sin embargo, estas obras recibían a menudo críticas, de quienes decían que no eran ni cerámica ni esculturas, porque la mayoría de la gente consideraba que la cerámica eran tarros, floreros o envases, y las esculturas se hacían de bronce, piedra o madera.

En los últimos años, gracias al aumento de los viajes al exterior y el mayor flujo de información, la gente acepta mejor las formas diferentes del arte de la cerámica y aprecia sus valores estéticos. Chiu piensa que la cerámica incluso ha sido elevada de nivel, y ahora es un arte, igual que la pintura. Una de sus obras, Arco de milenio, de 518 cm x160 cm, se encuentra ahora en una plaza en el Museo de Cerámica de Yingge.

Casualidad y forma

Sueños infantiles, 1970, gres, 53 x 23 x 52 cm

Con la creencia de que la cerámica convencional taiwanesa enfatizaba la perfección técnica, o la artesanía, Chiu dice que en el Occidente, la atención se coloca principalmente a la calidad e ideas artísticas. “Cuando se hace una escultura de cerámica, seguramente que habrá defectos en el proceso”, dice. “Esos errores pueden ignorarse o superarse —no afectan el valor general de la obra— debemos pensar más en términos de forma, color y motivación como un todo. Después de todo, una pieza creativa, imperfecta es más interesante que una pieza que deslumbra técnicamente pero que carece de novedad”.

Como se espera, la obra de Chiu enfatiza la belleza de la forma. “Quiero que mis formas plásticas y los colores del vidriado lleguen al observador con su belleza”, dice. “Aunque me gustaría decir algo, no quiero sacrificar la forma ni el color”.

Las obras de Chiu también se caracterizan por sus referencias literarias, lo que refleja sus antecedentes académicos. “Un hombre que estudió humanidades produce naturalmente obras con alusiones literarias”, dice. “Pero no soy así de serio —la naturaleza y el mundo a nuestro alrededor me inspiran igualmente”.

Casualidad y forma

Fuente con diseño de nubes, 2005, gres y vidrio colorido, 75 x 44 x 73 cm

A él le gusta utilizar metáforas, una herramienta común en la literatura, en sus obras, así como una asociación libre y la recolección de series de eventos alrededor de un tema. El artista dice que en su obra Beachcombing, por ejemplo, él utilizó vidriados de su esposa en las placas de cerámica colocadas sobre una gran fotografía de una playa. Cada placa representa un molusco, y todos ellos están unidos por un rasgo común, el espiral, mientras que la marca de la mano y el pie del raquero forjan una conexión entre el hombre y la naturaleza.

Otro ejemplo es su serie Arco iris en la que los arcos iris de diversas formas y tonalidades reflejan el pulso de edades diferentes —la era de la fe, la era de la razón y la era de la industria y el comercio. “He visto muchos tipos de arco iris: ellos aparecen en la Biblia, el cielo, los semáforos, etc. Cada uno lleva la marca de la manera cómo la gente vive en esa época”, dice. “Quiero encontrar la ordinariez en la disimilitud, y esto es a menudo revelado inconscientemente en mi obra”.

Casualidad y forma

Base de lámpara, 1985, arcilla alemana, 22 x 8 x 43 cm

Liou Chen-chou, profesor de Cerámica en el Departamento de Diseño y Artesanías en la Universidad Nacional de las Artes de Taiwan, dice que Chiu pinta con frecuencia temas locales o aborígenes, como los botes de madera de la Isla Orquídea o el paisaje de Danshuei en su cerámica. “Chiu es imparcial y experimental. Su uso de materiales y técnicas es bastante flexible — él no tiene un estilo fijo”, dice. “Sus obras de gran dimensión, en particular, poseen una gran energía cinética, raramente hallada en el arte de la cerámica de Taiwan”.

Liou dice que el artista crea un sentido único de ritmo en su trabajo con contraste de colores y variaciones de tonos, y esto le permite explorar el mismo tema desde diferentes ángulos en piezas únicas. Su temática va desde la naturaleza hasta la religión y las ciencias, y es salpicada con sátira.

A los 74 años, Chiu todavía es un entusiasta de la creación y aprendizaje de nuevas cosas. Ahora, más ocupado y trabajando más arduamente que antes de jubilarse, Chiu pasa los días entre la cerámica, pintura, lectura y el estudio del idioma francés. “Usted puede pensar en cualquier cosa que le gusta y probarla, pero tiene que tener ambición”, dice. “La mía es seguir haciendo cerámica que ni yo ni nadie haya visto antes”.

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