30/04/2024

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El príncipe del piano de Taiwan

01/05/1998
Un recital en el Centro Lincoln en 1995 marcó la llegada de Chen al circuito internacional.

En la noche del 23 de abril de 1995, un joven pianista de Taiwan se presentó en el escenario de la Sala de Conciertos Alice Tully del Centro Lincoln y ejecutó un magnífico recital para un público de más de mil personas. Su nombre era Chen Kwan-yu y tenía treinta y dos años. No es extraño que Chen aún pueda recordar claramente ese importante suceso de su carrera. «Por ser chino me siento muy orgulloso y emocionado de ser invitado a actuar en tan famosa sala de conciertos», dice él; «ese acontecimiento significó el auténtico reconocimiento internacional y demostró que todos mis esfuerzos no han sido en vano».

El verdadero debut de Chen en Nueva York fue en la Sala Carnegie del Auditorio Weill, durante la temporada 1993-94, que fue el resultado de haber ganado el Premio de Audición de Piano para Artistas Jóvenes de la Asociación Internacional de Artistas. Ambos recitales en Nueva York recibieron el aplauso del New York Times y lo aclamaron como un concertista a nivel internacional.

Sin lugar a dudas, Chen es el pianista mejor conocido y más popular entre los admiradores jóvenes de la música de Taiwan, en gran medida debido a su devoción tanto a la música clásica como a la popular. Esta doble inclinación es lo que lo distingue principalmente de otros artistas, así como su habilidad de comunicar ideales románticos, que tocan el corazón de muchos oyentes. Hasta ahora, ha puesto a la venta dieciséis álbumes de recitales: trece de música popular y el resto de clásica. También ha dado más de 300 conciertos en toda la isla, en lugares como la prestigiosa Sala Nacional de Conciertos, los centros culturales de ciudades y distritos importantes, auditorios de escuelas y otras salas más humildes.

Además de su sofisticada maestría musical, Chen tiene otros factores a su favor que lo hacen ver más como un ídolo popular que como un pianista clásico serio. «El toca muy bien, con gran emoción», dice Wu Li-ling, una estudiante universitaria de 18 años, «tiene buenos modales, es agradable y también muy guapo». Asimismo, Wu destaca que su madre es otra admiradora porque, aunque Chen toca música popular, tiende a interpretar algunas canciones viejas y familiares, con letras sensibles y melodías armoniosas, que atraen a una gran variedad de oyentes.

Otra estudiante universitaria, Huang Yu-ting, está de acuerdo: «Los rasgos más atractivos de Chen son su temperamento único, la diversidad de sus interpretaciones musicales, y su deseo de penetrar en el público», dice. Huang sabe que Chen se dedicó al estudio de la música clásica, pero apunta que él nunca se limita a los clásicos; por el contrario, se esfuerza en la exploración de las canciones y melodías populares que disfruta la gente común. Huang también resalta que, a diferencia de Chen, pocos músicos famosos que se presentan en la Sala Nacional de Conciertos de Taipei desean actuar en las universidades para el disfrute de los estudiantes.

En 1985, Chen ganó el primer premio en el Concurso de Piano Richard Clayder-man en Taiwan, patrocinada por el Centro de Arte Nuevo Aspecto, cuando todavía era estudiante del segundo año en la Universidad Nacional Normal de Taiwan (NTNU, siglas en inglés), y desde entonces, los medios de comunicación lo han llamado el «príncipe del piano de Taiwan». Este apodo le va bien. Su estilo musical romántico se asemeja mucho al de Richard Clayderman, y su buen parecido y carisma complementan el cuadro. «Me siento halagado por ese apodo», ríe Chen; «no se trata solamente de un reconocimiento a mi habilidad como pianista, sino que también me hace más conocido; por otra parte, esto significa que debo recordar constantemente que tengo que mantener un buen nivel y esforzarme cada vez más».

Más allá de la publicidad, debajo de su agradable apariencia que atrae tanto a las chicas, hay un genuino talento: «El es uno de los mejores pianistas jóvenes de Taiwan», expresa Yang Chung-heng, editor jefe de la revista All Music Magazine; «aprecio realmente su temperamento romántico, su expresividad y su sólida técnica de ejecución».

Chen nació en Tainan, al sur de Taiwan, en 1965. Comenzó a recibir clases de piano a los ocho años porque sus padres creían que la música ayudaría a desarrollar su personalidad. Fue algo muy natural en su caso, debido a que su padre era propietario de una tienda que vendía instrumentos musicales y su abuelo era maestro de música. ¿Por qué eligió el piano? «El piano se considera con frecuencia el rey de los instrumentos musicales», explica Chen, «y me dijeron que si aprendía a tocarlo, sería más fácil y rápido aprender otros instrumentos».

El talento musical de Chen se perfeccionó gradualmente a través de concursos y recitales que lo introdujeron a un público más extenso. Cuando aún estaba en el sexto grado, entró a la ronda preliminar para una competencia musical de toda la isla y obtuvo el primer lugar en la ciudad de Tainan, convirtiéndose en el representante de dicha ciudad en la competencia nacional, donde logró el tercer lugar. «Ese fue un acontecimiento trascendental», dice él; «gracias al estímulo que me dio, comencé a tomar una actitud más seria en el estudio del piano. Antes había sido un poco pasivo, y a menudo mis padres me obligaban a practicar». Su cambio de actitud cosechó frutos muy pronto: a los trece años, ejecutó el Concierto Nº23 para Piano en A Mayor de Mozart con la Orquesta Sinfónica Hwa-Mei de Taiwan.

A pesar de sus logros cada vez más impresionantes en el campo musical, Chen continuó asistiendo a la escuela secundaria. Sin mucha preparación, participó en otra competencia durante su primer año de secundaria y volvió a ocupar los mismos lugares tanto a nivel local como nacional.

Luego, surgió una pequeña dificultad: la fuerte presión académica, combinada con la disposición rebelde característica de muchos adolescentes, provocaron una suspensión de sus estudios de piano por un período de dos años. Finalmente, pasó el examen de admisión al bachillerato e ingresó en el Segundo Colegio de Bachillerato de Tainan. Mientras cursaba el primer año del bachillerato, prosiguió con su carrera musical, tomó nuevamente clases y participó en más competencias. Otra vez, obtuvo los mismos lugares, primero en Tainan y tercero en toda el área de Taiwan. «Algunos amigos y familiares comenzaron a decirle a mis padres que yo seguramente tenía cierto talento especial, porque no había recibido entrenamiento formal ni había practicado con mucha intensidad», dice Chen.

Gracias al apoyo de sus padres y a su propio interés en la música, Chen tomó la valiente decisión de seguir la carrera musical profesional y comenzó a prepararse para el examen de proyección especial que era necesario, que realizó en 1982. Poco después de eso, fue admitido al Departamento de Música de la NTNU. «Era la primera vez que tenía la oportunidad de aprender piano en un ambiente profesional», resalta Chen;«durante ese período, cambié. Comencé a amar con todo mi corazón el tocar piano».

Chen dedicó su tiempo a practicar y prepararse para varias competencias musicales. Aunque sentía una gran presión, logró ponerse a prueba hasta el límite, consolidando así su técnica y poder de interpretación. Más adelante, participó en casi todas las competencias musicales más importantes de Taiwan, ganando numerosas becas, galardones y premios.

Pero de todos los concursos en los que ha participado Chen, fue el Concurso de Piano Richard Clayderman, cuando aún era estudiante de la NTNU, la que marcó un hito en su carrera profesional. Chen obtuvo el primer lugar, atrayendo la atención de una compañía de grabación local, Elite Entertainment, que le invitó a grabar un álbum. Ese primer álbum, grabado junto a la cantante popular local Pan Yueh-yun, que salió a la venta en 1987, vendió unas 200.000 copias en el mercado nacional, y le dio la fama instantánea. Sin embargo, en su universidad surgió una controversia: «El ambiente de la NTNU era muy conservador», recuerda; «fui el primer estudiante que se involucraba en el negocio musical, y los profesores de la facultad tenían diferentes opiniones al respecto».

Además de la gran acogida del álbum, fue el elemento popular del mismo lo que produjo la mayor parte de la crítica. Chen sabe perfectamente que la comunidad de la música clásica y la industria de la música popular se desprecian mutuamente. Muchas personas se asombraron cuando un músico entrenado en la tradición clásica decidió grabar un álbum de música popular. «Pero me dije a mí mismo que debía insistir en lo que creía y demostrarle a todos que sabía lo que estaba haciendo», dice él.

El éxito del álbum dio lugar a cambios en la rutina de Chen. Sintió que había encontrado una buena posición, así que estudiaba mucho durante el día y dedicaba las noches a grabar álbumes. «Quería demostrar a mis maestros que no tenía la intención de darle la espalda a la música clásica», dice él. Mantuvo sus calificaciones académicas y finalmente se graduó en la NTNU con altos honores. «Ese fue el momento en que la gente que en principio se oponía a mi relación con la música popular comenzó a cambiar de opinión».

En 1990, con la ayuda de una beca, Chen entró en la Escuela Manhattan de Música como alumno de un prominente maestro del piano, Arkady Aronov. En 1992, recibió el grado de maestría y el diploma para enseñar piano; y en 1993, se le concedió el certificado de estudios profesionales. Actualmente es candidato para un doctorado en música por la Universidad de la Ciudad de Nueva York, donde estudia con los internacionalmente conocidos Abbey Simon y Peter Basquin. También ha participado en varios concursos, tanto en EE UU como en otros lugares.

¿Significa esto que Chen se ha alejado de Taiwan? De ninguna manera. El regresa a casa durante las vacaciones de verano e invierno para grabar más álbumes. Los días que ha pasado estudiando en el extranjero, sin duda alguna han sido valiosos. «Además del entrenamiento profesional, también me he divertido mucho conociendo diferentes tipos de personas y viendo cosas nuevas», dice él; «estas experiencias ricas y diversas han tenido gran influencia en mis interpretaciones».

El toca frecuentemente con orquestas nacionales y extranjeras, incluyendo la Orquesta Sinfónica Vancouver New West-minster, la Orquesta Sinfónica Nacional de Taipei, y la Orquesta de Cámara de la Asociación de Artistas de Taipei. A finales del año pasado, se presentó con la Orquesta Popular de Cincinnati bajo la dirección de Erich Kunzel en la Sala Nacional de Conciertos. También se ha convertido en un célebre músico de cámara, actuando con artistas famosos a nivel internacional tales como el clarinetista francés Paul Meyer; el violinista australiano Nicholas Milton; y el oboísta estadounidense Ronald Roseman.

En las etapas iniciales de su carrera musical, Chen no estaba seguro de cómo iba a encontrar un equilibrio entre la música clásica y la popular. «La música clásica es mi verdadera profesión», afirma, «sin embargo, la música popular no deja de tener igual importancia para mí, porque me permite relajarme y aprender muchas técnicas y métodos nuevos de expresión musical». Además, fue la música popular la que le ayudó a asegurarse una posición en el mercado nacional, sus álbumes populares han atraído un batallón de admiradores entusiastas. A Chen le complace pensar que, debido a él, mucha gente que normalmente no escucha música clásica comienza a experimentar con su música, y hasta es posible que se enamore de ella.

No todos están convencidos de eso. Yang Chung-heng, de All Music Magazine, elogia los esfuerzos de Chen al llevar la música clásica a un público más numeroso, pero añade: «En el presente, parece que Chen es más conocido por sus logros en el campo de la música popular que en el de la clásica, y eso me preocupa. En base a sus brillantes antecedentes académicos, le estaría yendo muy bien en los concursos internacionales, tan bien como en sus actuaciones comerciales. Después de todo, él es muy bueno para interpretar partes del repertorio clásico, como la Rapsodia Azul de Gershwin y los conciertos para piano de Rachmaninov». No obstante, Yang resalta cuidadosamente que Chen parece estar al tanto de sus limitaciones actuales y recientemente ha dedicado más tiempo a los compositores más difíciles, Liszt y Brahms en particular.

Entretanto, el público no tiene dudas. «Un artista de éxito necesita el aplauso, pero también buenos ingresos de taquilla», sostiene Chen. Actualmente, él está entre los tres solistas que tienen mayores ventas; cada uno de los cuales ha alcanzado un promedio de venta de entre 80.000 y 90.000 álbumes. Sin embargo, sus tres álbumes clásicos tuvieron un promedio de venta de casi la mitad. Su serie de melodías populares fue particularmente bien acogida: diez álbumes titulados Chen Kwan-yu: Amor por el piano. En 1995, grabó Noches en Broadway con la Orquesta de Conciertos de la BBC, ejecutando piezas de famosos musicales como Cats, el Fantasma de la ópera, Los miserables, Miss Saigón, y Sunset Boulevard. Y en 1997, lanzó su último álbum, titulado Daydreams, que ya ha vendido unas 120.000 copias.

Evocando la preocupación de Yang Chung-heng, Chen dice que le gustaría grabar más álbumes clásicos en el futuro: «Después de todo, para eso he sido entrenado». Un análisis de su repertorio individual muestra que la música clásica ocupa aproximadamente dos tercios, y la popular el resto. «Dedico el setenta por ciento de mi tiempo a la música clásica, ya sea enseñando, practicando o actuando», confirma. Sus compositores favoritos son Chopin y Beethoven, a los que aprecia por sus estilos románticos. «Cuando interpreto sus obras maestras, me siento intensamente emocionado por la belleza de las melodías y por la profundidad del significado que conllevan».

Actualmente, Chen es profesor de piano en el Departamento de Música del Colegio de Economía Doméstica de Tainan y del Colegio Nacional de Artes de Tainan. «Tengo una gran sensación de logro cuando veo que los alumnos aprenden a tocar el piano bien desde el principio», dice Chen. «La enseñanza es también un tipo de aprendizaje. Es divertida y desafiante, porque durante el proceso tengo que inventar algunas soluciones para resolver los problemas que encuentran los alumnos».

El filosofea también acerca de los problemas del envejecimiento. Su buena apariencia es parte de su popularidad, particularmente entre las admiradoras, y él lo sabe. «Pero nadie puede mantener un rostro joven siempre, y para un artista, la cualidad más esencial es mantener la destreza profesional», enfatiza Chen.

El príncipe del piano de Taiwan es famoso entre los amantes de la música por su técnica sofisticada y su sensible interpretación de las melodías románticas. En el mundo real, ¿cómo han sido sus propias experiencias? «He tenido algunos romances inolvidables», admite, «que han contribuido sin lugar a dudas a la carga emocional que le doy a las melodías».

En el pasado, Chen disfrutaba de su libertad y odiaba sentirse «presionado». «Me esforzaba por mantener una relación», dice tristemente, «pero si no funcionaba, bueno, así es la vida». Ahora que está en sus treinta, sin embargo, está comenzando a sentirse atraído por la idea de sentar cabeza. ¿De casarse se arruinaría su imagen romántica? «Aunque sea así, valdrá la pena el sacrificio si puedo tener mi propia familia», dice; «de todos modos, creo que una familia estable y feliz tendrá un efecto positivo en mi carrera musical y en mi personalidad».

Para el futuro, Chen dice que quisiera dedicar más tiempo a la vida académica, y quizás comenzar a componer sus propias obras. «Mi lema es: ‘Trabajar duro, duro y más duro’», dice, «porque de esa manera se puede progresar continuamente hacia la consecución del éxito. Además: ‘Tener paciencia, paciencia, y más paciencia para enfrentarse al fracaso’. Así no se pierde la fe en uno mismo».

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