30/04/2024

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Educación del arte e intercambios culturales a nivel internacional

01/09/1998
Educación del arte e intercambios culturales a nivel internacional

Retrato del emperador Huizong, dinastía Sung (960-1279 d.C.)

na luz tenue ilumina los objetos de arte exhibidos en el Museo Nacional del Palacio. Mientras los visitantes abren expresivamente sus ojos y siguen a los guías que les explican en sus lenguas nativas las nociones básicas de las antigüedades exhibidas, también tienen la oportunidad de saborear la gloria de muchos siglos que ofrece la herencia cultural china.

Pero la herencia tradicional china es sólo parte de lo que la galería ofrece al público. El santuario artístico, de 73 años de antigüedad, da la bienvenida a sus visitantes con el Jardín Chih-shan y los despide con el Jardín Chih-te. El objetivo es que sus visitantes disfruten de un ambiente similar al lugar donde los artistas y filósofos antiguos buscaban inspiración y contemplación. «La gente puede apreciar mejor las obras maestras después de dar un paseo por los jardines», dice Chin Hsiao-yi, director del Museo Nacional del Palacio.

Chin y su predecesor no sólo han expandido el área de exhibición y el espacio de depósito con cinco proyectos de construcción, sino que también han prestado especial atención a la seguridad y al mantenimiento de su colección.

Un buen museo debe ofrecer el ambiente físico adecuado para las obras de arte, manteniendo el nivel de temperatura y humedad para cada tipo de objetos de arte, explica Chin. Si la temperatura para todos los objetos de arte varía entre 15 y 20 grados centígrados, la humedad comparativa para la mayoría de ellos debe mantenerse entre 50 y 75 por ciento, mientras que los objetos de bronce requieren un nivel inferior al 40 por ciento. Además, la iluminación de cada sala debe diseñarse de forma que proteja los objetos exhibidos.

En cuanto a la seguridad, el museo guarda durante seis meses las grabaciones en video de los visitantes que entran y salen. El personal del museo debe emplear una tarjeta magnética para entrar en los depósitos.

Además del desarrollo de las instalaciones, Chin ha tomado medidas concretas para hacer del Museo Nacional del Palacio no sólo un santuario de arte chino para los investigadores locales y extranjeros, sino también una atracción para los visitantes.

Desde que Chin asumió el cargo como director del museo en 1983, notó que mucha gente que vive en la vecindad nunca lo había visitado, mientras que gastaba mucho dinero viajando al extranjero para ver la colección del Museo del Louvre en París, los objetos de arte del Museo Británico en Londres, y las obras maestras en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. ¿Por qué? Ya sea porque piensan que pueden venir al museo cercano en cualquier momento que gusten, o porque ya han visto muchas antigüedades en las tiendas de curiosidades locales, concluye el director.

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Caballos y mozo de cuadra, dinastía Tang (618-907 d.C.).

Por lo tanto, el objetivo es lograr que más gente visite el museo. «Llevamos a cabo este objetivo combinando investigación, educación y exhibición al mismo tiempo», dice Chin; «los visitantes pueden disfrutar la belleza de las obras de arte y aprender sobre ellas al mismo tiempo». Por ejemplo, en la sala de objetos de bronce, se muestran también las herramientas y equipos para elaborarlos, así los visitantes pueden entender todo el proceso. «El Museo Nacional del Palacio es pionero en esto», dice orgullosamente Chin, «aunque el contenido puede que no sea lo suficientemente detallado, tiene la capacidad de atraer el interés del público».

Otro proyecto en marcha es la revisión de Las cuatro colecciones de libros (una enciclopedia de clásicos, historia, filosofía y literatura) clasificada durante el reinado del emperador Chien-lung (1736-96) de la dinastía Ching (1644-1911). Con el pasar del tiempo, todos los libros fueron destruidos en las guerras, y solamente sobrevivió una copia de la compilación más corta. Además, en ese entonces, las versiones Ching estaban parcializadas debido a motivos políticos, explicó Chin. «Hemos trabajado mucho para restaurar el contenido original de los libros».

Con el fin de educar mejor al público en arte, el Museo Nacional del Palacio ofrece información sobre las obras de arte a través de Internet. También ofrece actividades de verano para niños, programas educativos para los adultos, y cursos de formación para voluntarios. La cultura vive sólo cuando se conecta a la vida cotidiana del pueblo. Como señala Chou Kung-shin, jefe del Departamento de Exhibiciones del museo, el propósito no es sólo plantar semillas entre los niños, ayudándoles a aprender sobre su propia cultura a través de juegos, sino también educar a los adultos sobre la cultura china.

Los que no pueden participar en estos cursos, aún cuentan con las publicaciones. El museo publica la Revista Mensual de Arte Chino del Museo Nacional del Palacio, que vincula al público con los investigadores. También introduce los descubrimientos arqueológicos en China continental en sus Cinco mil años de arte chino, y otras obras antiguas de arte chino coleccionadas por expertos y galerías extranjeras en la serie Los tesoros chinos en el extranjero.

El Museo Nacional del Palacio también busca promover la cultura china en todo el mundo. Bajo la dirección de Chin, el museo envió 17 obras de arte a Nueva York en 1991 con motivo del V centenario del Descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Cinco años después, se enviaron 452 obras de arte a una gira por EE UU.

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Esta copa de plata, que representa al emperador en su trono flotando sobre un gran río, llevaba la marca Zhu Bishan, dinastía Ming (1368-1644 d.C.).

De hecho, el museo ha adquirido mucha experiencia en los intercambios culturales a nivel internacional desde 1935, cuando el Museo Nacional del Palacio seleccionó 735 obras de arte y las embarcó hacia Londres para una exhibición internacional de obras de arte chinas tradicionales. A ésta le siguió una muestra de arte chino que tuvo lugar en 1940, cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas invitó al Museo Nacional del Palacio a participar con 100 obras de arte en una exhibición.

Después del traslado del gobierno de la República de China a Taiwan en 1949, el Museo Nacional del Palacio ha llevado a cabo otras seis exhibiciones en el extranjero y próximamente se realizará una séptima en París. La gira por cinco ciudades estadounidenses de mayo de 1961 a junio de 1962 estableció tres principios para las exhibiciones en el extranjero. Primero, la muestra debe ser patrocinada por el gobierno del país visitado. Segundo, la institución con la que se realiza el intercambio debe ser también un museo o galería. Y tercero, a los expertos del país visitante se les ofrece la oportunidad de seleccionar los objetos a exhibir, pero el gobierno de la República de China toma la decisión definitiva. Luego, en 1964, se enviaron 50 piezas de arte a Nueva York con motivo de la celebración del III centenario de la fundación de esa ciudad.

En 1970 se exhibieron 49 obras de arte en una feria internacional celebrada en Osaka, Japón. Más tarde, en 1973, una muestra de objetos de arte chinos contó con 80 obras de arte facilitadas por el Museo Nacional del Palacio de la República de China.

La exhibición en 1991-92 de 17 piezas del museo en Washington, D.C., no atrajo mucha atención, porque se dio a conocer cuando la segunda gira americana de marzo de 1996 a abril de 1997 recibió la protesta enérgica de los círculos de académicos y artistas locales. La preocupación principal de la oposición era el costo, las obras seleccionadas y la protección judicial de los tesoros nacionales.

Motivados parcialmente por la insatisfacción emocional, algunos protestantes cuestionaban por qué la República de China gastaba US$2,3 millones en el envío de obras de arte a los Estados Unidos. Recordaron también que Taiwan había gastado US$3,7 millones en la exhibición del Louvre en 1995 para celebrar el LXX aniversario del Museo Nacional del Palacio. Lo mismo ocurrió con las 27 pinturas y caligrafías seleccionadas, porque se encontraban en la categoría de «restringidos», lo que significa que su tiempo de exposición se limita a 40 días cada tres años.

El director del museo explicó que el costo de la gira estadounidense fue una forma de recompensar al gobierno estadounidense, porque ese país había patrocinado el establecimiento del Museo Nacional del Palacio en sus inicios. «En cuanto a la exhibición francesa, lo que podemos hacer para mostrar nuestra amistad es no cobrar por derechos de autor de la Galería Nacional del Gran Palacio», dice Chin. Los franceses tienen que pagar el seguro, el transporte y los gastos de la exhibición. Cuando otras galerías francesas exhibieron sus colecciones en Taiwan, solicitaron un alto pago por derechos de autor, además de los otros gastos de la exhibición.

Además, según las reglamentaciones actuales estipuladas en la Ley de Preservación del Patrimonio Cultural, un comité ad hoc organizado por el Ministerio de Educación tiene la facultad de decidir si los objetos de arte están en buenas condiciones para su transporte y soportar su repetida exposición en el extranjero. Tras las sugerencias del comité, el Museo Nacional del Palacio aceptó el consejo de no enviar ocho de las 27 obras que estaban siendo protestadas, y de otras nueve pinturas, tres cerámicas y cuatro vasijas esmaltadas.

El comité prohibió la salida de sólo dos pinturas de las 346 obras que solicitó la galería francesa en esta oportunidad. «Esto se debe a que no incluímos las obras de la categoría restringida para su selección», dice Chin; «otro factor es que tenemos muchas otras piezas entre las que pueden elegir». Según el director del museo, los especialistas franceses se centraron en la colección imperial, porque lo que ellos poseen son en su mayoría estatuas budistas. La próxima muestra en París se titula Recuerdos del imperio.

En cuanto a la tercera consideración, existe la preocupación de que China continental pueda presentar una solicitud de secuestro provisional. Para resolver este problema potencial, el Museo Nacional del Palacio ha solicitado garantías como el acta de protección de obras de arte y el registro gubernamental. «Este es el motivo por el cual estas exhibiciones en el extranjero requieren generalmente más de cinco años de preparación y organización», dice Chin. Otro beneficio que el público puede obtener de estos intercambios internacionales es que las galerías extranjeras tienen que enviar parte de sus colecciones para ser exhibidas en el Museo Nacional del Palacio.

Pero enviar obras fuera del país es sólo parte de las actividades del museo. Asimismo se dedica a traer obras maestras de centros artísticos de otros países. Por ejemplo, el Museo Nacional del Palacio presentará al público una muestra de pintura en tinta china del pintor Chang Ta-chien (1899-1983) y otra de las obras de Pablo Picasso (1881-1973) del Museo Nacional Picasso de Francia. Este contraste de obras maestras es la orientación que sigue el Museo Nacional del Palacio para ofrecer más colorido a los entusiastas locales del arte.

La exhibición de Chang Ta-chien se celebra en memoria del centenario del nacimiento del artista. Galerías y coleccionistas extranjeros han enviado 123 de sus pinturas para su exhibición en el Museo Nacional del Palacio, que también mostrará las obras de Chang donde éste emula las pinturas de las Cuevas Tunhuang, así como la colección personal de sellos del artista. El objetivo de la muestra es presentar al público una visión completa de la vida creativa de Chang.

El museo busca la oportunidad de educar al público interesado, invitando a coleccionistas, investigadores e intelectuales a analizar la vida y el arte de Chang. Según el Museo Nacional del Palacio, Chang es un artista representativo porque trató de combinar el estilo de los pintores profesionales con el que buscaban los literatos. Mientras el último expresa el sentimiento y el pensamiento del artista, el anterior presenta lo que el artista observa. Además, Chang es también famoso por modernizar la pintura china tradicional a través de la técnica del salpicado de tinta.

El mismo tema aparece en la muestra de Picasso, que es una idea realizada por el museo, el Dimensions Endowment of Art (DEOA), y el Grupo China Times. Las 74 obras seleccionadas cubren todos los tipos de obras maestras de Picasso, sin importar si pertenecen a los primeros períodos, el azul y el rosa; el influyente período cubista; o a los últimos períodos, el expresionista y el pastoral.

¿Cómo se coordinan las tres organizaciones? «El Museo Nacional del Palacio ofrece sus instalaciones y servicio, el periódico trabaja en la promoción de la exhibición, y nosotros nos ocupamos de diseñar la exhibición, seleccionar las obras, y ofrecer interpretaciones», dice Christine Chen, vicepresidenta del Dimensions Art Center, una división de la fundación cultural patrocinadora.

Para ayudar al público a apreciar las obras de Picasso, el Grupo China Times ha celebrado un total de 12 conferencias, cuyos ponentes han sido el profesor de arte Chiang Hsun, el coreógrafo Lin Hwai-min, y el arquitecto Wong Wing-hung. Según Lee Mei-ling, coordinador de la exhibición del Grupo China Times, las pinturas de Picasso no son solamente la presentación de su perfección artística, entre ellas también se oculta el alma de la danza, la música, el teatro y la arquitectura modernos. Aún más, sus obras muestran el espíritu de la diversidad y mentalidad abierta del siglo XX, añade Chen. «Picasso no sólo da un vuelco al concepto de pintura tradicional de la perspectiva, retando a la visión humana con su Les demoiselles d’Avignon, sino que también refleja la tendencia artística que cambia la pintura de representativa a expresiva».

El público de Taiwan está algo familiarizado con Picasso, continúa Chen, no sólo porque se han celebrado varias exhibiciones en la isla, sino también porque algunas tiendas locales han usado el nombre de Picasso. «Sin embargo, es posible que el público no sepa por qué él es un maestro y cómo se ha superado a sí mismo todo el tiempo» Con el objetivo de dar a conocer al virtuoso de este siglo al público, el DEOA entabló conversaciones con el Museo Nacional de Picasso hace cinco años.

El Museo Nacional de Picasso fue fundado en 1985. Tras el fallecimiento del gran artista español en 1973, el gobierno francés permitió a sus familiares que donaran parte de sus obras como pago del impuesto sucesoral. Al comienzo, el museo albergó 203 óleos, 158 esculturas y cerca de 100 piezas de cerámica. Cuando su esposa se suicidó en 1986, se donaron más obras. En el presente, hay 203 cuadros, 191 esculturas, 85 piezas de cerámica, y más de 3.000 dibujos, grabados y manuscritos en el museo.

Con esta exhibición se ha introducido al público chino en Taiwan la historia completa del arte occidental desde el siglo XVI, señala Chen. «Esperamos que estas exhibiciones a gran escala aumenten el interés público y animen a algunas personas a interesarse en los períodos antiguos o a profundizar en el estudio de la cultura china». Las muestras a las que se refiere incluyen la exhibición del Louvre en 1995 de 71 paisajes del siglo XVI al XIX, la muestra de 60 pinturas impresionistas del Museo de Orsay en 1997, y la actual muestra de Picasso.

«Los intercambios culturales nos hacen ver nuestros defectos, porque cada exhibición es un nuevo reto para nosotros, de la que podemos aprender nuevos conocimientos y obtener más experiencia», dice Chen; «creo que la forma más económica de hacer amigos extranjeros es a través de los intercambios culturales». Mientras que se gana algo, también se produce una sensación de pérdida, dice Chen. «La muestra de Picasso me hace pensar en cuándo volveremos a tener un artista tan grandioso como éste».

Según Chen, mientras esperamos que los sueños se hagan realidad, Taiwan podría promover mejor su gloria pasada. «Una buena forma de hacerlo es a través de la educación del arte. Al tiempo que desarrollamos a Taiwan como un centro financiero y una isla de la informática, debemos convertir a Taiwan en un tesoro cultural. Así, Taiwan atraerá a más turistas, será más atractiva a nivel mundial, y estará mejor protegida», ríe Chen.

La cooperación no ocurre solamente entre el sector público y el privado, sino también entre el Museo Nacional del Palacio y los centros culturales locales. «Se inició cuando el público solicitó que se establecieran sucursales de nuestro museo en el centro y en el sur de Taiwan», dice Chin, «pero no podemos complacer al público en ese sentido, ningún otro museo en el mundo ha hecho esto antes». Además, cada obra de arte es una pieza única que no puede dividirse y estar de un lado para el otro todo el tiempo, añadió Chin.

Otra razón para que el Museo Nacional del Palacio rechazara la idea de establecer sucursales tiene su origen en las estrictas condiciones ambientales necesarias para la exhibición de obras de arte. Como los centros de arte locales no pueden mantener la temperatura ni la humedad adecuadas para las piezas de arte, el Museo Nacional del Palacio decidió elegir 100 objetos, cuyas condiciones ambientales de exhibición son menos estrictas, para su muestra en los centros culturales locales. Hasta la fecha, estos objetos han sido enviados a Taitung y a Pingtung, y también al Distrito de Penghu.

Sin embargo, lo que hace que Chin se sienta orgulloso es que también ha enviado réplicas como obsequio a prisiones en Chiayi y Taoyuan. «Algunos prisioneros comenzaron a aprender cerámica después de ver los tesoros. Ellos desean crear belleza por sí mismos», dice Chin. El museo emplea este método como una manera de promover la cultura.

Al mismo tiempo, el museo incentiva a los empresarios locales a formar colecciones privadas. «A pesar de que no tenemos el presupuesto para comprar algunos tesoros de las tiendas locales, esperamos que éstas no los vendan a extranjeros», dijo Chin. Además, el Museo Nacional del Palacio ofrece sus salas de exhibición a los coleccionistas privados. «Hemos invitado a siete coleccionistas de jade para realizar una exhibición conjunta, y a otros cinco coleccionistas de estatuas budistas para mostrar sus tesoros, también en forma conjunta».

El interés del Museo Nacional del Palacio es proporcionar un acceso conveniente al arte y a la belleza.

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