04/05/2024

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Títeres en la pantalla pequeña

01/06/2006
Pili International produce versiones sofisticadas para televisión de los títeres tradicionales, con héroes como el popular espadachín Sou Huan-tsin.

Cuando Wang Chia-hsiang ganó el año pasado el galardón de mejor director en una serie dramática por televisión en el prestigioso Premio Campana Dorada, los jueces elogiaron su imaginación sin límite para crear un drama emocionante con un reparto muy desafiante. Sus actores son todos títeres, carentes de vida sin la dirección de un maestro omnipotente.

El mismo Wang sabe la importancia de una dirección equilibrada cuando se trabaja con ese tipo de reparto. “Un títere nunca se sostiene de pie firmemente sobre el suelo”, dice. “Tenemos que mejorar su inestabilidad con el movimiento de la cámara”. A través de los esfuerzos de Wang y el apoyo de su empleador, Pili International Multimedia Co., estas temblorosas figuras de madera se transforman en imponentes maestros de kung fu que luchan en un mundo sin tiempo y mítico, de héroes y monstruos. Además de los guerreros inmortales, los personajes de Wang incluyen animales, vampiros y extraterrestres. Con la ayuda de Wang, Pili International ha incursionado en el arte tradicional folklórico de los títeres de guantes, que en una encuesta reciente fueron elegidos como la imagen más representativa de Taiwan, y los convirtió en uno de los programas de televisión más influyentes de la televisión de hoy. Los programas de Pili no solamente han ganado premios, sino que también los aficionados han aprendido una gama de frases para todo de los diálogos. Asimismo, estos han mostrado que las artes tradicionales pueden ser un buen entretenimiento.

Un competidor por el premio anual para el mejor director dio la bienvenida a la victoria de Wang como prueba de una cultura de televisión pluralista, y comentó además que los títeres podrían incluso tener la oportunidad de ganar el premio de mejor actor o mejor actriz. Sin embargo, la controversia verdadera no trata sobre los méritos de la dirección de Wang o la llegada de los actores títeres, sino cómo el arte tradicional folklórico derrotó producciones principales conocidas por sus dramas astutos y diálogos interesantes. “La fantasía irresistible en las producciones de Pili muestran que la cultura folklórica puede ser rival para la programación importante”, dice Wu Ming-teh, profesor asociado en el Centro para Educación General de la Universidad China de Tecnología en Taipei.

Wu piensa que los programas de títeres de guantes televisados son, de hecho, una reencarnación del mundo encantado de los templos locales, donde las diferentes formas de presentaciones de títeres —a mano, cuerdas o de sombras— han sido exhibidas durante dos siglos en Taiwan. El entretenimiento popular fue adaptado para televisión tan pronto como en los años setenta, cuando Huang Chun-hsiung llevó a cabo actuaciones que influenciaron una generación entera. Por ejemplo, él creó a Su Iam-bun, uno de los personajes más recordados en la historia de la televisión de Taiwan, que ahora es un icono popular. Hasta hoy, cuando los políticos prometen durante las campañas electorales que servirán abnegadamente a la gente, les encanta compararse con este héroe erudito y caballeresco. El temprano éxito de los títeres de guantes en televisión confirmó su potencial comercial, y la familia de Huang aún sigue haciendo esto.

Así como Huang Chun-hsiung aprendió el arte de su padre, el distinguido maestro Huang Hai-tai, aquél también transmitió la tradición a sus hijos. Uno de ellos, Chris Huang, administra Pili International, que es propietaria de la estación de televisión por cable donde se transmiten los programas, y hace la función de jefe guionista. El otro hijo, Vincent Huang, es la voz de las producciones de Pili, dándole voz a todo el reparto de títeres y preservando la tradición de único actor versátil que hace todas las voces. Para diferenciar los personajes, Vincent Huang necesita inventar un estereotipo de voz para cada uno, incluyendo los protagonistas masculinos y femeninos, personajes secundarios y bufones. “Sus cuerdas vocales son la línea de vida del negocio de Pili”, dice Wu.

Aunque las producciones de Pili retienen muchas características del arte folklórico, también añaden deslumbrantes rasgos nuevos para hacer uso de las posibilidades de la televisión. Los efectos especiales y la música dramática se utilizan para resaltar el drama. Las tramas también han sido expandidas, ya que la televisión da cabida a ideas más complicadas. El escenario, siempre algo con paisaje mitológico, ahora puede incluir árboles o piedras que se convierten en seres humanos y un personaje maligno alimentándose con los restos cremados de monjes budistas, dijo Chen Long-ting, un profesor en el Colegio de Administración Diwan, en una conferencia sobre títeres taiwaneses y la industria cultural celebrada el año pasado.

La conferencia fue organizada por la Fundación China de Artes Folklóricas, de la cual Wu Ming-teh es miembro del directorio. “Los títeres de guantes modernos existen en un mundo que trastorna la lógica de la realidad diaria, en contra de las restricciones de tiempo y espacio”, dice Wu. El indica que las historias de Pili, que tienden a ahondar en los antecedentes remotos de un personaje o una familia, se cuentan en una convención de literatura folklórica que depende de la exageración y convencer al público. Con bastante frecuencia, las tramas giran sobre diálogos elegantes y enérgicos.

En una de las escenas de Pili favoritas de Wu, a un hombre y una mujer —engomados por la espalda —se les pregunta sobre la relación entre dos bandos. La voz del hombre se alterna con la de la mujer en un intercambio rápido y presentido: “Ellos están muy cerca./En guerra./ ¿Por qué están en guerra?/ Por la mujer./ Por el hombre./ Las mujeres son coquetas y disolutas./ Los hombres son brutales e ingratos./ ¿Cuál es la relación entre esta mujer y Tsu-thian?/ Una pareja./ Enemigos”.

El intercambio conjura algo de la intensidad amenazante de las primeras líneas de Macbeth, de Shakespeare, en el que las tres brujas predicen el futuro trágico. El público piensa que la profecía del títere hombre-mujer se hizo realidad cuando la mujer en cuestión mató a su marido.

El idioma del drama y la entrega del diálogo son tan importantes que primero se lleva a cabo la grabación de la voz. A pesar de la experimentación con efectos visuales, las obras de títeres siempre han utilizado esta fórmula de narrador único. Sin embargo, con la intención de atraer a los televidentes extranjeros, Pili International ha transmitido su Batalla por el reino como una serie de caricaturas animadas en Estados Unidos y empleó diferentes voces para los personajes diferentes. La caricatura también utiliza la música hip hop, ya que gran parte de la autenticidad del original será perdida de alguna manera con el nuevo público. “No es tamos contentos con los ajustes”, dice Chris Huang. “Pero debemos considerar las diferencias culturales. Es la primera vez que nuestras presentaciones de títeres son puestas al aire en el extranjero”.

A pesar de la desaprobación de los tradicionalistas, los títeres de guantes han evolucionado continuamente a través de la historia. Los mismos títeres han crecido y se han vuelto más complejos que sus antepasados. Los títeres simples de las presentaciones de templos han sido reemplazados por descendientes vestidos elaboradamente que llegan al metro de altura. También, de escenarios simples se han trasladado a teatros cerrados elaborados, y finalmente a los estudios de televisión, en búsqueda de un público cada vez más numeroso.

Un punto importante en la evolución de las producciones de Pili fue la preparación de guiones completos antes de filmar. “Esto hace posible la producción en masa”, dice Wu. Según la tradición, las actuaciones de títeres de guantes se adherían a un guión simple, donde los actores improvisaban a lo largo de la presentación. Incluso, los programas televisados de Huang Chun-hsiung fueron escritos después de filmar, y solamente porque el Gobierno exigía un borrador del guión. Ahora, Chris Huang dirige un equipo de varios guionistas que producen aventuras interminables para los títeres de la televisión. Más de 1.000 capítulos de las series han sido puestos al aire desde mediados de los años ochenta, y todos los episodios están disponibles en video y DVD.

Sin embargo, no siempre fue el caso que los títeres televisados fueran bien recibidos. Durante el régimen japonés de Taiwan (1895-1945), el gobierno colonial prohibió las presentaciones de títeres así como de muchas costumbres folklóricas y actividades religiosas con el objetivo de reemplazar las tradiciones locales con cultura japonesa. Después que los japoneses se marcharon de Taiwan a finales de la Segunda Guerra Mundial, los titiriteros encontraron un nuevo obstáculo en la política de idioma del gobierno nacionalista. Este intentó regresar al trasfondo cultural chino después de medio siglo de ocupación japonesa en Taiwan, mediante la exigencia del uso del chino mandarín, el dialecto oficial incluso hoy día. El problema fue que la mayoría de los residentes de Taiwan sólo hablaban holo, su dialecto nativo. Los títeres de guantes siempre habían usado el dialecto local, y las versiones que aparecían en televisión naturalmente que también lo hicieron. En los años setenta, el Gobierno restringió la tradición. “El Gobierno dijo que las presentaciones interrumpían el trabajo diario de los ciudadanos”, dice Wu. “Pero el dialecto holo nativo era el verdadero objetivo de la política nacional de idioma del gobierno”.

En un ambiente tan poco favorable, Huang Chun-hsiung se inclinó hacia los títeres que hablaban mandarín, pero con frecuencia, estos no convencían a los espectadores. Incluso Huang creó un personaje llamado “China es poderosa”, que llevaba un traje azul con un gorro blanco —una representación de la bandera del partido de los Nacionalistas. Sin embargo, al ser separada de sus raíces, la tradición comenzó a marchitarse. Desde 1974 hasta 1982, los títeres de guantes desaparecieron de la televisión. Sólo en los años ochenta, cuando algunas personas empezaron a exigir un regreso a las tradiciones taiwanesas, volvieron a comenzar las producciones de títeres en idioma holo. Eso fue cuando Pili International sacó al aire su primera serie, pero los censores interrumpieron su progreso porque no dependía únicamente de escenarios históricos. La familia Huang se alejó de la televisión, cuando todas las estaciones fueron controladas por el Gobierno, y comenzó a hacer videos en idioma holo, donde las historias evolucionaban según el deseo de sus creadores. La tradición fue salvada en parte por su terquedad y su disposición a reinventarla para las nuevas generaciones.

Hoy, las producciones de Pili son un éxito enorme en la televisión. Los nuevos giros de las obras tradicionales han atraído a un grupo de seguidores parecidos a un culto entre los adolescentes. Cada personaje principal, como por ejemplo el actual favorito Sou Huan-tsin, un tipo bueno con un aura de misterio, tiene su propio club de aficionados, y los entusiastas presentan regularmente reproducciones de sus escenas favoritas con traje completo. Quizás, sin saber, estos jóvenes están llevando una tradición cultural única que ha evolucionado desde las diminutas presentaciones de los templos al entretenimiento por cable de alta tecnología.

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