06/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El compositor Lin Erh y las canciones de la época dorada

01/06/2006
Pianista y violinista desde su niñez, Lin Erh todavía se presenta ocasionalmente ante el público.

Las armonías austeras de la Sonatacomputarizada resonaban a través del teatro de la Universidad Nacional de Taiwan (NTU, siglas en inglés) en mayo del año pasado, haciendo uso frecuente y lo que parece, el uso callejero del glisando y eco. Compuesta en 1968 por Lin Erh, la misteriosa música sintetizada fue considerada como una tecnología aural del nivel competitivo cuando en aquella época las computadoras eran una rareza, y eran aún incapaces de reproducir los sonidos de violines y voces.

El evento fue parte del Taller sobre Música Computarizada y Tecnología de Audio, organizado por el Instituto de Postgrado de Ingeniería de Comunicación de la NTU, y esta parte del programa rindió tributo al innovador nativo. En 1965, cuando tenía 31 años, Lin fue la primera persona en el mundo en presentar un “concierto computarizado”, en el Laboratorio de Computación Digital de la Universidad de Illinois en Chicago.

Lin había sido entrenado en ingeniería eléctrica en NTU, y obtuvo una maestría en teoría musical y composición en la Universidad Northwestern en Illinois. Aunque el concierto en sí mismo, fue apenas algo satisfactorio, Lin recuerda, la presencia de una computadora ascendente con gente corriendo alrededor de ésta, conectando y desenchufando aparatos, fue un ejemplo excelente de la unión entre la música y la ciencia de la computación.

La música de vanguardia de Lin fue escrita con la ayuda de Illiac II, una computadora pionera construida por la Universidad de Illinois. Una de la primeras computadoras transistorizadas del mundo, en 1962 Illiac II reemplazó a Illiac I con tubo al vacío, en la que el profesor de Lin, Lejaren Hiller (1924-1994), compuso algunas de las primeras piezas de música computarizada en los años cincuenta. Además de la composición, la computadora podía analizar música.

En una época cuando la computadora podía gestionar números, pero no notas musicales, había sólo un puñado de compositores en el mundo que tuvieron experiencia en la composición musical con la ayuda de computadoras. Lin trató de explicarle a la gente que para las computadoras el proceso de componer y producir música era como un problema matemático que necesitaba solución. Sin embargo, las reservas y las dudas entre los intelectuales y músicos no se superaban con facilidad como ecuaciones numéricas — tenían una opinión poco favorable del juego de números, por temor a que las nuevas máquinas falsificaran y homogenizaran el arte de la música. Por el contrario, Lin creía que la diversidad y sofisticación musical podían beneficiarse, en caso de que no se expandiera, con el uso de las computadoras. “Aunque ya no utilizo computadoras en mi trabajo”, dice Lin, “He sido testigo de un maravilloso nuevo mundo musical, con el que disfruté brindando mi colaboración”.

El compositor Lin Erh y las canciones de la época dorada

Lin ha compuesto un par de variaciones de canciones holo antiguas para piano.

La música computarizada fue sólo un campo en el que el espíritu experimental de Lin se manifestó por sí mismo. A finales de los años sesenta, él formó el Grupo Musical Este Oeste para promover la preservación de la conexión entre las diferentes tradiciones musicales. Sus miembros tenían habilidad para tocar el violonchelo, el koto japonés, la flauta, la pipa china y el violín, entre otros instrumentos. Las canciones folklóricas taiwanesas y chinas fueron parte importante del repertorio de la banda.

Un músico del violín y el piano durante su niñez, Lin estaba entre la música y el estudio de ciencias en NTU. El iba regularmente a ver ópera taiwanesa en las comunidades rurales, y viajaba a las aldeas aborígenes para escuchar sus baladas consagradas. Esta ambivalencia trajo como consecuencia que tardara siete años en graduarse y el retraso de su servicio militar obligatorio.

Thor Johnson, consejero musical del ex presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower, y director de la Orquesta Sinfónica de Cincinnati, reconoció el talento musical de Lin en 1958 cuando visitaba Taiwan. Sorprendido por un concierto de instrumentos de cuerda que compuso Lin, Johnson organizó el debut de la pieza, y luego la llevó a su país para que fuera tocada por otras orquestas. Con la sólida recomendación de Johnson y la aprobación excepcional del Gobierno, Lin fue a Estados Unidos a estudiar música sin terminar el servicio militar obligatorio o pasar los exámenes requeridos para estudiar en el extranjero.

Las piezas que le gustaban tanto al conductor estadounidense eran extraordinarias porque fueron las primeras que tenían como fundamento baladas taiwanesas de “la época dorada”. Bajo el régimen japonés en los años 30, la introducción de métodos de notación musical y el fonograma condujeron a la aparición de una industria disquera local, que estableció las baladas melancólicas cantadas en holo (taiwanés) como un género músical único. Hacia finales del período japonés (1895-1945), las baladas en holo fueron prohibidas a medida que el gobierno colonial forzaba la identificación con la desvanecedora causa imperial. Cuando los Nacionalistas chinos reemplazaron a los japoneses después de la Segunda Guerra Mundial, la cultura holo tuvo que enfrentar la adversidad continua. El régimen chino desanimó agresivamente el idioma holo, y la gente tenía que aprender mandarín, el idioma oficial de la República de China. La recién llegada clase gobernante incluso ridiculizaba la pronunciación taiwanesa del mandarín.

La adaptación de Lin de las entonces proscritas baladas holo no solamente mostraban coraje, sino un gusto por explorar lo desconocido. “Siempre he sabido que las tradiciones musicales de Taiwan combinan destreza y diversidad”, dice. Después que Lin regresó de Estados Unidos en 1970 a enseñar, él comenzó a trabajar en la colección e interpretación de antiguas canciones holo. Por lo menos una década antes, otras investigaciones sobre el género aparecieron en los círculos académicos a finales de los ochenta, él ha escrito varios artículos de periódico y revista sobre sus compositores y letristas, y en 1978, él publicó un libro sobre 27 de ellos. A diferencia de la investigación y libros posteriores sobre el mismo tema, la mayoría de estos autores fueron entrevistados personalmente por Lin y brindaron valiosa información de primera mano. “El desarrollo de hoy de la música taiwanesa le debe mucho a la contribución de Lin”, dice Johnson Yu, pianista y secretario general de la Sociedad de Música Comparativa de la República de China.

El compositor Lin Erh y las canciones de la época dorada

Un diario estadounidense hace una reseña sobre un concierto dado por el Grupo Musical Este Oeste de Lin, en el Colegio Estatal de San José en agosto de 1971.

Lin desarrolló una amistad, por ejemplo, con Jhou Tian-wang, (1910-1988), quien escribió canciones como “Melancolía en la noche de luna” (1932), “Flores de la noche lluviosa” (1934) y “Sueños primaverales de la ribera del río” (1935). “El se quejaba frecuentemente de que su trabajo era alterado erróneamente”, dice Lin. “Le consolaba diciéndole que por fortuna raramente se colocaba el nombre del letrista en las canciones publicadas, por lo que no tendría que sufrir ninguna humillación”. Los derechos de propiedad intelectual eran aún un concepto desconocido en Taiwan en esa época.

El interés del público en las canciones holo no volvió a surgir hasta los años setenta, cuando comenzó una especie de renacimiento de la cultura taiwanesa. La gente volvió a sus raíces nativas en búsqueda de inspiración para el arte, la literatura y la cultura. En el campo de la música popular, las canciones románticas y las imitaciones de populares canciones occidentales y japonesas fueron rechazadas, y comenzó el movimiento musical folklórico. Las “canciones de campus” fueron escritas por jóvenes con voces simples y frescas y acompañadas de guitarras acústicas. De 1977 a 1981, los ganadores del Premio Melodía Dorada fueron parte de una nueva generación de artistas modestos y jóvenes, muy diferentes de los famosos “hechos a base de una fórmula” de esa época. Con el objetivo de promover la educación musical popular, Lin compuso su propia música, organizó conciertos e hizo producciones discográficas.

A medida que el yugo de la cultura china se alivió, Lin notó un mayor interés en el trabajo de las generaciones anteriores de compositores y letristas. Además de buscar en el pasado de las canciones de antaño y recolectar las historias detrás de sus canciones clásicas, él incluso ayudó a algunos a volver a la escena. Por ejemplo, en 1977, Lin conversó con el letrista Li Lin-ciou (1909-1979) sobre su popular canción de 1946 “Amendando la red rota”. La canción había sido descrita desde hacía mucho tiempo como los sueños rotos de la gente taiwanesa, una queja política del individuo común durante la colonización. En sus conversaciones con Li, sin embargo, Lin descubrió que fue verdaderamente escrita con la esperanza de arreglar la relación con su novia. La canción se volvió otra vez popular y su letrista volvió a ser famoso. Li Lin-ciou también escribió “Esperando las brisas primaverales” (1932), una de las canciones holo más recordadas. Conmovido por los esfuerzos de Lin por preservar la música local, Li le dio “Mar de enfermedad de amor” para lanzarla al público. La cancioneta, guardada por más de 30 años a causa de la desvanecedora popularidad, fue un éxito inmediato.

Lin continúa inyectando vigor a los clásicos holo —él está actualmente trabajando en algunas como duetos síncronos—especialmente para cantar en karaoke. “Será mucho más divertido cantar al mismo tiempo juntos, que por turnos”, dice él.

Popular

Más reciente