02/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Bienes inmobiliarios irreales

01/10/2005
Los paisajes elegantemente elaborados son una parte esencial de la casa de ventas.

La textura visual de Taipei nunca es sombría. Lo ordinario y extraordinario se mezclan en un ambiente arquitectónico que suaviza la escena dinámica. Durante las épocas de recesión o bonanza, siempre hay sitios de construcción esparcidos con sus grúas volantes detrás de cercas de metal, y camiones empantanados que entran y salen de sus puertas. En las zonas residenciales, estos sitios aparecen generalmente tras la demolición de una vivienda de la era japonesa o simplemente un antiguo edificio de apartamentos. Al quedar vacío el espacio por un corto tiempo, ocurre un fenómeno particularmente taiwanés: la casa de ventas.

La casa de ventas es una criatura curiosa e imaginativa. En medio de un frenesí de madera contrachapada y las engrapadoras automáticas, se arma en un par de días. Se incorporan los paisajes y todo el lugar se cubre de luces y avisos luminosos. Cuando está lista, la casa lleva al espectador a otro mundo con sus pretensiones de grandeza y obvias referencias a edificios famosos.

El área dedicada a la publicidad del nuevo edificio es una experiencia inolvidable que incluye una repartición de panfletos, la colocación de personas con pancartas en las intersecciones, pequeños camiones estacionados con afiches y vallas publicitarias en los conciertos de la ciudad. Todos estos indican el camino a la propiedad inmobiliaria más nueva e indispensable. Sin embargo, este inmueble puede ser todo, menos real.

Bienes inmobiliarios irreales

La mayoría de las casas de ventas son muy diferentes a los edificios que se supone representan.

Las confecciones arquitectónicas de las casas de ventas van desde líneas puras y simples inspiradas en el diseño Bauhaus a las complicadas y demasiado decoradas del barroco. Sin embargo, todas tienen algo en común: son muy diferentes a los edificios que se supone representan. De allí que sean, por su poco tiempo de duración, propiedades irreales.

En una de las mejores y más costosas zonas del mercado de inmuebles residenciales de Taipei, se encuentra la casa de ventas y sala de recepción del Grupo Ruentex, Dunren, en la redoma de Dunhua y Renai. El entonces presidente nacionalista Chiang Kai-shek mandó a construir estas amplias avenidas para conectar su palacio presidencial con el aeropuerto internacional de ese entonces ubicado en Songshan. Ambos son grandes bulevares con amplias filas de árboles diseñados para dar una impresión favorable a los invitados extranjeros. La impresión no es incorrecta, y su convergencia coincide con una de las mejores zonas en Taipei. De hecho, es un lugar tan deseable que Vincent Chou, director de relaciones públicas de la división de construcción de Ruentex, dice que no necesita hacer ningún tipo de publicidad.

La casa de ventas en la redoma se asemeja a un sujetapapeles gigante y con pocas bisagras. Su estructura, hecha de lo que parece ser una extensión de rieles de metal, da al sudoeste hacia la glorieta llena de árboles, y utiliza discretamente vidrio multicolor. Los visitantes son recibidos por guardias de seguridad porque se debe hacer cita previa, y los fotógrafos curiosos no son bien recibidos. Una vez que atraviesan las puertas pesadas y los estanques de guijarros Zen que se encuentran por todas partes en la casa de ventas, los clientes son acomodados en mesas y sillas en la sala de recepción en el entresuelo, y mesoneros sonrientes les sirven expresso.

Bienes inmobiliarios irreales

Los compradores de vivienda hoy tienen más confianza, y muchos hacen este tipo de inversión una sóla vez en la vida. En la foto, el edificio Waldorf ya terminado.

La representante de ventas presenta una libreta gruesa, de color bronce y con textura, que compara la futura edificación con una serie de lugares importantes en Londres, París y otros. Luego, describe a Taipei con frases como “una ciudad poética”, “siempre el centro de la vista del mundo”, “tierra de reyes en el pasado y por siempre”, y “un reino de la moda”. Se describen brevemente al arquitecto, Huang Yong-hong, y su creación, y luego sigue un anuncio en arquitectura digital y fotografías tomadas por Norman Foster, de la Gran Corte en el Museo Británico. La bóveda cubierta de paja en forma de óvalo en el lobby promete “hacerlo sentir libre y cálido”. El presidente de la compañía llevando puesto un casco protector, insta a los lectores a “estimar el valor de su vida” y a continuación, las especificaciones técnicas.

Después del café, se lleva a los compradores potenciales al centro del asunto: a la imitación del mismo edificio. Al caminar a través de una serie de habitaciones conectadas a través de dramáticas puertas dobles, ellos examinan las maquetas del edificio, sus métodos de construcción y materiales de alta tecnología en cortes transversales.

Al final de las escaleras, los visitantes colocan sus pies en una caja que envuelve los zapatos en unas bolsas protectoras— las puertas se abren ahora y dejan ver un espacio de 135 ping de lujo. Es como el decorado de una película de Hollywood, donde todo es perfecto y cada ping vale NT$900.000 (US$28.570).

La decoración es muy lujosa. Las áreas para lectura, ver televisión, conversar, sentarse, comer, bañarse y dormir están recubiertas con pisos de mármol. Uno se siente como si allí no viviera gente, a menos que fuera para hacer una película; el tamaño del lugar es exagerado para un apartamento de dos habitaciones. Chou indica que se trata sólo de un modelo, y que los compradores tienen libertad de configurar los apartamentos de la manera que deseen.

Bienes inmobiliarios irreales

En el competitivo mercado de los bienes raíces hay que emplear un sinfín de medios publicitarios para llamar la atención de los posibles compradores.

Ruentex confeccionará las paredes internas, según el deseo de los clientes, a diferencia de las compañías de construcción de menor categoría que sólo ofrecen lo que está exactamente en el plan. De hecho, la compañía también brinda servicios de administración de inmuebles, e importa los materiales de construcción de alta tecnología que utiliza para las residencias de la gente adinerada. Es una compañía de construcción integrada de forma vertical, que da suma importancia a la marca, desde el terreno hasta el lavadero.

Ruan Qing-yue, profesor y escritor de arquitectura, piensa que compañías como Ruentex han tenido un impacto positivo en el negocio de la construcción. “La definición entre el mercado de nivel medio y alto se ha vuelto mucho más clara recientemente”, dice él. “Cuando bajó el precio de los bienes raíces a finales de los noventa, muchos constructores quedaron eliminados. Los supervivientes poseen mejor calidad, mejor estructura. El profesionalismo ha subido de nivel.

Los compradores de vivienda tienen ahora mucha más confianza en su compra que en la época próspera del mercado de bienes raíces de los ochenta y principios de los noventa, cuando más de algunas compañías de construcción vendieron edificios en los planos, y luego, huyeron con el dinero recaudado. Chou dice que el énfasis de Ruentex en su calidad, profesionalismo y reputación alivia esos temores en sus clientes. Los compradores con alto nivel educativo que poseen diferentes criterios de compra han contribuido también, dice Ruan.

Bienes inmobiliarios irreales

Antes de empezar la construcción del verdadero edificio, la casa de ventas ocupa temporalmente el espacio vacío.

El mercado de los bienes raíces en los años ochenta y noventa buscaba exclusivamente ganar dinero, tanto el constructor como el comprador. “La gente no vivía en apartamentos, sino que los veía como una manera de ganar dinero, como inversión”, dice Ruan. “En cambio, ahora los consumidores no creen que pueden ganarle el 10 por ciento en un año. Ellos compran algo porque lo quieren, y desean quedarse con eso. Lo necesitan”.

¿Qué tiene que ver esta nueva sensibilidad con el teatro de las casas de ventas? Ruan dice que la mayoría de los compradores de vivienda sólo hacen este tipo de compra una vez en la vida, y ellos son muy prácticos. “Es como una cita a ciegas o una cita convenida con intención matrimonial, se va a conocer a alguien con el que se va a pasar el resto de la vida”, dice él. “Pero antes de conocer a esta persona, ambos se engalanan lo mejor posible. Es diferente a la vida real, y ellos lo saben, ellos saben que la otra persona está vestida así hoy, y que no va a ser así para el resto de la vida”.

Los compradores están muy conscientes de la apariencia irreal de la casa de ventas. El fenómeno es un producto de la dura competencia en el mercado de inmuebles residenciales, y un total contraste con los simples folletos con fotos de felices familias occidentales y un plano rudimentario, que caracterizaba la publicidad de este mercado hace una década.

Asimismo, el medio ha creado una especialidad única para los arquitectos y diseñadores de interiores. En vista de que los libera de las reservas de la practicidad, uno se imagina que cada arquitecto y diseñador en la ciudad está dispuesto a expresar sus ideas más atrevidas en estos proyectos.

Bienes inmobiliarios irreales

“Cuando compran apartamentos no hablan sobre sueños, pero cuando van a una casa de ventas, ellos desean ver algo fantástico”, dice el profesor Ruan Qing-yue.

Pero Yeh Ying, escritor y editor de la revista de diseño IW, y Ruan, están de acuerdo en que esto no es realmente así. La misma irrealidad de las casas desalienta tanto a los arquitectos como a los diseñadores. “Las casas de ventas son temporales, así como un decorado de teatro, cuando la obra termina, hay que quitarlo”, dice Ruan. “Los diseñadores no hablan conmigo sobre ellas, sólo hablan sobre arquitectura verdadera”. Los arquitectos también las ven con un poco de vergüenza y sólo las consideran un medio de aumentar el flujo de dinero para abrirse camino.

Igualmente, los constructores ven los proyectos de una manera similar. Típicamente, ellos contratan un arquitecto para la casa de ventas, y otro para construir el edificio en sí mismo. La casa de ventas se asigna a un arquitecto más joven y más experimental, mientras que el edificio en sí es diseñado por uno más establecido. Esta práctica resulta en la divergencia entre la apariencia de los dos productos, y evita que la plataforma se convierta en un terreno de prueba para los arquitectos jóvenes. Los constructores piensan que los arquitectos jóvenes son demasiado idealistas respecto a los edificios, pero perfectos para las casas de ventas. “La mayoría de los arquitectos que hacen casas de ventas participan en las competencias públicas para los edificios verdaderos, en lugar de hacerlo mediante un constructor”, dice Ruan. “Los compradores calculan muy cuidadosamente cuánto obtienen por cada dólar, y cuando compran apartamentos no hablan sobre sueños; pero cuando van a una casa de ventas, ellos desean ver algo fantástico”.

El teatro de la casa de ventas y la realidad del apartamento en el que uno vive se convierten en dos cosas bien separadas. Yeh lo resume perfectamente cuando dice, “Las clientes saben que no van a verse como la chica del anuncio, pero a pesar de ello, compran los cosméticos”.

Popular

Más reciente