20/12/2021

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Invocando los recuerdos del sonido

01/06/2005
La música del grupo cruza las divisiones culturales.

Un grupo de hombres Amis golpea largos palos de bambú sobre la tierra y el ruido sordo del baile kakeng se escucha alrededor del valle para anunciar la noticia del matrimonio de su hermana. Hoy, esta ceremonia, que se realizó ampliamente hasta los años cincuenta, ya ha desaparecido. Pero si Sawtoy · Saytay tiene voz y voto en el asunto, muchas generaciones siguientes de Amis conocerán las tradiciones musicales de sus antepasados.

Una vez que cambiaron los estilos de vida tradicionales, estos instrumentos y las destrezas para hacerlos fueron relegados al lejano rincón de los recuerdos folklóricos antiguos. Saytay está determinado a rescatar los sonidos de sus antepasados de la caída en desuso; él organizó el Grupo Musical Amis Kakeng en la Villa Lijia del Distrito Taitung con el objetivo de que estas tradiciones no se pierdan con la vida moderna. Saytay emplea el nombre kakeng para definir la misión que tiene el grupo de compartir las buenas noticias, y dice que esto abarca también enriquecer el patrimonio cultural Amis.

“Se puede hacer algunas cosas antes de que sea demasiado tarde”, dice Saytay, “Hay algunas personas mayores de 70 años que pueden aún decirnos cómo eran esos instrumentos, cómo se usaban y cómo sonaban”.

El kakeng es sólo uno de docenas de instrumentos Amis que ya desaparecieron y fueron hechos para producir sonidos para ocasiones específicas. Hombres Amis jóvenes tocaban el datok, un instrumento en forma de arco, con una sola cuerda, para dar serenatas a sus amantes. Los agricultores usaban dodang, algo como un xilófono que sería para asustar las aves de sus campos. Los cazadores tocaban tipolo, o flautas, para una amplia gama de señales de advertencia.

Invocando los recuerdos del sonido

Sarekar

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Tatepoan

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Kakeng de siete tubos

Después de haber sido militar, trabajador de templo y secretario del jefe de distrito, Saytay apenas comenzó a prestar atención con más detenimiento a su propio pueblo después que se convirtió en reportero cultural para la televisión pública. El se topó con los archivos en la Academia Sínica que documentaban alrededor de 40 instrumentos Amis de bambú y madera. Tomando como base estas imágenes, él comenzó a reproducir los instrumentos. Sus tres hijos y los de sus cuñados formaron parte de su experimento ?ellos tocaron junto a él a medida que practicaba y probaba sus instrumentos hechos a mano -y la banda de percusión fue tomando forma con ellos como los músicos centrales.

Saytay dice que la gente de la generación de su madre, que tiene alrededor de sesenta y tanto años, todavía recuerdan cómo kakeng anunció el día de sus bodas. Para convertir piezas de bambú en un instrumento musical, él unió de cinco a ocho piezas longitudinales afinadas para formar un instrumento independiente, y los músicos las tocaban con una paleta.

Sin embargo, los archivos de la Academia Sínica no podían decirle exactamente cómo sonaban los otros, entonces en 1997, Saytay comenzó un estudio de campo sobre el tema, y visitó más de 70 ancianos Amis de las tribus esparcidas a lo largo de la costa oriental durante más de tres años. Durante esta época, él elaboró varias piezas para prueba a fin de evaluarlas. El número de instrumentos que la joven banda de Saytay tocaba, se expandió gradualmente de aproximadamente una docena, a más de 20 hoy día. En 1999, la banda se convirtió oficialmente en el Grupo Musical Amis Kakeng, y comenzó a presentarse en público.

Saytay piensa que las presentaciones son una oportunidad de entrenamiento para el grupo, que ahora cuenta con más de 30 miembros. Su repertorio está organizado en cuatro categorías: percusión, percusión y vocales, percusión e instrumentos de viento, y un coro de ancianos Amis. Saytay y los músicos crean las canciones durante las prácticas, y luego todos los miembros aprenden las tonadas de memoria. Así como están ausentes los libros de texto en la transmisión de la historia oral, el grupo no transcribe sus obras musicales en partituras, pero sí graba la música actual en CD y sus actuaciones en VCD.

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Una futura percusionista posa con su satontong.

Los 20 miembros jóvenes son estudiantes entre las edades de primaria y secundaria superior, siendo el menor un chico de tercer grado. La percusionista de mayor antigüedad, Kasang · Sawtoy, la hija de Saytay, y su primo Chu Ying-shuo, comenzarán la universidad este otoño. Ellos comenzaron hace seis años y son las responsables de enseñar a los miembros más jóvenes. Chu dice que comenzar pequeño ayuda a los niños a conectarse mejor con los instrumentos al tiempo que perfeccionan las destrezas.

“Mi tío Saytay nos enseña cómo tocar estos instrumentos”, dice Chu, “pero nos permite desarrollar nuestra técnica propia. Lo que uno haga con ellos depende de uno mismo”. El también piensa qué lo bien que se toque un instrumento depende del entusiasmo de cada quién. Los nuevos miembros del grupo tocan toda clase de instrumentos hasta que él o ella escoge uno. Cada artista es dueño de un instrumento, y es responsable de su mantenimiento. Cuando una pieza está en mal estado, simplemente la reemplazan haciendo una nueva. “Hay bambú por doquier. Se puede hacer cualquier cosa siempre que sepa cómo”, dice Chu.
 

Chu aplazó su entrada a la universidad un año para poder participar en el grupo, pero este año tiene planeado entrar en un departamento de lenguas extranjeras, para así ayudar a la banda a comunicarse con el público extranjero. Las actuaciones en el extranjero del grupo seducen a los más jóvenes a perfeccionar sus habilidades, y conceden mucha importancia a la participación del público, invitándoles a participar y bailar junto a ellos en el escenario.

Saytay exige también que los miembros entreguen un informe de sus actuaciones después de cada viaje. “Esto nos dice cuánto hemos aprendido sobre nuestro propio instrumento”, dice Chu. El cree que los miembros deberían ser más que músicos -ellos necesitan aprender de dónde proceden los instrumentos y cómo hacerlos. El planea llevar su propio kakeng de ocho tubos a la universidad para atraer a más aficionados de la música Amis.

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Kasang toca el tipolo.

Kasang intenta estudiar etnomusicología. Ella dice que su interés en la música se desarrolló muy temprano cuando su padre comenzó a enseñarle las canciones de cuna que él escribió. Igualmente, él les enseñó a ella y sus hermanas cómo romanizar el idioma Amis para que puedan transmitirlo. Ella cree que la formación académica la capacitará para seguir los pasos de su padre. Su hermana menor, Kaing · Sawtoy, ahora en secundaria básica, dice que la dedicación de su padre a la preservación de la cultura Amis la ha inspirado a practicar con mayor ahínco.

Saytay dice que Kaing es quizás el mejor músico de la flauta de nariz que conozca. Encantado de que sus hijos nunca se dieron por vencidos, él está impresionado por su devoción y éxito al echar las bases para el crecimiento de la cultura Amis; sin embargo, a él le preocupa que la educación formal interrumpa el progreso de su equipo.

“Espero que pueda ayudarles a ver cuánto valor posee lo que tenemos”, dice. “No quiero dejarle con una idea a medias de quiénes son. Cuando regresen, los ancianos quizás ya no estén aquí para decirles el resto”. Saytay sabe lo valiosa que es la educación universitaria, por esto, él organiza un grupo de adultos para continuar antes de que más chicos comiencen la universidad.

Ahora, el grupo tiene un estudio que llama hogar -un lugar con espacio de exhibición, aula de clases, un patio empedrado, y un escenario con techo de bambú construido a mano. “El estudio luce humilde para nosotros”, dice Wu Ching-fa, vicepresidente del Consejo para los Asuntos Culturales (CCA, siglas en inglés), “pero refleja una característica importante de la cultura aborigen: el uso del bambú en la vida cotidiana”. Mucho más importante, él dice que el estudio resalta el desarrollo local del grupo, a diferencia de otros múasicos que se han ido a ciudades donde hay más recursos disponibles. Este tipo de desarrollo está en línea con la política gubernamental de estimular los proyectos culturales comunitarios.

Wu dice que los músicos saben claramente lo que desean lograr -recrear los sonidos del pasado. “Muchos de nosotros tendemos a pensar que la cultura popular es menos valiosa que la llamada cultura alta”, dice él. “El Grupo Musical Kakeng nos obliga a reconsiderar cómo vemos la cultura popular”. El dice que la música del grupo es un medio que cruza las divisiones culturales.

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Chu Ying-shuo toca el sarekar.

Tchen Yu-chiou, secretaria general de la Asociación Nacional de la Cultura, dice que ella descubrió el grupo en un viaje a Taitung con el presidente Chen Shui-bian, cuando era presidenta del CCA. El encuentro fue seguido de una serie de actuaciones en la oficina de la Presidencia e invitaciones tanto del país como del extranjero. El pasado julio en Palau, Tchen observó la habilidad del grupo de entretener al público. “Ellos tocan juntos en unísono y lo hacen desde el corazón”.

Wu dice que el grupo posee claramente un don, pero para alcanzar la escena internacional, necesita ayuda con iluminación, planificación y diseño de programación. “Aquí es donde el Gobierno puede ayudar”, dice. El indica que el Grupo Musical Kakeng define una parte de la cultura de Taiwan aún no muy conocida por la mayoría de los taiwaneses.

Wu espera ver la actuación de más grupos de tribus aborígenes, tales como la Atayal, Bunun y Paiwan. Saytay dice que él planea realizar un taller de música tribal para animar a la gente a preservar su patrimonio musical.

Saytay dice que la competencia es lo que menos le preocupa, porque él confía en que la habilidad del Grupo Musical Kakeng para crear su propia música es su mayor ventaja. Asimismo, dice que él no es el dueño del patrimonio cultural Amis, sino que simplemente ha vuelto a crear los instrumentos Amis y los utiliza para crear música. “En los ojos de los Amis, yo sería un hombre maligno si me negara a compartir nuestros dones”.

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