27/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Construcciones coloniales

01/03/2001
La Escuela de Secundaria Superior Tamkang, donde los rasgos chinos tradicionales sirven de equilibrio a la influencia japonesa.

Las calles de las ciudades de Taiwan se vanaglorian de un puñado de excelentes construcciones antiguas. La mayor parte de las estructuras occidentales más antiguas y pintorescas fueron realmente construidas durante el período de la ocupación japonesa (1895-1945), y es una verdad incómoda e indudable que cincuenta años de régimen colonial hicieron maravillas para el desarrollo arquitectónico de Taiwan. Una importante razón, según Fu Chao-ching, profesor en el Departamento de Arquitectura de la Universidad Nacional Cheng Kung, es que Taiwan fue un sitio ideal para los arquitectos japoneses deseosos de probar las ideas nuevas que habían captado del Occidente durante la Restauración Meiji.

Cada edificio refleja cambios en la cultura social. La arquitectura japonesa en Taiwan refleja lo que pasó en la isla cuando los japoneses estuvieron aquí, y según Fu, valdría la pena preservarlo por esa simple razón. Pero por desgracia, un ardiente deseo de erradicar los amargos recuerdos del régimen japonés, condujo a que algunos de estos conmemorables edificios fueran destruidos u olvidados tras la llegada de los nacionalistas a Taiwan en 1949.

La situación mejoró en 1982 con la promulgación de la Ley para la Preservación del Patrimonio Cultural, que consagra que estas reliquias deben preservarse como patrimonio nacional. “El reto que enfrentamos actualmente es el de devolverles la vida a estas edificaciones japonesas a fin de mejorar la calidad de vida y cultura de las comunidades locales”, dice Lin Wei-hsu, director de la División de Conservación de Monumentos del Gobierno de la Ciudad de Tainan.

Uno de los ejemplos principales es el Palacio Presidencial en el centro de Taipei, que ya ha mejorado la calidad de vida de un incontable número de ciudadanos que ha visitado sus corredores en las giras organizadas dos veces por semana. Este impresionante edificio es sólo uno de los muchos proyectos inspirados por Goto Shinpei, quien estuvo a cargo de los asuntos civiles en la Oficina del Gobernador de Taiwan entre 1898 y 1906, y quien brindó al gobierno una base sólida para la colonización efectiva de Taiwan.

Goto introdujo por etapas los sistemas y cultura japoneses, pero no sin antes emprender una extensa investigación sobre las costumbres taiwanesas. Basándose en sus hallazgos, se revisaron leyes y se promulgaron nuevas, el resultado final se puede describir mejor como una combinación del garrote y la zanahoria. La estrategia fue efectiva. En 1905, durante el gobierno del cuarto gobernador, Gentaro Kodama, Taiwan se había vuelto financieramente independiente y había comenzado a contribuir al tesoro del gobierno japonés.

Al mismo tiempo, los japoneses comenzaron a construir edificios más grandes y modernos alrededor de Taiwan. Goto Shinpei los consideraba “soldados vestidos de civil”: diseñados para facilitar los mecanismos del régimen colonial, intimidando a los posibles disidentes con una demostración de poderío combinada con una civilización refinada. La Oficina del Gobernador, construida en el centro de Taipei, fue el mejor ejemplo de esta estrategia —un magnífico palacio que representaba la autoridad del régimen colonial de manera definitiva, atemorizando a cualquier taiwanés que lo mirara.

Luego vino la Segunda Guerra Mundial. El Almirante Saizo Kobayashi, el nuevo gobernador, puso a Taiwan bajo ley marcial estricta. Su política de tres puntos era “japonizar” al pueblo taiwanés, industrializar la isla, y convertir a Taiwan en una base de adaptación para la marcha hacia el Sureste de Asia. “Muchos de los edificios construidos en este período exhiben lo que únicamente puedo llamar arquitectura del ‘período militarista’”, dice Fu Chao-ching.

La estación de ferrocarril y el Museo de Historia de la ciudad de Kaohsiung están entre los mejores ejemplos. La estación fue construida en 1941, y durante la guerra desempeñó un papel importante en la “marcha hacia el Sureste de Asia” de Kobayashi. Fue contruido en el estilo japonés imperial típico. Según Fu, “su peculiaridad se deriva del techo de estilo pabellón japonés tradicional y las cuatro magníficas columnas de palma egipcia en la entrada”.

El edificio que es actualmente el Museo de Historia de Kaohsiung fue construido en 1938, y hasta 1992 fue la sede del gobierno de la ciudad. Con su fachada imperial y columnas solemnes en el vestíbulo, es un ejemplo espléndido del género. Por razones de camuflaje en la época de guerra, el exterior fue pintado originalmente de verde claro y el techo de estilo pabellón de verde oscuro, colores que acentuaban la apariencia solemne y sombría de la edificación. “Este fija el estándar para los edificios públicos”, asevera Fu.

Con el avance del programa de japonización, la religión sintoísta comenzó a tomar mayor importancia, y se construyeron muchos templos alrededor de Taiwan. Sin embargo, en el período de la posguerra, muchos de ellos fueron dañados, destruidos o destinados a otros propósitos. “Es raro ver hoy día un santuario sintoísta bien preservado en Taiwan”, dice Fu. Uno que sobrevivió, a pesar de haber sido modificado, se encuentra en Taoyuan.

El Santuario Sintoísta de Taoyuan llamó la atención del público en 1985 cuando surgió un debate acerca de si debía o no ser preservado. Mucha gente indicaba que un templo sintoísta era un símbolo inoportuno de vergüenza nacional, un recordatorio de que Taiwan había sido una colonia cuyos habitantes fueron forzados a adorar al emperador, sin embargo, aquellos más comprensivos lo vieron como parte de un gran patrimonio. Tras discusiones largas y acaloradas, el Gobierno de la Ciudad de Taoyuan, siguiendo el consejo de arquitectos y artistas, decidió finalmente preservar la estructura —pero no como un templo sintoísta sino como un monumento conmemorativo a los mártires, y a las hazañas de los soldados nacionalistas durante la Segunda Guerra Mundial.

Este tipo de discusión no es poco común en Taiwan. El destino de la sede central del Land Bank of Taiwan en Taipei, en la Calle Kuanchien, y el de la corte de Tainan, están actualmente en la cuerda floja, mientras que los conservacionistas debaten su futuro con los urbanizadores. “Pero el asunto mejorará”, dice Cheng Tao-tsung, quien es director de una organización no-gubernamental conocida como el Taller Chihkan de Historia y Documentación de la Ciudad de Tainan.

En 1923, Japón sufrió un gran terremoto que afectó principalmente el área de Tokio-Yokohama, y ésto incitó a los arquitectos japoneses a buscar nuevos métodos de construcción. “En Taiwan, se pueden encontrar edificios construidos después de 1923 hechos de concreto reforzado, pero sin las sólidas características arquitectónicas y decorativas”, dice Fu Chao-ching. “Queda demostrado allí cómo los arquitectos japoneses estaban tratando de encontrar métodos nuevos. Algunos intelectuales las llaman construcciones de ‘estilo transitorio’”.

El Buró de Policía de la Ciudad de Tainan, construido en 1931, y la Estación de Tainan en 1936, son ambos buenos ejemplos de este estilo nuevo y minimalista, pero quizás el mejor sea el edificio ocupado por el departamento de bomberos, y el de policía de la ciudad de Tainan. Construido en 1938, su simple exterior blanco sugiere “modernismo”, y se ha convertido en uno de los edificios más conocidos de la ciudad.

Aunque los japoneses hicieron mucho por revolucionar el paisaje arquitectónico de Taiwan, los residentes consideraban sus edificios como símbolos poderosos del régimen colonial. Algunos arquitectos locales comenzaron a experimentar con estilos propios, pero la mayoría de las edificaciones producidas por los diseñadores taiwaneses o misioneros occidentales tenían fuertes características chinas tradicionales.

Un importante ejemplo que aún sobrevive es la Escuela de Secundaria Superior en Tamsui, en la costa norte de Taipei. Esta fue construida por los Cristianos Canadienses en 1925 según un diseño de Kenneth W. Dowie, sin embargo, a pesar del uso de ladrillos rojos para darle un aire inglés, el esquema del piso tiene como base conceptos chinos tradicionales. “Los proyectos de construcción civil durante la ocupación japonesa continuaron presentando características chinas, mientras que los arquitectos japoneses estaban importando muchas nociones occidentales”, dice Fu.

Pero Japón no estaba sólo interesado en el impresionante estilo arquitectónico europeo para enfatizar su autoridad. También recurrieron al estilo japonés, por ejemplo en la estación de Kaohsiung y el Santuario Sintoísta de Taoyuan, como parte del proceso de “japonizar” a los taiwaneses. “Es interesante que cuatro diferentes estilos de arquitectura —occidental, japonesa, moderna y taiwanesa tradicional— coexistieron en Taiwan durante la ocupación japonesa”, indica Fu.

Como muchos de los edificios que datan de la ocupación japonesa nunca fueron reconocidos como monumentos nacionales, no se hallan bajo la protección de la Ley para la Preservación del Patrimonio Cultural. Conforme a la ley antigua, la designación de un edificio como monumento nacional dependía de su ubicación, valor, características y cantidad de edificios similares existentes. No obstante, tras la enmienda de la ley en febrero del año pasado, los sitios que no califican como monumentos nacionales pueden ser protegidos bajo un nuevo renglón: “edificios históricos”. La significativa diferencia entre éstos y los nacionales es que pueden usarse, incluso incorporando cierto grado de modernización.

El resultado ha sido darle a los artistas y arquitectos locales los recursos para reciclar estructuras japonesas históricas con el fin de revigorizar sus comunidades. “El punto clave no es sólo preservar el edificio, sino darle nueva vida para que la gente disfrute y comprenda su belleza e historia”, dice Fu Chao-ching. “Un monumento no es un objeto inanimado, es algo que nos puede ofrecer un espacio recreativo de calidad”, indica Cheng Tao-tsung.

Tainan fue el primer lugar ocupado por los Han cuando llegaron a Taiwan desde China continental, y por lo tanto, tiene gran significado histórico. “Debido a las revisiones de la Ley para la Preservación del Patrimonio Cultural, los gobiernos locales tienen ahora más poder para administrar sus monumentos de una manera productiva”, dice. “Aquí en Tainan, por ejemplo, desarrollamos el Parque de la Cultura Chihkan en 1996, y actualmente está siendo construido el Parque de la Cultura Anping. Son lugares de gran valor”.

El gobierno de la ciudad ha ideado planes provisionales para reparar los edificios que actualmente están ocupados por la corte y el Departamento de Policía de la Ciudad de Tainan, ambos construidos durante la ocupación japonesa, pero aún debe persuadir a sus ocupantes presentes para que se muden a instalaciones más modernas. La corte de Tainan, construida en 1912, es ya un impactante ejemplo de cómo lo antiguo puede mezclarse con lo nuevo: a la entrada del edificio, el visitante queda de inmediato impresionado con el contraste que resulta de la serie de equipos informáticos que da la bienvenida a la vista y dignifica el ambiente interior. El gobierno de la ciudad quiere convertir este edificio en un museo de arte, aunque las autoridades de la corte esperan en su lugar preservarlo como un museo legal.

Fu Chao-ching cree que hay aún más reliquias japonesas dispersas por la isla que no han sido formalmente registradas. “En los distritos de Chiayi y Pingtung, han sido identificadas más de mil edificaciones japonesas antiguas, y pueden haber muchas más”, dice. “Hallar la manera de reciclarlas de la forma correcta es nuestra tarea principal en el futuro. El asunto es que no podemos cambiar el carácter ni la estructura de los edificios, pero sus interiores pueden ser utilizados con fines contemporáneos”.

Fu está en lo cierto cuando dice que hay tesoros a la espera de ser descubiertos. “Mi casa tiene por lo menos cien años de antigüedad”, dice un residente de Tainan que cuenta con setenta y dos años y no se atreve a decir su nombre. “La heredé. Otras casas en la calle datan de la misma fecha, y muchos turistas vienen los fines de semana a visitar la vecindad. He modernizado su interior para hacerla más confortable. Estoy orgulloso de haberla conservado lejos del alcance de los urbanizadores”.

Con la Ley para la Preservación del Patrimonio Cultural, hay una buena razón para esperar de que por lo menos una parte del pasado colonial de la isla pueda salvarse de las máquinas excavadoras y continuar cumpliendo un propósito útil. En fin como dice Cheng Tao-tsung: “La gente necesita tener un pasado, más ahora que tanto se ha perdido tras la búsqueda del desarrollo económico”.

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