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Taiwán Hoy

Diversión y juegos

01/11/2001
En el pasado, los jóvenes se recreaban con placeres simples. Ahora, sus entretenimientos se inclinan más hacia la alta tecnología.

a historia tiende a repetirse, y los jóvenes de diversas generaciones comparten generalmente emociones similares, sólo las experiencias son diferentes. Cuando Sue Hwang estaba en la escuela secundaria superior en los años 70, los maestros eran estrictos, salir con novios era mal visto, las fiestas se realizaban en secreto, y las salas de billar eran consideradas lugares de baja clase. Los espectáculos de títeres eran la moda y capturaban la imaginación de los estudiantes de la escuela primaria hasta los universitarios. Lo que aprendían los jóvenes del Occidente se basaba principalmente en los programas de televisión estadounidenses y en las carteleras de Billboard. Hwang solía pasar sus fines de semana jugando damas chinas, viendo películas, o yendo a la fábrica de azúcar de Taiwan para probar muestras de sus golosinas.

En los años setenta, habían pocas publicaciones y medios de comunicación, y todos se hallaban bajo estricta censura. Los programas y libros de caricaturas tocaban en su mayor parte temas inocentes. Los materiales pornográficos y violentos eran efectivamente mantenidos fuera del alcance de los menores. “Yo pasé una época tranquila durante la secundaria porque habían pocas distracciones perturbadoras”, recuerda Hwang. “Ahora me enfrento a la adolescencia por segunda vez —con mi hija que está convirtiéndose en una adolescente difícil. Los chicos de hoy disponen de más dinero y gozan de un mayor grado de autonomía. La zona este de Taipei está repleta de jóvenes que les agrada presumir, y están dispuestos a mostrar cómo se han adoptado aspectos de culturas diferentes. A muchas adolescentes les gusta acechar a figuras de la música pop, y persiguen fanáticamente a sus ídolos locales y de Hong Kong, Japón, Corea, y Estados Unidos. Toda esta situación completa incrementa la importancia de la orientación de los padres”.

Los jóvenes de hoy están bombardeados con todo tipo de información. Las librerías ofrecen una extensa gama de revistas extranjeras y locales, muchas especializadas en temas de adultos. Los libros de caricaturas entretienen a los jóvenes con una amplia variedad de géneros que llenan los estantes no sólo de las tiendas de alquiler de libros, sino también de muchas cafeterías. Una encuesta reciente mostró que el 60 por ciento de los jóvenes de Taiwan pasan el tiempo leyendo libros de caricaturas. Chu Yung-chen, estudiante de primer año en el Departamento de Diseño Industrial de la Universidad Shih Chien, y sus amigos leen todo tipo de libros de caricaturas, incluyendo los pornográficos. “Las caricaturas pornográficas son demasiado divertidas como para ser tomadas en serio. Para mí, parecen inofensivas porque soy una estudiante universitaria, y sé distinguir entre lo malo y lo bueno. Pero no puedo decir qué efecto tienen en los chicos más jóvenes de secundaria”.

Hay más de 3.800 tiendas de alquiler de libros de caricaturas en toda la isla, y menos del 3 por ciento de sus dueños supervisan el contenido. Esto ha causado preocupación sobre el posible impacto negativo que el material pornográfico o violento pueda tener en las mentes jóvenes. En 1995 con el apoyo de dos asociaciones editoriales, la Oficina de Información del Gobierno (GIO, siglas en inglés) diseñó un sistema de calificación para materiales impresos, que se encuentra en la etapa experimental. A los editores se les recomienda, no obliga, enviar sus publicaciones a un comité examinador.

Diversión y juegos

Los clubes nocturnos con música en vivo y pistas de baile son sitios populares entre los jóvenes, pero los presupuestos limitados y la obligación de regresar temprano a casa son obstáculos para ir con frecuencia a esos lugares.

“Hubo poco progreso en la promoción del sistema de calificación durante los primeros años del programa”, dice Chao Yich-hong, director del Departamento de Publicaciones de la GIO. “Cuando confiscábamos publicaciones obscenas solíamos citar la Ley de Publicaciones, pero ésta fue abrogada en 1999. Aún así, nos sentimos obligados a recomendar la autodisciplina por parte de los editores. Nuestro sistema está dirigido a los editores, libreros, y consumidores. En los últimos años, hemos visto un mayor número de casas editoras cumpliendo con nuestro sistema de calificación, y más de treinta tiendas de libros de caricaturas ya han clasificado su selección según las diferentes categorías. Nuestra meta final es educar a los jóvenes para que seleccionen materiales de lectura más adecuados. Igualmente, se está tramitando en el Legislativo una reglamentación que respalde nuestros poderes legales”.

onde hallan materiales controvertidos, casi siempre habrán distribuidores vendiéndolos con éxito. Asimismo, la tecnología ha servido para contribuir con este proceso. Los Internet cafés están teniendo un gran éxito en toda la isla. Sólo en la ciudad de Taipei, hay 268 registrados bajo el rubro de servicio de recreación e información. Además, aproximadamente 2.000 de esos negocios operan sin licencia. Generalmente, ofrecen acceso de banda ancha a Internet, junto con los últimos juegos de computadora y refrigerios; algunos ofrecen incluso servicio de “coma todo lo que pueda”. Se prevé que la cantidad de esos establecimientos en la isla aumentará a 5.000 a finales de 2001.

Según una encuesta llevada a cabo por la Fundación de Intereses Públicos Tosun en mayo de este año, el 51 por ciento de los estudiantes de secundaria superior ha ido a un Internet café. Si es preciso, el porcentaje se traduce en 880.000 estudiantes. Aproximadamente 400.000 jóvenes van allí de manera regular, y por lo menos 65 por ciento dedica el tiempo en línea a juegos de computadora. El Tamkang Times, un periódico escolar de la Universidad Tamkang, indicó que según una encuesta que realizó recientemente, más de la mitad de los estudiantes universitarios que son clientes regulares de Internet cafés toman menos cursos para poder dedicarle más tiempo a los juegos de computadora. Asimismo, se han publicado noticias en los medios de comunicación sobre peleas, apuestas, y solicitación de menores en esos establecimientos.

Con la preocupación sobre la influencia negativa de estos cafés en los jóvenes, el Gobierno de la Ciudad de Taipei ha redactado una ordenanza para regular su funcionamiento. Esto ha causado controversia en varios aspectos. Primero, la ley exige que cualquier “empresa de servicio de recreación e información” opere fuera de las zonas residenciales y a 200 metros de las escuelas. Segundo, los jóvenes menores de quince años no tienen permitido entrar a Internet cafés sin la supervisión de los padres. Y por último, los jóvenes menores de dieciocho no pueden entrar a los cafés antes de las 6:00 P.M. ni después de las 10:00 P.M.

“Básicamente, tenemos optimismo en los esfuerzos del gobierno de la ciudad”, dice Wang Hsu-lung, director asistente de Aztec Technology Co., la cadena más grande de Internet cafés en la isla. “Pero el proyecto sugiere que los funcionarios creen erróneamente que nuestro negocio es parecido a las salas de videojuegos que fueron clausuradas hace varios años. Me gustaría que los funcionarios, maestros y padres vengan a ver lo que los chicos están haciendo en nuestros cafés. Los funcionarios del gobierno de la ciudad han hablado sobre desarrollar un ‘Taipei tecnológico’. Este es el mejor lugar para comenzar. Ofrece fácil acceso a Internet y es de uso conveniente para los principiantes. Nuestra relación con el Gobierno no debería ser de adversarios. Queremos que nuestro negocio tenga un largo futuro, y necesitamos que el Gobierno sea razonable y efectivo, no duro, con reglamentaciones que prohíban cualquier práctica ilegal que pueda dañar nuestra reputación”.

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Chao Yich-hong: “Nos sentimos obligados a instar la autodisciplina por parte de los editores. Nuestra meta final es educar a los jóvenes para que seleccionen materiales de lectura más adecuados”.

El proyecto está a la espera de su aprobación, y los jóvenes aficionados a los juegos de computadora esperan ver lo que los adultos han decidido hacer con su tiempo libre. Wu Han y Fan Tsu-kai, estudiantes de segundo año de la Escuela Secundaria Superior Cheng-kung, solía ir a las salas de billar después de la escuela, pero recientemente prefiere los Internet cafés. “Salimos de la escuela a las 4:10 P.M.”, dice Wu Han. “Por lo general, voy a un Internet café durante un par de horas, luego vuelvo a casa a la hora de cenar. Muchos de mis amigos hacen lo mismo. Sería un problema si no podemos ir a un café antes de las seis. Tendré que hallar otra cosa que hacer”.

“El primer semestre de nuestro segundo año es supuestamente el mejor y más divertido de nuestros años en la secundaria superior”, indica Fan Tsu-kai. “Cuando estemos en el último año, debemos dejar a un lado toda la diversión que tenemos ahora, porque entonces nuestra meta es lograr un cupo en la universidad”. Cuando se habla de la influencia de los juegos de computadora en su vida, el joven no toma el asunto muy en serio. “Los juegos de computadora son sólo juegos; es como jugar damas chinas. Creo que los problemas surgen en la gente que ya es problemática desde el comienzo”. Wu está de acuerdo. “Mis padres saben lo que hago después de las clases. Ellos sólo me recuerdan que no me junte con tipos malos y que esté pendiente del tiempo. Pero nunca he visto ningún delincuente cerca de los cafés a los que voy. Los medios de comunicación han exagerado el asunto. Mis amigos que van a Internet cafés se comportan bien y sacan buenas calificaciones. Si esos juegos son considerados demasiado violentos, entonces no existe un juego que no lo sea”.

Pero los sociólogos no pintan la situación del mismo color rosa. “Los chicos no piensan que los juegos de computadoras son dañinos”, indica Hwang Fang-ming, subdirector ejecutivo de la Fundación de Intereses Públicos Tosun y sociólogo especializado en comportamiento juvenil. “Lo que me preocupa es precisamente su falta de conciencia sobre los peligros. Los cafés en sí mismos no son dañinos; son los juegos que allí se juegan. El gran sentido de realidad que poseen se asemeja mucho a la vida real. No sabemos exactamente hasta qué punto el comportamiento es afectado por el constante contacto con juegos violentos. No todos los niños se dan cuenta de la necesidad de dibujar una línea divisoria entre el mundo virtual y el real”.

Esas preocupaciones alcanzan mayor relevancia ahora que las reformas en el sistema educativo permiten a los estudiantes más tiempo libre, agrega Hwang. “Temo que las autoridades no están aún preparadas para ésto. Lo mejor que podemos hacer en este período de transición es imponer un sistema de calificación para los juegos. Los distribuidores deben evaluar sus productos y etiquetarlos apropiadamente antes de que lleguen al mercado”. Wang Hsu-lung ha sugerido algo parecido. Sin embargo, no hay una estipulación que determine cuál agencia gubernamental debe responsabilizarse de esta tarea. Algunos han sugerido que el Ministerio de Educación o el Ministerio de Asuntos Económicos deberían hacerse cargo de esta responsabilidad. Otros dicen que la Oficina de Información del Gobierno debería hacerlo porque ha estado supervisando un sistema de calificación de publicaciones.

Pero para cuando se resuelvan todos los problemas, la próxima tendencia habrá probablemente llegado para volver a enturbiar las aguas. El bowling estuvo de moda durante los años ochenta y noventa, pero ahora su popularidad se ha desvanecido. Las salas de baile underground emergieron en los años ochenta y los jóvenes se conglomeraban en las discos y salones de baile. Ahora los pubs con pistas de baile son la novedad, y el número de salones de baile ha disminuido mucho.

A finales de los ochenta, los karaokes con salas privadas se volvieron populares entre todas las personas que querían “imitar” a cantantes profesionales por una noche. El karaoke sigue siendo una de las actividades favoritas de los jóvenes, aunque hay menos establecimientos que durante el período de más apogeo en los noventa. Wu Han y Fan Tsu-kai junto con otros amigos van a cantar dos o tres veces al mes. “Vamos generalmente en las tardes, especialmente si hemos tenido un examen importante esa mañana”, dice Wu Han. “Además, es más barato a esa hora que en la noche. Si somos veinte o treinta personas juntas, podemos cantar por cuatro o cinco horas y solamente nos cuesta entre NT$200 y NT$300 (US$5,80 y $8,70) por persona”.

Chu Yung-chen comparte este amor por el karaoke. “Mis compañeros de la universidad y yo pasamos entre tres y cinco horas a la semana en karaokes cuando nuestra carga de estudio no es demasiado pesada”, dice. “También nos gusta ir de tiendas y explorar nuevos restaurantes en la zona este de Taipei o en Shihlin. Visitamos Hsimenting (un distrito juvenil y moderno de la zona oeste de la ciudad de Taipei) en algunas ocasiones, pero sólo para ir al cine. Esa área es más atractiva para la gente más joven”. Chu y sus amigos disfrutan también yendo a pubs y clubes nocturnos, pero sus presupuestos limitados y la obligación de volver temprano a casa son obstáculos para ir con frecuencia.

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El centro educativo y recreativo de catorce pisos establecido por el Gobierno de la Ciudad de Taipei está listo para ofrecer diferentes actividades para los jóvenes con servicios en chino e inglés.

a búsqueda de placer puro es casi un lujo para la mayoría de los jóvenes. El estudio ocupa una gran parte de su tiempo, ya que muchos estudiantes acuden a academias suplementarias después de sus clases regulares. Pero la vida no es sólo libros y juegos de computadora. Hay una amplia variedad de clubes escolares en los que los estudiantes pueden participar para desarrollar ciertos intereses o pasatiempos. La Escuela Secundaria Superior Cheng-kung tiene más de treinta clubes, la Universidad Nacional de Taiwan más de doscientos. Algunas escuelas públicas y privadas ofrecen programas especiales para los jóvenes con talento en la música y en las bellas artes. Por lo general, esas clases se limitan a treinta estudiantes cada una, y la competencia por los cupos es reñida. Igualmente, el Consejo para Asuntos Culturales organiza campamentos de verano cada año para jóvenes con talento musical. El consejo también anima a los músicos jóvenes a participar en competencias internacionales. En enero de este año, panelistas seleccionaron a dos estudiantes taiwaneses para competir junto a treinta y dos estudiantes de todo el mundo en el Concurso Internacional de Piano Gina Bachauer, que fue celebrado en Salt Lake City en junio. Uno de los dos concursantes locales ganó un premio por el sexto lugar.

Los jóvenes también participan en una gran variedad de deportes. Según una encuesta realizada en 2000 por Cheng Shao-tung, maestro de educación física en la Universidad Nacional Normal de Taiwan, los cuatro deportes favoritos entre los estudiantes de secundaria son baloncesto, ciclismo, bádminton, y voleibol. El béisbol, deporte que ocupó un lugar primordial en los años setenta, quedó en décimo lugar. Entre los otros veinte deportes que incluyeron la lista están el golf, el patinaje en línea, los deportes acuáticos, el levantamiento de pesas y la equitación.

Para estimular las actividades saludables, el Gobierno de la Ciudad de Taipei ha construido un centro recreativo y educativo de catorce pisos. El centro juvenil, que es administrado por el Cuerpo Juvenil de China (CYC, siglas en inglés), incluye un teatro, una sala de representaciones, una plaza de patinaje, una sala de usos múltiples, un área de Internet, entre otras instalaciones. “El CYC tiene mucha experiencia en la organización de programas saludables al aire libre para los jóvenes, y la seguridad es nuestra principal preocupación en cuanto a las operaciones del centro”, dice Jeanne Tchong-koei Li, presidenta del CYC. “Nuestra meta es educar a los jóvenes mediante el entretenimiento. También introduciremos actividades de aventura para ayudar a los chicos a explorar su potencial. La pared de escalar es un buen ejemplo”.

De igual manera, se ha planificado una sala para leer y crear libros de caricaturas, un centro de asesoramiento y taller, y un restaurante que servirá sólo platos saludables. “El centro servirá como un enlace entre los jóvenes de diferentes lugares”, dice Cheng Sung-nien, vicepresidente del CYC. “Es para los jóvenes de toda la isla y del extranjero. También habrán trabajos voluntarios disponibles para aquéllos que deseen ayudar a otros. Esperamos que este centro sea la primera, pero no la única, instalación pública en la isla para el bien de los jóvenes”.

Es posible que los jóvenes no tengan conciencia del hecho de que están haciendo historia. Si se detienen y piensan sobre los acontecimientos que ocurren a su alrededor y las oportunidades comerciales inspiradas por su poder adquisitivo, podrían sentirse más capaces de moldear una subcultura que es exclusivamente de ellos. Esta generación de jóvenes expone asuntos no tanto con palabras sino con hechos, que en el futuro determinarán lo que la historia dirá de ellos.

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