04/05/2024

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Taiwán Hoy

Perseverando con pasión

01/11/2002
Una escena de Canciones de los vagabundos (1994) de Puerta a las Nubes. La compañía ha jugado un papel crucial en el desarrollo de la danza en Taiwan.

n un íntimo teatro de Taipei ocupado por alrededor de 110 personas, dos de ellas están sobre el escenario: un músico de Nueva York tocando la corneta francesa; y Mia Hsieh desplazándose en una danza mientras emite un gemido agudo. La actuación avant-garde es sólo la segunda de Hsieh y su compañero estadounidense, Scott Prairie, desde que se registraron con el Gobierno de la Ciudad de Taipei el año pasado. “Más y más grupos pequeños de danza están apareciendo en Taiwan, y otras formas de arte, tales como el drama y la música, se están mezclando con la danza en una mayor medida que antes”, indica Hsieh quien cuenta con unos treinta y tanto años de edad.

Hoy día, la riqueza del mundo de la danza en Taiwan le debe mucho a la introducción de conceptos de danza moderna del Occidente. Los primeros intentos hechos por los taiwaneses para explorar el mundo de la danza moderna ocurrieron a finales de los años treinta, cuando Taiwan se hallaba bajo el régimen colonial japonés. Dos personalidades prominentes de la época eran Lee Tsai-o y Tsai Jui-yueh, quien estudió en Japón ballet y danza creativa (que se conoció más tarde como danza moderna) influenciada por el expresionismo alemán. Regresaron a Taiwan y comenzaron a crear programas de danza a finales de los años cuarenta. En reconocimiento a la calidad de pionero de Tsai, su estudio de danza en Taipei, fundado en 1953, fue designado un sitio histórico por el Gobierno de la Ciudad de Taipei en 1999.

Después de la reubicación del Gobierno de la República de China a Taiwan en 1949, la política cultural oficial recalcó la promoción de la danza folclórica de China continental sobre otras formas de danza. Esa orientación se reforzó aún más cuando el Gobierno organizó el Movimiento Renacentista Cultural Chino en 1967, en respuesta a la Revolución Cultural emprendida un año antes en la RPC, como un medio de exaltar el papel de Taiwan como un baluarte de la cultura china tradicional. Por décadas, desde los años cincuenta, los concursos de danza folclórica china, grandes y pequeños, eran celebrados en ciudades y pueblos alrededor de la isla, y los coreógrafos se mantenían ocupados, produciendo danzas en los estilos deseados. “Tenían que ‘crear’ danza folclórica china porque nunca habían estado en los lugares donde originaron esos estilos”, señala Tsai Li-hua, profesora en el departamento de danza del Colegio de Educación Física de Taipei. “Es interesante, muchos de sus trabajos basados únicamente en la imaginación parecían bastante impresionantes como danza folclórica”, agrega.

Mientras que la danza folclórica china financiada por el Gobierno ocupaba el centro del escenario, la danza moderna comenzó a recibir mayor atención a principios de los setenta. La fundación del Teatro de Danza Puerta a las Nubes marcó un hito, siendo el primer grupo de danza profesional en Taiwan, encabezado por Lin Hwai-min en 1973. Antes del comienzo de Puerta a las Nubes, la danza moderna ya había sido introducida al público apreciativo de Taiwan en los años sesenta cuando prestigiosos grupos estadounidenses, tales como los de Alvin Ailey y Paul Taylor visitaron la isla. En la misma época, un número de bailarines taiwaneses fue al extranjero a estudiar. Uno de ellos fue Lin, quien inicialmente visitó a Estados Unidos para estudiar periodismo y escritura creativa, y luego pasó un año en la ciudad de Nueva York en la escuela de danza de Martha Graham, quizás la mayor fuerza creativa en el mundo de la danza moderna.

Puerta a las Nubes ha jugado un papel crucial en el desarrollo del arte de la danza en Taiwan, no sólo debido a su contribución a la formación de muchos bailarines profesionales, sino también por el avanzado nivel de técnicas teatrales e incluso de administración y publicidad teatral. “Puerta a las Nubes es un éxito porque su líder es un perfeccionista”, dice Lo Man-fei, ex bailarina de Puerta a las Nubes, quien ahora es directora artística de Puerta a las Nubes 2, un grupo subsidiario. “Lin considera cada detalle, incluyendo cómo mantener el orden entre el público que en ocasiones es ruidoso durante las presentaciones al aire libre”. Puerta a las Nubes 2 fue establecido en 1999 con el objetivo de ampliar el público de la danza en Taiwan, presentando obras más ligeras y más fáciles de comprender.

oy, Puerta a las Nubes es, sin discusión, el grupo de danza más conocido de Taiwan. La mayoría de sus presentaciones, desde la antigua Legado (1978) a la reciente Cursivo (2001), han recibido la atención del público general y la aclamación de los críticos. Después de haber actuado en el extranjero muchas veces, incluyendo presentaciones en varios festivales de danza importantes, este grupo goza también de un alto reconocimiento internacional. “Según mi experiencia, algunos extranjeros están más al tanto de Puerta a las Nubes que el público en Taiwan”, dice Mia Hsieh. El enorme impacto de Puerta a las Nubes en la danza de Taiwan puede observarse en las prominentes figuras que surgieron con el grupo, y ahora son los líderes de sus propios grupos de danza. “Debe acreditársele a Puerta a las Nubes haber ayudadado a exponer a Taiwan al mundo, mientras acerca a más taiwaneses a la danza moderna”, sostiene Lo. “Los bailarines y actores tenían tradicionalmente un bajo nivel social en al sociedad china. La imagen positiva de Puerta a las Nubes ha hecho mucho por eliminar ese perjuicio”. Desde 1998, Puerta a las Nubes ha ampliado más su influencia con el establecimiento de estudios de danza, donde gente interesada, la mayoría niños, puede aprender a disfrutar de la danza. Catorce de esos institutos operan actualmente en la isla, ofreciendo cursos en los que participan alrededor de 5.000 estudiantes.

Aunque Puerta a las Nubes se ha convertido prácticamente en sinónimo de la danza de Taiwan, no significa que sea el único grupo del que uno puede enorgullecerse en Taiwan. Algunos grupos de danza folclórica continúan activos, incluyendo el Teatro de Danza Folclórica de Taipei de Tsai Li-hua. Tres compañías locales de ballet, dos con sede en Taipei y una con sede en Kaohsiung, ayudan también a diversificar los círculos de la danza de Taiwan. Pero es la danza moderna la que domina. Algunos grupos destacados que adoptan un estilo de danza moderna son la Compañía de Danza Neoclásica de Liu Feng-shueh, con la coreografía de Liu inspirada principalmente en las tradiciones aborígenes de China y Taiwan. Establecido en 1976, el grupo ha sido bien recibido aquí en la isla y el extranjero. La decana de los círculos de la danza en Taiwan, Liu vino a la isla en 1949 desde China continental, y nueve años después presentó su primer trabajo de danza moderna.

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Lo Man-fei : “Los bailarines y actores tuvieron tradicionalmente un bajo nivel social en la sociedad china. La imagen positiva de Puerta a las Nubes ha hecho mucho para eliminar ese perjuicio”.

El año pasado a la edad de setenta y seis años, Liu fundó su segundo grupo, Danza y Música de Corte Tang. Como lo sugiere su nombre, el grupo se centra en trabajos reconstruidos de música y danza de corte de la Dinastía Tang (618-907). “Coloco ideas modernas en mis trabajos, pero siempre respeto las tradiciones”, dice Liu, quien ha creado alrededor de 118 programas de danza desde 1950. Liu es también una importante pionera en Taiwan de la integración de la danza y la tecnología de la computación. La primera actuación de trabajos que mezclaban coreografía con imágenes generadas mediante computadoras fue realizada el año pasado, y la segunda está programada para este noviembre.

Para el Teatro de Danza Leyenda Lin fundado por Lin Li-chen en 1995, el atractivo de las tradiciones folclóricas de Taiwan ha contribuido a su popularidad entre el público. La compañía fue el primer grupo taiwanés en actuar en el prestigioso Festival de Arte Avignon en Francia cuando en 1995 la obra de Lin Espejos de la vida fue presentada allí en 1998. “No enfatizo deliberadamente el color local. Es simplemente natural para mí representar en mis obras los temas que me son tan familiares desde la niñez”, indica Lin. La tendencia en los últimos años de emplear los motivos taiwaneses es también evidente en la obra del grupo los Bailarines de Lan Yang, fundado en 1966 en Ilan en el norte de Taiwan por un sacerdote misionero italiano, Gian Carlo Michelini. Lan Yang, cuyos bailarines son casi todas mujeres en edad adolescente, se dedicaba inicialmente a las danzas de corte china y danzas folclóricas, pero últimamente incorporó estilos modernos y tomó temas taiwaneses, tales como la leyenda de la Princesa Kavalan, que fue adaptada en un drama bailable en 1999.

Además, en los últimos cuatro o cinco años, pequeños grupos de danza que favorecían obras que reflejaban la experiencia de la vida real han comenzado a aparecer ­grupos como el de Mia Hsieh. “A los grandes grupos les gusta transmitir algo abstracto y filosófico, pero nosotros sólo queremos expresar nuestros propios sentimientos”, dice. “La improvisación en contacto” se ha vuelto popular entre los bailarines jóvenes. Un curso en improvisación se enseña actualmente en el departamento de danza de la Universidad Nacional de Artes de Taipei (TNUA, siglas en inglés). Citándose a sí misma como ejemplo, Hsieh, graduada de idioma y literatura extranjeros, señala también que más y más gente con formación académica en otros campos ha incursionado en la danza. Los grupos nuevos que se están formando desdibujan con frecuencia las líneas de distinción entre música, drama y danza, dificultando su categorización. “Quizás sus presentaciones deberían llamarse simplemente ‘actuaciones’ en lugar de ser etiquetadas como danza o música”, observa. Algunos críticos se han sentido incómodos con este fenómeno, prefiriendo un modo más puro en el que los bailarines “realizan su propio trabajo”. Pero Hsieh da la bienvenida a la oportunidad de que los bailarines y coreógrafos aprendan de otros medios y utilicen varias formas de arte para reforzar su poder creativo.

omo una sociedad pluralista, Taiwan se ha vuelto un ambiente más favorable para que los artistas jóvenes realicen actividades creativas. Desde 1996, el Consejo para los Asuntos Culturales (CCA, siglas en inglés) del Gobierno ha organizado anualmente una Competencia Nacional de Danza Creativa para fomentar la innovación, la experimentación, y el desarrollo de nuevo talento. “Los bailarines jóvenes necesitan llamar más atención. Si no se les ofrece la oportunidad de bailar para hacerse más visibles, podrían desanimarse y abandonar su interés, aún cuando algunos son muy talentosos”, indica Lidia Lai, la Presidenta de la Asociación Nacional de Danza de la RDCh, que junto al CCA organiza la competencia.

Esta también incluye un concurso para danzas creadas por el público general con el propósito de popularizar la forma de arte. Este año, siguiendo la onda del reciente despertar en Taiwan hacia el nativismo taiwanés, el CCA ha agregado un premio especial para los participantes que incorporen temas relacionados con Taiwan en sus obras. Según Lai, la competencia se ha convertido en un evento muy significativo para los bailarines jóvenes, y como resultado la competencia se está volviendo más intensa año tras año: El número de equipos competidores ha aumentado de treinta y cinco en 1996 a 116 en 2002. “Espero que encontremos los sucesores de nuestros principales bailarines actuales”, dice ella. “Me he sentido feliz al ver que algunos competidores anteriores ya han fundado sus propios grupos de danza o se han incorporado a grupos de danza conocidos”.

Otra razón para la confianza sobre el futuro de la danza en la isla son las medidas que se han tomado para mejorar las técnicas de los bailarines. “Los bailarines de Taiwan están en la cima en este aspecto, incluso en el ámbito internacional”, dice Tsai Li-hua, “los bailarines taiwaneses son frecuentemente buscados por grupos de danza extranjeros”.

Esto se debe a las principales escuelas de danza, que han colocado mucho énfasis en el entrenamiento de técnica. Pero en lo que se refiere a educación cultural, la mayoría de los observadores parecen pensar que hay mucho espacio para mejorar. “La falta de antecedentes culturales puede impedir el desarrollo de un bailarín, especialmente cuando éste quiere intentar la creación de danza”, dice Lo Man-fei, quien es miembro de la facultad del departamento de danza de la TNUA. Lo confiesa que unas cuantas personas eligen la danza como carrera universitaria porque no sacan buenas calificaciones académicas.

Entre las reformas adoptadas recientemente en un intento por remediar este problema, dos de los departamentos de danza de nivel universitario de Taiwan han comenzado programas de educación continua de siete años (tres años en secundaria superior y cuatro en colegio universitario) para graduados de secundaria básica. Los estudiantes de danza que participan en estos programas reciben cursos especialmente diseñados que tienen el objetivo de desarrollar su interés en las humanidades a una edad temprana.

Un reto mayor para el mundo de la danza es que las artes tienen que lograr un lugar en la sociedad de Taiwan donde sean completamente respetadas y apreciadas, aunque la situación ha mejorado con el transcurso de los años. “Las compañías de danza gozan generalmente de popularidad solamente en Taipei”, indica Mia Hsieh. “Una vez que sale de la ciudad, hay que preocuparse por las ventas de taquilla, a menos que pueda montar presentaciones de manera gratuita”. Por esa razón, Puerta a las Nubes 2 ha estado presentando un promedio de setenta espectáculos al año desde su fundación. Las presentaciones fuera de Taipei, especialmente en áreas remotas como las islas aledañas de Kinmen y Matsu, son gratuitas. “Estamos tratando de ampliar el mercado para la danza de Taiwan en general, no sólo para nosotros”, enfatiza Lo Man-fei.

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Durante décadas, los coreógrafos de danzas folclóricas chinas han inventado pasos de danza, porque nunca han estado en los lugares donde originaron los estilos de danza.

Otra preocupación importante es la financiación, un perenne dolor de cabeza para la mayoría de los grupos artísticos en todo el mundo. “Estamos realizando presentaciones profesionales con los recursos de un grupo amateur. Eso no es fácil”, dice Lin Li-chen. Al igual que el teatro de danza de Lin, la vasta mayoría de los grupos de danza de Taiwan es amateur o semiprofesional, con algunas pocas excepciones tales como Puerta a las Nubes que puede contar con bailarines y personal a tiempo completo. Para la mayoría de las compañías de danza, los subsidios gubernamentales constituyen la fuente principal de fondos, pero a diferencia de las de Estados Unidos, pocas reciben tanta ayuda de patrocinadores corporativos. “Las empresas de Taiwan no están aún interesadas en ofrecer ayuda financiera a los círculos artísticos”, observa el Padre Michelini. En vista del ambiente actual de Taiwan, Puerta a las Nubes, que está apoyado por algunos patrocinadores corporativos de gran envergadura, tales como Cathay Life Insurance Co. y China Times, parece tener más suerte que los otros, pero aún así tiene que dedicar esfuerzos constantes a la recaudación de fondos. “Puerta a las Nubes es una organización tan enorme que a Ud. no le gustaría ser Lin Hwai-min”, dice Lo Man-fei, refiriéndose a la difícil labor que realiza Lin en la búsqueda de donantes.

Como los patrocinadores corporativos son escasos, muchos entusiastas de la danza instan al Gobierno a reconsiderar la manera en que se distribuyen los subsidios. En la actualidad, el CCA agrupa a todas las compañías de danza, grandes y pequeñas, cuando considera la distribución de subsidios. Como resultado, grandes grupos como Puerta a las Nubes reciben inevitablemente su porcentaje de recursos, causando un efecto de amotinamiento con respecto a los más pequeños. Este año el CCA distribuyó NT$30,8 millones (US$905.900) entre diecisiete grupos de danza, de los cuales NT$9,7 millones (US$285.300) fueron recibidos por Puerta a las Nubes, representando el 7 por ciento del ingreso total del grupo. Entre el 50 y el 60 por ciento de los fondos de la compañía procedieron de la venta de boletos. “Los grupos grandes necesitan naturalmente más recursos”, señala Lidia Lai. “Sería preferible tratarlos de manera separada para que nadie se queje sobre la distribución de subsidios”.

Con la aparición de más y más grupos de danza, la competencia por la supervivencia está destinada a aumentar. El factor más importante para el éxito puede ser la perseverancia. “El ambiente puede ser desfavorable, pero de alguna manera Ud. ve siempre gente con pasión verdadera por la danza”, dice Lo Man-fei. “Ellos sólo quieren bailar, sin importar los cambios en el ambiente”. Con suficiente pasión y perseverancia, los grupos de danza de Taiwan podrán continuar disfrutando de público tanto en la isla como en el extranjero.

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