05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Bases sagradas para el servicio secular

01/01/1996
Foto de Ku Ching-tang Punto de reunión de la vecindad: El Templo Hsing Tien de Taipei, como muchos otros de la isla, juega un rol activo en la promoción de actividades culturales para toda la comunidad.
Al mencionar los templos, la primera imagen que a mucha gente le viene a la mente está asociada con los festivales anuales que llenan las calles con fieles y espectadores que se reúnen para observar las gigantescas efigies de los dioses, balanceándose durante las procesiones por las calles, al son de los retumbantes tambores y las explosiones de triquitraques. Andarines en zancos destacan sobre las multitudes, un león danzante serpentea a lo largo de las calles para desear buena suerte a los negocios locales, grupos de patronos de los templos vestidos con trajes chinos tradicionales y las caras pintadas llevan en hombros carrozas talladas en forma intrincada para los dioses. Los sentidos se sobresaltan con los colores vivos, el ruido ensordecesor, y el olor de los triquitraques mezclado con el aroma de los bocadillos.

Pero estas excitantes actividades no son sino los aspectos notables de un activo año religioso. El número de templos budistas, taoístas, y de dioses folklóricos alcanza las decenas de miles, variando en tamaño, desde los pequeños altares del Dios de la Tierra, cerca de los arrozales, a los enormes templos de varios pisos en las áreas urbanas que atraen todos los días a miles de fieles de diferentes lugares de la isla. Cualquiera que sea su tamaño, los templos son una parte integral de la vida diaria. Los incontables templos de una sola habitación que se encuentran en un sinfín de lugares, desde los hermosos caminos en las montañas hasta las dinámicas áreas comerciales urbanas, están siempre abiertos para los suplicantes. Los templos más grandes que necesitan de un personal administrativo y de mantenimien­to a tiempo completo están generalmente abiertos todos los días desde las 5:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche. Es muy raro que se encuentren vacíos. La gente visita los templos durante todo el día para orar, ofrecer incienso, o consultar a los dioses sobre problemas personales o familiares.

En los templos chinos, la comu­nicación con los dioses es generalmente un asunto privado, por esta razón no hay servicios formales, a excepción de los festivales y fiestas especiales. Algunas personas hacen sencillamente una pausa por un momento en la entrada del templo, presionan las palmas de sus manos entre sí y hacen una reverencia a los dioses que se encuentran alineados sobre el altar. Otros entran, compran incienso, y lentamente van de nicho en nicho tratando de comunicarse con los dioses o bodhisatvas representados en los diferentes altares.

Foto de Ku Chin-tang

Yeh Chia-hsiung del Centro Cultural del Distrito de Tainan: "Cuando la gente está ocupada con la renovación de los templos viejos, nosotros le recordamos el valor de los artefactos antiguos".

En vista de sus orígenes y su larga historia, no es ninguna sorpresa que los artistas y eruditos desde siempre hayan encontrado especialmente atractivo al Templo Tai Tien. Un vistazo al actual comité administrativo nos lo demuestra. El Presidente Huang Chiu-chung es escultor; el Administrador general, Chen Chung-hsien es coleccionador de arte; el Jefe de mantenimiento Li Kuo-tien es artista de la caligrafía y fotógrafo, y el Director de relaciones públicas Wu Kou es poeta. La participación de muchos artistas ha sido también una de las razones de la larga trayectoria del Templo Tai Tien en la organización de programas culturales. Durante varias décadas, ha patrocinado clubes locales de poesía.

Hoy día estas actividades parecen ser un poco mundanas; en cambio, se necesitaba considerable coraje y persis­tencia para realizar este tipo de reuniones intelectuales antes de que la ley marcial fuera levantada en 1987. "Con frecuencia, nos visitaban (representantes del go­bierno)", dice Chen Chung-hsien. "¿Por qué? Porque tenían sospechas de nuestras discusiones. Debido a la atmósfera hostil entre el partido Kuomintang y los chinos comunistas, no se alentaban las reuniones de intelectuales por miedo a que se dis­cutieran temas ideológicos". Durante diecisiete años, el templo también ha patrocinado un campamento de verano en el que escritores famosos comparten sus experiencias creativas con gente interesada en la literatura.

En los últimos años, el templo ha aprovechado la atmósfera más abierta en el aspecto social y político, para adentrarse en la promoción de la cultura local. El personal del templo está particularmente orgulloso de su Campamento de Literatura Taiwanesa, que se realiza desde hace dos años durante las vacaciones de invierno de las escuelas públicas. Durante el campa­mento se ha destacado la necesidad de prestar más atención a las raíces de la cultura local. "Nuestras discusiones de poemas taiwaneses eran interrumpidas con risas porque incluso los mismos taiwaneses tenían algunos problemas fonéticos para leerlos", dice el Director de relaciones públicas, Wu Kou. "Por lo menos es un comienzo", dice Chen Chung-hsien. "Sin embargo, es una lástima que la gente que vive aquí no pueda hablar perfectamente bien el dialecto taiwanés. No es realmente adecuado usar solamente mandarín en las clases porque el taiwanés es necesario para entender verdaderamente la cultura y las costumbres de Taiwan".

Foto de Ku Chin-tang

Li Kuo-tien del Templo Tai Tien apoya la colaboración con los centros culturales regionales: "La cooperación combina la experiencia de los centros culturales con el respaldo financiero y los recursos humanos de los templos".

El Templo Tien Hou en Luerhmen, un pueblo pesquero que tiene solamente 181 hogares, ubicado al norte de Tainan, también está realizando una misión cultural y social más amplia. Este es uno de los mejores templos de Matsu de la isla. Matsu, la Diosa del Mar, es una de las deidades más populares de Taiwan, especialmente entre los pesca­dores. Muchas personas consideran que Luerhmen es el primer lugar donde la cultura china comenzó a echar raíces en la isla. Se cree que Cheng Chen-kung, leal a la Dinastía Ming (1624-62), también conocido como Koxinga, estableció un templo a Matsu en Luerhmen para expresar su apreciación por la ayuda que le brindó la diosa para resistir la marea y lograr llegar a la costa de Taiwan en 1661.

En 1993, el templo conmemoró la llegada de Koxinga con un gran evento. Los fieles organizaron un viaje de 30 embarcaciones a lo largo de la costa para imitar la flota de Koxinga, y gastaron más de NT$1 millón (US$37.000) en construir una nave de guerra de la Dinastía Ming, hecha de madera y bambú de un décimo del tamaño real. El evento atrajo a miles de turistas de toda la isla, y sus organizadores esperan que este tipo de eventos y acti­vidades religiosas traigan nuevamente la prosperidad a Luerhmen, que ha sufrido un declive de su industria pesquera.

A partir de 1993, el templo ha enfocado su atención en su nuevo cam­pamento literario anual, que ofrece de tres a cuatro meses de clases y seminarios abiertos al público local. A pesar del nombre, el campamento abarca una variedad de temas e intereses que incluyen la protección ambiental y las artes folklóricas.

Hay considerable planificación y trabajo involucrados, y algunos miembros del personal del Templo Tien Hou hacen grandes sacrificios personales para poder organizar los programas. Por ejemplo, cuando Tsai Teng-ehin dejó su cargo de administrador de una escuela primaria para convertirse en el Director de actividades del templo, su nuevo salario mensual se vió reducido a NT$20.000 (US$740), una disminución importante de su sueldo. "Mi esposa me pregunta frecuentemente cómo vamos a criar a nuestros cuatro hijos ahora", dice él. "Pero yo le digo que nadie va a cuidar de nuestro pueblo si no lo hacemos nosotros mismos, y nadie nos va a ayudar si no comenzamos a hacerlo nosotros mismos".

Foto de Ku Chin-tang

Juliana Liu del Templo Hsing Tien dice que algunos proyectos conjuntos han sido entorpecidos por la diferencia de horarios y metas entre los templos y el gobierno.

Esta dedicación ha motivado a muchos voluntarios a participar en los programas culturales y educacionales del templo. Un mayor número de personas locales participan, tanto maestros como estudiantes de los colegios cercanos. "Estamos trabajando arduamente en este desierto cultural", dice Tsai con una sonrisa, "y estamos muy contentos de comenzar a ver un poquito de verdor aquí".

Pero los nuevos programas han tropezado con cierta oposición. "Al principio, nos hicieron muchas objeciones porque el comité no quería ser criticado por estar despilfarrando dinero", dice Chen Hsi-cheng, Secretario general de la fundación del templo. Se pudo vencer las dificultades en parte gracias a la gene­rosidad del Presidente del Comité Lin Hsien-yang, quien incluso hipotecó su vivienda principal para ayudar a financiar las actividades del templo.

Ahora, los eventos cuestan millones de dólares NT cada año. Esto es un tremendo compromiso para una comu­nidad tan pequeña. Afortunadamente, la publicidad que se le ha dado en toda la isla ha ocasionado un aumento del 30% del número de fieles; y la participación general durante la temporada cultural ha observado un incremento de un 50 a un 70%. Estas actividades de los templos se han con­vertido en una alternativa popular, además de la televisión, los KTV, y los restaurantes de comida rápida.

La nueva cooperación con los veinte centros culturales de la isla que son administrados por el gobierno es un hecho que favorece el movimiento para promover las actividades culturales populares en los templos. Inicialmente, muchos centros culturales locales par­ticiparon en las ferias de los templos para ayudar a resolver algunos de los problemas que tenían los templos. Durante los años ochenta, algunos templos experimentaron cierta vulgarización de sus eventos tra­dicionales. Varios grupos privados que organizaban eventos en las plazas públicas ubicadas delante de los templos comen­zaron a reemplazar las óperas taiwanesas tradicionales y los teatros de títeres por espectáculos de estriptistas y cantantes de karaoke con la finalidad de atraer a grandes multitudes. Otro problema fue el aumento del despilfarro en algunas fiestas de los templos que eran organizadas en forma privada.

Foto de Ku Chin-tang

La construcción de la lujosa Villa Kanglang, realizada por el Templo Tai Tien ha promovido la participación en los festivales religiosos y otras actividades del templo.

Para resolver estos problemas, muchos templos tuvieron que organizar sus propios espectáculos y fiestas públicas a gran escala con el fin de mantener el nivel y las tradiciones. Algunos contaron con la experiencia de los centros culturales en la planificación de estos eventos.

Otra dificultad que encontraron los centros fue la tendencia a emplear artesanía de baja calidad en la construcción de los templos nuevos. En el pasado, se requería de décadas para construir un templo debido a su complejo trabajo en madera, piedra, tejas, y tela. Pero hoy, muchos templos se construyen en aproximadamente un año, usando cemento vaciado en vez de madera, escatimando los detalles, y reemplazando los motivos decorativos tradicionales con llamativas imitaciones. Algunos centros culturales locales han comenzado a pre­sionar a la administración de los templos para que no sacrifiquen la calidad por la rapidez. "Taiwan se ha convertido en un símbolo de la riqueza", dice Yeh Chia­ hsiung, Director del Centro Cultural del Distrito de Tainan. "Mientras la gente está ocupada en la renovación y ampliación de los templos viejos, nosotros queremos recordarles el valor de los artefactos. En esta era dinámica, las artes folklóricas del pasado que requieren de mucho tiempo para su elaboración, son especialmente valiosas y no deben dejarse de lado. De lo contrario, nuestros hijos se reirán de nuestro mal gusto cuando vean lo que hemos creado y lo que les hemos dejado".

Hoy, los centros también han comenzado a cooperar en proyectos y eventos específicos de los templos. Uno de los primeros esfuerzos fue un proyecto conjunto en 1992 entre el Templo Tai Tien y el Centro Cultural del Distrito de Tainan con el objetivo de inaugurar la Villa Kanglang, un hotel de 72 habitaciones construido para los visitantes y fieles. La nueva afluencia de visitantes indujo a los templos a comenzar a llevar a cabo exposiciones de arte y espectáculos culturales, además de los servicios religiosos. Chen Chung-hsien, del Templo Tai Tien está complacido con este proyecto. "Es la primera vez que el gobierno ha expresado una opinión tan positiva sobre los templos", dice él.

Foto de Ku Chin-tang

Luce bien desde lejos: Actualmente, en la construcción y redecoración de los templos se escatima con frecuencia el complejo trabajo minucioso sobre piedra, madera, tejado, y tela que se encuentra en las estructuras tradicionales.

Algunos otros templos se han unido a los centros para organizar eventos culturales. Por ejemplo, durante el Festival Nacional de Cultura y Arte 1994 parti­ciparon varios templos, este festival es un evento artístico que se realiza en toda la isla y es supervisado por el Consejo para la Planificación y el Desarrollo Cultural del gobierno central. El Templo Tai Tien trabajó con el Centro Cultural del Distrito de Tainan para preparar una serie de dieciséis números de carnaval realizados por dos grupos de danza folklórica, una exhibición fotográfica sobre ese arte, y una muestra de accesorios y disfraces de carnaval. Varios templos en la zona más antigua del pueblo de Taichung, ubicado en el centro de la isla colaboraron con el Centro Cultural de la Ciudad de Taichung para organizar giras a los templos histó­ricos, presentaciones de ópera folklórica, una exhibición de lámparas decorativas, y un recital de poesía.

Aunque este tipo de proyectos cooperativos va rápidamente en aumento, todavía hay unos cuantos prejuicios que tienen que ser eliminados. Algunos funcionarios aún piensan que los templos son principalmente lugares para eventos culturales de poca importancia y los usan solamente como un medio para distribuir anuncios oficiales, promover la salud pública y las campañas educativas. En contraste, los administradores de los templos los consideran centros tradiciona­les de la vida comunitaria y los principales preservadores de la cultura.

Han surgido problemas en el proceso de acoplar las metas y los horarios de dos grupos administrativos separados. "Los funcionarios siempre nos piden que cambiemos nuestros horarios para la conveniencia de las visitas de sus supe­riores", dice Juliana Liu, Directora Ejecutiva del Templo Hsing Tien en Taipei. Ella también se queja de que los empleados públicos ponen demasiado énfasis en las estadísticas y las evaluaciones oficiales de los eventos, y no ponen mucha atención al trabajo en sí mismo. Por otra parte, las personalidades siempre ejercen su in­fluencia en los esfuerzos conjuntos. Chen Chung-hsien atribuye la exitosa coope­ración entre el Templo Tai Tien y el Centro Cultural del Distrito de Tainan a la actitud positiva de Yeh Chia-hsiung, el Director del Centro. "Las actitudes sí importan", dice Chen. "Si la gente en el poder equiparara los templos a las supersticiones, la cooperación sería un fracaso". El explica que la cultura no es sólo un pasatiempo de la gente adinerada o un tema de investigación para los eruditos. Aún más, Chen prefiere ignorar la vieja creencia oficial que sostiene que las actividades de los templos son demasiado seculares y de bajo nivel.

Pero durante los últimos dos años, los administradores de los templos y los directores de los centros culturales locales parecen haberse dado cuenta de que la mutua colaboración puede traer como resultado el éxito para ambas instituciones. "La cooperación combina la experiencia de los centros culturales con el apoyo financiero y los recursos humanos de los templos", dice Li Kuo-tien del Templo Tien Tai. "Nosotros ayudamos al centro cultural a organizar actividades de gran escala, y ellos nos ayudan en la planificación y promoción. Muchos otros templos están comenzando a hacer lo mismo".

El Director del Centro Cultural, Yeh Chia-hsiung, está de acuerdo con que ambas partes se benefician del con­curso de recursos humanos y finan­cieros. "Nosotros ofrecemos servicios y ellos ponen el dinero", dice él. "Es un intercambio com­plementario que coloca los recursos sociales en total participación". Otro ejemplo, el Templo Tai Tien, el Centro Cultural del Distrito de Tainan, y el Consejo para la Planificación y el Desarrollo Cultural celebraron un sim­posio sobre templos y cultura folklórica durante el Festival Nacional de Cultura y Arte 1994 para discutir la relación entre la religión y la cultura con algunos expertos extranjeros que fueron invitados. Estos eventos ayudan a obtener mayor expe­riencia y a fortalecer las relaciones entre los empleados públicos y el pueblo.

Las actividades del Templo Tai Tien representan otro nuevo giro del desarrollo cultural. "Animamos a la gente a realizar exhibiciones aquí, sin las rígidas eva­luaciones del llamado nivel artístico", dice Li Kuo-tien. "Simplemente apreciamos el espíritu de participación, y de igual modo, nos gusta ayudar a quienes no tienen idea sobre el arte a desarrollar su interés en éste. Recientemente, un aldeano local exhibió más de cuarenta pinturas. "Todos sus vecinos vinieron a ver sus obras", dice Li. "Logramos nuestra meta, su dedicación fue respetada y estimulamos un poco el interés del público".

De alguna manera, los templos tienen más facilidad de obtener el apoyo del público para sus actividades culturales que los centros culturales. Las actividades de los templos se consideran frecuentemente actividades extras, ya que los contri­buyentes esperan que los centros culturales realicen eventos culturales en forma con­tinua. "Es probable que nosotros obten­gamos más elogios puesto que tenemos más voluntarios y logramos la ayuda de los artistas con mayor facilidad", dice Li Kuo­ tien del Templo Tai Tien. "Mientras tanto, la gente está siempre quejándose de que los centros culturales del gobierno no están haciendo su trabajo, sin apreciar el esfuerzo que hacen estos centros para satisfacer las necesidades del público".

Otra acción que estimula el desarrollo cultural es que la administración de los centros se ha propuesto atraer más personal y voluntarios jóvenes y enérgicos. Juntos, están ayudando a modernizar la función tradicional de los templos, realizando actividades religiosas y seculares que añaden ricas y variadas dimensiones culturales a la vida diaria. La postura expresada por Chen Chung-hsien del Templo Tai Tien parece estarse expan­diendo: "La cultura china se manifiesta a través de los templos", dice él. "Nuestra responsabilidad no es solamente preser­var la cultura, sino también promoverla". ■

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