29/04/2024

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UNA BAILARINAS SOBRESALIENTE

01/10/2008
Sheu Fang-yi y miembros de su equipo crearon la obra 37 Artes durante su programa de residencia en el Centro de Artes Baryshnikov en Nueva York.

La bailarina Sheu Fang-yi nació y creció en Taiwan. Se hizo famosa en los escenarios internacionales gracias a su combinación única de energía e imaginación.

“El arte es el refinamiento estético de valentía y determinación. Este galardón está dedicado a quienes aún están activos en el campo y han alcanzado muchos logros durante un largo período de tiempo, y procuran seguir estimulando a los demás gracias a sus continuos esfuerzos”.


Estas palabras precedieron la entrega del Premio Nacional a las Artes que recibió Sheu Fang-yi en 2007 por parte de la Fundación Nacional para la Cultura y las Artes. Sheu recibió este honor –reconocido ampliamente como el más alto que un artista puede recibir en Taiwan. Con 36 años, llegó a ser la galardonada más joven desde que se organizó por primera vez el evento anual en 1997.

Durante el transcurso de su carrera, Sheu, procedente del Distrito Yilan, en el noreste de Taiwan, ha recibido muchos otros premios en el país y el extranjero. Por ejemplo, la publicación estadounidense de arte y entretenimiento, Dance Magazine, la colocó entre las primeras de su lista “25 a Observar” en su edición de enero de 2005 y también colocó su imagen en la portada de esa revista. En mayo de 2005, el entonces presidente Chen Shui-bian le otorgó la Orden de la Estrella Brillante con Corbata –una medalla que generalmente se confiere a los dignatarios extranjeros– como un reconocimiento a sus extraordinarios logros en las artes escénicas.


Hay quienes han dicho que Sheu nació para ser una estrella, por su belleza, delicada figura e inagotable energía, que le agregan mayor encanto a sus actuaciones en el teatro. Sin embargo, esto no es todo, hay mucho más. Hay muchas bailarinas bendecidas con talento, pero pocas con la disciplina para sacrificarse y esforzarse hasta desarrollar completamente sus destrezas. Entre éstas, sólo unas cuantas poseen la habilidad de Sheu para transmitir la emoción y toda su imaginación.


Cuando era niña, Sheu dice que era tímida y no tenía mucha confianza en sí misma. Pero después de recibir clases de danza como pasatiempo en la escuela primaria, descubrió que tenía talento, y las maestras elogiaban su capacidad. El movimiento se sentía natural, dice, y descubrió que le fascinaba. A los 11 años, participó en una competencia de danza folclórica. Sheu cuenta que aunque se sentía nerviosa antes de la presentación, una vez en el escenario sintió la calma de la confianza. Se enamoró de la danza, y supo que había descubierto su verdadero talento. Decidió dedicarse a las artes.


Con determinación se dedicó a perseguir su aspiración de convertirse en bailarina profesional. Cursó estudios y se graduó en el Departamento de Danza del Instituto Nacional de las Artes, actualmente la Universidad Nacional de las Artes de Taipei, donde estudió con Ross Parkes, ex bailarín principal de la famosa Compañía de Danza Martha Graham en Estados Unidos. Parkes vino invitado por Lin Hwai-min, el director del departamento en ese momento.


Como estudiante del primer año, la habilidad de Sheu llamó la atención de Parkes. “Me dijeron que Parkes me consideraba la estudiante con mayor potencial de ser bailarina profesional”, comenta. “Cuando supe eso, practicaba día y noche para satisfacer sus expectativas”. A menudo, Sheu era la primera en llegar al estudio –generalmente a las 6 a.m. –y la última en irse tarde en la noche. Todo este tremendo trabajo realizado bajo la instrucción de Parkes, le ayudó a perfeccionar la clásica técnica Graham.


Tras su graduación en 1994, Sheu recibió el patrocinio del Consejo para los Asuntos Culturales y decidió ir a Nueva York para continuar su carrera de danza. Allí, realizó grandes esfuerzos para ser admitida en las mejores escuelas de danza. Igualmente, buscó oportunidades de actuar, y vivía de audición en audición. Durante esta época, luchó con lesiones y la soledad constante. Sin embargo, utilizó la soledad para concentrarse en el perfeccionamiento de sus técnicas. “Cuando la gente experimenta soledad extrema, puede entablar un diálogo con su propio cuerpo, aprendiendo a conocerlo mejor y buscando cómo traspasar sus limitaciones”, dice. “La danza se transformó en una manera de canalizar mis emociones, porque me expresaba a través del movimiento”.


En 1995, tras una competencia contra cientos de candidatas, Sheu logró uno de dos cupos disponibles en la Compañía de Danza Martha Graham. La compañía fue fundada en 1926, y es el grupo de danza contemporánea más antiguo y más célebre de Estados Unidos. Graham falleció en 1991. Su creación abarca más de 180 piezas y se le considera la gran pionera de la danza moderna estadounidense. Sus obras se centran principalmente en los temas eternos del amor, el sexo y la muerte, y evocan emociones viscerales tanto en los bailarines como en el público. El estilo propio de Graham se caracteriza por sus saltos o giros, la caída al piso controlada, contracciones pélvicas y la técnica de cuerpos temblorosos. Hoy, estos movimientos se consideran parte de la jerga básica de la danza y teatro modernos.

Segunda Venida

En la compañía de Martha Graham, Sheu fue elegida solista en 1997, y luego alcanzó la posición de bailarina principal en 1999. Fue aclamada como “la segunda venida de Martha Graham” y descrita como “la intérprete mejor dotada que ha llegado a Graham en décadas”, según los críticos de danza.

Sheu apareció en la portada de Dance Magazine en enero de 2005.

Entre 1997 y 2006, Sheu bailó también con otros grupos famosos de Nueva York, incluyendo Danza de Elisa Monte, Danza Monte/Brown y Danza Buglisi/Forman, e interpretó el papel principal en muchas de las piezas del Teatro de Danza Puerta de las Nubes en Taiwan entre 1998 y 2003. Sus principales piezas incluyen los clásicos de Martha Graham, Errante en el laberinto, Cueva del corazón y Crónica, así como Agua de luna y Sueño de bambú, de Puerta de las Nubes.


Sheu dejó la Compañía de Martha Graham a finales de 2006, y en mayo de 2007 fundó la Compañía de Danza LAFA & Artists, junto a su novio y colaborador Bulareyaung Pagarlava, quien es mejor conocido por su apodo Bulang. Aunque Bulang pasó la mayor parte del tiempo en Taiwan mientras Sheu estaba en Estados Unidos, la pareja logró mantener una sólida relación que comenzó cuando eran estudiantes en el Instituto Nacional de las Artes. Bulang es un aborigen de la tribu Paiwan, y se estableció como un bailarín y coreógrafo en Taiwan. El ha trabajado con Puerta de las Nubes, el grupo de danza más famoso de la isla, primero como coreógrafo invitado, y luego permanente. La obra de Bulang, Carne, fue presentada en el Segundo Taller de Coreógrafos Jóvenes de Asia en 1996, y en el Festival Internacional de Danza de Hong Kong en 1998.


Sheu ha tenido que encarar muchos retos administrativos desde que formó LAFA & Artists en 2007. En lugar de concentrarse exclusivamente en la danza, ella se dedica a contactar a las organizaciones artísticas, comunicarse con la prensa y los patrocinadores, indagar acerca de las oportunidades de actuar y evaluar las invitaciones para presentarse.


En el mismo 2007, Sheu fue invitada por el Centro de Artes Baryshnikov en Nueva York para participar en su programa de artistas residentes. Ella es la primera asiática en recibir ese honor, y aceptó la invitación de julio a septiembre de ese año. El Centro de Artes Baryshnikov fue establecido por Mikhail Baryshnikov, uno de los bailarines y coreógrafos más famosos del mundo, y se encuentra en el centro de la ciudad de Nueva York. Este centro ofrece estudios modernos y espacio de oficina para los artistas internacionales que se especializan en danza, música, teatro, cinematografía, diseño y artes visuales. Sheu invitó al director de teatro Lee Chien-chang, el bailarín Chiang Pau-shu, y el experto en acrobacias Huang Ming-cheng y a Bulang a participar en su proyecto de residencia en este centro.


Al terminar su estadía allí, el equipo de Sheu presentó su trabajo a los críticos y agentes de danza, quienes le dieron una opinión favorable. Baryshnikov y el director taiwanés Ang Lee estuvieron entre los que revisaron las presentaciones de Sheu. Lee dijo que estaba sorprendido por las interpretaciones refinadas de la bailarina, y la innovación y emoción de la obra. Lee dijo impresionado que “Sheu es una representante sobresaliente de Taiwan”.


El grupo de Sheu retornó a Taiwan y presentó formalmente su obra, titulada 37 Artes, en Yilan, Taipei y Taichung en enero de este año. “Aparte de establecer la conexión con ese centro de arte internacional, lo más emocionante fue compartir con el público taiwanés la obra que creamos en el extranjero”, dice Sheu. “Para mí, el aplauso de la gente local es mucho más significativo que cualquier otro en el mundo”.


La obra 37 Artes lleva el nombre del complejo de edificios donde se encuentra el Centro de Artes Baryshnikov. El escenario y los movimientos dinámicos de la obra relatan los placeres y las dificultades que experimentaron los miembros del grupo durante su estadía en el centro. Igualmente, la obra narra los sentimientos contradictorios del grupo, derivados de encontrarse en el centro de la danza mundial, y al mismo tiempo experimentar la presión de producir una obra extraordinaria. “Ser residente en un centro de artes de esa envergadura fue como estar en el paraíso”, dice Sheu. “Sin embargo, ocupamos cada instante del día para practicar y experimentar constante dolor y frustración”.


¿Qué significa la danza para Sheu? “La danza me hace sentir el valor de mi propia existencia”, dice. “Es una de las pocas cosas en las que me destaco, y que puedo hacer bien. Además, es un medio para el aprendizaje porque para representar un papel, necesito estudiar mucho. Es fascinante poder representar la vida de una persona, de una manera auténtica, sin restricciones, sin ocultar mis emociones, sin obedecer a las normas sociales... Puedo hacer algo que quizás no puedo hacer en la vida real”.


Sheu habla con modestia acerca de sus habilidades, pero otras personas indican que su gran perseverancia y determinación han desempeñado un papel esencial en su éxito. Ella disfruta el reto diario del ensayo y el trabajo, para penetrar plenamente en el mundo de los personajes que debe representar. Este esfuerzo le llevó a representar una secuencia de papeles difíciles, tales como de personajes dementes o suicidas. Sheu es conocida por su capacidad de imaginar el mundo interior de sus personajes, y revelar poco a poco y sutilmente su conciencia, lucha, terror y triunfo. Ella es capaz de colmar un escenario con tensión y energía incontenibles, y su fuerza dramática atrae a los espectadores a adentrarse al mundo de su imaginación, donde permanecen absortos. “Usted no le quitará la vista de encima. No querrá parpadear por temor a perderse una parte importante de su actuación”, dijo en una ocasión Lin Hwai-min, de Puertas de las Nubes, en alusión a la danza de Sheu.


Wu Shu-chun, decana del Departamento de Danza, de la Universidad Nacional de las Artes de Taipei, considera que Sheu es una bailarina casi perfecta, tanto física como mentalmente, y agrega que ya ella se destacaba cuando era estudiante de la universidad. “Un importante factor que contribuye a su éxito es su actitud –cuando decide hacer algo, lo hace con total concentración”, dice Wu. “Ella sabe lo que quiere lograr –bailar en el escenario mundial– y cuál dirección debe tomar para lograrlo”.

La disciplina
Sheu conoce muy bien el valor de la disciplina. “Tengo una gran disciplina porque quiero bailar lo mejor posible”, dice Sheu. “Mi intención no es competir con otras personas, sólo conmigo misma. Si uno realmente desea algo, hay que luchar por ello con toda la voluntad y entereza”.


Wu dice que Sheu tiene la habilidad de interpretar diferentes repertorios coreográficos, y el carisma de atraer la atención del público cuando está en el escenario. La virtuosidad de la danza de Sheu se fundamenta en la intensidad de su energía. “Sheu es una artista innata que danza con majestuosidad”, dice Wu. “Verla danzar es un gran placer, muy gratificante. Sabía que se convertiría en una bailarina privilegiada en una compañía internacional. De hecho, lo logró al convertirse en la estrella de la Compañía de Danza de Martha Graham. Estoy muy orgullosa de ella”.

Sheu creó la Compañía de Danza LAFA & Artists en Taiwan para brindar a los jóvenes con talento oportunidades de entrenamiento y actuación.

El director de teatro Lee Chien-chang, productor de un documental sobre Sheu, dice que quedó impresionado con la voluntad y la diligencia de la bailarina. “Siempre se levantaba primero que todos y jamás se quejó del cansancio”, recuerda Lee, de los días en el Centro de Artes Baryshnikov. “A pesar de algunas lesiones, seguía practicando y sabíamos que le dolía mucho. Cuando subió al escenario, nadie podía imaginarse que estaba sufriendo de dolor por una lesión en el pie o que estuvo llorando unos minutos antes. Realmente, es un ejemplo que estimula a la gente a su alrededor a dar lo mejor de sí”.


Lee dice que se conmovía mientras filmaba a Sheu, porque ella tomaba con mucha seriedad lo que estaba haciendo, y podía inyectar las emociones precisas a su danza. “Su danza no sólo hace que el espectador aprecie su excelente técnica, sino también la expresión de su alma”, dice.


Entretanto, Lee indica que como Bulang conoce a Sheu desde hace tanto tiempo, él puede crear piezas para mostrar sus habilidades. “Ambos tienen ambición y trabajan muy bien juntos”, dice. “Seguirán a la vanguardia del mundo de la danza de Taiwan por muchos años más”.

El progreso
Sheu no teme enfrentar nuevos retos, y eso se observó cuando tomó la decisión de dejar la Compañía de Martha Graham y empezar la suya propia. “Creo que soy valiente porque me atreví a dejar una prestigiosa compañía de danza para comenzar de nuevo”, dice ella. “Ahora, solamente tengo una opción, marchar hacia delante, a pesar de las dificultades y retos”.


El reto que enfrenta Sheu en la actualidad es lograr el establecimiento de un grupo de danza en Taiwan, a fin de preparar a jóvenes con talento, donde puedan recibir entrenamiento y tener oportunidades de actuación. Ella dice que aprendió mucho de sus instructores, entre otros, Ross Parkes, Lin Hwai-min y Lo Man-fei, famosa bailarina y directora artística de Puerta de las Nubes 2, quien falleció en 2006. “Me ayudaron a comprender la actitud que debe tener una bailarina profesional”, dice. “Ahora, quiero transmitir estos valores a la nueva generación. Creo que esa es mi misión”. Sheu disemina su mensaje en sus visitas a escuelas alrededor de Taiwan, donde realiza demostraciones de sus técnicas de danza y comparte sus experiencias personales. Durante las visitas a escuelas, anima a los jóvenes a perseguir sus sueños, y lo que es más importante, a asumir retos y nuevas oportunidades.


Wu admira el compromiso de Sheu de visitar escuelas a pesar de su apretada agenda. “Con su increíble carrera de bailarina, puede convencer y animar a los jóvenes bailarines para que continúen entrenando, y es para ellos un excelente modelo a seguir”, dice Wu.


Como un reconocimiento a la labor de Sheu en la promoción de la educación de la danza en Taiwan, el año pasado Citibank Taiwan emprendió una iniciativa para patrocinar a Sheu durante un año y así liberarla de sus preocupaciones financieras. “Los logros de Sheu le han hecho acreedora del aplauso de la comunidad de la danza en el país y el extranjero”, dice Wang Mei-ying, portavoz del Citibank Taiwan. “Nos sentimos honrados de ofrecerle patrocinio. En el pasado, pocas empresas aquí patrocinaban artistas individuales. Por suerte, podemos ayudar a promover este concepto para que otros sigan nuestro ejemplo. Así, otros artistas también pueden centrarse en la creación, y el público local puede disfrutar de actuaciones de mejor calidad”.


Sheu espera que en un futuro no muy lejano, se pueda construir en Taiwan un centro artístico de nivel mundial, así como el Centro de Artes Baryshnikov, que ofrezca entrenamientos e instalaciones para ensayar a los grupos artísticos domésticos. Sin embargo, el establecimiento y la operación de estas instalaciones necesitarán de patrocinio corporativo, dice ella. En la actualidad, la falta de fondos obliga a muchos grupos artísticos a trasladarse de un lugar a otro, en búsqueda de lugares apropiados para ensayar, lo que estanca su desarrollo, señala Sheu.


Con la creación de LAFA & Artists, la puesta en marcha de su programa educativo y su deseo de que se establezca un centro artístico de calibre internacional en Taiwan, Sheu está determinada a impulsar la visibilidad de las artes escénicas de la isla. “Sentía que no lograba nada especial en el extranjero”, dice. “Pero cuando escuchaba a la gente decir que Sheu Fang-yi es de Taiwan, ese era el momento más conmovedor”.

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