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Taiwán Hoy

UN DIARIO EN METAL

01/10/2008
Su Hsiao-meng hizo este anillo con hilo de acero inoxidable en 2005.

A través de una combinación de tradición y novedad, Su Hsiao-meng vierte su vida y sus pensamientos en la metalistería.

A muchas mujeres les encantaría llevar puestos un par de aretes de plata esterlina; sin embargo, no estarían tan interesadas en sudar para hacerlos ellas mismas, en un pequeño taller, donde tendrían que cortar, dar forma y soldar diminutas piezas de metal. A Su Hsiao-meng le gusta llevar aretes también, pero disfruta aún más el proceso de fabricarlos. “Ella pasa día y noche en su taller, inmersa en su trabajo”, dice su padre Su Shih-hsiung. “Pienso que está casada con la metalistería”.

Su Hsiao-meng nació en 1974 en la Ciudad de Tainan, y creció rodeada por el arte. Su Shih-hsiung, que ha dado clases en varias universidades, es famoso por su habilidad de aplicar vidriado a la cerámica. Lai Mei-hua, madre de Su Hsiao-meng, se especializa en pintura al óleo. Además, la pareja colecciona artes folclóricas —muebles, cerámica, bordado, caligrafía y accesorios de oro y plata. Las creaciones artísticas de sus padres contienen muchos elementos contemporáneos, y la colección de arte folclórico ofrece gran inspiración tradicional para la joven Su.


No es sorpresa que alguien que nació y creció en ese ambiente, incursione también en un oficio relacionado con el arte. Sin embargo, para Su, la elección del metal como un medio fue una especie de coincidencia. Después de graduarse del Colegio Privado de Economía Doméstica de Tainan(ahora la Universidad de Tecnología de Tainan) en 1995 con un título de diseño comercial, trabajó en varias galerías de arte y tuvo la oportunidad de conocer varios artistas de la orfebrería. En ese momento, la orfebrería era un arte muy nuevo en Taiwan, y Su, como organizadora de exhibiciones, pensó que podría aprender un poco y que le sería útil en su trabajo. “Es difícil de explicar, pero pienso que hay algo que me une al material, una vez que estoy en contacto con el metal”, dice ella. “Me calma”. Su Hsiao-meng no tardó mucho en decidir el camino de la metalistería.

Un trabajo duro
Primero, sus padres no estuvieron muy entusiasmados con la decisión de su hija única, y trataron de disuadirla. “Ambos son artistas y conocen muy bien el estrés y retos que un artista tiene que enfrentar”, dice ella. “Hay otros caminos más fáciles en la vida —y hasta en las artes— y es natural que los padres quieran que sus hijos tomen un camino que no sea tan tortuoso como él que ellos escogieron”. Pero cuando se dieron cuenta de que su hija ya había tomado su decisión, le dieron su apoyo incondicional.

Adornos en forma de peonía Juego de horquilla, aretes, collar y brazalete en plata y perla, 2002. Finalista, Premio Nacional de Artesanías 2002.

 

Este arte no era algo que podía aprenderse fácilmente, ya que ninguna escuela lo enseñaba. Todos los orfebres y las destrezas de fabricar estas exquisitas y tradicionales piezas de metal estaban conectados exclusivamente con las tiendas de joyería. La mayoría de estas tiendas son administradas por una misma familia, fabrican joyas y accesorios generalmente de oro, y no suelen contratar aprendices por el alto valor del material con el que trabajan.


Esto cambió un poco en 1997, cuando el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Artesanías de Taiwan comenzó a ofrecer clases a corto plazo sobre metalistería. Sin embargo, los cursos de una o dos semanas eran demasiado cortos para realmente entender a profundidad la artesanía. El mismo año, Su Hsiao-meng supo que la Universidad Católica Fu Jen estaba abriendo su primer programa de diseño de accesorios. Logró entrar en la escuela y fue aquí donde empezó a familiarizarse con los diferentes materiales y practicar las destrezas básicas de la orfebrería. Su explicó que en realidad había que aprender ciertos trucos sobre las aparentemente sencillas tareas de cortado, martillado y soldadura —y algunas veces puede ser peligroso. Durante esos dos años, mientras perfeccionaba sus habilidades, Su se cortó un dedo con una sierra dañada, se martilló la mano e incendió accidentalmente el cabello de alguna compañera de estudios.

Sangre y sudor
La sangre y el sudor le ayudaron a Su a entrenar sus manos, ojos y, principalmente su mente. Aunque trabajaba generalmente con accesorios pequeños, pudo plasmar algunas de sus ideas en el metal. Por ejemplo, Helecho parasitario, una serie de broches hechos en plata con un diseño de helecho, realizada en Fu Jen. “Los helechos son parasitarios y no pueden sobrevivir por sí solos”, explica. “De alguna manera, son para el huésped, lo que la joyería es para el que la lleva puesta —se nace sin las joyas y no significan nada cuando uno desaparece”.

Su Hsiao-meng en su taller de trabajo. (Huang Chung-hsin)

 

Cuando Su estudiaba en Fu Jen, la metalistería comenzó a atraer más reconocimiento en Taiwan. Muchos artistas culminaron sus estudios en el exterior y regresaron a casa, y más escuelas comenzaron a ofrecer nuevos programas. Después de terminar el programa en Fu Jen, Su ingresó en el Instituto de Postgrado de Artes Aplicadas en la Universidad Nacional de las Artes de Tainan en 1999.


En el instituto de postgrado, Su comenzó a probar con piezas artísticas más grandes. Por ejemplo, Armazón —Diálogo sentimental es una pieza de cobre hecha en 2002, mide 800 x 500 x 400 centímetros. Necesitó 9 meses para terminarla. Al mismo tiempo, Su enviaba trabajos para participar en concursos de arte y diseño, donde hizo un buen papel. Durante tres años consecutivos, desde 2001 hasta 2003, sus obras llegaron a la final del Premio Nacional de Artesanía, el galardón de mayor envergadura en el país para las artes y artesanías. Gracias a los concursos, su arte había logrado fama, incluso antes de terminar su postgrado en 2003.

Nuevos significados
Los premios y la sólida reputación no brindaron beneficios financieros a Su, pero eso sí lo consiguió con su diploma. El título de maestría le dio cierto nivel de seguridad financiera, porque ahora puede enseñar en universidades y colegios comunitarios. “Significa que puedo trabajar en mi arte sin la preocupación de que no tengo dinero para comer”, dice, con lo que quiere resaltar que con sólo el arte no podría ganarse la vida.

En su obra Encarcelado, Su utiliza un dado de acrílico colocado dentro de una jaula de cobre para representar las limitaciones de la vida.

Sin embargo, Su considera que el mayor beneficio de haber recibido educación en arte, ha sido el entrenamiento que le permite al artista expresar mejor sus sentimientos o actitudes hacia la vida a través del arte. Para ella, esta habilidad es lo que diferencia a alguien que ha estudiado formalmente arte y a un orfebre que comienza a trabajar apenas termina la escuela primaria. “Los artesanos tradicionales adoptan destrezas, diseños tradicionales, y los significados que representan, y transmiten exactamente esas mismas cosas a la próxima generación”, dice ella. “La educación formal amplifica la mente para que el artista pueda ver la tradición desde otro ángulo y así pueda dar un nuevo significado”.

 
Un ejemplo es el pendiente tradicional chino en forma de cerrojo. En el pasado, antes de que se desarrollara la ciencia médica, los padres colocaban estos pendientes a sus hijos, creyendo que el cerrojo tenía el poder de proteger el cuerpo y el alma del niño de las enfermedades. Incluso hoy día, los accesorios con este diseño son un popular obsequio para los bebés recién nacidos. Su está familiarizada con este diseño e imagen tradicional gracias a la colección de arte folclórico de sus padres. Pero en sus ojos, además del significado tradicional, el cerrojo es también una imagen que significa restricción. Ella utiliza el diseño del cerrojo en algunas de sus joyas como símbolo de muchas restricciones tradicionales que las mujeres modernas deben enfrentar.


Aunque las imágenes tradicionales —con sus significados habituales o nuevas interpretaciones— se encuentran en muchos de los diseños de Su, algunas veces se presentan con técnicas que los artesanos tradicionales no utilizaban. La filigrana, o hilos soldados, es un esquema decorativo hecho con hilos de metal retorcidos, por ejemplo, puede observarse en su serie de accesorios de plata Ornamento tradicional. Además, hay trabajos contemporáneos que están inspirados en la observación de la vida de las personas a su alrededor o de su propia experiencia. Talismán, hecho en plata, acrílico, una semilla y el cuerpo de un pajarito, fue un obsequio que se hizo a sí misma después de terminar una relación. La semilla roja aislada del resto de las partes representa un corazón que necesita protección y el cuerpo del ave sellado en una caja de acrílico simboliza el amor perdido. “El pajarito que nunca creció es como la relación que nunca maduró”, dice Su. “Como todas las cosas buenas se dañan al final, lo dejaré para que se corrompa allí”.


Otra pieza, Encarcelado, es un dado de acrílico dentro de una jaula de cobre. Está inspirado en las limitaciones que la gente enfrenta en la vida. Los seis lados del dado llevan las imágenes de un corazón, una mano, un cerebro, un ojo y un oído —y representan las cinco facultades humanas básicas para hacer una elección— junto con un signo de interrogación que representa las incertidumbres de la vida. “No importa de qué lado caiga el dado, siempre queda dentro de la jaula”, explica Su. “No importa lo que haga, cuánto se esfuerce o cuántas incertidumbres enfrente, siempre habrá limitaciones en la vida”.

Comprensión del mensaje
Desde 1998, Su ha participado en muchos concursos de arte. Ella dice que su propósito principal es saber si su combinación de elementos tradicionales y modernos es aceptada por otros. Ella también desea saber si sus piezas son bien recibidas o si se comprenden los mensajes que trata de enviar a través del arte. La larga lista de premios que ha recibido es prueba del reconocimiento. Su obra Chal con patrón de fénix —un juego de joyas fabricado en plata con decoraciones de esmalte, coral y perla— ganó el segundo premio en el Premio Nacional de Artesanías 2004, los jueces describieron las piezas como “de formas y colores elegantes, creadas exquisitamente con gran habilidad”, y que ofrecían “nuevos significados a las imágenes tradicionales”.

Helecho parasitario II. Su hizo el broche de plata en 1999 mientras estudiaba en la Universidad Católica Fu Jen, donde comenzó a aprender los conceptos básicos de metalistería.

Este segundo lugar, convirtió a Su —entonces de 30 años— en la “artesana maestra” nacional más joven de Taiwan. Estos premios también han tranquilizado a sus padres, preocupados por la carrera como artista que eligió su hija. “Como padre, me siento naturalmente muy orgulloso de ella”, dijo Su Shih-hsiung. “Y como padre, me preocupa que el rápido éxito la haga vanidosa y no le permita seguir mejorando”. Después de cuatro años, esos temores han resultado infundados. Su hija dedica la mayor parte de su tiempo a su taller, excepto los dos días que dedica a la enseñanza en dos universidades locales y un colegio comunitario.


Ahora Su Hsiao-meng tiene sus propias preocupaciones. “Mis obras reflejan mi forma de pensar, por eso puedo decir que llevo un diario en metal”, dice ella. “El problema es que ocurren tantas cosas en mi vida y tantas ideas que deseo poner en metal, que mis manos nunca se darán abasto”.


Para la mayoría de la gente, cortar, soldar y martillar metal durante 10 horas seguidas en un taller pequeño y caliente es completamente insensato. Sin embargo, para Su Hsiao-meng, es perfectamente lógico, ya que le brinda la gran oportunidad de ponerse al día y agregar otra página a su diario.

 

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