05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

UN GRAN ÉXITO PARA EL CINE TAIWANÉS

01/01/2009
Van Fan da vida a “Aga”, el protagonista de Cabo Nº7, la segunda producción más taquillera en la historia del cine de Taiwan. (Cortesía de Ars Film Production)

Un fenómeno taquillero taiwanés está reavivando las esperanzas de la industria del cine local.

Un grupo de reporteros, equipo de cámara y transeúntes curiosos se congregaron en una playa en Kenting, en el extremo sur de Taiwan. Porque, claro, Van Fan, un cantante popular que ahora es actor, estaba a punto de lanzarse al agua desnudo. La emoción aumentaba a medida que el rompecorazones se desvestía en el agua y nadaba hacia una figurita que flotaba en el mar, una estatua que parecía el Oscar que se entrega a los ganadores del Premio de la Academia. Ese día los reporteros tuvieron mucho material interesante para los noticiarios.


Fan realizó la escena para cumplir su promesa de bañarse desnudo cuando la película Cabo Nº7, protagonizada por el actor, recaudara NT$20 millones (US$625.000) en ventas de taquilla. Cumplió su palabra, aunque un poco tarde. Ese día, las ganancias de taquilla de la película habían alcanzado los NT$100 millones (US$3,1 millones), en apenas un mes en cartelera desde el 22 de agosto de 2008. A finales de octubre, la producción había acumulado NT$224 millones (US$7 millones) solamente en los teatros de Taipei, alrededor de la mitad de todo Taiwan, y muy por encima de las expectativas, incluso del director y guionista Wei Te-sheng.

Cabo Nº7 es una historia original que transcurre en la actualidad en un pueblo cerca de Kenting. Su trama gira alrededor de la creación de un grupo de rock de aficionados. Y se entrelaza con la historia de un amor perdido entre un profesor japonés y una joven taiwanesa durante el período colonial japonés (1895-1945). La película ha logrado mayor éxito que cualquier otra película taiwanesa o china exhibida en las salas de cine de la isla. En la lista de mejores éxitos de taquilla en Taiwan, ocupa el segundo lugar detrás de la película de Hollywood Titanic en 1997, que recaudó NT$760 millones (US$26,5 millones) en el país. La licencia de Cabo Nº7 ya se vendió a Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Malasia y China continental.


Al éxito comercial le ha seguido el elogio de la crítica. Aunque la primera frase de la película es una blasfemia contra Taipei, la película ganó sus primeros galardones en esta ciudad, donde recibió el Gran Premio en el Festival de Cine de Taipei 2008 en julio de ese año, y el Premio Selección del Público en la Competencia de Nuevo Talento. Fue premiada también como mejor película en el Festival del Cine Marino Asiático en Japón, y mejor película narrativa en el Festival Cinematográfico Internacional Louis Vuitton Hawaii 2008. La figurita dorada en la mano de Van Fan mientras nadaba en Kenting simboliza la gran ambición de alcanzar un verdadero Oscar en los Premios de la Academia este año en la categoría de película en idioma extranjero.


“No me había sentido tan bien con ninguna película taiwanesa hasta ahora con Cabo Nº7. Todos los personajes están representados muy vívidamente y sus relaciones bien presentadas”, dijo el crítico de cine Michael Mai. “Siempre he estado esperando que las películas locales igualen a las producciones de Hollywood, y ahora finalmente he encontrado a un director taiwanés que puede crear una película con verdadero valor comercial”.


La película se convirtió en un éxito comercial gracias a elementos tales como la música pop, una historia de amor y sus escenas humorísticas. Sin embargo, lo que más ha atraído al público local ha sido la presentación de la vida cotidiana de la sociedad taiwanesa, dice Peggy Chiao, crítica y directora, del Instituto de Posgrado en Cinematografía de la Universidad Nacional de las Artes de Taipei. Chiao cita también los antecedentes sociales detrás del fenómeno taquillero de Cabo Nº7. Según ella, la gente prefiere entretenerse con este tipo de película optimista, y así alejarse del ambiente político intranquilo de los últimos 20 años. “Hace mucho tiempo que en nuestra sociedad no se siente esa atmósfera festiva de la película”, agrega.

Fuera del cine de arte y ensayo
En los años ochenta, los directores de cine en Taiwan comenzaron a reaccionar en contra de la entonces política gubernamental de producir películas políticamente correctas y “moralmente saludables”. Como una parte del inmenso cambio social y político que ocurrió en Taiwan en esa época, los directores del Movimiento Cine Nueva Ola realizaron nuevos tipos de películas, que mostraban la vida cotidiana de la gente común taiwanesa. Las películas reflejaban también los asuntos históricos, sociales y políticos, y se caracterizaban por temas profundos y argumentos sombríos.


El productor de Cabo Nº7, Jimmy Huang, encuentra algunas similitudes entre los éxitos de taquilla del 2008 y aquellas primeras producciones, tales como Colina sin retorno (1992), dirigida por Wang Tong, ambas narran historias impactantes. Tanto Cabo Nº7 como Colina sin retorno se centran en la vida de gente interesante, pero común; sin embargo, Colina sin retorno se desarrolla en la época del régimen japonés en la isla y es básicamente una tragedia.


Mientras que muchos directores de cine taiwaneses se centraron en películas de arte y ensayo en los años ochenta y noventa, el Cine Nueva Ola de Taiwan recibía el aplauso internacional. Este fue el caso de Una ciudad de tristeza, de Hou Hsiao-hsien, uno de los principales personajes del movimiento. La película ganó el premio León de Oro en el Festival de Cine de Venecia en 1989. Fue la primera vez que una película taiwanesa ganaba el primer lugar en un festival cinematográfico internacional. La película estimuló a los directores de cine locales a darle más importancia a sus propios estilos personales. A pesar de todo, estas películas no tuvieron mucho éxito comercial. “En ese entonces, las películas taiwanesas eran demasiado filosóficas y difíciles de comprender”, dice Huang.


A pesar de la crítica, algunas producciones serias de maestros como Hou, contribuyeron a darle brillo a los cineastas de Taiwan en el exterior. El apoyo internacional no sólo trajo reconocimiento, sino que ayudó a algunos realizadores a encontrar capital extranjero. Por ejemplo, Hou recibió inversiones de Francia y Japón. Tsai Ming-liang se destacó en el mundo del cine después que su producción experimental Vive L’Amour compartió el León de Oro por Mejor Película en el Festival de Cine de Venecia 1994, y hoy día obtiene mucho apoyo financiero de inversionistas franceses.


Sin embargo, al mismo tiempo que la industria cinematográfica de Taiwan empezó a experimentar un descenso general, sus películas recibieron el elogio internacional. Según el Departamento de Cinematografía, de la Oficina de Información del Gobierno (GIO, siglas en inglés), durante nueve de once años, entre 1996 y 2006, los ingresos anuales de las películas taiwanesas alcanzaron menos del 2 por ciento del total de ventas de taquilla en Taiwan. Durante ese tiempo, las películas más taquilleras en idioma chino eran generalmente de Hong Kong y China continental. La mayor parte de los ingresos totales de taquilla, más del 90 por ciento, procedía de películas de idioma extranjero, principalmente las películas en inglés de Hollywood. La situación llegó al punto más bajo en 2003 cuando solamente se produjeron 18 películas taiwanesas, con ingresos totales de apenas el 0,3 por ciento de las ventas de taquilla.


Las ganancias en taquilla de las películas taiwanesas aumentaron al 7,4 por ciento del total o NT$136 millones (US$4,25 millones) en 2007, principalmente gracias a la producción Deseo, peligro, de Ang Lee, el ganador del León de Oro en el Festival de Cine de Venecia 2007, y la cuarta película más popular de ese año en Taiwan. Sin embargo, Deseo, peligro, una historia de espionaje que se desarrolla en Hong Kong y Shanghai durante la II Guerra Mundial, es prácticamente una producción internacional. Se considera una película taiwanesa porque su director Ang Lee es de Taiwan. Para muchos, las ganancias de Secreto y La Isla Etude, en 2007, son más inspiradoras. Ambas películas representan mejor a la industria local porque incluyen principalmente un elenco de actores y personal de cámara y producción taiwaneses. Las películas recaudaron NT$26 millones y $8,9 millones (US$812.000, y $278.000) respectivamente en ventas de taquilla solamente en Taipei.

Conexión con el público

Lo más importante es que la cosecha actual de películas taiwanesas explora la sociedad local y narra historias que logran una conexión con el público local. “De pronto, aparece esta producción exitosa tras un largo período en descenso. Ahora muchos directores emergentes desean hacer películas comerciales y Wei Te-sheng es la estrella que más brilla en este panorama”, dice Michael Mai. El crítico de cine dice que lamenta que tantos productores sólo imiten a los directores galardonados con premios. “Necesitamos tesoros nacionales tales como Hou y Tsai, pero no sólo deberíamos tenerlos a ellos”, dice.


El uso de escenarios y personajes reales continuó durante el año 2008. Junto con Cabo Nº7, Peggy Chiao dice que le complació ver películas como Vientos de septiembre, Orz Boyz y Parking. “En estas películas se ve gente rara o común con fuertes personalidades, producto del ambiente social único de Taiwan”, dice.

La Isla Etude narra la historia de un joven que viaja en bicicleta alrededor de Taiwan. La película muestra las bellas regiones costeras de la isla. (Cortesía de Warner Bros.)

“La mayoría de los cineastas emergentes de la actualidad quieren filmar películas con historias interesantes y fáciles de entender”, dice Lee Lieh, productora de Orz Boyz, una producción que trata sobre dos muchachos traviesos de familias deshechas. Antes de esta película, Lee produjo solamente dramas de televisión, pero decidió aventurarse después de leer el guión. A finales de octubre, Orz Boyz ya había recaudado NT$16,5 millones (US$516.000) sólo en Taipei.


¿Será posible que se trate del renacimiento del cine taiwanés? El productor Jimmy Huang responde con una negativa definitiva, diciendo que el increíble éxito de taquilla de Cabo Nº7 es un golpe de suerte que será imposible repetir en un futuro próximo. De hecho, el público local ignoró inicialmente Vientos de septiembre cuando apareció en junio de 2008. La película, sobre un grupo de estudiantes de secundaria en los años noventa, volvió a los teatros en septiembre de 2008 tras el éxito de Cabo Nº7, y recaudó finalmente NT$4,58 millones (US$143.000) en las taquillas de Taipei. La actual fiebre por las películas taiwanesas también impulsó los ingresos de taquilla de Orz Boyz.


Hasta finales de octubre pasado, sólo alrededor de 15 películas hechas localmente se habían colocado en carteleras en todo el año 2008. Sólo tres de éstas superaron la marca de taquilla de NT$5 millones (US$156.000) en ventas en Taipei –Cabo Nº7, Orz Boyz, y Kung Fu Dung. Esta última trata sobre un jugador de baloncestos de China continental en Shanghai. Sin embargo, el lado positivo fue que las películas taiwanesas representaron más del 8 por ciento del total de ventas de taquilla durante los primeros diez meses de 2008, pero obviamente gran parte del crédito es de una sola película, Cabo Nº7.


“El ambiente no ha cambiado mucho para aquellos que desean hacer películas”, dice En Chen, director de La Isla Etude, una historia sobre un joven que hace un recorrido por Taiwan en bicicleta. “Realmente Taiwan no tiene una industria cinematográfica, como queda evidenciado en el hecho de que la gran mayoría de la gente que trabaja en el cine local no puede ganarse la vida únicamente haciendo películas”, dice. El realizador de Una ciudad de tristeza, Chen, pasó año y medio filmando su primer largometraje, con el que aspira haber capturado la belleza del paisaje costero de Taiwan. A La Isla Etude no le fue mal en la recaudación de taquilla en comparación con la mayoría de las películas locales, pero Chen siente que todavía necesita depender de trabajos como filmar propagandas de televisión para poder ganarse la vida.


Por otra parte, el éxito de Cabo Nº7 reavivó las esperanzas del renacimiento del cine taiwanés. “El mensaje más importante de Cabo Nº7 es que los taiwaneses pueden hacer películas buenas y lucrativas, que atraerán seguramente inversiones para las películas locales”, dice Peggy Chiao. “Taiwan es capaz de crear íconos de cultura popular tales como cantantes e ídolos de telenovelas. No hay razón para que el cine local no se convierta en un emblema de la cultura popular”, dice. De hecho, en septiembre de 2008, Filmko Holdings, con sede en Hong Kong, ya había establecido una oficina en Taipei con la misión de patrocinar producciones del cine local. La compañía tiene planes de hacer entre seis y ocho películas en los tres próximos años, comenzando con Amor hasta el final, una película de cuatro partes realizada por cuatro directores locales, incluyendo el escritor de Internet Giddens Ke Jing-teng, conocido también por su seudónimo de escritor “Nueve Cuchillos” en mandarín, y el letrista Vincent Fang. Con un presupuesto de NT$50 millones (US$1,6 millón), la película estaba en la etapa de posproducción en noviembre de 2008.


Entre tanto, en diciembre de 2006, la GIO anunció la política de respaldar a los directores de cine y televisión para que adquieran capital de instituciones financieras, además del programa de subsidios que comenzó en 1990. La ayuda no sólo abarca préstamos bancarios garantizados por el Gobierno a los directores de hasta NT$100 millones (US$3,1 millones), sino también subsidios a las producciones mediante el pago del 3 por ciento del interés del préstamo. Wei Te-sheng fue el primer director de cine en recibir el beneficio de esta nueva política, que procura estimular la producción de películas comerciales al brindarle fondos a los directores si su película gana más de NT$50 millones (US$1,56 millón) en las ventas de taquilla. Un director exitoso puede recibir un subsidio equivalente al 20 por ciento del ingreso total de ventas de taquilla, que podrá usar en la producción de su próxima película. En el caso de Cabo Nº7, esto significará por lo menos NT$90 millones más (US$2,8 millones) en fondos gubernamentales para la próxima película de Wei, Seediq Bale.


Los recientes éxitos han mostrado nuevos horizontes para el cine de Taiwan. “Tendré que ser más cuidadoso en mis próximas producciones porque ahora el público espera mucho más de las películas locales”, dice el director de La Isla Etude, En Chen, quien actualmente prepara el guión para su segunda película. Y agrega, “la gente apenas está comenzando a tener confianza en las películas de Taiwan”.

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