02/05/2024

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Taiwán Hoy

EL FILO DE LA SIMETRÍA PERFECTA

01/05/2009
Un puñal de cazador de acero damasquino fabricado por Jimmy Chin. La simetría de un cuchillo es la clave a la hora de juzgar el trabajo del artesano.

Jimmy Chin plasma la pasión que siente por el acero en sus exóticos cuchillos artesanales.

Dentro de un pequeño taller con techo de zinc sobre la Avenida Zhonghua en el Pueblo de Bali, Distrito de Taipei, Jimmy Chin pasa horas afilando una hoja forjada. “La clave de la perfección está en la simetría”, dice. “El material es demasiado duro para las herramientas eléctricas y hasta para equipos computarizados, por eso debe hacerse cuidadosamente a mano”.


Chin es el único artesano local de cuchillos que ha recibido el certificado de la Sociedad Americana de Forjadores de Cuchillos (ABS, siglas en inglés) en la categoría de forjador Journeyman. Hoy día, hay sólo alrededor de 200 forjadores de esta categoría y 100 forjadores Master en el mundo. “En lenguaje accesible, el sello de forjador Journeyman de la ABS es como un título de postgrado y el de forjador Master se equipara a un doctorado”, dice Liu Yih-ming, coleccionista y profesor de Ciencias de los Materiales en la universidad.


Chin llegó a convertirse en forjador de cuchillos por simple casualidad. El nació en 1960 en Taipei, luego a los 20 años de edad se trasladó a Canadá con su familia, donde vivió durante tres años antes de ir a Estados Unidos. Durante sus años en ambos países, Chin realizó diversos trabajos: director de almacén, chef, jardinero y hasta empleado de una finca. “Los cuchillos eran instrumentos importantes en casi todos esos trabajos. Tuve que aprender sobre éstos y me volví más refinado”, dice. “Pero con todas las opciones en el mercado, nunca me pasó por la mente que algún día los fabricaría”.

Un encuentro casual
Algo ocurrió a finales de 2003 que cambió la vida de Chin. En esa época, su familia decidió trasladarse a Pekín porque sus padres pensaban que era un buen lugar para vivir después de jubilarse, y su hermano menor pensó que allí había un mercado con muchas oportunidades comerciales para los jóvenes. Sin embargo, a Chin no le gustó la idea. “Porque crecí en una época en la que el Gobierno promovía ideas anticomunistas”, dice. “Creía que nada bueno podía ocurrir en un lugar gobernado por comunistas”.


Chin tomó la decisión de regresar a Taiwan y trabajar con sus amigos en una empresa de importación-exportación. Antes de volver a Taiwan, Chin visitó una tienda de cuchillos porque un amigo le pidió el favor de llevarle unas hojas forjadas para una colección. Conversó un poco con el dueño y le preguntó si tenía algunos cuchillos hechos a mano. “El hombre me miró y me dijo en un tono condescendiente: ‘¿no hay fabricantes de cuchillos por encargo en Taiwan?’”, recuerda Chin. “Era verdad que en Taiwan no había ninguno, pero ¿por qué lo dijo en ese tono? Le hubiese roto la nariz, si no hubiese tenido todos esos cuchillos tan cerca”.


Salió de la tienda sin comprar nada y se dirigió a su casa, donde comenzó a buscar en la Internet para ver si había otras fuentes de hojas forjadas a mano. Por casualidad, encontró la ABS, que junto al Colegio Texarkana, se encarga de la Escuela de Forjadores de Cuchillos Bill Moran en Washington, Arkansas. Entonces, Chin aplazó sus planes de regresar a Taiwan y se matriculó en la escuela de forjadores de cuchillos en febrero de 2004.


Los alumnos en la escuela pueden elegir cursos individuales, pero como Chin no sabía mucho sobre la artesanía, decidió cursar el programa completo que abarca todo, desde las propiedades del acero y el calentamiento del material hasta la fabricación de mangos, cubiertas de protección y vainas. Fue un excelente alumno. Una de las hojas que forjó mientras cursaba estudios ganó una competencia de la ABS en octubre de 2004. Cuando tenía tiempo, Chin visitaba a algunos artesanos maestros y se quedaba con ellos durante algunos días para aprender sus técnicas. “Nunca tomé con tanta seriedad algo”, dice Chin. “Supongo que no podía olvidar la actitud del dueño de aquella tienda, y deseaba regresar algún día para impresionarlo con hojas forjadas a mano por un taiwanés”.


Sólo entre el 10 y 15 por ciento de los alumnos de ABS se dedica a trabajar realmente en la fabricación de cuchillos. Pero, cuando Chin culminó todos los cursos y volvió a Taiwan a finales de 2004, estableció su taller para dedicarse profesionalmente a la fabricación de cuchillos artesanales. Nunca regresó a esa tienda en Estados Unidos. En realidad, Chin le da las gracias al propietario de esa tienda, quien le motivó a embarcarse en una carrera que realmente disfruta.

Efecto dominó
Liu Yih-ming, quien ha coleccionado cuchillos durante 25 años, y posee una valiosa colección de cuchillos forjados a mano, incluyendo algunos cuchillos hechos por Chin, piensa que el regreso de Chin tuvo un gran impacto en el círculo local de fabricantes de cuchillos. “La fabricación de cuchillos no es algo nuevo, porque las armas blancas son unas de las herramientas más antiguas y en cada lugar hay forjadores que fabrican los estilos que satisfacen las necesidades locales a precios aceptables”, dice. “Chin emplea las técnicas artesanales de la escuela de la ABS, que son diferentes de las de los forjadores locales, porque no se usan sólo para fabricar herramientas funcionales, sino que imprimen un sello artístico a la fabricación de cuchillos”.

Jimmy Chin es el único artesano local de cuchillos que ha recibido el certificado de la Sociedad Americana de Forjadores de Cuchillos (ABS, siglas en inglés) en la categoría de forjador Journeyman.

Un ejemplo es la fabricación de hojas de Damasco o de acero damasquino. Estas hojas de acero con superficie acanalada están hechas con varios trozos de hierro y acero, que se forjan juntos para formar una barra. La barra se pliega para formar las capas deseadas, y luego se sumerge en ácido para crear la superficie con patrones, que dependen del arreglo inicial de los diferentes metales y el número de capas. Cada forjador tiene su propia fórmula para hacer estos tipos de hojas. Antes de que Chin trajera esta técnica, dice Liu, los forjadores taiwaneses hacían sus hojas con una pieza única de acero. “No hay mucha diferencia funcional entre las hojas fabricadas con una sola pieza de acero y las de acero damasquino”, dice Chin. “La diferencia primordial es la estética”.

Pruebas de fuerza
Chin no sólo compartió lo que aprendió en la escuela de la ABS con los forjadores locales, sino que además se preparó para la prueba de forjador Journeyman de la ABS. “Se trata de un certificado del conocimiento y habilidad del forjador de cuchillos”, dice Chin. “Y por supuesto, ayuda un poco con el precio del mercado”. En 2007, él presentó a la prueba cinco hojas fabricadas con acero semiduro.


La primera parte de la prueba es la prueba de rendimiento, en la que la hoja debe cortar una cuerda que cuelga libremente para probar su geometría y afilado, y luego, cortar madera para probar su dureza. Después de esto, la hoja se usa para afeitar vello a fin de demostrar su capacidad de mantener el afilado. La hoja no puede presentar ningún fraccionamiento o daño durante todo el proceso. Por último, debe pasar la prueba de doblado, en la que la hoja debe poder doblarse en 90 grados sin partirse, para mostrar la destreza del artesano en el proceso de calentamiento de la hoja. Después de pasar la prueba de rendimiento, el forjador necesita presentar hojas de diseños diferentes para la evaluación de su habilidad, equilibrio, ajuste y acabado.


Chin aprobó las pruebas con gran éxito. Sin embargo, el grado de forjador Journeyman no vino acompañado de grandes beneficios económicos. Si trabaja entre 13 a 14 horas al día, Chin puede terminar un cuchillo entre dos semanas y un mes. A un precio entre NT$20.000 y $50.000 (US$600 y $1.500), dependiendo de los materiales y el diseño, generalmente estos cuchillos se exhiben como parte de una colección y no terminan en las manos de un chef. Esto es en realidad un problema. “Un cuchillo de cocina es una herramienta necesaria, pero un cuchillo artesanal no lo es”, dice Chin. “Los coleccionistas de cuchillos son una minoría entre todos los tipos de coleccionistas, y los coleccionistas de cuchillos artesanales son una minoría entre los coleccionistas de cuchillos”.


En vista de este pequeño mercado, Chen Yuan-fan, un fabricante de espadas taiwanés y amigo de Chin, comparte su “manera de hacer negocios” con el forjador de cuchillos. Chen piensa que para expandir el mercado, un forjador necesita alcanzar el reconocimiento no sólo de los entusiastas de las armas blancas, sino también de los coleccionistas de obras de arte. Una de las maneras de lograrlo es participando y ganando las competencias locales de artesanías. Sin embargo, a Chin no le llama la atención este método. “En Taiwan hay sólo competencias para las artes metálicas, pero no específicamente para los forjadores de cuchillos, ¿cómo se puede juzgar entre artes totalmente diferentes? pregunta Chin. “Además, no creo que haya suficiente gente calificada para ser jueces en una competencia de cuchillos artesanales”.


Desde el punto de vista de un forjador, a Chin le complacen las leyes que reglamentan los cuchillos en Taiwan. Por ejemplo, la ley no permite la fabricación, venta o propiedad de dagas, porque se consideran un arma. No obstante, la fabricación de dagas es la mejor prueba para las habilidades de un forjador, porque requieren una simetría perfecta y son los artículos favoritos entre los coleccionistas. “Si lee las noticias se dará cuenta que el arma más comúnmente usada es el cuchillo de cocina”, dice. “El peligro es la persona, no la daga ni el cuchillo en sí mismo”. Paradójicamente, mientras que no se permiten las dagas, las espadas cortas son perfectamente legales, que son básicamente lo mismo. Además, si un cuchillo se considera daga o espada corta depende mucho de los agentes del orden público, ya que no está especificado en la ley.

Hombre de acero
Pero hay razones para ser optimistas. Liu Yih-ming dice que en el pasado, las fuentes de información sobre cuchillos y la colección de cuchillos hechos en fábricas o a mano eran muy limitadas para los coleccionistas locales. Gracias a la popularidad de la Internet, los coleccionistas pueden fácilmente hacer pedidos en línea con sólo hacer algunos clics, y los aficionados pueden aprender mucho en diversos paneles de discusión sobre cuchillos. Liu cree que el número de coleccionistas de cuchillos de Taiwan está aumentando. “La pasión por el acero es algo así como la pasión por los automóviles deportivos”, dice. “Se lleva en la sangre”.


Como uno de los pocos que puede traducir esta pasión en acción, Chin tiene planes de utilizar las técnicas occidentales para forjar algunas espadas y otras armas blancas chinas tradicionales –con la intención de que sean exhibidas en museos. “Los museos de Taiwan coleccionan espadas por su valor histórico”, dice. “Se ha ignorado completamente que este arte metálico funcional también tiene valor artístico”.


Pero los museos tendrán que esperar un tiempo. Por ahora, Chin está preparándose para la prueba de forjador Master de la ABS a realizarse en mayo, que es básicamente la misma prueba para forjador Journeyman, con la excepción de que los cuchillos probados necesitan ser de acero de Damasco y uno de los cuchillos debe ser una daga. Por esto, todas las noches, debajo del techo de zinc de su humilde forja, Chin continúa su trabajo, afilando y afilando, en búsqueda de la simetría perfecta.

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