03/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

ENTRE LA POESIA Y LA FILOSOFIA

01/08/2009

Las obras de Lee Tsai-chien desarrollan un abstraccionismo poético único en la escultura taiwanesa moderna.

FOTOS DE CHANG SU-CHING

Sobre un extenso prado se observan 13 esculturas de metal, no muy lejos de la entrada principal de la Universidad Nacional de las Artes de Taipei (TNUA, siglas en inglés), y otra pieza enfrente del edificio de administración de la escuela y el Museo Kuandu de Bellas Artes, que se encuentra en el campus de la universidad. La exhibición de las obras de Lee Tsai-chien, organizada por el museo y la Galería Tendencia Principal, empezó en octubre de 2008 hasta marzo de este año con el fin de celebrar el 80º natalicio del artista. Se caracterizó principalmente por las líneas simples y las formas geométricas. Una rara exhibición en Taiwan contó con esculturas de gran tamaño mostradas al público en un extenso espacio al aire libre. Chiang Yen-chou, profesor de bellas artes en TNUA y el curador de la exhibición, llamada “Entre la filosofía y la poesía”, dice que mientras que la mayoría de las exhibiciones de esculturas se realizan bajo techo con luces artificiales, la exhibición de Lee aprovechó la luz natural y reflejó el concepto de arte público, un área que el escultor ha tratado de promover.


A Lee le contenta que sus obras sean presentadas en un espacio libre que invite a la gente a verlas desde diferentes ángulos e incluso a caminar entre ellas. “La gente puede verlas y moverse alrededor para experimentar mi escultura”, dice. Lee nació en 1928 en el distrito de Xianyou en la Provincia Fujian, China continental. El artista fue uno de los primeros estudiantes del actual Departamento de Bellas Artes en la Universidad Nacional Normal de Taiwan, que fue fundada en 1947. Comenzó su carrera artística trabajando como diseñador industrial, y produciendo obras hechas de materiales diversos, tales como cemento, piedra, bronce, plástico, resina y fibra de vidrio. “Como diseñador, tenía que conocer materiales diversos”, dice Lee. “Aunque en el pasado un escultor pasaba generalmente por un proceso de vaciado de yeso y bronce, ahora tenemos el acero inoxidable que es duro y sólido, que puede moldearse en hermosas formas para siempre”.


El padre y el abuelo de Lee eran especialistas en el tradicional arte chino de la caligrafía y la pintura en tinta, pero el joven Lee aprovechó rápidamente la ventaja de las nuevas técnicas, como la soldadura, la perforación y el tallado con láser para fabricar figuras de acero. “Las técnicas de esmaltado son bastante satisfactorias para evitar que la pintura se desvanezca o se desconche, y ahora podemos ahorrarnos el problema de la cocción, y simplemente aplicamos la pintura con pistola pulverizadora sobre la superficie de acero”, dice Lee. “Estas técnicas tan avanzadas se encuentran disponibles, y no hay razón para no utilizarlas”.


En 1975, Lee y otros escultores emergentes formaron un grupo llamado “Los cinco elementos”, que hace alusión al metal, madera, agua, fuego y tierra –los cinco componentes básicos del universo según la cosmología china tradicional. Sus miembros incluyen Chen Ting-shih (1915-2002), Yuyo Yang (1926-1997), Chiu Huan-tang (1932-), Ju Ming (1938-) y Kuo Ching-jyh (1939-), todos ellos se convirtieron finalmente en artistas distinguidos o eruditos. Su exhibición conjunta de medio año de duración, que tuvo lugar en marzo de 1975 en el Museo Nacional de Historia en Taipei, marcó un desarrollo importante para la escultura taiwanesa moderna. “Aquí, no elevamos pancartas específicas y no tenemos un eslogan común”, escribió Lee en el prefacio del panfleto de la exhibición. “Crecimos y aprendimos con las tradiciones, pero no estamos inmersos en el pasado; colocamos nuestra visión en el mundo y el futuro, pero no vamos más allá de la realidad”.


Los integrantes de “Los cinco elementos” representaron la segunda generación de escultores modernos de Taiwan en la era de la posguerra. Sus predecesores, que se alejaron del papel tradicional de la escultura como una forma de embellecimiento arquitectónico o un medio de crear estatuas religiosas, aprendieron y maduraron durante los primeros años del siglo XX, cuando Taiwan estaba bajo el régimen colonial japonés (1895-1945). En 1920, Huang Tu-shuei (1895-1930) se convirtió en el primer escultor taiwanés seleccionado para la Exhibición Imperial, celebrada en Tokio, Japón, con su obra que representaba a un niño aborigen tocando una flauta. Los escultores Chen Sia-yu (1915-2000) y Huang Ching-cheng (1912-1943) siguieron sus pasos, y tuvieron también el honor de participar en el prestigioso salón del arte japonés, en 1938 y 1939, respectivamente. Ellos se formaron en las artes en Japón, en escuelas de arte o como aprendices de escultores maestros. Durante la mayor parte del tiempo, siguieron la tradición occidental clásica del realismo para presentar los motivos taiwaneses locales. “Estos dieron lugar a un cambio en el pensamiento histórico y los estándares culturales de Taiwan”, dice Lee. “Además, abrieron la puerta al desarrollo de la escultura moderna en Taiwan”.


A pesar de los orígenes de la escultura moderna de Taiwan en el realismo figurativo, Lee y otros artistas originalmente de China continental tuvieron sus propias preocupaciones y siguieron diferentes caminos. Chiang dice que aquellos primeros artistas vinieron de una tierra sin tradiciones importantes de realismo artístico, y por un lado, tuvieron la influencia de las teorías del arte occidental, y por otro lado estaban obsesionados con el pensamiento de la metafísica china antigua, como el concepto del yin y el yang. “Tenían la tendencia de producir estilos abstractos o semi representativos que sugerían nostalgia por el hogar, imágenes de paisajes tradicionales o ideas filosóficas”, dice el profesor. Entre estos artistas, literatos versátiles tradicionales, hábiles poetas, escritores y artistas en su totalidad, Lee utiliza un método que no es ni tradicional ni experimental, y no marca límites entre las artes orientales y occidentales. “No creo en estas distinciones”, dice el escultor. “No hay nada que exista en las artes chinas u orientales solamente que esté totalmente ausente de las tradiciones occidentales”.


Lee tiene más fe en la representación de formas “puras”, básicas, tales como un triángulo, un círculo y un cuadrado. “Todos los objetos en el universo contienen estas formas”, dice. “Son una parte del mundo natural y nuestra vida cotidiana –usted duerme en una cama cuadrada por ejemplo y no en una redonda– y esta lógica de cada día es en sí misma de cierta belleza, una belleza racional y absoluta”. Para Lee, esta belleza serena no sólo existe en las reglas de la geometría y aritmética griegas antiguas, sino también en las estatuas budistas clásicas, que Lee considera parte de la corriente principal de la historia del arte chino. El ha realizado muchos viajes artísticos al exterior que incluyen algunas visitas a importantes sitios históricos budistas en China continental, tales como las Grutas Yungang en la provincia Shanxi, y las Grutas Longmen en la provincia Henan, y ha escrito varios libros sobre escultura griega y escultura budista china. “Muchas estatuas budistas tienen una expresión sonriente, calmada, con sus ojos mirando hacia abajo”, dice. “Están desligadas y libres de los problemas mundanos, y me sirven para escapar del mundo real”.


Equilibrio 60º (1975), una obra de Lee en la primera exhibición de “Los cinco elementos”, y también parte de la exhibición en Kuandu, fue una desviación de sus primeras obras semi representativas, tales como formas simplificadas de figuras humanas. La pieza tiene cuatro barras de acero inoxidable de igual longitud, soldadas para formar dos formas triangulares que se unen en un ángulo de 60 grados. Su simetría geométrica evoca un sentido de belleza serena. Esta obra anunció el aspecto sobresaliente de la abstracción pura en las obras de Lee. “Antes de la transición, de diseñador a artista, tuvo que desarrollar algunas ideas artísticas sólidas antes de crear una forma de expresión clara y estable”, dice Chiang, de TNUA.


Lee habló un idioma artístico maduro en Finito a Infinito, una obra maestra colosal exhibida en la inauguración del Museo de Bellas Artes de Taipei en 1983. Cinco figuras de acero de color rojo, cada una compuesta de cuatro superficies triangulares, fueron soldadas para formar cuatro triángulos equiláteros. Cuando los espectadores observan la obra, pueden percibir los contornos de las formas básicas –o finitas– de diferentes ángulos, que dan lugar a imágenes cambiantes –o infinitas– de toda la obra, un proceso que recuerda la manera cómo un organismo se desarrolla y cambia.

Un símbolo tabú
Desde cierto ángulo, un visitante en la exhibición inaugural del museo vio una estrella roja, en esa época un símbolo tabú del gobierno comunista chino en el otro lado del Estrecho de Taiwan. El visitante reportó esto a las autoridades del museo. En respuesta, el museo decidió pintar la obra de color plata en agosto de 1985, sin consultar al artista, provocando una enérgica protesta por parte de Lee, que también se expandió a los círculos artísticos y al público general. Esto condujo a la restauración del color rojo en septiembre de 1986.


De hecho, mucha gente conoce al artista por la controversia política que generó la “estrella roja”. La obra es realmente la culminación del pensamiento geométrico de Lee. Este continuó esta tendencia en otras obras, tales como las superficies triangulares interconectadas en Extensión ilimitada (1992) y la dialéctica entre cuatro prismas triangulares y el espacio que las rodea en 0 y 1 (2006). Chiang indica que las obras abstractas recientes de Lee tienen una dimensión poética y filosófica, que parece implicar cierta actitud ante la vida o una perspectiva del mundo. Este aspecto metafórico ayudó a producir otra de las obras maestras de Lee, Aro (2007) un círculo inclinado de acero patinado que se suspende en la parte invertida, con una grieta que interrmpe su curvatura lisa. “Es un ejemplo perfecto de minimalismo geométrico, abstracto”, dice Chiang, “que invita a la libre asociación con una condición de vida, como por ejemplo matrimonio, que no siempre brilla pero puede mantenerse a pesar de su naturaleza insatisfactoria”.


Al aferrarse a la representación geométrica y abstracta en la escultura, Lee eligió el camino menos transitado por sus colegas, quienes han seguido estilos más realistas o por lo menos no tan abstractos. En su lugar, este maestro taiwanés moderno está todavía obsesionado con las posibilidades poéticas y filosóficas inherentes a las formas puras.



Lee Tsai-chien


Rayo de sol (2007)



Flotadores
Platos de acero inoxidable, 1986
Diámetro: 50, 60 y 80 cm


Finito a infinito, visto desde otro ángulo, y otras obras exhibidas en el campus de la Universidad Nacional de las Artes de Taipei.

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