06/05/2024

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UN TEMA QUE CONMUEVE

01/03/2010
La hija del protagonista se observa agachada en una desordenada tienda de herramientas en una escena de la película.

Una película pletórica de cultura local anuncia el potencial artístico y comercial de la industria cinematográfica de Taiwan.

La tarde del 11 de abril de 2003, un padre de treinta y tantos años que cargaba a su hija de siete años, se subió a la baranda de una pasarela pedestre en el centro de Taipei y se preparaba para saltar a la calle, que estaba llena de tráfico pesado. Sus acciones eran el resultado de su frustración y furia por sus intentos fallidos de superar el indiferente sistema burocrático en su búsqueda por tratar de ser el guardián legal de su hija. Aunque él era el padre biológico de la niña, su madre estaba casada con otro hombre, quien por lo tanto, era su padre legalmente ante la ley. El intento de asesinato-suicidio, que ocurrió al frente del Yuan Ejecutivo, duró casi una hora, llamando la atención inevitable de los medios de comunicación. Al final, la policía pudo aproximarse al padre y evitar que saltara, aunque le quitaron a su hija, quien fue llevada bajo el cuidado del buró local para asuntos sociales.

Para los que se enteraron del caso a través de los reportajes noticiosos, puede haber parecido una especie de noticia sensacional sobre un padre perturbado y una niña inocente, una que se olvidaría rápidamente. Sin embargo, seis años después, la escandalosa escena sobre la pasarela volvió de una manera grandiosa, esta vez en la forma de una película, que se ha dado a conocer por resaltar el profundo sentido de amor de un padre hacia su hija, y por contarla de una manera realista y poética. La película fue llamada No puedo vivir sin ti.

A finales de noviembre de 2009, No puedo vivir sin ti fue seleccionada como la película del año en los Premios Caballo Dorado, que otorga los máximos honores cinematográficos en Taiwan y so una institución cinematográfica prestigiosa en el mundo del idioma mandarín. La película  fue dirigida por Leon Dai, quien también ganó el premio de Mejor Director en la entrega del Caballo Dorado por su obra No puedo vivir sin ti. Mejor conocido como un actor talentoso, Dai y el coautor y actor Chen Wen-pin, quien hace el papel del padre en la película, también ganaron premios de Mejor Guión. No puedo vivir sin ti marcó la primera aparición de Chen como protagonista, pero sus esfuerzos en el papel le ganaron una nominación para Mejor Actor en la misma premiación. La película fue producida por Luminoso Film Co., que fue establecida en noviembre de 2007, y fue financiada parcialmente por el Fondo de Asistencia Cinematográfica del Gobierno de la Ciudad de Kaohsiung.

Lee Yung-chuan, un juez de los Premios Caballo Dorado, que dicta clases en el Departamento de Radio, Televisión y Cine en la Universidad Shih Hsin en Taipei, indica que la película sobresale por sus personajes tan profundos, el tempo y la música, así como su atractivo emocional universal”. De hecho, me hizo ver cómo debería ser una buena película”, dice Lee.

 

La escena de la pasarela de la película.

Antes de ganar reconocimiento en los Premios Caballo Dorado, No puedo vivir sin ti había ganado importantes premios en festivales cinematográficos en Japón, Sudáfrica e India. Basado en su éxito en estas competencias internacionales, la Oficina de Información del Gobierno seleccionó la película para representar a Taiwan en la categoría de película extranjera en los Premios de la Academia 2010, o los Oscar, que se celebrarán en Hollywood en marzo.

De las películas producidas domésticamente en 2009, No puedo vivir sin ti acumuló NT$10 millones (US$312.500) en taquilla en Taiwan, en segundo lugar sólo después de los NT$30 millones (US$937.500) producidos por Escúchame. Una historia de amor urbano entre personajes con discapacidad auditiva, Escúchame fue principalmente financiada por el Gobierno de la Ciudad de Taipei como parte de la celebración de los Juegos Olímpicos para Sordos 2009, que se llevaron a cabo en la ciudad en septiembre pasado. Lee cree que el éxito de ambas películas indica que el público local está mostrando una mayor apreciación por las obras producidas localmente. “Si un trabajo es bastante bueno, entonces será premiado con suficiente apoyo de la taquilla”, dice Lee.

La película inspirada por un intento de asesinato-suicidio comenzó a gestarse en 2006, cuando el guionista Chen Wen-pin leyó en el periódico un reportaje de seguimiento sobre el padre, la hija y la esposa embarazada en el hospital. “La historia me conmovió hasta llorar”, recuerda Chen. “No es nada demasiado complicado, pero presenta temas universales y las dificultades que tiene que pasar la gente desfavorecida con las instituciones gubernamentales”.

Las escenas de No puedo vivir sin ti están divididas entre Kaohsiung, donde el padre, es un comerciante que vive en un almacén abandonado con su pequeña hija; y la ciudad capital norteña de Taipei, el centro del sistema burocrático, donde el padre lucha en su intento de ser el guardián legal de su hija. Chen indica que la película ilustra los contrastes entre –o una especie de diálogo – el mar y la tierra, así como las dos ciudades principales de Taiwan. El indica que la historia no pudo haberse filmado solamente en Taipei, porque el sentido de distancia que separa a Kaohsiung de Taipei es un elemento central de la película.

No puedo vivir sin ti  fue filmada con un apretado presupuesto de NT$6 millones (US$187.500). A causa de los limitados recursos financieros, las planeadas tomas aéreas del peregrinaje hacia el norte, del padre y la hija en motocicleta hasta Taipei, tuvieron que eliminarse. Los recursos financieros limitados han explicado parcialmente la decisión de filmar la película en blanco y negro, y no a color que es más costoso.

Entorno en blanco y negro

A pesar de todo, el uso del filme en blanco y negro tiene mucho que ver con el entorno de la película. Chen indica que la filmación a color de muchos lugares inmundos y sucios en la película –tales como el almacén donde vivían el padre y la hija, y la tienda de herramientas de su amigo– hubiesen generado intranquilidad a los espectadores. “Es como las fotos de guerra, los observadores pueden impresionarse con la crueldad y el sufrimiento”, dice. “La meta de esas fotos es llevar a los espectadores más allá de las imágenes a fin de que penetren la naturaleza de la guerra y la humanidad, pero si son muy coloridas, demasiado descarnadas, nadie querrá mirarlas”.

El cine en blanco y negro obliga a los directores a tomar en cuenta los factores de la producción que son desconocidos en gran medida en las películas a color. En primer lugar, puede ser difícil presentar un espectro sutil de tonos negros y grises. Por ejemplo, la selección normal de colores para el vestuario no se utiliza en los filmes en blanco y negro. “Se requiere de cierta imaginación”, dice Chen. “Tenemos que vestirnos como payasos para producir los efectos deseados en la escala de grises”. Sin embargo, la cuidadosa atención a los tonos de colores valió la pena cuando No puedo vivir sin ti ganó el premio a la Mejor Fotografía en el Festival Cinematográfico de Asia y el Pacífico. Leon Dai ganó también el premio al Mejor Director en ese festival, que fue celebrado en el Distrito de Kaohsiung. Asimismo, la película se convirtió en un raro caso de trabajo en blanco y negro, dándole un lugar en la lista de nominados para el premio de Mejor Director Artístico de los Caballo Dorado. Lee indica que, a diferencia de los escenarios tan complicados de algunas obras de época, así como la tendencia general hacia la cinematografía exagerada, el toque más humano, más simple de No puedo vivir sin ti nos recuerda a El ladrón de bicicletas (1948), un clásico neorrealista italiano que muchos críticos consideraron la mejor película de todos los tiempos.

No puedo vivir sin ti es notable por su representación un tanto alarmante de la desgarradora ineficacia de la burocracia gubernamental. La obra de Dai y Chen lleva ese mensaje.Sin embargo, mientras es verdad que los empleados gubernamentales que transfieren continuamente el caso del padre sobre la custodia legal, de departamento en departamento, no hacen nada para ayudar al protagonista, su pasividad no deriva de la malicia. “No hay ningún estereotipo del malo o los malos de la película”, dice Lee.

A pesar de todo, la película tiene valor educativo para los funcionarios públicos. El Ministerio del Interior, la rama gubernamental que frustró tanto al padre que inspiró esta película, ha designado No puedo vivir sin ti como una película que todos los miembros de su personal deben ver. En diciembre de 2009, el presidente Ma Ying-jeou fue también a ver la película acompañado del director Dai. Después de verla, Ma pidió a todos los empleados gubernamentales que mostraran más simpatía y más consideración por la justicia social.

Historia de éxito

Las obras taiwanesas no son extrañas entre los títulos galardonados en los principales festivales cinematográficos internacionales. Por ejemplo, Edward Yang (1947-2007) ganó el premio como Mejor Director en el Festival Cinematográfico de Cannes 2000 por su última película Yi Yi: Uno y Dos, cuya historia gira sobre una familia moderna de clase media de Taipei. Dai ha sido admirador de Yang desde que tomó las clases del autor como estudiante universitario en el Instituto Nacional de las Artes, que ahora es la Universidad Nacional de las Artes de Taipei.

Yang fue el personaje central en el movimiento del Cine Nueva Ola de los años ochenta, un desarrollo fundamental en la historia cinematográfica de Taiwan. En un momento en que el público estaba dejando de ver las películas comerciales locales y las financiadas por el Gobierno a favor de las películas de Hollywood y Hong Kong, los directores de la Nueva Ola, como Yang, se atrevieron a producir obras más tranquilas y más introspectivas. Aunque este intento no tuvo éxito comercial, el movimiento Nueva Ola tuvo un gran impacto en la cultura del cine de Taiwan, y hoy día continúa inspirando a jóvenes cinematógrafos como Dai. De hecho, Dai dice que Yang es su mayor fuente de inspiración.

Así como muchas películas de la Nueva Ola, No puedo vivir sin ti muestra la vida de la gente ordinaria y emplea actores aficionados para muchos personajes importantes. “En cuanto a la madurez del estilo y la ausencia de fallas”, dice Lee, “esta película es un ejemplo extremadamente refinado del paradigma de la Nueva Ola”.

Dai, segundo desde la derecha, junto con los actores y miembros de equipo de producción de No puedo vivir sin ti, posan con los premios Caballo Dorado 2009 por mejor película, director, guión, mejor película taiwanesa y el premio elección del público. (CNA)

Dai tuvo suerte de tomar clases con Yang a principios de los noventa, en una época cuando el veterano director estaba en el apogeo de su carrera cinematográfica. Entonces, Yang había establecido su propio taller y estaba trabajando en la producción de Un brillante día de verano, una película que fue apareció en 1991, y es ampliamente considerada una de sus obras maestras. En una entrevista, Dai dice que él inicialmente se sintió intrigado por las clases de Yang, que se centraba principalmente en discusiones de eventos sociales recientes. Finalmente, Dai se dio cuenta que el estilo de enseñanza casual y simple de Yang tenía el propósito de ayudar a los estudiantes a ver las conexiones entre las películas y la sociedad, así como hacerlos entender que los asuntos sociales podían servir como principal fuente de información. Casi dos décadas después de haber tomado clases con Yang, Dai dedicó su premio Caballo Dorado al Mejor Director por No puedo vivir sin ti a su ex profesor.

Así como Dai, Yang es también el personaje que más ha influenciado la carrera cinematográfica de Wei Te-sheng, quien dirigió el sorpresivo éxito de 2008, Cabo Nº 7, que es la película producida localmente más taquillera hasta el momento. El éxito de Cabo Nº 7 fue poco común cuando se considera que durante muchos años, el público taiwanés no había mostrado mucho interés por las películas locales de arte y ensayo, prefiriendo las películas de Hollywood. Esta tendencia comenzó a cambiar en 2005 con la aparición de documentales, incluyendo éxitos como Los últimos agricultores de arroz, que se centra en la vida cotidiana de una aldea agrícola en el distrito sureño de Tainan. De hecho, Dai dice que No puedo vivir sin ti es un tipo de continuación de la tendencia de ese documental, porque él lo considera una versión cinematográfica de eventos que fueron titulares.

Motivos taiwaneses

Por su parte, mientras que Cabo Nº 7 no fue un documental, sí reflejó el momento histórico cuando la era colonial japonesa (1895-1945) llegó a su final ambivalente en Taiwan, y la gente local se debatía entre una mezcla de amor y odio hacia los que fueron sus colonizadores. “La película se volvió un movimiento masivo que canalizó la emoción colectiva de los taiwaneses a través de una presentación fluida de motivos taiwaneses y las representaciones vívidas de los personajes taiwaneses”, dice Lee Yung-chuan. “Muestra precisa y efectivamente los sentimientos taiwaneses”. Esta conexión íntima con la vida en la isla, señala el intelectual, es claramente compartida por los personajes y los eventos que se identifican con facilidad en No puedo vivir sin ti, cualidades que ayudaron a la película a convertirse en la Mejor Película de los Premios Caballo Dorado, la primera película galardonad desde 2002 que no tiene conexiones con Hollywood, China continental o Hong Kong.

Chen Wen-pin, quien también dirige las películas producidas por Luminoso Film Co., así como actúa y escribe guiones, cree que la industria del cine local merece recibir más inversión y recursos de las oficinas económicas y diplomáticas del Gobierno. “La cinematografía es una industria que merece el mismo nivel de apoyo que se le da a los otros sectores, y puede ayudar a construir el nombre de nuestro país en el ámbito internacional”, dice Chen, refiriéndose a los reportajes noticiosos de la prensa extranjera de los premios internacionales ganados por No puedo vivir sin ti. El índica que las películas taiwanesas tienen gran potencial en el mundo de las películas de idioma mandarín, que están teniendo mayor éxito comercial y más amplia distribución. “Como una sociedad pluralista y liberal, Taiwan tiene sus propias historias interesantes que contar”, dice Chen, “historias que suelen prohibirse en China continental o ignoradas en Hong Kong”.

El éxito de Cabo Nº 7 y No puedo vivir sin ti también llena de confianza a Lee en cuanto a que los cinematógrafos de Taiwan se sentirán estimulados a continuar explorando las emociones y temas íntimamente relacionados con la cultura local. Como lo comprueban los premios ganados por ambas películas en festivales de cine extranjeros, la experiencia subyacente que muestran las películas taiwanesas, puede también resonar alrededor del mundo.

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