29/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Jóvenes aficionadas que tienen una misión

01/05/1990
A diferencia del ballet o la danza mo­derna, muchas persona consideran la danza folklórica china como algo antiguo o una actividad para pequeñuelos. Pero las Bailarinas Lan Yang (蘭陽舞蹈團) echan por tierra ese criterio. Ellas consti­tuyen un conjunto de aficionadas que se organizó en el remoto pueblo de Lotung, en el noroeste de Taiwan. Su historia es insólita. El grupo fue fundado por el fraile franciscano Gian Carlo Mi­chelini, que aún lo dirige. "Mi tío fue misionero en China, de él y de mis lecturas he obtenido desde mi adolecencia un cúmulo de conoci­mientos sobre temas chinos', dice el Padre Gian Carlo Michelini, pronunciando chino con acento italiano. El franciscano se enamoró de la cul­tura china, y decidió seguir los pasos de su tío: se hizo sacerdote. Cuando tomó el hábito de San Francisca, los comunista se habían apoderado de China con­tinental, de modo que su destino vino a ser Taiwan. Llegó en 1964, bajo los auspicios de la Sociedad Caminense y dedicó dos años al estudio del mandarín en Hsinchu, un pueblo rural. Por las noches asistía a la ópera china y a fun­ciones de títeres que encontraba facinantes. Al principio se preguntaba qué podría hacer en los días venideros. La Orden Caminense, que había llegado a Taiwan 12 años antes, había edificado varias iglesia y un hospital, pero poco se había hecho en favor de los jóvenes y niños. El Padre Gian Carlo creía que si hubieran más lugares para sus activi­dades, los niños correrían menos pelígro de ser malos de mayores. "Es necesario que la cultura china se arraigue entre los jóvenes, ss ha de sobrevivir", dijo el fraile. "Quienes aprendan a amar su cultura amarán también a su patria y serán buenos ciudadanos". Este pensamiento armonizaba con su manera de ver la obra misionera, pues rara vez trata de persuadir a las personas para que acepten su religión. "Lo importante no es que alguien crea en mi religión. Lo que importa es que sean buenos seres humanos". Algunos amigos le sugirieron organi­zar varias actividade culturales chinas para la juventud, como medio de atrac­ción misionera. Inspirado por el ejemplo del equipo de baloncesto Brigham Young, que había realizado frecuentes giras por Taiwan aprovechando la oportunidad para su actividad proselitista entre la multitud, el Padre Gian Carlo or­ganizó a la bailarina Lan Yang en 1966. Poco después amplió el proyecto convirtiéndolo en el "Centro Juvenil Católico Lan Yang" (CJCLY). "Iniciar actividades culturales en un lugar como Lotung hace 20 años parecía algo difícil, pues lo que preocupaba a la gente era tan sólo como sobrevivir", dice nuestro franciscano. Su interés y participación fueron inicialmente más allá de la danza folklórica. Se ocupó de otra ramas, como por ejemplo la música china. Pero los cursos de música CJCLY funcionaron pocos años, pues muchos de los estudiantes salieron para ingresar en la universidad o en el ejército. Incluso las actividades de danza folklórica eran difíciles de mantener. Pocas alumnas se inscribían por falta de entusiasmo de los padres y docentes en las actividades ex­tracurriculares, aunque no se cobraba por la enseñanza. "En los primeros años, yo iba a recoger a los estudiantes y los lle­vaba de regreso en coche, como ali­ciente", dijo el Padre Michelini. El CJCLY está a una dos horas en coche desde Taipei. Su edifício de dos plantas se halla rodeado de árboles y césped, en una propiedad de aproxima­damente seis hectáreas. Las niñas cantan alegres en la sección de párvulos. Cuando algunas de ellas crezcan, ingresa­rán en el grupo Lan Yang. Centenares de alumnas reciben clases de danza, pero el grupo tiene un límite de 60 niñas. Se re­quieren de 3 a 5 años de preparación para ingresar en el grupo, pero hay otras clases para que las que no logran ser aceptadas, continúen bailando. El Padre Gian Carlo ama la natura­leza y confía en que las bailarinas reciban la influencia del ambiente. Siembra ár­boles, tiene una huerta y cría animales para solaz de los niños. Después de bailar, las jovencitas pueden ir a nadar o a dar un paseo por el prado, entre aves cantoras y mansos venados. El grupo se inició con 10 niñas de 9 a 18 años de edad. No fue por gusto que Lan Yang se formara sólo con niñas. Los varones no se interesan por la danza, ni por las actividades extracurriculares, que las consideran como algo exclusivo de las niñas; y no la consideran tan prác­tica como la computación, que sí les atrae. "En sólo unos meses, la danza trans­forma el temperamento de las niñas", dice el Padre Michelini. Citó el caso de una encantadora niña de una tribu indí­gena. Cuando llegó era muy traviesa, pero ahora ha adquirido buenos hábitos y prácticas. Después del colegio y los fines de semana se comporta como las otras niñas del grupo. Si bien Lan Yang se concentra en danzas folklóricas, enseña también otras disciplinas como por ejemplo el ballet. Los ejercicios incluyen también algunas de las poses y destrezas acrobáticas pro­pias de la ópera china, pues algunas de las danzas de Lan Yang son adaptaciones de dicho arte. A las alumnas se les cobra una mensualidad de US$40 aproximada­mente, pero las frecuentes sesiones de adiestramiento adicional son gratuitas. Las integrantes del grupo tienen que en­cargarse de muchas tareas en el escenario y fuera de éste, tales como el lavado de su vestuario, construcción y transporte de piezas escénicas y otras actividades que las capacitan para satisfacer la mayor parte de sus necesidades en las giras internacionales del grupo. Esto es impor­tante porque las giras duran a veces varios meses. "Las mayores ayudan a las más jovencitas; somos como una gran fa­milia", dijo el Padre Michelini. Como la historia de China abarca varios milenios y existen muchos grupos étnicos (unos 56 en todo el país), la danza folklórica cuenta con un rico tesoro cultural en el cual puede inspirarse. Actualmente Lan Yang tiene unos 20 instructores que incluyen varios core­ógrafos; al principio sólo contaba con unos pocos. Los coreógrafos nativos y sus bailarinas desconocían por completo los grupos étnicos minoritarios y sus danzas. Hace cuatro años que Lan Yang empezó a invitar a bailarines de Hong Kong que habían trabajado con grupos estatales del Continente chino. Su aporte coreográfico le ha permitido a Lan Yang más danzas folklóricas y tribales. En los últimos dos años el grupo ha llevado al escenario unas 100 danzas, la mitad de las cuales son tribales de minorías chinas, como "La Guirnalda" y "Los Velos", traídas por coreógrafos de Hong Kong. La primera de ellas presenta la ternura y encanto de las jóvenes "Tai", con sus bellos diseños florales; la otra muestra la tristeza de las mujeres de Sin­kiang, y luego su alegría al verse libe­radas de las restrictivas convenciones tra­dicionales respecto al vestido y conducta. Entre las danzas de Lan Yang que más gustan está "El Salto sobre la Luna", danza de la tribu Miao, de China suroccidental: muchachos y señoritas cantan y bailan mientras eligen su pareja el día 15 de cada junio lunar. "Al En­cuentro de la Novia" retrata una boda tradicional del sur de China, y es un ejemplo de la forma en que el grupo trata la danza folklórica moderna. En vez de los movimientos estilizados de la danza tradicional, el grupo procura darle más re­alismo y a veces los caricaturiza para darles más viveza e interés. Por ejemplo, los portadores del palanquín nupcial pro­vocan la risa por su modo de subir y bajar las cuestas. El regocijo comienza cuando el novio patea el palanquín de la novia y termina con las bulliciosas con­ gratulaciones de los convidados. Respecto a la misión "de pueblo a pueblo" del grupo Lan Yang, el fraile Gian Carlo manifiesta: "la cultura es otro lenguaje para que un pueblo se dé a conocer en el resto del mundo en forma natural". Añadió que era más fácil hacer accesible la cultura china para los extran­jeros cuando el canal de comunicación es representado por niños y jóvenes. Las jovencitas de Lan Yang pasan bastante tiempo con los extranjeros, pues a menudo se hospedan en casa de ellos du­rante las giras. Para el debut del grupo en 1973, el Padre Michelini eligió su patria: Italia. A partir de entonces estas "Pequeñas Embajadoras" de la diplomacia cultural de la República de China, como las llama el padre franciscano han realizado doce giras y 692 presentaciones en 23 países. Han tenido el privilegio de 6 audiencias con los Papas Paulo VI y Juan Pablo II. Dado que la República de China no tiene relaciones diplomáticas con muchos de los países que el grupo Lan Yang ha visitado, era de esperar ciertas dificultades. Alguna vez se le canceló la visa, o el permiso para la presentación fue repentinamente revocado. Por for­tuna, los nexos del Padre Michelini con la Iglesia Católica resultaron muy útiles al negociar con funcionarios o policias extranjeros. "Ya hemos pasado el perí­odo difícil. Esos problemas ya no son fre­cuentes pues hemos hecho amistades y conquistado fama entre los auditorios y sus Gobiernos", nos dice. Después de una gira por el norte de Europa, Lan Yang planea ir a Europa del Este. Durante su viaje a España en 1989 para participar en el Festival Mundial de Danzas Folklóricas en la isla de Palma de Mallorca, Lan Yang obtuvo el premio "A la Mayor Popularidad" entre 54 grupos provenientes de 28 países. Fue la primera vez que un conjunto de danza de la República de China haya partici­pado en un festival internacional. "Pre­paró también el terreno para la realiza­ción del Festival Internacional de Danzas -Taipei 1990, en el mes de mayo", dijo el Padre Michelini. El Consejo de Planificación y Desa­rrollo Cultural del Yuan Ejecutivo comi­sionó a Lan Yang para organizar el Festi­val, que se llevará a cabo del 21 al 29 de mayo de 1990. "Es la primera actividad de esta categoría que se realizará en Taipei; y participarán conjuntos de 15 países, incluyendo a Hungría, Polonia, Checoslovaquia, Escocia, Italia, Grecia, Paraguay y otras regiones", indica el Padre Michelini. Se le confió a Lan Yang esta gran responsabilidad por su expe­riencia y contactos internacionales. Den-Rain Lee, uno de los amigos más allegados al Padre Gian Carlo y con­sejero principal de Lan Yang, especial­mente de lo administrativo, dijo: "Puede tenerse una idea de lo caro que resulta su sostenimiento, por ejemplo el precio de cada uno de los abanicos de plumas fabricados en Hong Kong para la danza 'Ondas en el Río y Sombras Dan­zantes' es de US$40". Lan Yang es una entidad sin fines lucrativos, y se sostiene principalmente con aportes pecuniarios del exterior. Para Navidad el Padre Mi­chelini se encierra en su estudio y escribe centenares de cartas solicitando contri­buciones. "Pero resulta cada día más difí­cil convencer a la gente de nuestras nece­sidades, por la imprensión que les causa la prosperidad financiera de Taiwan. Piensan que la necesidad es mayor y más apremiante en otras regiones como por ejemplo, Africa". El interés del Padre Michelini por la cultura no se limita a su conservación. "La cultura no debe ocuparse sólo de re­vivir el pasado", dice. Entre las medidas para hacerla progresar, está el envío de estudiantes a realizar estudios avanzados en el exterior. El CJCLY ha otorgado becas a 8 destacadas jóvenes para que es­tudien danzas, idiomas, mecánica esce­nográfica, y el método pedagógico Mon­tessori. Se las envía no sólo a los Estados Unidos; el Padre Gian Carlo quiere que vayan a Europa en donde pueden obtener adiestramiento básico en todas clases de danzas. Su programa de estu­dios en el exterior ha sido visionario y ha rendido buenos frutos. Las jóvenes que regresan de estudiar en el exterior se están convirtiendo en la columna vertebral del conjunto. Cuatro han regresado ya de Europa. El Padre nos mostró en la pared un retrato del Lan Yang incipiente. Nos señaló a Lin Mei-hong, una de las que regresaron de Europa, y actualmente una de sus princi­pales coreógrafas. Ahora con 30 años de edad, durante 10 años Lin ha mantenido una relación íntima con Lan Yang, que comenzó cuando tenía 10 años de edad. Obtuvo una beca para estudiar ballet clá­sico y danzas modernas en Italia y Ale­mania durante 8 años, y desde el verano pasado empezó a desempeñar el trabajo de coreógrafa de Lan Yang. "¿En qué piensa la gente cuando al­guien plantea el tema de las danzas folk­lóricas chinas? Quizás en la danza de los abanicos, o en la de flotantes cintas de colores. Pero la verdad es que el folklore chino llega más allá", dice Lin. Su adies­tramiento occidental y su trasfondo de danzas folklóricas chinas se complemen­tan mutuamente y darán a su coreografía más creatividad y originalidad. "La core­ografía y movimientos escénicos mo­dernos se incorporan a nuestra danza para rejuvenecer los temas tradicio­nales", afirmó Lin. Ejemplo de esto es la danza­ dramática que se presentó el año pasado para el sexagésimo aniversario de la Uni­versidad Católica de Fu-Jen. Mediante su coreografía, Lin presentó el Sacra­mento de la Eucaristía en movimientos de danzas china, convirtiendo el baile infantil en un bello tributo religioso. Además de sus representaciones anuales, Lan Yang comenzó a recibir un torrente de invitaciones tanto del país como del exterior. Cada vez había más compromisos y menos tiempo para los ejercicios y enseñanzas para los inte­grantes del grupo. Hace seis años, el fraile Gian Carlo solicitó un préstamo de aproximadamente un millón de dólares americanos para fundar el Centro de Artes Lan Yang de Taipei en un terreno de 2 hectáreas. Actualmente la mitad de los integrantes proceden del centro de Lotung, y el resto del nuevo centro. Así los dos grupos pueden actuar por turnos con menos conflictos de compromisos y más tiempo para entrenamientos siste­mático y los estudios. Dado que en Taiwan son pocos los grupos como Lan Yang, el Padre Miche­lini considera que éste debería dedicarse más a la investigación que a la enseñanza. Le gustaría por ejemplo que se trabajara en recoger y comparar videos cassetes de danzas tribales y folklóricas para emple­arlas como material didáctico. "Fil­mamos estas danzas en cámara lenta y a velocidad normal, con un prefacio refe­rente a las condiciones y costumbres lo­cales" dijo. Además, el conjunto produce un programa para la televisión pública llamado "Las Tribus Saltarinas". Han pasado dos décadas y media desde que el fraile Gian Carlo llegó a Taiwan, y no ha menguado su entu­siasmo por la cultura china. Bosquejando el futuro del conjunto, subraya la urgen­cia de establecer una academia de artes al estilo europeo. "La actuales escuelas de artes al estilo europeo. "Las actuales escuelas de arte son para universitarios; pero a esa edad ya es muy tarde para empezar a bailar o a aprender otras artes", indica él. El insta a crear programas que comiencen en el nivel de jardines infantiles o de escuelas primarias y se extiendan hasta la universidad. De este modo, los estudiantes podrán concentrarse en los estudios de su carrera. Tambíén cree que tal escuela debe girar en torno a la cultura china, y no del universo entero de las artes. De ponerse en práctica ese proyecto, las bailarinas como las de CJCLY no se retirarían forzadas por la presión de los estudios académicos como está ocurriendo ahora. Las suge­rencias que ofrece el Padre Michelini reflejan su perenne interés tanto en us alumnas como en la supervivencia de la danza en Taiwan. Por su dedicación a promover el in­tercambio cultural internacional, la Ofi­cina de Información del Gobierno ha otorgado al Padre Michelini el "Premio a la Comunicación Internacional". Si bien ese reconocimiento ha realzado ante el público la imagen del grupo Lan Yang, el anhelo supremo del fraile Gian Carlo es continuar plasmando el carácter moral y vigoroso, y preservar la tradición de la danza. Lan Yang ha formado hasta ahora a más de 1.000 bailarinas, mientras que el fraile Gian Carlo se ha convertido en un caballero maduro, canoso y de rostro arrugado. Pero el espíritu jovial que res­plandece en su ojos, en su sonrisa im­pertérrita y en su espíritu, lo cual conti­núa impulsándole en sus proyectos, indica que centenares de niños se benefi­ciarán aún más de la devoción del Padre Michelini en el desempeño de su misión en Taiwan. Y por todo el mundo, la gente recibirá su influjo cuando las "Pe­queñas Embajadoras" de Lan Yang em­prendan nuevas giras al exterior, en la creciente actividad de comunicación cul­tural internacional de la República de China. □

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