30/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Reconocimiento a los maestros de las arte

01/05/1990
Después de 30 años de rápido avance industrial y modernización de Taiwan, los funcionarios de la Adminis­tración y el público en general comienzan finalmente a valorar el precio del éxito económico. Haciendo un "inventario" cultural, el pueblo se da cuenta de que la mayor parte de las ricas y abundantes fuentes ar­tísticas que las generaciones precedentes daban por hecho, ahora está en peligro de extinción - y ésa es la realidad tanto para las artes folklóricas como para la fauna y la flora. Los literatos han sido de los pri­meros en hacer una llamada de atención sobre el peligro de extinción de la cultura y tradiciones folklóricas de Taiwan. El movimiento literario hsiang-tu (鄉土) de principios de los 70 que enfocó hacia temas de la vida rural y de color local animó a la generación más joven con más miras hacia Occidente, a que vol­viera la vista atrás hacia la riqueza de sus propias raíces culturales. La influencia del movimiento hsiang-tu no ha tenido precedente y ha hecho que la gente del cine y el teatro ponga mucha más aten­ción en las artes y tradiciones folklóricas. El resultado ha sido una nueva concienti­zación del valor de las cosas que por mucho tiempo se ha dado por hecho. Desde principios de la década de los ochenta, el Gobierno está respondiendo a dicha necesidad y gradualmente ha in­troducido medidas para investigar los medios y las ideas que identifiquen y pre­serven aquello que sea mejor de la cul­tura y artes folklóricas tradicionales. La principal responsabilidad recayó en el Ministerio de Educación al ofrecer apro­piados programas de estudio y desarrollo cultural. El primer paso del Ministerio fue crear una comisión conjunta de la Universidad Nacional Taiwan y la Universidad Nacional Chengchi, ambas en Taipei, para llevar a cabo un proyecto de investigación del estado de las artes folklóricas tradicionales en Taiwan. Para ello se realizó una encuesta sobre las cinco principales categorías artísticas: Teatro tradicional, música, danza, canto y artes plásticas. El final de la investigación reveló que había más de 4.000 personas en activo en el campo de las artes folkló­ricas tradicionales en Taiwan. El amplio informe de investigación encontrado aún sirve como una importante fuente de recursos para el desarrollo de proyecto posteriores sobre las artes folklóricas. El Dr. Yang Kuo-shih (楊國賜), director del Departamento de Educación Social (Ministerio de Educación) y su­pervisor de todos los proyectos de inves­tigación sobre la arte folklóricas, co­menta que todos los hallazgos de esa in­vestigación implican una fuerte necesi­dad de crecimiento del estado social y artístico de las artes folclóricas en Taiwan. Para estimular en mayor medida el in­terés y apoyo popular, el Gobierno pro­mulgó en 1982 el Decreto de Preserva­ción de los Valores Culturales, el cual abre una vía de asignación presupuestaria significativa y de recursos administra­tivos para los proyectos que enfaticen en la cultura y las artes. Por primera vez, la Administración incluye las artes folkló­ricas en sus planes, en vez de limitar su atención solamente hacia las refinadas artes clásicas como la Opera de Pekín, que siempre ha tenido el beneplácito de la Administración. La Administración, en otro paso sig­nificativo para estimular la actividad en las arte folklórica, estableció los Pre­mios a la Herencia Artística (Hsin Chuan) en 1985 para la investigación en las arte. El objetivo de los premios es elevar el prestigio de las artes folklóricas, honrando a solistas o grupos que han hecho relevantes contribuciones en ese campo y para estimular a todos los ar­tistas en el dominio de la destreza de sus artes folklóricas preferidas. Hasta el momento han recibido el premio 77 solistas y 25 grupos dedicados a las artes folkló­ricas tradicionales, incluyendo la última ceremonia de entrega de premios que fue televisada en directo el día 17 de fe­brero de 1990. El éxito que ha tenido este premio a lo largo de estos cinco años queda demostrado por el elevado interés que tanto los medios de comuni­cación como el público en general han puesto en el trabajo de los premiados y en las artes folklóricas tradicionales en general. El programa más reciente y de más largo alcance en el campo de las artes folklóricas tradicionales por parte de la Administración es el establecimiento del proyecto del Premio a los Maestros de las Artes Folklóricas. Los funcionarios de la Administración sintieron que la identificación y el apoyo de renombradas figuras de las arqtes folklóricas eran esen­ciales para la supervivencia de estas artes, así como un excelente medio de transmisión de este acervo cultural a las nuevas generaciones. Como resultado, el apoyo a estas selectas figuras del arte folklórico viene contemplado en la Ley de 1985 (Artículo 12 del Decreto de Pre­servación de los Recursos Culturales). Las principales metas de este proyecto son, estimular la conciencia e interés pueblo en el trabajo de estos maestros de las artes folklóricas, elevar el reconocimiento de su arte por parte del pueblo, y proveer ayuda financiera para que puedan dedicarse a tiempo completo a su arte y a la enseñanza y formación de nuevos aprendices. En 1988, el Ministerio de Educación anunció que había aceptado recomenda­ciones de los expertos en los campos de la educación, la cultura y las artes, para premiar a los candidatos. Para ello, se instituyó un comité de especialistas e intelectuales del sector privado, de miembros del Consejo para la Planifica­ción y Desarrollo Cultural (CCPD, siglas en inglés), dependiente del Gabi­nete; y de representantes del Ministerio de Educación. Y se formaron cinco sub­comités para analizar los candidatos en las cinco principales categorías artísticas. Después de dos largos meses de estudio de candidatos y datos, fue seleccionado el primer grupo de Maestros de las Artes Folklóricas en junio de 1989 y anunciado un mes más tarde. Se seleccionaron siete maestros: dos titiriteros, dos talladores de la madera, dos músicos y un actor de ópera. Cada uno de los maestros recibirá mensual­mente un salario de US$2.000 durante su participación en el proyecto. Sus res­ponsabilidades serían la de selección y formación a largo plazo de aprendices (dos o tres por maestro), y la supervisión de las actuaciones y exposiciones de sus estudiantes. Los siete maestros seleccio­nados son ya ancianos y venerables ar­tistas cuya formación empezó en la niñez, en un tiempo en que las artes folk­lóricas tradicionales chinas aún estaban inmunes a toda interferencia producida por la modernidad. Todos han recibido antes el galardón del Premio a la Heren­cia Artística y han sido reconocidos como maestros durante largo tiempo por artistas y conocedores de sus artes. El currículum de estos notables per­sonajes es como un lección de Historia. Cuando eran aprendices, fueron entre­ nados en una sociedad china tradicional. Pero la lección de Historia se hizo cada vez más cuesta arriba ya que les ha tocado seguir sus carreras en los amargos años de la ocupación japonesa de Taiwan, la invasión japonesa y la Guerra Civil en China continental, así como el reciente decline de la cultura tradicional china bajo la influencia de la moderniza­ción y la industrialización. Además de la promoción y preserva­ción de los logros de estos maestros para la posteridad, el proyecto es también muy importante para los mismos ma­estros. Ellos tienen la ilusión de entrenar a aprendices formales y cometidos du­rante un largo tiempo. La ventaja de este proyecto es que formaliza la relación entre el estudiante y el maestro y facilita la rápida asimilación de las enseñanzas del maestro a un gran número de estu­diantes e investigadores mediante la cui­dadosa grabación de estas enseñanzas en cintas de vídeo. Para facilitar la enseñanza por parte de estos maestros de las artes folklóricas, el Gobierno fijó una serie de institu­ciones educativas o culturales para admi­nistrar el material y el presupuesto re­querido en sus enseñanzas. Estas institu­ciones ayudan en el diseño de los proyectos individuales propuestos, en la redacción de informes, en proveer sufi­ciente espacio para la enseñanza, y en grabar y archivar todo el material relacio­nado con el proyecto. Aunque la mayoría de las personas inmersas en los círculos de las artes y la cultura está de acuerdo en la importancia del proyecto "Maestros de las Artes Folklóricas", hay algunos que están insa­tisfechos con la lentitud del esfuerzo y la ausencia de una clara metodología. A pesar de que el proyecto fue aprobado en 1985, su puesta en marcha tuvo un retraso de más de cuatro años, una signifi­cante pérdida de tiempo en vista de la avanzada edad y delicada salud que poseen estos maestros de las artes folkló­ricas. Estos retrasos dan ejemplo de algunos de los problemas básicos que el Gobierno encuentra en la administración de programas culturales especializados, un área en la cual tiene muy poca expe­riencia previa. Según declaraciones de Yang Kuo­-shih, funcionarios del Ministerio de Edu­cación pensaron en un principio, que el CCPD, que es más específico en la orien­tación de las artes y de la cultura, debería ser el responsable de la planificación y administración de los Premios a la He­rencia Artística y del proyecto Maestros de las Artes Folklóricas. Pero por ahora, el CCPD actúa solamente como conse­jero del Yuan Ejecutivo (Gabinete) y no posee capacidad administrativa; la res­ponsabilidad de los proyectos recae total­mente en el Ministerio de Educación. Las dificultades han aumentado, ex­plica Yang, por la excesiva coordinación requerida entre los grupos inmersos en el diseño y ejecución del proyecto Ma­estros de las Artes Folklóricas. Estos grupos están formados por expertos e in­telectuales de las artes y la cultura; tanto miembros del CCPD como del Ministe­rio de Educación, que forman la junta consultiva del proyecto, instituciones de enseñanza e investigación afiliadas al proyecto; y el Yuan Ejecutivo, que tiene la responsabilidad de conceder la última aprobación a todos los planes del proyecto. Muchos de estos problemas de coordinación podrán ser resueltos una vez que el planeado Ministerio de Cul­tura sea formalmente establecido (su aprobación depende únicamente del Yuan Legislativo). El nuevo ministerio podrá servir de organización encargada de consolidar toda la planificación y ad­ministración de los proyectos artísticos y culturales. Yang dice que cuando el Ministerio de Cultura sea finalmente aprobado, espera que parte de su funcionariado in­cluya intelectuales con cualificaciones es­pecíficas en el arte y la cultura. El conoci­miento y recursos que pueden aportar estos expertos a todos estos programas podrán llevarse a cabo sólamente bajo la dirección de este Ministerio, rempla­zando el actual método de pedir a ocu­pados profesores que cedan su tiempo en unas bases ad hoc. Entre dichos pro­gramas se podrían establecer un centro de investigación y un archivo central para los proyectos culturales. Entre tanto, el Ministerio de Educación de­pende fuertemente del Instituto Nacional de Artes y la Academia Nacional de Artes de Taiwan para que diseñen una metodología para grabar y preservar todo el material relacionado con el proyecto Maestros de las Artes Folkló­ricas. Esta metodología podría ser se­guida por todas las instituciones relacio­nadas con el proyecto. Lu Chui-kuan, catedrático de Etno­musicología del Instituto Nacional de Artes, dice que muchos de los intelec­tuales esperaban que el proyecto fuera administrado por una simple institución, como la Universidad Nacianal de Taiwan, con una dotación que podría ser usada para la creación de un centro de in­vestigación de las artes folklóricas. De hecho, el Instituto Nacional de Artes había enviado una propuesta en este sen­tido, pero no fue aprobada por el Go­bierno. Al pueblo le preocupa que si las responsabilidades de planificación y administración de cada uno de los pro­gramas de enseñanza por parte de los maestros de las artes folclóricas están di­vididas entre varias instituciones, cada una de estas podría desarrollar su propia metodología, y todo el proyecto podría desorganizarse. "Haciéndolo de esta forma, es menos eficiente, tanto en métodos usados como en uso de presupuestos," dice Lu. Hay un sentimiento general de que el Gobierno no ha meditado lo sufi­ciente acerca de los métodos a implantar en el programa 'Maestros de las Artes Folklóricas' antes de anunciar pública­mente su aprobación. "Por ejemplo," añade Lu, "es fun­damental la formación de un archivo central para los proyectos artísticos. El año pasado, el CCPD me pidió que com­pilara y publicara una colección sobre partituras musicales de ópera Nan-kuan (ver FCR de agosto de 1988). En el pro­ceso de investigación, coleccioné una gran cantidad de material de incalculable valor, que yo ofrecícomo donación al Consejo, pero este lo rehusó debido a que ¡no había ningún lugar para guardarlo!" Dejando aparte la existencia de de­fectos en el sistema, no hay ninguna duda de la urgencia y del valor del proyecto cultural. De hecho, el Instituto Nacional de Artes ya se había anticipado a la necesidad de un programa de este tipo. Hace cinco años el Instituto había establecido su propio Centro de Investi­gación de las Artes Tradicionales. En 1988, el Centro solicitó fondos al Teatro Nacional para llevar a cabo un Programa de Actuaciones de Opera Nan-kuan, para dar a conocer la ópera Nan-kuan a un se­lecto grupo de estudiantes. Dicho programa fue en cierto sen tido como un prototipo del proyecto Ma­estros de las Artes Folklóricas. El Centro invitó a Wu Su-ching (吳素慶), la cantante de Nan-kuan más notoria de Taiwan, para enseñar su técnica de canto. Al mismo tiempo, bajo el patroci­nio del Instituto, se invitó a Lee Hsiang­-shih (李祥石), más tarde uno de los se­leccionados como Maestros de las Artes Folklóricas, a que viniera desde Fili­pinas, tierra donde vivía, a Taiwan para que enseñara la técnica de actuación e in­terpretación de la ópera Nan-kuan, así como fuera el director de dicha ópera. El proyecto de la ópera Nan-kuan fue como una revelación del porqué se necesita en Taiwan un proyecto como el de Maestros de las Artes Folklóricas. "EL Nan-kuan como categoría musical está dividido en música instrumental, a menudo interpretada por un cantante so­lista, y ópera," explica Allan Lin (林璄南), experto en ello y director ayudante del Programa de Actuaciones de Opera Nan Kuan. "Este tipo de ópera es mucho más complejo, tanto para los músicos como para los cantantes, ya que la inter­pretación musical ha de ir muy bien coordinada con los movimientos de los ac­tores, y estos actores han de estar bien entrenados en el canto y en los diferentes estilos de gesticulación que caracteriza a este tipo de ópera," añade Lin. Lin afirma que existe un buen número de extraordinarios grupos instrumentales y sobresalientes can­tantes en Taiwan, pero ninguno puede igualar la amplia formación que tiene Lee Hsian-shih en este tipo de ópera Nan-kuan. "Lee Hsiang-shih es por ahora el único maestro verdadero de las enseñanzas de este tipo de ópera," dice Lin. "Sus enseñanzas y conocimiento de esta clase de ópera es inigualable, tanto en China continental como en Taiwan." China continental tiene la reputación de ir por delante de Taiwan en su apoyo a la investigación y enseñanza de las formas musicales tradicionales. Pero en una serie de giras de estudio a China con­tinental, el profesor Lu y otros intelec­tuales discrepan de esto al descubrir que el renombrado Instituto de Opera Nan­ kuan con base en la provincia de Fukien se dedica únicamente al perfecciona­miento de la forma mediante "estimula­ción" para hacerlo "más atractivo a las masas. " "La influencia de la idea de la Revo­lución Cultural está aún fuertemente arraigada en la enseñanza y el desarrollo de las artes en China continental," dice Lu. "La única cosa que consiguen me­diante su llamado perfeccionamiento de estilo es alienar la vieja generación de los amantes de la ópera Nan-kuan y confun­dir a la joven generación al introducir un estilo que carece de la 'aceptabilidad al oído' y el valor histórico del original." Lu opina que la forma tradicional de la ópera Nan-kuan, la cual evoca formas musicales de la Dinastía Tang, tiene un gran valor para las modernas audiencias. "Es un estilo de ópera extremadamente elegante," afirma, "cuando uno aprende a apreciar tanto sus lentas y gratificantes gesticulaciones como sus suaves ritmos, esta forma de ópera puede significar un maravilloso contrapunto a la frenética vida moderna." Esta es una de las princi­pales razones, enfatizan Lu y Lin, del porqué a un maestro como Lee Hsiang­ shih, que fue formado en el estilo clásico desde su niñez, se le debe dar todas las facilidades para que pueda impartir su co­nocimiento y técnica en Taiwan, donde las artes no están estríctamente limitadas a las demandas de una ideología política. Allan Lin apunta otro aspecto del proyecto de Maestros de las Artes Folk­lóricas: "Hemos de hacerlo, no sólo para la formación de futuros artistas sino, también, para la formación de futuros profesores. Solamente, alguien como Lee Hsiang -que entró en una compañía de ópera Nan-kuan como aprendiz desde los seis años, y tuvo que aprender todos los instrumentos, todos los papeles y cómo dirigir- es capaz de corregir y refi­nar la técnica de los jóvenes actores." Con los datos recogidos a lo largo del proyecto, los intelectuales creen que sería posible desarrollar unas técnicas metodológicas para darle al arte aquello que fuera más apropiado a las condi­ciones y requerimientos de los estu­diantes actuales. "La mayoría de los ma­estros esperan que los estudiantes apren­dan de ellos solamente por imitación, y que realicen bien las cosas al segundo o tercer intento," dice el profesor Lu. "Esto es desalentador, tanto para los es­tudiantes como para los profesores. El principal problema es que los viejos ma­estros tienden a olvidar que ellos han ne­cesitado toda una vida para perfeccionar su técnica. Pero, estamos seguros que trabajando conjuntamente con los ma­estros, podremos descubrir vías de enseñanza más eficaces que harán posible el aprendizaje mucho más rápido de las téc­nicas y de las partituras." Pero, ¿qué pasa con la joven genera­ción, principal fuente de las metas del proyecto de transmisión y preservación del arte? ¿Hay suficientes jóvenes intere­sados y deseosos de seguir una disciplina y emplear el tiempo necesario para aprender estas artes folklóricas? Juzgando por la experiencia del proyecto de la ópera Nan-kuan, la respuesta es arrolladoramente positiva. Shih Jui-lou (施瑞樓), una joven actriz y antigua partici­pante del Programa de Actuaciones de la Opera Nan-kuan, es un primer ejemplo. "Yo crecí en Lukang," dice Shih, "y siempre me fascinaba el grupo musical Nan-kuan que solía actuar en las afueras del Templo Lungshan. Tenía ganas de aprender, pero no tenía ni idea de cómo encontrar un maestro. Entonces un día fui hacia la cantante y le pregunté si ella podría enseñarme algo, a lo que ella me respondió 'Si.''' Shih nunca ha perdido su interés en Nan-kuan. En su época del colegio, a fi­nales de los 70 y principios de los 80, ella y un número de estudiantes de bachille­rato y universitarios, también intere­sados en este estilo de música, formaron un grupo privado de estudio. "Ibamos a todas las actuaciones que podíamos y también veíamos repetidamente todas las cintas de vídeo sobre el tema, que caían en nuestras manos," explica Shih. Registraban con minuciosidad todas las bibliotecas en busca de material, in­cluyendo partituras musicales. Determi­nados a aprender las técnicas de actua­ción, invitaron a la famosa cantante de ópera Nan-kuan Wu Su-ching, para que los enseñanza durante algunas semanas. Con su ayuda, fueron capaces de actuar durante el Festival Artístico de los Botes Dragón en Lukang, en el área central de Taiwan. Después que estos entusiastas jó­venes ganaran reputación, fueron invi­tados a participar en el Festival de Artes Folklóricas de Tainan, uno de los más importantes eventos culturales y artísticos de la zona sur de Taiwan. Para pre­pararse lo mejor posible, invitaron a Lee Hsiang-shih, a sabiendas que era el mejor maestro, para que viniera desde Filipinas para enseñarles a perfeccionar su actuación en la ópera que estaban de­sarrollando. En cualquier caso, estos jóvenes tomaron la iniciativa por sí mismos para localizar a sus profesores, aprender partituras y llevar a cabo pro­gramas de estudio. En ese momento no había ningún programa formal al que ellos se pudieran apuntar para aprender este tipo de arte. "Esa es la razón, después de volver de un viaje por EE.UU. a donde había sido invitada para actuar, por la que estaba tan excitada al oir del Programa de Actuaciones de la Opera Nan-kuan, patrocinado por el Instituto Nacional de Artes. Era la primera vez que tenía la oportunidad de estudiar por largo tiempo bajo la tutela de grandes maestros tales como Lee Hsiang-shih y Wu Su­ ching," dice Shih. "Muchos estudiantes tenían mucha menos formación que la mía, pero salieron adelante por medio de su determinación y entusiasmo." Ahora que el proyecto Maestros de las Artes Folklóricas ha sido establecido formalmente, Shih cree que el Gobierno quedará sorprendido por el fuerte deseo de la juventud de participar en él. Allan Lin está de acuerdo con Shih: "En el pasado, la culpa principal del descenso del interés en las artes tradicionales había sido la falta de estudiantes que se dedicaran a ello. Pero ahora, que estamos tratando de hacer un nuevo acerca­miento al proceso de transmisión de las artes folklóricas, creo que el problema, realmente podría ser el opuesto. ¡No en­contraremos suficientes profesores!" Los maestros, que son muy cons­cientes de su avanzada edad, están tam­bién ansiosos por empezar a enseñar y han expresado su disgusto con la admi­nistración de los premios. Hace seis meses que estos premios fueron anun­ciados y la selección oficial de estudiantes por parte del Ministerio de Educación acaba de empezar. Funcionarios del Mi­nisterio han asegurado que el comité de selección empezaría esta primavera y la selección final de dos o tres estudiantes por maestro tendría lugar este verano del 1990. Los aprendices finalmente aprobados serían asignados a cada ma­estro tras un período de tres meses de prueba. Una vez formalmente aceptados, se le ofrecería a cada estudiante una asig­nación mensual (similar a la recibida por los estudiantes de M.A. en las universi­dades locales) si se comprometen inicialmente por un período de estudios de dos o tres años. No hay duda que una vez seleccio­nados los estudiantes y que el proyecto esté formalmente en funcionamiento, el proyecto de Maestros de las Artes Folk­lóricas será de importante significación en la promoción y preservación de las artes folklóricas tradicionales en Taiwan. El proyecto será de alto nivel, ya que el éxito de éste y otros programas como este indicará si las artes folklóricas son, o no son, un recurso renovable en la Repú­blica de China. □

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