08/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Armonía internacional

01/09/1990
Un típico mes en la Sala Nacional de Conciertos: el pianista húngaro Peter Frankl presenta un recital; Ku Feng-yu dirige una noche de música clásica china; un tenor italiano canta piezas de ópera italiana junto con el barítono local Chen Rong-guei; también hay actuaciones de la Philharmonische Virtuosen Berlin, el London Brass, y muchos otros grupos más. El escenario musical de Taipei vibra con talentos locales y extranjeros.

La terminación del Teatro Nacional y la Sala Nacional de Conciertos en 1987, junto a la voluntad y habilidad del pueblo en dedicar más dinero a los pro­gramas culturales han convertido a Taiwan en un escenario para las artes es­cénicas y cultura musical internacionales. En el campo de la música clásica, por ejemplo, Taipei ya se puede comparar con los EE.UU. y Europa en términos de cantidad y calidad de presentaciones mensuales.

Se está volviendo rutinario, para los grupos y artistas individuales de re­nombre internacional, incluir a Taipei dentro de sus itinerarios. En los últimos meses, por ejemplo, el público pudo disfrutar de orquestas sinfónicas de Canadá, Checoslovaquia, y Alemania Occidental, así como de música de cámara ejecutada por grupos famosos de Francia, Italia y EE.UU. Muchos actores famosos, desde bailarines de danza fla­menca hasta el asombroso Luciano Pava­rotti, han actuado para el entusiasta pú­blico de Taipei. Los boletos de entrada previamente vendidos para la actuación de Pavarotti (que fue simultáneamente transmitida a una audiencia de varios miles fuera de la sala de conciertos) cos­taron hasta US$800 cada uno. Si bien este precio no es normal, resulta obvio que la gente está deseosa de pagar cos­tosos boletos para presenciar actuaciones de categoría internacional.

Una excitación similar se produce cuando artistas nacionales y extranjeros actúan juntos, logrando que las represen­taciones artísticas en la isla no sean sólo internacionales, sino también intercultu­rales. Ejemplo notorios en el sector mu­sical incluyen la reciente cooperación entre el compositor local Ma Shui-long (馬水龍) y la Orquesta Sinfónica de Praga, y el refinamiento a largo plazo de unos cuarenta músicos nacionales en la Sinfónica de Taipei bajo la dirección del maestro Henry Mazer.

La maduración de la Sinfónica de Taipei, fundada por Mazer en 1985, ha sido algo realmente placentero para los amantes de la música. A pesar de estar haciendo énfasis por muchos años en el entrenamiento en música occidental, Taiwan no había logrado tener una or­questa al estilo occidental que fuese in­ternacionalmente reconocida. Pero todo ha cambiado. Siguiendo un meticuloso proceso de selección auditiva para crear el núcleo de su sinfónica, Mazer introdujo inmediatamente los patrones más altos de la práctica y la actuación. Durante la temporada 1987-88, la Sinfónica de Taipei fue seleccionada, junto con las Orquestas Sinfónicas de Cleveland y San Francisco, por la revista china Music and Musicians Monthly como una de las que dieron las diez mejores actuaciones en Taipei durante el año. Recientemente, la Sinfónica de Taipei ha sido invitada para actuar en Canadá y los EE.UU. en verano de 1990, y actualmente se hacen los últimos preparativos del viaje.

Los músicos para el conjunto fueron reclutados de toda la isla. El coordinador musical de la Sinfónica, John Van Deur­sen, explica el proceso de selección: "El conjunto ofrece de cinco a seis conciertos anualmente y contratamos músicos para cada concierto. Algunos de los músicos trabajan también en otras orquestas y otros son maestros o profesores de música en las universidades locales. Antes de cada concierto programado, nos sentamos con una lista de ejecutantes que participaron anteriormente y deci­dimos a cuáles de ellos volveremos a in­vitar. La mayor parte de los músicos han estado con la Sinfónica por algún tiempo y casi siempre están deseosos de tocar otra vez".

El maestro Mazer tiene reputación de ser un señalador de tareas muy exi­gente, pero se ha ganado la lealtad de sus músicos precisamente debido a su fuerte dedicación a la música y al desarrollo de su orquesta. Aunque se paga a los miembros de la Sinfónica por cada con­cierto en vez de tener un salario regular, ellos reciben la más alta paga de todos los músicos de la isla.

Pero, esto no quiere decir que el con­junto goza de una confortable seguridad financiera. Siendo privado y sin fines lu­crativos, la Sinfónica está siempre en medio de una campaña para la recolec­ción de fondos. La mayor parte de la res­ponsabilidad de la recolección de fondos recae en Yu Bing-ching (余冰青), direc­tor ejecutivo del conjunto. Su tarea es muy difícil.

"Comparado con los EE.UU. y Europa, hay muy poca preocupación en el sector empresarial de Taiwan por apoyar a las artes", dice Yu. "Los empre­sarios tienden a pensar que el Gobierno debe manejar eso. Esto sencillamente no es la realidad". El recalca que incluso cuando la Sección de Planificación de la Sala Nacional de Conciertos invita a la Sinfónica para dar una representación, por lo general sólo cubre alrededor del 40 por ciento de los gastos. "Para que Taiwan se convierta en un excelente lugar para vivir, su crecimiento económico debe estar acompañado por un vital desarrollo cultural", manifiesta Yu. "Ni el Gobierno, ni el sector privado han puesto suficiente esfuerzo en este aspecto".

Aparte de las preocupaciones finan­cieras, la Sinfónica continua impresio­nando al público con sus actuaciones de primera clase. Con frecuencia se invita a solistas de todo el mundo para que actúen con el conjunto, entre ellos a Christophe Boullier, quien actuó en Taipei a mediados de diciembre de 1989. La mayor parte de la programación de la orquesta está dedicada a la partitura occi­dental estándar para música de cámara. El maestro Mazer hace las selecciones en base a lo que él considera como lo que más desearía escuchar el público y lo que mejor podría ejecutar el conjunto. El conjunto también ha ejecutado música de compositores locales, como el caso de "Valle de Visión" de Gordon Chin, que fue obra cumbre de la Sinfónica en junio de 1988.

La prensa musical local ha aclamado críticamente al conjunto y después de un concierto del "Adagio del barbero para cuerdas", Music and Musicians Monthly indicó: "(la obra) ha sido ejecutada con tal refinamiento que resulta difícil creer que la haya escuchado ejecutar mejor".

Una de las piezas de actuación más impresionante que ha tenido la Sinfónica es "Introducción y Allegro" de Elgar, La actuación grabada de la orquesta de dicha pieza obtuvo una carta de encomio de parte del conocido director Sir George Solti al maestro Mazer. Una gra­bación de la misma actuación hizo que J.J. Johannesen de la Sociedad del Festi­val de Concierto del Canadá invitara a la Sinfónica al Fetival Internacional Vic­toria de verano de 1990. En el mismo viaje, la Sinfónica actuará, a invitación de la Academia Suzuki de Artes de Representación de Chicago, en la Orchestra Hall, sede de la Orquesta Sinfónica de Chicago.

Las invitaciones indican que la Sinfó­nica de Taipei se ha proyectado musical­mente en el escenario internacional. Pero aún quedan obstáculos por vencer antes de hacer realidad el viaje. Aunque el conjunto recibirá los dividendos de la venta de entradas, éste sigue recolectando fondos para cubrir los gastos del viaje. A pesar de las preocupaciones, Van Deursen está intensamente emocionado por el próximo viaje a Norteamérica.

"Esta es la primera vez que una or­questa de Taiwan ha sido invitada a actuar en el exterior en una forma total­mente profesional", indica. "Muchas personas en el exterior sólo piensan de Taiwan en término de productos plás­ticos y M.I.T. (Made in Taiwan). Incluso si no salimos económicamente bien del viaje, lo más seguro es que no saldremos bien, cuando la gente del Canadá y los EE.UU. vea actuar en su país una or­questa tan buena como la Sinfónica, esto le dará con certeza una perspectiva dife­rente acerca de Taiwan".

Apenas tres días después de la fasci­nante actuación de la Sinfónica con el violinista francés Christophe Boulier en diciembre de 1989, la Orquesta Sinfónica de Praga llegó a Taipei en medio de una gran ostentación. Era la primera orquesta de Europa Oriental que llegaba a la isla. La llegada de la Sinfónica de Praga llegó como corolario del movimiento prode­mocracia y en momentos en que se ini­ciaban las reformas políticas radicales en Checoslovaquia. Pero para los amantes de conciertos en Taiwan, el significado era musical y no político. Para ellos, esta era la primera vez que disfrutaban del verdadero sabor de la tradición checa, directamente de la tierra natal de Dvorak y Smetana.

Resulta muy probable que ninguno de los miles de espectadores que asistie­ron a los cinco conciertos de la Sinfónica de Praga se percataron de la gran canti­dad de esfuerzos que se tuvo que hacer para traer la orquesta a Taiwan. La Cor­poración de Promociones Nuevo Aspecto trabajó por casi dos años para vencer las dificultades burocráticas, em­brollos políticos y dificultades de trans­porte antes de poder hacer realidad el viaje.

Hsu Po-yun (許博允), presidente de Nuevo Aspecto, se tuvo que enfrentar a problemas que en ciertos momentos pa­recían interminables. "Desde el inicio se mencionaron asuntos políticos", indica. "Cuando se resolvieron tales asuntos, se manejaron directamente las negocia­ciones con el agente en Japón. Después de finalizar todo, distribuimos nuestro material de promoción y comenzamos a vender los boletos de entrada. Entonces recibimos la noticia que ellos (los mú­sicos de Praga) no vendrían. Yo creo que ellos recibieron alguna presión de parte de Pekín para que se retiraran. Final­mente, logré convencerles a que vinieran".

Pero el poco tiempo que quedaba dejó a Hsu en un revoltijo por obtener asientos en un vuelo para los 110 miembros de la orquesta. "Estábamos en medio de la temporada de Navidad, y no podíamos obtenerles asientos en los aviones", explica Hsu. "Estuvimos dia­riamente al teléfono horas enteras ha­ciendo contactos con diferentes agencias de viaje y virtualmente rebuscamos los boletos de vuelo. Aunque el 95 por ciento de los boletos de entrada ya habían sido vendidos, perdimos dinero en el viaje debido a que nuestro presu­puesto original para transporte, US$60.000, terminó en alrededor de US$220.000".

Valió la pena hacer tales esfuerzos. El público apreció altamente las actua­ciones virtuosas de la Sinfónica de Praga y pidieron repeticiones de las obras. Diri­gida por el brillante joven director Petr Altrichter, la orquesta presentó pro­gramas variados que incluyeron obras de compositores checos y extranjeros.

La primera actuación fue un matiné en la tarde de un sábado, donde se pre­sentó en su totalidad la obra "Ma Vlast" de Smetana. Aunque el tiempo fue un poco más lento que el normal, que según el director Altrichter era necesario por la alta reverberación de la Sala Nacional de Conciertos, la actuación fue perfecta. Cuando la Sinfónica de Praga ejecutó la famosa pieza musical, la sala de con­ciertos se impregnó de sentimientos nos­tálgicos. Cuando la batuta de Altrichter descansó finalmente en el atril, los gritos de aprobación sacudieron la Sala Nacio­nal de Conciertos.

Altrichter estuvo también muy com­placido con la actuación: "Con los grandes cambios que están ocurriendo en mi país ahora que estamos actuando aquí, es de gran significación para no­sotros ejecutar 'Ma Vlast'. A la vez, me siento altamente conmovido por la reac­ción que ha tenido el pueblo de Taiwan ante nuestro concierto".

No menos excitante fue la inserción de la composición "La festividad del Templo del Dios de la ciudad Hsiahai" del compositor taiwanés Ma Shui-long en cada uno de los cuatro conciertos si­guientes. Era la primera vez que la Sinfó­nica de Praga ejecutaba una pieza com­ puesta por un autor de Taiwan. En una carta a Ma Shui-long antes de que la or­questa llegara a Taiwan, Altrichter ex­presó gran interés en la composición de Ma: "Es nuestra primera experiencia y un hermoso encuentro con su música", escribió Altrichter. "Espero que se sentirá satisfecho con nuestro estilo de producción".

En realidad, la primera actuación de la pieza el 17 de diciembre no fue lo que esperaba Ma. Hsu Po-yun describió la si­tuación muy acertadamente cuando dijo que ellos no habían captado bien el signi­ficado. Antes de la actuación del día si­guiente en Kaohsiung, Altrichter revisó detalladamente la pieza con el composi­tor. La brecha cultural fue exitosamente superada. Ma quedó complacido con el tremendo mejoramiento, y los sucesivos conciertos de la Sinfónica de Praga en Kaohsiung, Taichung y Taipei recibieron una crítica aclamación. La distintiva per­cusión china se mezcló armoniosamente con el rico sonido de las cuerdas bohemias en un paradigma de fusión musical.

La inserción de la composición china de Ma hubiera sido reprochada hace al­gunos anos por los amantes de la música en Taiwan como una adulteración de la música clásica occidental. Pero a medida que el público local está adquiriendo más sofisticación, ha venido a darse cuenta que entender y adquirir la cultura occi­dental no debe venir a costa de rechazar sus propias tradiciones. Este cambio de actitud abre mayores vías de posibili­dades artísticas, como se patentiza en la colaboración entre Ma Shui-long y la Or­questa Sinfónica de Praga.

Nuevo Aspecto ha tomado la delan­tera en la promoción de la cooperación musical entre Oriente y Occidente. Hsu Pu-yun, quien es también director del comité nacional en la República de China de la Liga de Compositores Asiá­ticos, hace hincapié en que los compositores de Taiwan necesitan darse más a conocer: "Es política de nuestra oficina disponer que las orquestas que visitan al país ejecuten por lo menos una pieza de algún compositor local, o actúen junto a un músico local".

Cuando se le pregunta acerca del porqué de esta política, Hsu se ríe y dice: "¡Tal vez sea porque yo soy el director aquí de la Liga de Compositores Asiá­ticos y si no hago esto, mis colegas me echarán del puesto! Hablando en serio, creo que Taiwan tiene algunos compositores muy dotados que escriben muy buena música de diversas tradiciones. También siento que es tiempo de que se combinen las tradiciones orientales y oc­cidentales". Hsu añade que su punto de vista no es nada nuevo. Varios composi­tores occidentales modernos, tales como Lou Harrison en su "Ronda del Pací­fico", ya han incorporado elementos asiáticos en su música.

La mezcla de tradiciones musicales se ha convertido en un tema común del desarrollo de la música grande. Y, cuando Ma Shui-long y Petr Altrichter se pararon juntos agarrados de las manos para agradecer en el escenario de la Sala Nacional de Conciertos los aplausos por su exitosa colaboración, quedó muy claro que la rica y larga tradición de la in­terfertilización musical en Occidente también ha echado raíces en Taiwan. □

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