06/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

En el reñidero

01/11/1990
¿Anda usted en busca de una rela­jada tarde en las riñas de gallos? Un lugar ideal para ello está cerca de la ciudad de Taichung, en el centro de Taiwan. Los gallos de pelea son criados en varios sitios de esta región, y los en­cuentros se hacen regularmente a sólo un paso de la sede de la Asamblea Pro­vincial de Wufeng. Una de las arenas de lucha más populares está a una corta dis­tancia de los edificios gubernamentales, siguiendo un camino curvo montañoso. En ese paisaje de alguna manera solita­rio, se yergue un edificio de cemento de un solo piso, con un desvencijado cober­tizo a uno de sus lados. Esta "habita­ción" cubierta está rodeada parcialmente por una muralla baja. Adentro es donde está la acción. Tres tubos de luz fluorescente, cada uno con un reloj alarma pegado a ellos, cuelgan desde el techo. Las luces iluminan tres reñideros construidos según las misma especificaciones generales. Los reñidero circulares son armados sobre tierra y tienen un diámetro aproximado de un metro y medio a un metro y 80 centímetros, con una altura de un metro y 20 centímetros, más o menos. Las pa­redes parecen haber sido hechas con un cartón duro reforzado y están ligera­mente acolchadas en su interior. Esto se hace para prevenir que los gallos se hieran con los muros de la arena durante las peleas. El piso de cada reñidero está alfom­brado para dar a las aves un mejor apoyo. La alfombra no tiene nada de agradable. Sangre seca y excrementos están ahí mezclados con escupitajos rojos de areca, lanzados por espectadores de los encuentros que tienen lugar aquí una tarde a la semana. La cantidad de aficionados que asiste varía de acuerdo con la estación. Desde fines del verano a principios del otoño, cuando los pájaro están cambiando las plumas y todavía no en su mejor forma, sólo asisten una 25 a 30 persona . De modo que se usa sólo uno de los reñideros. Pero desde fines del otoño hasta mayo, es común que las tres arenas estén ocupadas simultáneamente. Galleros y espectadores son hombres, por lo general, pero también asisten algunas mujeres a mirar y, quizás, también a apostar. Los hombres de este sitio en particular dejan claro a sus visitantes que no vienen rufianes a este reñidero. Declaran, además, que todas las apuestas son amistosas. De hecho, jugar dinero no es siempre parte integral de esta actividad. En este día, uno de los galleros tiene dos de sus aves enfrentadas, como parte de la ceremonia inaugural de un nuevo templo taoísta que está en construcción en un sitio cer­cano. En este caso, los niños son parte importante de la audiencia. Pero se trata de una excepción; normalmente, las riñas de gallos son un asunto serio. En Taiwan, los gallos de riña tienden a ser bastante grandes, y los propietarios hacen una cuidadosa selección de crianza a fin de obtener los mejores lu­chadores posibles. Un entusiasta dice que dos campeones que posee fueron im­portados desde Japón con un gasto consi­derable. Un solo gallero puede tener do­cenas de aves. El propietario del reñidero dice que originalmente él criaba aves para consumo comestible, pero más tarde se cambió a la crianza de gallos pe­leadores. Ahora tiene 20. Otro gallero declara tener cerca de 60. Se estima que varios miles de personas crían gallos de pelea en Taiwan, y un aficionado dice que hay conversaciones para formar una asociación. Los gallos son, desde luego, antago­nistas naturales y deben ser mantenidos lejos unos de otros. Por siglos, los ga­lleros de todo el mundo han usado -muchos dicen, abusado- de la natural predilección de algunos hacia este de­porte sangriento, en el que hasta se han formulado reglas. En Taichung, así como en la mayoría de los otros sitios, los gallos son enfrentados de acuerdo a su peso y su tamaño. Se requieren algunos preparativos previos a las peleas. Por ejemplo, antes de lanzar a los gallos a la riña, se les meten tubos plásticos por la garganta, por los cuales cada gallero echa al estó­mago de su ave tres bocas llenas de agua. Luego, las plumas son empapadas con detergente líquido y agua. El propósito de ambas medidas es mantener baja la temperatura de los cuerpos durante el extenuante y ardoroso combate. Los lu­chadores son entonces llevados a la arena y puestos uno frente al otro. La riña comienza de inmediato. Antes de la pelea, los propietarios respectivos acuerdan su duración y cuál de los dos gallos debe ganar. Si el gallo designado es incapaz de vencer a su opo­nente en el tiempo estipulado, el retador gana automáticamente. Existen varias formas de ganar o perder, pero las peleas normalmente no son hasta la muerte. Los gallos no usan los letales espolones metálicos que se les ponen en otras partes del mundo, y no se permite que sus garras naturales crezcan demasiado. Como resultado, las riñas de gallos son una actividad más de entretención en Taiwan. Los combates pueden durar hasta una hora, considerablemente más que en otras partes del mundo. □

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