04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Obra maestra de autobiografía

01/05/1988
Aunque la película “Tiempo de vivir y tiempo de morir” (童年往事) es la autobiografia del director Hou Hsiao-hsien, su sobresaliente tratamiento de los temas y sus amplias implicaciones para otros chinos locales han hecho de ella un testimonio de los cambios político, económico y social de Taiwan durante las últimas décadas. La película ya ha sido reconocida como una obra maestra en la historia cinematográfica de Taiwan. La película empieza con un monólogo relativamente breve, dado con una candencia calmada y pacífica, seguido inmediatamente de un destello hacia atrás en el tiempo cuando la familia del protagonista principal, Ah Hsiao-ku, se había recién trasladado desde el continente a Taiwan. La breve narración en primera persona fija el ambiente para la película, uno de reflexión, e invita graciosamente a “entrar” y experimientar una vez más los sentimientos asociados con el crecimiento. Visto desde los ojos de Ah Hsiao-ku, su abuela, padres, hermanas, hermanos, vecinos, compañeros de escuela y maestros juntos acuerpan rasgos únicos y sus variados patrones de comportamiento sirven para caracterizar los cambios en Taiwan desde 1949. Esos son siempre complejos, frecuentemente disturbantes y con siempre sentimentales. Los cambios son algunas veces impersonalmente grandes, algunas veces dolorosamente personales. Su vieja abuela es vista moviéndose hacia adelante en una escena rica en nostalgia, a medida que trata en su senectud de encontrar una forma de retornar al continente. Otra escena indica la desesperación y depresión de la generación adulta a través de sus compras de muebles de mimbre que pueden ser fácilmente desechados cuando ellos retornen al continente -un grupo que mira a Taiwan solamente como un lugar de estadía temporal. Y entonces surge la tercera y más joven generación que ha desarrollado una afinidad con la tierra que representa Taiwan; ellos exhiben sus propios sentimientos de provincialismo cuando se mezclan con adolescentes taiwaneses al hacer bromas acerca de sus discusiones en clase sobre la “reconquista del continente”. Esas escenas delinean claramente los cambios en la ideología política de generación en generación, a medida que la nostalgia y reminiscencia acerca del continente desvanece gradualmente con el tiempo. Aunque el plan tiene como centro el crecimiento de Ah Hsiao-ku, no se aparta de este tema político clave establecido al inicio de la película. El tratamiento que Hou hace del sujeto revela una pena y sentir sútil para cada una de esas generaciones. A pesar de un mensaje algo pesimista, hay aquí una reflexión honesta y humanística. ¿Qué hace que una película autobiográfica se convierta en una crónica histórica modelo? El éxito de Hou puede ser atribuido a la totalmente integrada y completa intriga rica en detalles abundantes. Aunque la película es una combinación lírica de parágrafos y escenas narrativas, cada uno de ellos están entretejidos en el trasfondo social de la historia de una forma que eficientemente acumula un extraordinario efecto dramático. Incluso las actividades de fondo aparentemente insignificantes u otros aspectos triviales se unen al flujo de acción en los eventos mayores del período. Ejemplos particularmente efectivos son los sonidos de los tanques que van aplastando las calles o la noticia por radio de un caza MiG chino-comunista que ha sido derribado en momentos que varias familias están sentadas juntas masticando caña de azúcar. “Tiempo de vivir y tiempo de morir” puede ser denominada con exactitud una pintura de la cultura de Taiwan. Hou está en lo mejor de su estética cuando crea contrastantes metáforas visuales que capturan la esencia de la experiencia local, experiencia que frecuentemente tienen resonancias universales. Especialmente exitosa es su yuxtaposición de metáforas de la vida y la muerte. A lo largo de la película, él contrapone las etapas de la maduración de Ah Hsiao­-ku con la enfermedad, envejecimiento y muerte de familiares y amigos de la generación más vieja. En una Impresionante escena, el joven Ah Hsiao-ku se esconde en el baño para echar a hurtadillas una mirada más larga y estimulante a un escrito por­ nográfico, pero su concentración es interrumpida cuando su madre lo llama para que vaya a comprar una botella de salsa de soya. Detrás del contraste entre la túrbida salsa de soya y lo que tiene Ah Hsiao-ku en manos, la escena corta hacia la madre, quien está sujetando un espejo cerca de su cara para ver mejor una pequeño tumor canceroso en su lengua. Vida y muerte en potencia son de nuevo yuxtapuestos. Una escena similar ocurre posteriormente en la película cuando Ah Hsiao-ku se despierta a medianoche para descubrir los resultados de una polución nocturna; después que se ha bañado rápidamente y cambiado de calzoncillos, el ve a su madre despierta llorando sobre una carta que está escribiendo a su hija. Su mayor dolor se debe con certeza a haberse recordado de su ahora fallecido marido, ya que Hou sobrepone lenta y efectivamente una cercana fotografía atesorada de él en tiempos más felices sobre su cara bañada en lágrimas. La muerte es un tema recurrente en la película, ocurriendo en tres diferentes ocasiones a medida que Ah Hsiao-ku se estira hacia la madurez. Su respuesta a cada una de ella es también una indicación de su madurez, ya que pasa de un niño llorando, a un adolescente sollozando a un joven sensato. Hou emplea el estado del tiempo para crear la atmósfera emocional en muchas escenas y para señalar eventos que están por ocurrir. Un día lluvioso presagia exitosamente la enfermedad de la madre de Ah Hsiao-ku; en otra escena, las nubes grises aumentan la de­ presión y el dolor, ya que junto con la picada de un regaño de su madre surge el conocimiento de que ella está muriendo. Más directo, pero aún efectivo, resulta un apagón eléctrico justo poco antes que muera su padre. Y para cuando su madre muere, el viento que sopla entre los árboles añade las fuerzas de asociación de la escena al recordar las líneas de un famoso poema chino: “El árbol tiende a permanecer, pero el viento no se detendrá. Cuando los niños quieren servir a sus padres, ellos ya no estarán”. Aparte de la aclamación por su sofisticado uso de las metáforas, Hou ha creado una reputación de exhuberante confidencia en la composición, el uso de espacios amplios y la selección de los escenarios. Esas destrezas combinadas han asegurado que la fuerza literaria de sus guiones esté equiparado con una efectividad visual poco usual. Sus obras han mostrado un consistente desarrollo en la sofisticación y calidad, sobrepasando incluso sus anteriores aclamadas obras en “Viento alegre” y “La verde hierba de casa”, y su intento experimental en “Los niños de Fengkuei”. La imitación es la más alta forma de elogio, y “Tiempo de vivir y tiempo de morir” ha apresurado que otros directores en Taiwan adapten el enfoque de Hou en sus propias obras recientes. Esto ha incluido intentos por alcanzar los mismos niveles de fuerza que se encuentran en varias escenas famosas, tales como una lucha callejera entre jóvenes de la ciudad o los destellos improntos de vuelta a casa con un punto metafórico. La forma autobiográfica en sí ha ofrecido un reto que varios directores han tratado de cubrir. Pero hasta ahora, sus intentos por capturar las complejidades de la maduración personal mientras que se explica simultaneamente el contexto social e histórico no se comparan con la propia reflexión nostálgica por Hou Hsiao-hsien de su juventud, una obra que hasta ahora rebasa el romanticismo sencillo. □ Las películas de Hou Hslao-hsien (侯孝賢) representan las nuevas preocupaciones y sensibilidades de la nueva generación de los productores de películas de Taiwan. El es actualmente el director local más críticamente aclamado. Coincidencialmente, Hou nació en Mei Hsien en abril de 1947, el mismo distrito en la provincia de Kwangtung de donde provienen los padres de Edward Yang, y se trasladó junto con su familia a Taiwan al año siguiente. Debido a la extensiva exposición al cine durante el servicio militar, él desarrolla una pasión por la cinematografía. Poco después de ser dado de baja, él entra al Colegio Nacional de Artes de Taipel para estudiar cinematografía. Su carrera empieza en 1973 como un desconocido muchacho de guiones, pero en los siguientes ocho años él acumula suficientes créditos como director asistente y redactor de escena para hacer su debut como director en 1980. Dos años después, su drama de romance, “La verde hierba de casa” recibe una nominación para los premios Caballo Dorado. La controversial película “El hombre anuncio” establece después su reputación de fuerza creativa y ayuda a dar forma a toda una nueva consciencia acerca del cine en la isla. Su siguiente película, “Los niños de Fengkuei” no sólo fue bien vista por los críticos locales, sino que también recibió una cálida aceptación en festivales internacionales en Berlín, Londres, Nante, Hawaii, Los Angeles, San Francisco, Rotterdam y Sazo. Su obra “Un verano en casa del abuelo” filmada en 1985 fue galardonada como la Mejor Película del Año en el Festival del cine de Nante. La obra autobiográfica de Hou en 1985, “Tiempo de Vivir y tiempo de morir” obtuvo el Premio de los Críticos Internacionales en el Festival del cine en Berlín, así como el Premio Jurado Especial en el Festival Internacional del Cine de Hawaii en 1986, y fue Invitada para ser presentada en una larga lista de prestigiosos festivales de cine. Su siguiente filme, “Polvo en el viento” (1986) fue otro éxito, ganando premios para la mejor cinematografía y mejor música en el Festlval del cine de Nante en 1987. Filmografía 1980: Niña simpática. 1981: Viento alegre. 1982: La verde hierba de casa. 1983: El hombre anuncio. Los niños de Fenmgkuei. 1984: Un verano en casa del abuelo. 1985, Tiempo de vivir y tiempo de morir. 1986: Polvo en el viento. 1987: Hija del Nilo.

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