05/05/2024

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Taiwán Hoy

El dinámico Primo Lee

01/03/1987
En un mundo donde prevalecen los simbolismos, es necesario buscar un símbolo que represente en forma universal ciertas ideas o conceptos. El convencionalismo de las señales se ha ido popularizando en épocas recientes. Ahora, al llegar a un país que desconocemos, lo primero que buscamos es algún rótulo con un inmenso signo de interrogación. Al encontrarlo, sentimos que se nos soluciona en parte nuestro desconocimiento acerca de dicho país, porque ese signo de interrogación indica que allí existe un puesto de información para el turista. No sólo se ha generalizado el uso de símbolos convencionales en sitios públicos, sino que también ha cobrado auge cada vez mayor en el ámbito internacional. La muy familiar figura del Tío Sam enseguida nos relaciona con los Estados Unidos de América. Asimismo, la figura de John Bull nos hace mención del Reino Unido y la de Taro San, que identifica al pueblo japonés. China, que posee una larga trayectoria de simbolismos en su cultura, había quedado a la zaga en este sentido. La tradicional forma de representar al pueblo chino era a través de un personaje de ojos oblicuos y rasgados, una larga coleta y un sombrero cónico. Este estereotipo poco convencional ya ha dejado de representar la realidad del pueblo chino, especialmente de la pujante y moderna sociedad existente en la República de China en Taiwán. Sin embargo, no había una alternativa mejor y muchos comenzaron a usar las figuras de chinos regordetes en uniforme maoísta, obviamente influenciados por la imagen errada que proyectan los cabecillas del régimen de Pekín. La situación toma un curso alentador cuando se presenta formalmente ante el público el 12 de diciembre de 1985, la caricatura del "Primo Lee". En una ceremonia significativa en el Museo de Bellas Artes de Taipei, el "Primo Lee", una genial creación del reconocido caricaturista estadounidense Ranan R. Lurie, surge como un joven de tez blanca, pelo negro y liso, vestido con un traje de artes marciales y en una característica pose de Kung Fu. El personaje creado por Lurie es una interesante alegoría de la jovialidad y espíritu dinámico del pueblo chino, que lucha contra todas las adversidades para salir hacia adelante. El "Primo Lee" causó inicialmente opiniones muy controversiales, algunas a favor y otras en contra. Como toda nueva creación, su introducción y aceptación por el público es la fase más difícil. Y más difícil resulta proyectar dicho símbolo a nivel internacional. Para sondear la aceptación y popularidad del Primo Lee en la comunidad internacional, el diario en inglés China Post y la Agencia Central de Noticias decidieron patrocinar un Concurso Internacional de Caricaturas del "Primo Lee" La Oficina de Información del Gobierno y el Instituto de Prensa de la República de China, junto con el Museo de Bellas Artes de Taipei se ofrecieron también para co-patrocinar dicho concurso. Nancy Huang, directora del China Post, manifestó posteriormente que se sentía algo escéptica sobre los resultados del concurso, cuando fue anunciado en septiembre de 1986. Pero su escepticismo resultó ser en vano, puesto que para diciembre del mismo año, se pudo constatar que la participación era muy entusiasta. Un total de 39 caricaturistas de 14 naciones inscribieron sus obras en el concurso. Es obvio que unos de los reglamentos del concurso limitó potencialmente el número de participantes al concurso: Todas las caricaturas debían haber aparecido previamente en alguna publicación del país de origen del autor. De un total de 42 obras que entraron en la selección final, 20 de ellas fueron escogidas como obras premiadas. Y para sorpresa de todos, los dos primeros lugares fueron ocupados por dos reconocidos caricaturistas españoles, recayendo el tercero en el artista holandés Fritz Behrendt. Trece caricaturistas chinos participaron en el concurso, pero sus creaciones no fueron tan emotivas como se esperaba. El mejor de ellos, Huang Mu-chun, llegó a ocupar la sexta posición entre las obras premiadas. Esto también refleja la imparcialidad del jurado, que estuvo presidido menos que por el propio Lurie, creador del tema central del concurso. El primer premio fue otorgado a José Julio Gómez Sanz, caricaturista español de 26 años de edad, con una trayectoria profesional desde los trece años. No por coincidencia, sino más bien por mérito, el segundo premio recayó sobre otro compatriota suyo, José Luis Salas Carmena, de 37 años de edad y caricaturista del prestigioso diario español El Alcázar. El hecho que los dos primeros premios recayeran sobre autores españoles no debe causar mucha sorpresa en realidad, dado que España posee una rica tradición en el arte de la caricatura. Tal vez el incentivo material del concurso no era grande, pero si muy significativo. Los ganadores de los tres primeros premios obtendrían, aparte de una placa de reconocimiento, un boleto de ida y vuelta a la República de China desde su país de origen y una semana en Taiwán con todos los gastos pagados. Pero por lo menos para Gómez Sanz, el premio ofrecido fue un incentivo bastante atractivo. Nos manifiesta José Julio que desde su más tierna infancia siempre le fascinó todo el Extremo Oriente y por eso practica artes marciales desde pequeño. Para él, su triunfo también equivale a realizar un sueño que tenía desde su infancia: visitar China. Obviamente que no sólo atraen los incentivos materiales, en muchas ocasiones es necesario un cierto ingrediente espiritual e idealista. Al respecto, José Luis Salas Carmena manifiesta que: "Cuando participo en concursos, lo hago por cariño; si no participo". Continúa diciendo que: "solamente participo con países que me caen agradablemente, o que los quiero por algún motivo". "El hecho que la República de China en Taiwán esté luchando para salir hacia adelante frente a un gigante comunista, para mí es suficiente motivo como para mandar un trabajo", recalca José Luis. La calurosa acogida que tuvo el concurso muestra a la vez que existe además de una aceptación del personaje creado por el caricaturista Lurie, un gran potencial de proyección hacia la comunidad internacional. "Da una imagen joven, nueva y moderna de la República de China en Taiwán", indica Gómez, "porque en Occidente no se entra demasiado en conocimiento acerca de lo que es actualmente la República de China, por lo que se tiene una idea bastante anticuada de lo que su realidad actual es". "El Primo Lee nos presenta una imagen muy moderna y nueva, por lo que es un personaje al que se le puede 'sacar mucho partido' para dar una proyección renovada de lo que es la República de China", puntualiza Gómez. Para Salas Carmena, el "Primo Lee es un gran acierto porque aparte de ser dinámico, también tiene una especie de traje de artes marciales, lo que me da la idea que es agresivo, combativo; es un nuevo personaje que está para luchar por algo." Si se tuviese que comparar al Primo Lee con otros estereotipos ya conocidos, como sería el Tia Sam, hay cierta ventaja precisamente en esa jovialidad que representa. Así lo considera Salas Carmena que lo compara con una relación de padre e hijos. El Tia Sam da siempre una imagen paternalista de alguien que va resolver los problemas. El Primo Lee, sin embargo, "es un chico que vale, inteligente y que hay que ayudarle porque ese chico va a salir adelante dentro de poco". Las obras premiadas con los tres primeros lugares muestran claramente esa diversidad de temas aplicables al Primo Lee. El primer premio lo obtuvo el dibujo de Gómez Sanz que representa al personaje central vestido a la moderna portando un maletín ejecutivo y un sofisticado aparato de electrónica. El Primo Lee moderno va montado sobre un rugiente tigre. Todo el tema se centra, según el autor, en el avance tecnológico alcanzado por el pueblo chino en Taiwán, conservando siempre sus ancestrales tradiciones y costumbres pero sin permitir que ésto último interfiera con una forma de vida moderna. Además, el tigre denota la agilidad y fuerza con que la República de China ha irrumpido en áreas como el comercio internacional. "En mi dibujo no he tratado el tema político", enfatiza Gómez. Sin embargo, el dibujo que se hizo acreedor del segundo lugar sí tiene un fuerte tono político, al denotar Salas Carmena un Primo Lee subido en una bicicleta y sobrepasando a un decrépito viejo que representa a China comunista y que intenta avanzar sentado en un sillón roto. Así procura Salas expresar el inmovilismo del sistema comunista y lo vacio de sus frecuentes insinuaciones. El tercer premio, si bien tiene un sentido también de tipo político, es sin embargo una obra más bien entretenida, al mostrarnos el caricaturista holandés Behrendt un fiero dragón tratando de devorar a su presa. Resulta obvio que el recién concluido Concurso Internacional de caricaturas del "Primo Lee" no sólo ha internacionalizado la imagen del Primo Lee, sino que acercado más a los chinos libres con la comunidad mundial. Y con certeza, este evento ha abierto las puertas para un mayor intercambio artístico entre los caricaturistas chinos y sus colegas en el exterior. □

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