29/04/2024

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Las emociones clásicas de China

01/09/1986
A través de la historia mundial, el desarrollo de los poemas de amor ha sido paralelo a la evolución interna de las civilizaciones nacionales. Las resultantes exaltaciones de la lujuria animal al amor espiritual han sido uno de los grandes pasos hacia la humanidad. Y el expresar tales sentimientos en la forma de poemas es ciertamente otro hito en las artes creativas. Mientras más desarrollada sea una civilización nacional, generalmente es mayor el número de poemas de amor que enriquecen su historia literaria. Pero este no es el caso en China, aun cuando su cultura se encuentra entre las más antiguas y ricas del mundo. Los poemas de amor, de hecho, son más bien raros en la gama total de la poesía clásica china. Pero, en otro nivel de emoción, las descripciones poéticas de la amistad fraternal entre varones son muy comunes. Sondeando este fenómeno único, llegamos inevitablemente a diferencias éticas, sicológicas y sociales entre las culturas china y occidental. Indudablemente, una de las razones más decisivas de la escasez de poemas chinos de amor radica en el antiguo sistema chino de matrimonio. Aproximadamente a partir de 1.000 A.C., en China se esperaba que los jóvenes chinos se casaran bajo el comando de sus padres, a través del papel intermediario de las casamenteras. Les estaba prohibido entrar en amores por sí mismos o escoger sus propias parejas; por el contrario, una unión marital arreglada por sí misma era causa de un escándalo. Las parejas casadas eran totalmente extraños, viéndose por primera vez durante la noche de boda. Y aunque el matrimonio siempre implicaba la consumación del amor para los occidentales, los chinos de antes se casaban no totalmente por amor, sino más bien en pos del deber -chuan tzung chieh tai (傳宗接代 tener descendientes y continuar el linaje familiar). Para los chinos, cuando una pareja se casa, no es solamente un asunto entre un hombre y una mujer, sino que es la unión entre dos familias. En los viejos tiempos, el deber de una esposa no se de­ tiene en el cuidado por su marido; sino que ella tenía que cargar en sus espaldas todo el peso de la familia entera: Ella tenía que respetar a los mayores y cuidar de los más jóvenes, y por sobre todo, tener hijos. Para los occidentales, idilícamente, el amor espiritual viene antes de las relaciones íntimas de orden físico. Así, el cortejeo antes del matrimonio es aun considerado por muchos como unas de las aventuras más hermosas y fascinantes en la vida. El insaciable fuego de tal amor generalmente induce a la creación literaria. Las pasiones dinámicas estallan en versos, y se escriben grandes poemas. Las efusiones expresan pasiones, consintiendo en insistir, esperar y elogiar a la persona amada, y en el caso que no sea correspondido, se difunden en aflicción. Qué gran constraste con la situación de la vieja pareja de chinos, que se veían por primera vez en la noche de boda, pero sin un sentimiento de uno para otro traído a la cita. Viviendo juntos por algún tiempo, la pareja llegaba a conocerse, y gradualmente sentían amor, pero un amor casado que iba acompañado de un sentido de contento tal que perdía la excitación que induce la creación literaria. La filosofía china demanda, siempre, que la pasión sea guiada por la razón. Eso es el porqué los sabios eran tradicionalmente más tomados en cuenta por los chinos que los héroes. Fue por mucho tiempo considerado como vergonzoso, por ejemplo, hacer públicos los sentimientos personales acerca del amor o de los asuntos románticos. Cualquiera que se atraviera a describrir una pasión personal, insistiendo, esperando o fascinándose por el sexo opuesto, como lo hacían los poetas occidentales, quedaba expuesto a que fuera considerado como decadente y se destruyera sus perspectivas para el futuro. Aun cuando un hombre y una mujer sentían un profundo amor entre ellos, tenían que ocultar la emoción en las esquinas secretas de sus corazones o describirlo en términos seguros generalmente reconocidos en la sociedad china, comparándolo con lo completo del amor entre "hermanos y hermanas", "superiores y subordinados", e inclusive entre "emperador y súbdito". Solamente cuando una esposa amada fallecía es que el marido estaba libre para hacer público sus pasiones, y sólo entonces podía conmemorarla en poemas angustiosos para recordar todas las buenas cualidades que tan apenadamente se pierden con su muerte. El concepto de "ingrato" es un tema común tanto en la poesía romántica china como occidental. En la sociedad centrada en el hombre de la China antigua, el ingrato era más frecuentemente el hombre. En muchos poemas chinos clásicos, la abandonada esposa frecuentemente llora por su infortunio, creciendo sus sentimientos de soledad a medida que ella ve los retoños de la vegetación y capullos de flores en primavera. O tenemos la esposa cuyo marido ha estado lejos por mucho tiempo, desvelada en noches de otoño bajo la fría mirada de la pálida luna. Lo interesante de todo esto es que los autores de tan delicados poemas eran, en su mayor parte, varones. Esos poetas varones que describían los sentimientos femeninos tan exquisitamente, seguramente eran capaces de expresar sus propios sentimientos de amor en formas igualmente impresionantes. Pero debido a las razones antes mencionadas, ellos nunca hicieron de sus asuntos románticos personales el tema de sus escritos, especialmente aquellos romances fuera del matrimonio. Indudablemente, algunos de ellos escribieron poemas de amor inspirados por sus ardientes sentimientos. Pero cada uno de dichos autores debieron haber destruido tales obras cuando revisaban años después las creaciones de toda su vida, considerando las presiones del prevaleciente código ético. Los poetas conocían bien que si no destruían tales obras, los editores en las próximas generaciones considerarían sus obras como llenas de lascivia y sin valor alguno. En ese aspecto, Yuan Chen (元稹, 779-831 D.C,), un poeta de la Dinastía Tang, es claramente una rara excepción. Cuando joven, cayó enamorado de una hermosa cortesana, pero eventualmente tuvo que abandonarla para casarse con un señora de la nobleza como resultado de las presiones sociales y familiares. (Se dice que la famosa novela, Romance de la recámara del Oeste, es en realidad la historia de amor de Yuan... con un final feliz bastante imaginario) Durante toda su vida, Yuan sintió una gran tristeza por su amada amante, así como su descorazonado abandono de ella. Y a través de los años, produjo más de un centenar de escritos poéticos que recuerdan apasionadamente su trágico romance. Su coraje al hacer esto fue tremendo. Y a pesar que fue muy criticado por muchos, e inclusive algunos pidieron por un castigo de criminal, sus poemas de amor lograron filtrarse a través de generaciones de críticos para arribar intactos ante los ojos de los lectores modernos. Aparte de las contribuciones personales de Yuan Chen, los poemas de amor tuvieron su primor durante dos períodos específicos en los miles de años de la historia literaria de China: El primer período fue aproximadamente 1200 A.C., antes que fuesen oficialmente promulgados los códigos éticos, y el pueblo chino vivía parcialmente en forma primitiva. En el Libro de las Odas (詩經), habían muchos poemas vívidos que describían los simples gozos de jóvenes cortejeandose en los campos abiertos de la China rural. Yueh Fu (樂府), una colección de cantos y poemas folclóricos que apareció mucho después, durante las Dinastías Han y Tang, presenta una cantidad de poemas de amor de autores anónimos, un ejemplo del segundo período, que ahora surge más lujosamente. Poco tiempo después, la poesía se convirtió en patente para los letrados, y se apartó el amor de los temas literarios por considerarlo indecente. Para los occidentales, el estrecho contacto entre amigos varones frecuentemente levanta sospechas de relaciones homosexuales. Este no es el caso en China. Como lo dice un viejo adagio chino: "El hermano de un hombre es como uno de sus brazos, y la mujer es su vestido. Los vestidos pueden ser cambiados cuando se rompen, pero cuando se corta un brazo, nunca podrá ser reemplazado". Obviamente se ve que las exaltaciones del amor fraternal en los chinos antiguos eran inclusive por encima del amor entre marido y mujer. En consonancia, los fuertes afectos entre varones eran considerados como algo noble. Un varón chino en la antigüedad compartía toda su propiedad con sus amigos más allegados e inclusive sacrificaba su vida por ellos. Numerosas obras poéticas chinas clásicas fueron compuestas por poetas que escribían a sus amigos; éstos en repuesta, usaban la misma secuencia de rima. La misma pasión de los poemas occidentales de amor se traduce en las poesías clásicas chinas, pero la emoción es dedicada a los afectos fraternales. Quienes no están familiarizados con los chinos inevitablemente toman tales expresiones como de inspiración homosexual. Pero, definitivamente, no hay implicación sexual del todo. Considerando la sublime posición del amor fraternal en la sociedad china de antes, no importa cuán fuerte un hombre expresara su afecto por amigos varones, él nunca era considerado como "decadente, sin promesas en el futuro". Por el contrario, era elogiado como un amigo fiel. Tanto las prácticas matrimoniales y las relaciones entre los sexos han cambiado drásticamente en nuestra nación con la entrada del siglo XX. Los jóvenes ya no dependen de sus padres y las casamenteras para que se concreten sus matrimonios, sino que son ahora libres para amar y seleccionar sus cónyuges. No sólo se permite el romance antes del matrimonio, sino que ya se ha convertido en un fenómeno común. Y como la composición de poemas de amor es la forma más romántica de cortejeo, se espera que el Siglo XX será el tercer período de primor en la historia de los poemas chinos de amor. Pero en vez, lo contrario es verdad. Los cambios en el estilo de vida y las facilidades tecnológicas han combatido tales poemas. Cuando un hombre está repleto de pasión hacia su amada, él sólo tiene que tomar el teléfono y decirle directamente. En las librerías y papelerías hay multitud de tarjetas impresas para toda ocasión emocional. Con tantas formas convenientes de expresar los sentimientos de uno, quién se molestará en componer un poema de amor. En el mundo pragmático de hoy, los lazos entre las personas son cada vez menores, y la emoción no egoísta de un amor verdadero, muchas veces, queda abandonada bajo la premisa de mayores intereses personales. Un hombre difícilmente puede ahora compartir todo lo que tiene con sus amigos, sean éstos hombres o mujeres, y mucho menos pensar de sacrificar su vida por ellos. No sólo queda en interrogante la continuada existencia de los poemas de amor, sino que el amor mismo. □

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