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El Teatro de la Claca es un mundo fabuloso creado en Barcelona el año 1968 y que goza ahora de fama internacional. Es una compañía de mimos pero de una extraña originalidad. Mezcla de las tradicionales marionetas, con personajes vivos. El espectador va de descubrimiento en descubrimiento de nuevas sensaciones, de admiración en admiración. Naturalmente, hay representaciones de gran éxito y otras menos brillantes. Fundado por Teresa Calafell y Jorge Baixas ha trabajado hasta nuestros días con un escogido y bien entrenado grupo de actores, músicos y pintores, por las principales naciones del mundo. Aunque identificado según el material de su propia propaganda como una compañía de marionetas, a Jorge Baixas no le gusta este término, que de acuerdo con su opinión, es demasidado "estrecho" para describir lo que es La Claca. Tampoco le gustan "El grupo de mimos" o "La compañía de danza de Catalonia", ambos han sido usados en los últimos años por los periodistas desesperados de encontrar palabras apropiadas para denominarlo. "Nosotros incluímos elementos de todas las cosas -marionetas, máscaras y movimientos. Pero lo que realmente presentamos es un teatro visual, no literario. Nuestro espectáculo se parece más a la obra de un pintor o de un escultor. Es muy personal para nosotros y empezamos con nada más que imaginaciones. Lo que hace que la obra de La Claca sea tan interesante es debido a que, en sus tentativas de poner un mundo de sueño en el escenario, han hecho una ruptura completa con los títeres convencionales y con la tarea de la máscara. Muchas de sus inspiraciones provienen de los pintores surrealistas locales. Miró es uno de ellos y uno de los más famosos de este siglo, ha colaborado con la Claca diseñándole las máscaras y los trajes extraordinarios en su obra de "El fallecimiento del Tirano". Las pinturas de Miró mezclan la impresión del mundo visual con la experiencia imaginativa y son muy adecuadas para el ambiente teatral. Con contemplar las actuaciones de La Claca, podemos decir que hemos apreciado una exhibición de Miró, pero en movimiento. La Claca insiste en que la experiencia teatral debería ser exploradas sensorialmente más que intelectualmente, dejando así un margen amplio para la improvisación. El objeto más común de cada día puede, entonces, ser usado como un punto de partida para la creación del movimiento. De esta manera se puede evitar la desventaja que ocurre tan frecuentemente con el teatro de títeres de meramente imitación de expresiones humanas. La meta fundamental de La Claca es librar la emoción dentro de todos los miembros de la audiencia para hacer eco (correspondencia individual a su espectáculo.) "Para nosotros, la cultura del pueblo es la fuente de todas las cosas, pero tratamos de no acercarnos demasiado a la tradición catalana, ya que será más rico buscar más contactos con otras culturas," manifestó Baixas. Tienen como punto de partida la tradición popular catalana, unida a las experiencias personales de la Claca, que utiliza a veces alusiones políticas que el público entiende muy bien. Por ejemplo, cauteriza la época de Franco y sus conexiones (tal como las ven ellos) con una Iglesia de la época, demasiado autoritaria. Todo ello con más efectividad que un teatro a base de panfletos. En una de las representaciones primigenias de la compañía sólo las manos y un pie son visibles a los espectadores, pero con una elocuencia y vivacidad de gestos tal que hace innecesario el lenguaje hablado. Sus definidas características son: Dramaturgia, que tiene como punto de partida la imagen y no la narración. Su arte peculiar está más bien en sugerir que en representar concretamente. Es un arte no conceptual sino más bien apoyado en los sentidos, siempre con un amplio margen para la improvisación, valiéndose de cualquier objeto trivial de la vida ordinaria para crear movimientos, ir más allá de la simple imitación de la expresividad humana, que es el mundo de las marionetas. Tiene también un gran empeño de comunicarse con cada uno de los espectadores de manera individual, para suscitar la vida de la emoción. Las marionetas sin pies ni manos, por medio de movimientos hábiles y diestros de las manos de hombres, se unen con este mundo dinámico lleno de vida. En las representaciones, La Claca ofrece sólo la imagen y las actuaciones, junto con la música y el sonido, pero nunca usa el diálogo o la conversación para comunicarse con los espectadores. Durante los últimos 10 años, La Claca ha cooperado varias veces con muchos artistas famosos en sus actuaciones. El Teatro ha dado una gira por toda Europa, los Estados Unidos y hasta Australia, es un teatro con fama internacional. Un diario de Londres comenta: "En Londres nunca hubo una presentación tan espectacular, tan atemorizadora y al mismo tiempo tan delicada y fina." "Es una actuación tan original, renovada y variada que no se puede creer lo que se está viendo." Las actuaciones de la Claca son cómicas, trágicas, irónicas. Con sus colores atrevidos, imaginación libre y sin límite, muchas veces resultan más atractivas que los óleos de Miró. □