04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

EL SECRETO DEL RENACIMIENTO

01/03/2011
Ethan Ruan arriba a la entrega de los Premios Caballo Dorado de 2010, donde ganó el premio por mejor actor por su papel como un gánster ambicioso en la popular película Monga. (CNA)

Las películas taiwanesas están recuperando el público que habían perdido hace mucho tiempo.

En 2010, Ethan Ruan fue galardonado como mejor actor en los Premios Caballo Dorado, los premios más importantes de Taiwan para las películas en mandarín, incluyendo las de Taiwan, Hong Kong y China continental. La estrella emergente de 28 años de edad, que ganó por su papel como un gánster ambicioso en la película Monga, fue el primer actor taiwanés en la última década que recibe el honor. De hecho, la participación de Ruan en la película es la razón parcial del porqué Monga ganó más de NT$110 millones (US$3,5 millones) en los teatros de Taipei. El actor ha gozado de gran popularidad desde su actuación en una serie dramática de televisión local en 2008. Como regla práctica, las ganancias de la taquilla de una película se calcula generalmente como el doble de la cifra que obtenga en la ciudad capital.

Monga, que narra las aventuras de los grupos de gánster en el área Monga de Taipei, el antiguo nombre del distrito de Wanhua, junto con todas las películas localmente producidas, incluyendo Siete días en el Cielo, Au Revoir Taipei, e Intercambio de Taipei, aportaron alrededor del 8 por ciento de las ganancias de taquilla de todas las películas que salieron al mercado de Taiwan en 2010. Eso marcó el mayor porcentaje de películas taiwanesas en el mercado doméstico durante las dos últimas décadas excepto en 2008, cuando el éxito inesperado de Cabo No.7 logró alrededor de NT$230 millones (US$7,3 millones) en Taipei, y más de NT$500 millones (US$15,9 millones) en todo el país. Cabo No.7 es la película local que ha logrado mayores ganancias hasta la fecha, y la tercera con más ganancias después de Avatar (2009) y Titanic (1997).

Historias locales

Para Chu Wen-ching, director del Departamento de Películas de la Oficina de Información del Gobierno (GIO, siglas en inglés), el récord de taquilla de Cabo No.7 es un ejemplo en el que la localización supera a la globalización, ya que la película trata sobre los sentimientos autóctonos y entremezcla el acontecer moderno con eventos históricos. La película se centra en la formación de una banda local, que abre el concierto de un cantante japonés en la playa en el extremo más al sur de Taiwan.

De hecho, el éxito de varias películas recientes muestra que las películas locales están ganando la simpatía del público local, una tendencia que da más brío a la industria cinematográfica que ha estado estancada desde hace mucho tiempo, dice Liao Gene-fon, profesor asociado en el Departamento de Películas de la Universidad Nacional de las Artes de Taiwan. Según un informe del Consejo para los Asuntos Culturales (CCA, siglas en inglés), del Gabinete, de los once sectores de la industria cultural y creativa de Taiwan, que incluyen publicidad, diseño, publicaciones, música y artes visuales, entre otras cosas, el cine fue uno de los campos menos afectados durante la reciente crisis financiera mundial. Además, las estadísticas de GIO muestran que el número de compañías locales registradas como empresas de producción cinematográfica aumentó de 556 en 2005 a 914 en octubre de 2010, mientras que aquellos registrados como empresas de distribución cinematográfica se elevaron de 1.270 a 1.602.

Wang Yu-lin, director de Siete días en el Cielo, es el director de Magnifique Creative Media Production Co., una empresa de producción y distribución cinematográfica establecida en 2007. Basada en una obra de no ficción galardonada en tributo al padre fallecido del autor, Siete días en el Cielo, de Magnifique, abarca aspectos de los funerales taiwaneses y se convirtió en un éxito sorprendente. Logró NT$38 millones (US$1,2 millón) en ventas de taquilla en todo el país, la película no solamente produjo ganancias, sino que puede considerarse un gran éxito conforme a los estándares locales.

 

Johnny Chi-chen Chiang, ministro de la Oficina de Información del Gobierno, (a la derecha), posa con los personajes de una película animada en 3D local durante un evento celebrado en octubre de 2010 en Taipei, con el fin de promover la películas producidas localmente. (CNA)

Wang dice que el éxito de Cabo No.7 amplió los horizontes del círculo cinematográfico de Taiwan, y dada la confianza en aquellos en la industria que no se dieron por vencidos. También tuvo el efecto de atraer más gente a trabajar en el negocio. “Salían menos de 10 películas taiwanesas al mercado cada año, pero ahora tenemos 40 ó 50”, dice Wang. “Espero que nuestras películas continúen por este camino con energía”. Siete días en el Cielo ganó el premio Caballo Dorado 2010 por mejor guión adaptado, mientras que Wu Peng-feng ganó el premio por mejor actor de reparto, por su papel de sacerdote taoísta que dirige el proceso del funeral. Los premios de mejor director y mejor película correspondieron a El cuarto retrato, dirigido por Chung Mong-hong, y Cuando el amor llega, de Chang Tso-chi, respectivamente. Ambas películas se centran en dramas familiares, y El cuarto retrato echa un vistazo a la violencia doméstica, y Cuando el amor llega toca el tema del embarazo fuera del matrimonio. Así como Wang, Chung y Chang también administran sus propias compañías de producción cinematográfica.

El conocido director de cine taiwanés Hou Hsiao-hsien, dice que él espera ver un aumento de la producción de películas taiwanesas a alrededor de 100 películas por año, lo que garantizaría una adecuada escala de comercio para la industria local. Sin embargo, esta meta no sería posible con los problemas que enfrentan típicamente los estudios individuales, dice Hou. A pesar del mayor número de éxitos de taquilla, pocos directores locales pueden mantenerse a sí mismos trabajando a tiempo completo en proyectos cinematográficos, y deben depender de otras formas de trabajo, tales como la producción de propagandas de televisión para poder ganarse la vida.

En una declaración publicada con motivo de haber asumido la presidencia del comité ejecutivo del Festival de Cine Caballo Dorado de 2010, el director describió su visión sobre el desarrollo de la industria cinematográfica en Taiwan durante las próximas dos décadas. Como parte de ese plan, Hou sugiere la adopción de un método francés para subsidiar a los cineastas, en el que se imponen impuestos a los boletos de cine, a las transmisiones en televisión e Internet, así como a las ventas de DVD.  “Gracias a este sistema, más de 200 películas se publican cada año en Francia, una cantidad  superada mundialmente sólo por India con Bollywood, y Estados Unidos con Hollywood”, indica. Como los taiwaneses gastan más de NT$5 mil millones (US$161 millones) al año en el cine, una tasa de impuesto del 10 por ciento cosecharía más de NT$500 millones (US$16,1 millón). Teniendo esto en cuenta, estos proyectos sobre los impuestos podrían crear un fondo anual de más de mil millones de dólares taiwaneses (US$32,3 millones), que podrían dedicarse exclusivamente a la industria cinematográfica, dice Hou.

Actualmente, la mayoría de los fondos gubernamentales se materializan en la forma de subsidios de asistencia para el cine ofrecidos por GIO. Cream Film Production Co., de Chung Mong-hong, establecida en 2002, y Chang Tso-chi Film Studio Co., de Chang, establecida en 1998, recibieron cada una NT$10 millones (US$302.600) de GIO por la realización de sus películas galardonadas con el Premio Caballo Dorado 2010, representando alrededor de un tercio de sus presupuestos para las películas. En 2009, otros 32 proyectos cinematográficos recibieron asistencia financiera a través de concesiones de GIO, que oscilaron de los NT$2 millones (US$60.500) a NT$10 millones, alcanzando un total de aproximadamente NT$200 millones (US$6 millones) ese año. En 2010, la cantidad se elevó a NT$20 millones (US$645.200) por proyecto. Además, los proyectos de grandes presupuestos de más de NT$60 millones (US$1,9 millón) pueden solicitar un subsidio de hasta el 30 por ciento de los costos. Estos fondos directos han sido concedidos a cineastas durante por lo menos dos décadas.

En los últimos años, la asistencia financiera del Gobierno a la industria se ha ampliado para incluir préstamos respaldados por el Gobierno para proyectos cinematográficos, y para crear contactos entre los cineastas y los potenciales inversionistas. Asimismo, si una película gana más de NT$20 millones en ventas de boletos, se pondrán a la disposición fondos para financiar la próxima película de su compañía, equivalentes al 20 por ciento de la venta total de la película.

Proyectos centrales para el cine

En 2010, la GIO comenzó un programa central de cinco años a fin de estimular la producción de películas taiwanesas para el público que habla mandarín de todo el mundo. Además, para fortalecer la industria local, se organizan seminarios cinematográficos y  se brinda la ayuda para modernizar los estudios con producción digital, entre otras medidas. El CCA también puso en marcha servicios designados para ayudar a aquellos en la industria cinematográfica y otros sectores de la industria cultural y creativa, a fin de que tengan acceso a los diversos recursos disponibles del Gobierno. Liao Gene-fon cree que estos factores favorables hacen de Taiwan uno de los lugares más adecuados para los cineastas en el mundo, pero advierte que tomará tiempo crear unas bases sólidas para el negocio en toda la industria.

Con respecto al trabajo del Gobierno de garantizar capital de inversión para los cineastas en los últimos años, Wang Ken-yu, productora y encargada del festival de cine, dice que esto señala un avance positivo respecto al sistema anterior, bajo el cual las compañías licitan por subsidios gubernamentales. Con demasiada frecuencia, el fondo fue obtenido por las compañías con menos experiencia en cinematografía, dice ella, lo que afectaba la calidad del producto final. Wang fue la productora de Isla Etude, una película de 2007 que trata sobre un joven que viaja en bicicleta alrededor de Taiwan. La película tuvo éxito moderado con ganancias de alrededor de NT$8,9 millones (US$278.000) sólo en Taipei. Además de recibir NT$5 millones (US$152.000) de la GIO para hacer la película, otros NT$2 millones (US$60.000) fueron suministrados por Giant Manufacturing Co. Ltd., una importante empresa fabricante de bicicletas en Taiwan y el mundo, a través de la ayuda de los funcionarios de la GIO. Wang recuerda que la popularidad de Isla Etude ayudó a producir una locura por el ciclismo alrededor de la isla, con el resultado de que Giant obtuvo un obvio aumento de sus ingresos ese año. La productora, quien también es presidenta del directorio de la Unión de Directores de Cine Original de Taiwan, dice que ayudar a los cineastas a encontrar inversión del sector privado es una manera de crear beneficios substanciales y a largo plazo para la industria del cine como un todo. La unión de directores de cine fue establecida para crear un entorno robusto para la industria cinematográfica en Taiwan. Actualmente, la organización cuenta con más de 400 miembros, incluyendo directores, productores, músicos, distribuidores e intelectuales.

 

Siete días en el Cielo, que presenta las tradiciones locales en los funerales, se convirtió en un éxito sorprendente en 2010. Wu Peng-feng ganó el Premio Caballo Dorado como mejor actor de reparto por su papel como sacerdote taoísta que dirige el proceso del funeral. (Cortesía de Magnifique Creative Media Production Co.)

Wang Ken-yu dice que Taiwan no tiene que seguir el modelo de Hollywood para desarrollar la industria del cine local. “En su lugar, podemos mirar y aprender de los mercados foráneos similares en escala a Taiwan, tales como el de los Países Bajos y Dinamarca”, dice. “Podemos tratar de hacerlo a nuestra manera y tener nuestro propio estilo, aún cuando las cosas funcionan aquí más como una industria casera”, dice ella, aludiendo a los numerosos estudios a pequeña escala que trabajan relativamente de manera independiente.

Durante los dos últimos años, la Unión de Directores de Cine Original de Taiwan ha celebrado talleres regulares cada cierto tiempo para cineastas veteranos, así como los que están empezando en diferentes campos, tales como, la escritura de guiones, diseño de arte y cinematografía. “El cine es un arte amplio que necesita la aportación de muchos sectores artísticos”, explica Wang, “pero los intercambios entre los practicantes en cada sector específico no son frecuentes en Taiwan”. Wang Yu-lin, de Magnifique, está de acuerdo y explica que la gran experiencia disponible en cada sector del proceso cinematográfico y la disponibilidad de fondos suficientes son principalmente lo que diferencia a Taiwan de Hollywood. “No seremos capaces de copiar ese patrón”, dice el director de Siete días en el Cielo, “pero podemos crear algo esencial, sincero  y realmente conmovedor”.

A pesar del humor negro en Siete días en el Cielo, hay momentos muy poéticos e introspectivos en la película que guarda semejanza con el movimiento de Cine de la Nueva Ola de Taiwan que se dio en los años ochenta. El movimiento, tipificado por las obras de los directores Hou Hsiao-hsien y Edward Yang (1947-2007), se le acredita haber encontrado un estilo humanístico e intelectual para las películas en idioma mandarín. A principios de los años ochenta, cuando el público taiwanés comenzó a alejarse de las cada vez más frecuentes películas domésticas melodramáticas, los directores del cine Nueva Ola intentaron revitalizar la decadente industria del cine local. Las nuevas películas ganaron el elogio de los críticos locales y del extranjero, y a menudo aparecían en los principales festivales de cine alrededor del mundo, pero los directores de la Nueva Ola nunca fueron la mayoría de los cineastas en Taiwan y sus películas nunca lograron un importante porcentaje del mercado.

Difícil de complacer

Wang Yu-lin dice que hoy día el público taiwanés es bastante difícil de complacer, y los productores de cine necesitan tomar decisiones inteligentes si desean atraer a los espectadores locales, que aunque han estado expuestos a una amplia variedad de estilos cinematográficos, todavía prefieren las películas de Hollywood.

Wang Ken-yu trabajó en varias películas de la Nueva Ola, incluyendo Un día de verano más brillante, de Edward Yang, la ganadora de la mejor película en los Premios Caballo Dorado de 1991. La película está basada en la historia real de un asesinato donde están involucrados adolescentes, y que ocurre en los años cincuenta en Taipei. Wang Ken-yu dice que no hay que culpar siempre a los productores de cine por no atraer a mucho público, explicando que a veces se necesita de más tiempo para que los aficionados al cine desarrollen diversos gustos, así como perspectivas estéticas. Por ejemplo, a mediados de los 2000, el estilo Nueva Ola con sus historias de la vida cotidiana, encontró una extensión en la aparición de documentales. Estos contenían algunos de los ingredientes del entretenimiento popular junto a elementos dramáticos, pero con un idioma cinematográfico diferente a las fantasías de Hollywood. Sin embargo, muchos de los espectadores que sintieron rechazo hacia la tendencia de las películas de la Nueva Ola que se centraban en las vidas de bajo perfil de personajes “ordinarios”,  se sintieron atraídos por esos documentales, que frecuentemente presentaban gente con personalidades originales o aquellos en circunstancias extremas. Por ejemplo, el público se conmovió ante los residentes ancianos en una lánguida comunidad agrícola en el sur de Taiwan en el documental Los últimos agricultores de arroz (2005). La película continuó el éxito de taquilla de Vida (2004), un documental sobre los supervivientes del destructivo terremoto 921 que sacudió Taiwan el 21 de septiembre de 1999. Las ventas de taquilla de Vida de aproximadamente NT$20 millones (US$598.000) fue mayor que el monto acumulado de todas las películas producidas localmente en el año anterior. Los observadores de la industria consideraron el tamaño de estas ganancias como un importante signo del renacimiento del cine taiwanés.

Para Liao Gene-fon, de la Universidad Nacional para las Artes de Taiwan, la popularidad de la película de 2007 Secreto en Taiwan, Hong Kong y China continental fue otro indicador significativo del potencial cinematográfico de Taiwan. La estrella del pop en mandarín Jay Chou, dirigió y escribió el tema musical de la película, y también fue el protagonista con el papel de un estudiante de secundaria, que estudia piano y se enamora de su compañera de clases. La trama de fantasía gira sobre el viaje a través del tiempo hecho posible a través de una misteriosa pieza musical. La película generó alrededor de NT$26 millones (US$812.000) sólo en Taipei. Las actuaciones musicales son sin duda la mejor parte de esta romántica historia de amor, y el título de la canción que compuso Chou para la película ganó el premio por mejor tema musical en los Caballo Dorado en 2007. El tema musical del Secreto también le dio a Chou el galardón de mejor productor de álbum en el Premio Melodía Dorada en 2008, el principal premio a la música de Taiwan, donde el intérprete ha sido un ganador frecuente en la última década. Liao cree que la energía creativa y la capacidad comercial de Chou y el mundo musical popular de Taiwan, el sector más dinámico de la industria del entretenimiento de Taiwan, podría brindar mayor apoyo para el desarrollo del cine en el país. Según Liao, un ejemplo similar es Amor disfrazado (2010), protagonizado por el taiwanés-estadounidense Wang Lee-hom, otra estrella del pop en mandarín. Wang Lee-hom escribió y dirigió la película, y también compuso su banda sonora. A pesar de las modestas ventas de boletos en Taiwan, Amor disfrazado disfrutó de un mayor éxito en China continental.

Liao indica que las ventajas de Taiwan en la producción de dramas de televisión podría también favorecer la revitalización del cine. Por una parte, un número de películas taiwanesas populares tienen el mismo estilo de las telenovelas de ídolos locales, y los jóvenes actores y actrices generalmente saltan de allí a la pantalla gigante. Antes de que Ethan Ruan se convirtiera en el mejor actor del Caballo Dorado en 2010, el joven era conocido por su papel en Tu eres mi destino, una telenovela juvenil de 2008 que fue uno de los programas de televisión más populares de todos los tiempos en Taiwan.

Liao dice que la competitividad de la música pop y las telenovelas de Taiwan en las sociedades que hablan mandarín, podría ayudar a abrir nuevos mercados para las películas taiwanesas. Al mismo tiempo, el profesor señala que estas películas con un fuerte sabor local, como Siete días en el Cielo, pueden ser muy populares dentro del país, pero no tanto fuera de Taiwan debido a las barreras culturales. El tiene la esperanza de ver más películas que trasciendan la cultura, además de un mercadeo internacional más profesional.

Resonando en otros lugares

Bruce Davis, director ejecutivo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, dice algo parecido. Aludiendo al tremendo éxito de Cabo No.7 en Taiwan, Davis dice que es muy bueno que las películas traten temas locales y que muestren al público sus propias vidas en la pantalla, pero estos trabajos no van a resonar de la misma manera en otros lugares del mundo. Davis fue invitado a participar en los eventos del Premio Caballo Dorado 2010 antes de su jubilación planificada para ese año como director ejecutivo de la Academia, cargo que mantuvo durante más de 20 años. El sugiere que las películas taiwanesas, aunque mantengan un sentido local distintivo, deberían también desarrollar algún tipo de atractivo universal.

Aparte de los retos, Chu Wen-ching, de la GIO, es optimista sobre el futuro de la industria cinematográfica en Taiwan. Chu observa una fuerte base de talento y un entorno de libertad artística. Ha dicho que el entorno cinematográfico de Taiwan está pasando de trabajos de expresión individual a películas que buscan activamente atraer un público mayor, y que están respaldadas por el mercadeo. El cree que, con la cultura pluralista que mezcla elementos chinos, japoneses, occidentales y aborígenes, la sociedad libre y democrática de Taiwan puede crear un tipo de cine único para el público que hablan mandarín y para todo el mundo.

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