Cruzando la frontera entre 2010 y 2011, en el Parque de la Ribera Ta-jia , en Taipei, la capital de Taiwan, se realizó uno de los mejores espectáculos para celebrar el Centenario de la República de China.
Lin Ke-hua, un artista que se considera el sinónimo de la historia del desarrollo del teatro local, se inspiró en la armonía entre el universo, la tierra y los seres humanos, para construir un escenario semicircular sobre el río, con la forma de una bandeja que se extiende hacia el agua donde se interpretaron cuatro actos: “Mirando hacia el cielo estrellado”, “Las lámparas del mundo secular”, “La fusión del Cielo y el humano” y “La alabanza de la paz”.
Fue una explosión de maravillosas fantasías del arte y la alta tecnología. Los fuegos artificiales y los programas originales transmitieron el mensaje de profunda reflexión de los taiwaneses sobre las relaciones entre el ser humano y la Tierra, y mostraron las herencias culturales tradicionales, así como las realidades actuales del pueblo y la sociedad.
El toque más impresionante fue la fusión de lo tradicional y lo moderno que, a través de la originalidad de la alta tecnología de los escenarios, la majestuosidad coreográfica, incluso la participación de helicópteros y las fuerzas aéreas, deslumbró con una perfecta presentación de fuego, luz y agua.