"El grupo de Ballet Nuevo Mundo de Caracas es básicamente clásico, pero incluye todos los estilos -moderno, neoclásico, clásico, contemporáneo e incluso el jazz. Es una simbiosis de todas las corrientes más los movimientos del folclor. Nuestro ballet es muy expresivo, comunicativo y estoy segura que será fácilmente aceptado por el público." Lo anterior lo dice Zhandra Rodríguez durante una entrevista. "El ballet representa muchas cosas incluyendo un mundo de fantasía, a la vez que puede despertar momentos de exaltación espiritual u ofrecer la verdad personal," sostiene Zhandra.
La presentación del conjunto venezolano empezó con La Orquídea, con música de Margo Sappington; allí uno se asombra por la refinada habilidad y la creación individual interpretada por los jóvenes bailarines.
La Orquídea, en su forma original, incluye aproximadamente unos 300 cambios en cuanto al efecto de luces. Hacia el final de la danza, un solo lírico a cargo de Zhandra, sirvió como un espectáculo extraordinario en cuanto a la versatilidad del estilo.
Luego, el Pas de Duex de Tchaikovsky, donde el foco central fue Ann Arnoult y Keath Gordon. La fluidez demostrada por Ann, crea un contrapeso en cuanto a los movimientos de bravura de su compañero, otro ejemplo de armonía de los distintos estilos característicos de todo el baile.
Y siguiendo esto, la figura agraciada y balanceada de Zhandra, una vez más, presentando la obra Poema, que indudablemente es una prueba de lo dicho por Alvin Ailey: "Ella es, sin duda alguna, una de las mejores bailarinas del mundo."
La última obra en escena, -que cosechó los mayores aplausos del público chino- fue Carmina Burana, representación de una famosa colección de poemas latinoamericanos de la época medioeval, la cual acomete contra los abusos sociales de entonces y, por otro lado, le canta al amor y a la primavera. Otra vez aquí, se aprecia un tema original en su diversidad.
La sofisticación de Talley y su compañera Gina Bugatti, contrasta con la vitalidad latinoamericana de Ricardo Romero y Vanessa Ortíz en la parte final de la danza, constituyéndose en otra experiencia inolvidable de la presentación.
El grupo -digno representante latinoamericano- actuó también en las ciudades de Kaohsiung, y Taichung, con un programa que incluyó Pájaros del Paraiso, con la coreografía de Choo San Goh, singaporense, y Los Cinco Tangos de Van Mannen.
En resumen, quizás la definición más primitiva -pero certera- sobre el Ballet Nuevo Mundo, fue la que partió de labios de una asistente al teatro: "Pero si parece que sus bailes no fueran de este mundo". Lo cierto, empero, es que pocas agrupaciones pueden parecérsele, posiblemente por el mismo objetivo que tienen en mente sus integrantes: "Reinvindicar el ballet, darle un lenguaje visual y mayor fuerza expresiva".
O, sencillamente, como dijera otro espectador: " ¡Palabra que es bueno! "
"Hay que reinvindicar el ballet, darle un lenguaje visual y mayor fuerza expresiva."