En enero de 2012, la página de Internet sobre arte y cultura Flavorwire, con sede en Nueva York, compiló una lista de las “Veinte librerías más bellas en el mundo”. Formaron parte de la lista, un teatro de cine remodelado, una iglesia dominicana remodelada, y una librería con masivos pilares de estilo griego.
La única representante de Taiwan en la lista fue una librería de 50 metros cuadrados ubicada en los callejones de la zona este de la ciudad de Taipei, de la cual Flavorwire escribió “casi utilitaria pero llena de la simple gracia del viejo mundo. [VVG Something] es un poco como lo que nos podríamos imaginar que sería nuestra cabina de barco ideal”. Pero, ¿cómo una pequeña librería escondida secretamente en un estrecho callejón puede ser una de las librerías más bellas del mundo?
Para los residentes de Taipei, acostumbrados al rápido ritmo de la ciudad, los espacios abarrotados, y el tráfico constante, entrar en VVG Something puede causar la sensación de que el mundo alrededor se ha detenido con un chirrido.
Con apenas 50 metros cuadrados útiles, la propietaria Grace Wang ha creado un espacio lleno de libros y artefactos coleccionadas de diversos lugares del mundo, un lugar donde la gente puede hojear algunos libros y pasar una tarde en paz y tranquilidad.
El toque de Midas
Wang, que comenzó a hacer negocios cuando abrió su propio restaurante, usó originalmente este espacio como un almacén, llenándolo de diversos artículos y equipos relacionados con el restaurante. Como amante de los libros y los viajes, de cualquier lugar que visita en el extranjero, Wang trae todo tipo de souvenirs, libros y revistas, y con el tiempo estos se acumularon en su almacén. En 2009, Wang decidió por capricho comenzar a vender la masiva cantidad de libros que había acumulado, y exhibir los artefactos que había coleccionado en el mismo lugar.
Su colección de libros está principalmente compuesta por libros de cocina extranjeros, colecciones de fotografías, libros sobre diseño, y revistas de moda; mientras que la colección de arte es más variada, incluye todo desde viejas ventanas hasta antiguas cajas registradoras de bronce y espátulas hechas a mano —nada es demasiado raro para Wang. A través de esta combinación de cosas raras, el almacén comenzó gradualmente a transformarse en lo que ahora se conoce como VVG Something.
“Sólo quise hacer un lugar que me gustara, que atrayera naturalmente a personas de ideas afines”, dice Wang. De ser dueña de un restaurante a la de una librería no fue algo que hizo por dinero, sino para poder compartir su adorada colección. Un antiguo rodillo para escurrir ropa, una caja registradora, una plancha de acero, una vieja máquina de escribir… estas antigüedades que no se pueden usar se transforman en adornos de exhibición en la tienda. Todos han sido colocados cuidadosamente para crear un ambiente de calidez y comodidad, y Wang está muy satisfecha con el resultado —un lugar donde la gente puede entrar y perderse totalmente en el tiempo.
Cada artículo tiene su propia historia —la mesa de pino en el centro de la tienda, por ejemplo, vino de un amigo coreano que tuvo que dejarla almacenada en Estados Unidos, por su tamaño, estructura un poco torcida, así como la dificultad para transportarla. Cuando tuvo la idea de establecer una librería, pensó que esa mesa sería perfecta, y organizó traerla desde Estados Unidos. “Una vez aquí, sentí que había sido hecha para colocarla en la librería”, dice Wang.
Una colección de libros poco usual
A pesar de su curiosa colección de artefactos, el verdadero centro de VVG Something son sus libros. Mientras que los consumidores están en la moda de los libros electrónicos y la lectura en línea, para Wang hay algo irreemplazable sobre los libros físicos.
“Es una sensación fantástica cuando uno toma un libro, siente el aroma del papel y ve su diseño”, dice ella. El papel, la imprenta, el estilo… todo sobre un libro tiene que ver con el diseño. “Los libros físicos involucran los cinco sentidos, que es algo que no puede hacer un libro electrónico”.
VVG Something también tiene libros que son difíciles, casi imposibles, de encontrar en librerías regulares en Taipei. “Los libros pueden inspirar a la gente y suscitar ideas”, dice Wang. Ella anima al personal de su restaurante a visitar la tienda y leer algunos libros, con la esperanza de que estimulen ideas creativas para su cocina.
Recientemente, ella ha planificado traer la última edición de Visionaire, una revista de moda y arte del Reino Unido, que se publica tres veces al año en cantidades limitadas, incluye el trabajo de diseñadores famosos de alrededor del mundo, y cada edición es publicada con un diseño distintivo.
Aunque la mayoría de los libros de la tienda son en idiomas extranjeros, también hay una pequeña cantidad de libros en idioma chino sobre diseño, imprenta, encuadernación, todos seleccionados cuidadosamente por Wang.
Sé fiel a ti mismo
La creación de VVG Something fue un proceso natural en el que Wang siguió su corazón. Aunque no tenía un esquema, Wang pensó durante mucho tiempo e intensamente sobre donde colocar cada artículo y cada libro.
VVG Something no sólo ofrece libros y chucherías, sino también café y asiento, brindando a los clientes la oportunidad de relajarse con un buen libro y un buen café.
Las tazas para café fueron traídas especialmente por Wang desde Japón. Desde sus libros hasta su café, Wang ha creado un estilo distintivo propio en Taiwan, donde , según ella, mucha gente se contenta con sólo copiar el éxito de otros, en lugar de abrirse un camino propio.
“En muchas cosas, los taiwaneses les encanta seguir la última tendencia”, dice. Por su parte, Wang anima a la juventud de hoy a pensar por ellos mismos, seguir su pasión, y no cegarse con las modas y limitarse a las formas antiguas de pensamiento. Ellos deberían emprender con valentía algo que sea únicamente de ellos.
Ella está al tanto que VVG Something no está a la escala de otras librerías en la lista de Flavorwire, pero cada tienda tiene su propio espíritu, y no hay dos lugares realmente iguales. En cuanto a una futura expansión, Wang no tiene prisa. Si se le ocurre alguna buena idea, entonces pensará en algo.
Fundamentalmente, ella espera que el bello espacio de VVG Something ayude a más gente a enamorarse de la lectura o reencontrarse con un viejo pasatiempo, estimulando la mayor creatividad para hacer realidad algo que sea verdaderamente muy, muy bueno.