05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

TECNICAS ANTIGUAS, APLICACIONES MODERNAS

01/11/2013
Hsu Keng-hsiu, director del NTCRI, dice que el éxito del mercado es importante para la preservación de las artesanías tradicionales.

Durante casi seis décadas, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de Artesanías de Taiwan ha jugado un papel central en la preservación de las artesanías tradicionales.

El turismo no es exactamente una de las actividades más fuertes en el pueblo rural de Caotun, distrito de Nantou, en el centro de Taiwan, pero desde diciembre de 2006, más -turistas, y también locales, disfrutan de pasar algunas horas en el Parque de la Cultura Artesanal de Taiwan, que se encuentra allí. El parque es operado por el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de Artesanías de Taiwan (NTCRI, siglas en inglés), ubicado en la sede del instituto. “La misión primaria del parque, además de exhibir, recolectar, estudiar y promover las artesanías del país, es hacer que las artesanías sean educativas y entretenidas”, dice el director del NTCRI, Hsu Keng-hsiu.

Recorriendo las cinco salas de exhibición del parque, los visitantes pueden aprender sobre las diversas aplicaciones de las diferentes artesanías. Mientras que muchos de los artículos exhibidos pueden ser poco familiares para los visitantes más jóvenes, como por ejemplo los instrumentos de pesca hechos de bambú, todos tuvieron alguna vez un uso práctico en la vida cotidiana. “La gente usaba cualquier tipo de materia prima que podía obtener, y la convertía en objetos útiles con simples herramientas y manualmente”, dice Hsu. “Eso significa que las artesanías están completamente relacionadas con el entorno, el pueblo y su cultura”.

Los visitantes pueden también obtener experiencia práctica a través de los programas de bricolaje del parque, o hablando con alguno de los artesanos residentes, quienes siempre están dispuestos a conversar sobre sus artesanías. “Lo que tenemos aquí es la oportunidad de interrelacionarnos con el público”, dice el artista del metal Shine Chen. “Cuantas más personas conozcan las artesanías tradicionales y sus usos modernos cotidianos, mejor, la mayor probabilidad de que tengan un futuro”. En 2012, alrededor de 200.000 visitantes participaron en exhibiciones y cursos de bricolaje dirigidos por artesanos en el parque, mientras que el mercado de fin de semana atrajo alrededor de 315.000 turistas.

El NTCRI ha promovido la industria por casi seis décadas. Establecido en 1954 por el Gobierno del Distrito de Nantou, el instituto se dedicaba inicialmente a formar a los trabajadores en el uso del bambú, carpintería, cerámica, tallado de madera y tejido. Su nombre cambió a Instituto de Investigación y Entrenamiento de Artesanías del Distrito de Nantou en 1959, y experimentó varios cambios de nombres, así como administrativos hasta que se convirtió en el NTCR en 2010. El instituto, que ahora tiene sucursales en el distrito de Miaoli y la ciudad Nuevo Taipei en el norte de Taiwan, ha  modificado su misión para ajustarse a los cambios en la industria de las artesanías. Por ejemplo, la mejora de la eficiencia de producción fue la principal tarea en las décadas de 1960 y 1970. La demanda por artesanos era alta en ese momento, porque la fabricación de artesanías con mano de obra intensiva que no requería capital intensivo era un primer paso, perfecto para el desarrollo de Taiwan de una economía agrícola a una industrial.

 

Conmemorando lo cotidiano creado por el diseñador Kuo Che-chen y el artesano Chen Pei-tse con haya, arenisca y acero inoxidable.

Algunos de los artesanos que fueron entrenados en el instituto en aquéllos primeros días han desempeñado un importante rol en preservar y desarrollar sus artesanías. Por ejemplo, el maestro del tejido del bambú, Li Jung-lieh, , ha dedicado casi seis décadas a la artesanía, desde que estudió en el instituto a la edad de 18 años en 1954. Li trabajó en la exportación de productos de bambú por un período de tiempo, y como el mercado comenzó a cambiar y las exportaciones de gama baja se volvieron menos provechosas, comenzaron a enfocarse en la creación de piezas de arte y en la enseñanza. Con el paso de los años, él ha enseñado tejido de bambú en el NTCRI, así como en otras escuelas vocacionales, colegios comunitarios y departamentos de diseño de universidades, y todavía dicta clases hoy a la edad de 77 años. Li ha recibido muchos premios por sus logros artísticos incluyendo el prestigioso Premio para las Artesanías Folklóricas del Consejo para los Asuntos Culturales (ahora Ministerio de Cultura) en 1992 y el Premio para el Patrimonio Artístico Folklórico en 1994 del Ministerio de Educación (MOE, siglas en inglés). El también recibió un reconocimiento por promover la artesanía con el Premio a la Distinguida Contribución a la Educación Social en 2005, otro de los principales premios presentados por el MOE.

Las exportaciones de artesanías de Taiwan perdieron gradualmente su competitividad durante la década de 1980 con la repentina valorización del Dólar Nuevo de Taiwan, aumentando los costos de producción y la popularidad de productos fabricados en masa. Los fabricantes en el sector cerraron o se trasladaron a lugares con costos de producción más bajos, los artesanos locales se retiraron o cambiaron de profesión, y las escuelas vocacionales cerraron sus departamentos de artesanías. “Las artesanías tradicionales de Taiwan estaban siendo marginalizadas y corrieron el riesgo de desaparecer”, dice Hsu. Por lo tanto, a partir de la década de 1990, el NTCRI  ha colocado como prioridad la preservación de las artesanías tradicionales. Para animar a los artesanos a continuar trabajando en sus diversos campos, el instituto ha organizado varias competiciones de artesanías en las últimas dos décadas, incluyendo tres de los principales shows de premiación de artesanías: la Competencia de Artesanías de Taiwan, el Premio Nacional a la Artesanías y el Premio Nacional a los Logros Artesanales.

En 2004, el NTCRI estableció el esquema de Talleres de Artesanías de Taiwan, bajo el que artesanos individuales pueden solicitar fondos gubernamentales para cubrir la mitad de los costos del establecimiento de talleres. A cambio, el taller debe abrir al público. “Al abrir sus puertas, la gente puede aprender más sobre los artesanos y las artesanías tradicionales, y los artesanos tienen la oportunidad de vender sus obras y continuar desarrollando sus artesanías”, dice Hsu. Actualmente, hay alrededor de 150 de estos talleres en todo Taiwan.

La próxima generación

Los premios de las competencias y el honor de ser un taller de artesanías reconocido estimulan  a muchos artesanos a continuar con sus labores creativas. Sin embargo, en un escenario mayor, la escasez de talento joven es aún el asunto más urgente que enfrenta Taiwan. “La situación es que aún tenemos artesanos maestros, pero pocos sucesores”, dice Hsu. “Poca gente joven de hoy en día conoce sobre las artesanías tradicionales, mucho menos está interesada y dispuesta a dedicarse a ellas como carrera”.

 

El Centro de Artesanías Vivas, una de las cinco salas de exhibición en el Parque de la Cultura Artesanal de Taiwan, inaugurado en 2006.

No obstante, los numerosos programas de formación del NTCRI a través del tiempo han logrado ciertos resultados. Por ejemplo, el artesano de la laca, Liang Chih-wei, de 42 años de edad; en 1998, Liang tomó una clase en el NTCRI para usar el laqueado porque quería aplicarlo como capa protectora a su colección de jaulas para aves hechas de bambú. “No tenía idea de que la artesanía podía ser tan interesante, y quedé enganchado antes de que terminara el programa”, dice. Después de terminar el curso, Liang decidió dejar el negocio de fabricación de plástico de su familia para dedicarse a la artesanía. Tomó un curso avanzado en el NTCRI en el que aprendió con el maestro artesano Lai Kao-shan (1924-2004) antes de convertirse en un artesano a tiempo completo.

A principios de este año, el instituto emprendió un programa a nivel nacional conocido como Una escuela, una artesanía para brindar la oportunidad a los jóvenes de entrar en contacto con las artesanías tradicionales desde muy temprano en sus vidas. Doce artesanos introdujeron sus artesanías a los maestros de las escuelas superiores a través de todo Taiwan, y luego invitaron a los maestros a participar en talleres establecidos por los artesanos en cuatro institutos educativos. La Universidad Nacional Normal de Taiwan en la ciudad de Taipei, por ejemplo, ofreció clases de cerámica, fabricación de vidrio y tinte índigo; mientras que el Colegio Nacional de Taitung en la ciudad de Taitung, en el este de Taiwan, se enfocó en artesanías aborígenes, tallado en piedra, tallado en madera, y bordado. Se les ofreció a los maestros de secundaria participantes dos meses de entrenamiento para capacitarlos a fin de que promuevan la artesanía elegida en sus respectivos institutos escolares.

Sin embargo, poca  gente siguió eventualmente una carrera después de aprender destrezas artesanales como lo hizo Liang. Chang Hsien-ping, artesano maestro, que ha estado enseñando tejido de bambú en la sucursal de Miaoli del NTCRI desde finales de la década de 1980, dice que la mayoría de sus estudiantes consideran la artesanía como un pasatiempo, lo que está bien para sus propósitos, pero no es lo suficiente para preservar la técnica a largo plazo. Muchas destrezas artesanales tradicionales son tediosas y requieren de tiempo para aprender, así como de total devoción a un maestro, dice Chang, pero no es práctico para la gente invertir tanto tiempo y energía a menos que tengan confianza en que pueden mantenerse con la artesanía y ver un futuro en ésta.

“En resumen, en lugar de hablar sobre grandes ideales de preservar las artesanías tradicionales, tiene que haber un mercado mayor y suficiente que atraiga a los miembros de las generaciones más jóvenes –para que quieran elegirlas como una carrera”, dice Hsu. “El problema es que hay versiones modernas más baratas en el mercado de la mayoría de los productos en los que se utilizan las artesanías tradicionales”. Un par de palillos chinos de bambú recubiertos con laca, por ejemplo, cuestan NT$300 (US$10) en la tienda de souvenirs del NTCRI, mientras que un par de acero inoxidable en un supermercado cuesta solamente una décima parte de ese precio, y es igual de práctico. Por lo tanto, lo que hace que los palillos con laca se vendan no es su funcionalidad, sino su valor cultural o artístico. Hsu indica que con el desarrollo económico de Taiwan, hay más gente dispuesta a pagar altos precios por esos artículos, pero muchos de ellos buscan marcas extranjeras porque no están al tanto de los productos hechos localmente de alta gama. Por ello, el NTCRI ha sido bastante activo en la organización de shows y exhibiciones comerciales en establecimientos locales, tales como los centros culturales y las tiendas por departamento para promover las artesanías taiwanesas. “Si podemos vender 200 piezas, ciertamente estimulará a nuestros artesanos a crear otras 300”, dice Hsu. “Más gente estaría dispuesta a convertirse en artesano a tiempo completo si hay un mercado, y de este modo, las destrezas artesanales podrían ser preservadas”.

 

Las piezas de metal y laca del artista Yang Xin-biao se exhiben en el centro de artesanías.

Nuevos tipos de productos o nuevos usos para las técnicas tradicionales son otras ideas que están empleando los trabajadores de las artesanías tradicionales. El NTCRI ha estado conectando a diseñadores locales y extranjeros con artesanos desde 2007, y ha tenido bastante éxito. El artesano Chen Pei-tse, especialista en tallado en piedra, y el diseñador Rock Wang, por ejemplo, transformaron materiales de construcción tales como ladrillo y cemento en una serie de jarrones. El internacionalmente conocido diseñador Konstantin Grcic y el artesano local del bambú, Chen Kao-ming, crearon 43, una silla voladiza impresionante hecha con 43 tiras laminadas de bambú, de allí su nombre. Los jarrones y la silla, que el instituto promueve junto con varios diseños taiwaneses bajo la marca comercial Yii, ganaron los elogios en la Semana del Diseño de Milán 2010, la feria de diseño de amueblamiento para el hogar más grande del mundo. Los diseños de Yii fueron mostrados en Milán nuevamente en 2012 y este año. Flujo, una silla de bambú del diseñador local Feng Cheng-tsung, y el artesano Chen Kao-ming, y b@mboo, un par de sillas de bambú de la diseñadora taiwanesa Sally Lin y la artesana Chiu Chin-tuan, fueron presentadas en la feria de este año. Además de Milán, los artesanos de Taiwan han tenido éxito en los principales shows internacionales en Frankfurt, Paris y Tokio. A principios de este año, en la feria comercial Ambiente de Frankfurt, las artesanías de Taiwan lograron pedidos internacionales por un valor de más de US$6 millones.

Fuerzas combinadas

“Los diseñadores no están necesariamente familiarizados con los materiales o las técnicas, mientras que los artesanos tradicionales generalmente no prestan mucha atención a las tendencias modernas”, señala Hsu.  “Trabajando juntos, podrían tener desacuerdos, pero los resultados pueden ser bastante sorprendentes si logran resolver las dificultades”.

 

Muchas técnicas artesanales avanzadas, tales como las usadas en el tejido de bambú, requieren de mucho tiempo para aprender, lo que significa que son difíciles de mantener vivas si la gente no puede ganarse la vida con ellas.

Sin embargo, aún si las colaboraciones son exitosas, llevar a cabo la producción a gran escala puede ser un reto. Los compradores extranjeros en la exhibición de Milán en 2010 querían hacer pedidos de los jarrones, sillas y otros artículos de Yii en ese mismo instante, pero fueron rechazados ya que todos los objetos del equipo son creaciones únicas fabricadas artesanalmente para la exhibición. Los organizadores calculan que como consecuencia dejaron de ganar alrededor de NT$60 millones (US$2 millones) en ventas. Después que la delegación regresó a Taiwan y realizó un cuidadoso proceso de evaluación, algunos de los objetos fueron elegidos  para ser producidos comercialmente en cantidades limitadas, algo que aún está en desarrollo.

A pesar de la cálida recepción en Europa, Hsu cree que el mayor mercado se encuentra justo del otro lado del Estrecho de Taiwan. “Las encuestas muestran que el valor comercial [de las artesanías en el mercado de China continental] fue de US$100 mil millones el año pasado”, dice.

Hsu dice que China continental también ha estado promoviendo las artesanías tradicionales en los últimos años y admite que la destreza de algunos artesanos allí es mucho mejor que las de los de Taiwan. A pesar de eso, los productos taiwaneses aún tienen una buena oportunidad en el mercado a través del Estrecho, dice él. Los artesanos de China continental hacen teteras de alta calidad, por ejemplo, pero los artesanos taiwaneses comienzan familiarizándose con el arte de hacer té, y mejoran sus diseños con la experiencia obtenida del uso práctico de las teteras. “China continental vende artesanías muy bien fabricadas, pero en Taiwan se incorpora nuestra actitud hacia la vida”, dice. “Nuestra ventaja se basa en la estética y la cultura de Taiwan”.

Dado que participar en exhibiciones y cumplir con las estrategias de mercado podría estar más allá de las habilidades de la mayoría de los artesanos, el Centro de Incubación para la Innovación de Artesanías del NTCRI es otro componente importante en la asistencia que el instituto brinda al sector artesanal de Taiwan. El centro cuenta con artesanos y compañías de artesanías que tienen una variedad de servicios, incluyendo marca, asistencia de mercadeo, planificación financiera, desarrollo de producto y asesoramiento relacionado a las patentes.

“Nuestro trabajo aquí abarca muchos campos y el proceso parece complicado a veces, pero el método es simple”, dice Hsu. “Utilizamos técnicas tradicionales en los diseños innovadores, luego los llevamos al mercado mundial y los hacemos famosos”.

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