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UN CENTIMETRO AL DIA

01/11/2013
Por su obra de 2006, Estirarse, Peng Kun-yen recibió el primer premio presentado a un artista no japonés en la competición de más alto nivel del arte de la laca en Japón.

Después de 20 años dedicado a crear y promover los artefactos de laca, Peng Kun-yen ha alcanzado la fama tanto en Taiwan como en Japón.

En su taller en una aldea pequeña en el Pueblo de Beipu, distrito de Hsinchu, Peng Kun-yen “agrega” otra capa de laca en el borde superior de un tazón en el que ha trabajado durante varias semanas. Luego, coloca la pieza a un lado para que la laca se seque durante un día, tras lo cual agrega otra capa de laca. Elaborar un artículo de laca capa por capa, desde cero, es una técnica única de Peng. Ya que sólo cierto grosor limitado de laca puede agregarse en cada capa, por lo cual se requiere de seis a 12 meses para completar una pieza. “Hay que tener mucha paciencia, pero la técnica es valiosa porque me permite la libertad de crear los diseños que tengo en la mente”, dice.

Peng nació en 1958 en una familia de pescadores cerca del Puerto Pesquero de Nanliao en la ciudad de Hsinchu, pero comenzó a trabajar a jornada parcial en una fábrica de muebles cuando aún estudiaba secundaria. La fábrica producía principalmente artículos para el mercado japonés, y su trabajo era aplicar laca a los muebles. Después de terminar el servicio militar, Peng y su hermano establecieron su propia fábrica donde producían muebles para varias marcas japonesas.

Años en el negocio ayudaron a Peng a tener buenas conexiones con compradores japoneses, quienes regularmente vinieron a Taiwan a realizar inspecciones de control de calidad.  Conversando con uno de ellos, Peng aprendió que la laca, lo que se conoce como urushi en Japón, sirve para mucho más que simplemente los muebles. El amigo japonés le trajo a Peng algunos libros sobre los artículos de laca, y Peng, fascinado por la belleza de la artesanía, comenzó a experimentar con técnicas que vio en los libros durante su tiempo libre. “Comencé trabajando con laca cuando tenía 14 años, y pensaba que lo sabía todo”, dice. “Pero esos libros realmente me hicieron abrir los ojos y me mostraron un mundo de la laca totalmente diferente”. Peng señala que la laca, aunque es una simple sustancia en sí misma, ofrece un medio diverso para los artistas, que pueden rociarlo o colocarlo sobre la superficie de materiales tales como cáscaras de huevo, conchas de mar, polvos de oro y plata, y madre perla para enriquecer la textura.

 

Peng crea objetos de laca con una técnica única en la que se necesitan entre 6 y 12 meses para terminar una pieza.

Mientras que Peng fue familiarizándose con diferentes técnicas urushi, los exportadores de muebles de Taiwan fueron perdiendo poco a poco su competitividad. En 1986, el hermano de Peng decidió trasladar las operaciones de su mueblería a China continental, pero Peng decidió quedarse en Taiwan y probar el trabajo con la laca. En lugar de elaborar objetos cotidianos como tazas, vasos y palillos de laca, él quiso tomar la ruta del arte. “Mi plan era simple”, dice. “Quería crear mis formas perfectas y cubrirlas con mis colores perfectos”.

Sin embargo, llevar a cabo su plan, resultó no ser tan simple. Peng explica que las obras de laca son generalmente hechas sobre una base de tiras de bambú, cerámica o madera. Los artesanos también crean objetos de laca “sin cuerpo” aplicando laca sobre una base de arcilla, que se elimina después de secarse. “En ambos casos, aquellos diseños comienzan con un objeto existente o una base”, dice, lo que significa que las obras resultantes no son completamente nuevas. “Así no podía crear tan libremente como deseaba”.

De suficiente grosor

Buscando una solución, Peng pensó en los objetos de laca tallados que originaron en China durante la dinastía Tang (618-907) que tuvieron un rápido desarrollo en la dinastía Song (960-1279). La técnica utiliza la aplicación de múltiples capas de laca sobre una superficie de madera hasta que tenga suficiente grosor para hacer un grabado sobre ella. “Pensé que si la laca podía engrosarse lo suficiente con varias capas para así grabar sobre ella, podía ser también lo suficientemente fuerte para formar una pieza entera”, dice.

Después de experimentar un poco, Peng descubrió que la técnica funcionaba, aunque habían inconvenientes. Por un lado, los objetos que sólo usan laca son costosos, ya que requiere gran cantidad del material. La laca cruda que Peng utiliza para crear la estructura básica de un objeto es importada de China continental o Vietnam y cuesta aproximadamente NT$1.700 (US$57) por kilogramo. La laca de alta calidad usada en la superficie exterior es importada de Japón, y un gramo puede costar la misma cantidad, mientras que la hoja de oro y la madre perla que Peng usa para decorar sus artículos de laca también son costosos.

 

Los jueces de la Asociación del Arte de Urushi de Japón expresaron que la obra galardonada Luz auspiciosa, de Peng, era “una pieza sorprendente que necesita ser mostrada al mundo entero”.

Otro inconveniente en la fabricación de una pieza enteramente de laca es que el proceso requiere de un tiempo extremadamente largo, ya que el máximo grosor de la laca que se puede agregar en cada capa es de solamente 1 centímetro, y él debe esperar un día para que se seque antes de agregar más. Y cuando la forma básica está terminada, aún hay que limar, tallar, pintar y pulir la superficie para que la pieza esté terminada. Peng no se desanimó por el costo ni el tiempo requeridos cuando comenzó a trabajar en la artesanía, sin embargo, su esposa Zheng Li-xiang no estaba tan segura. “La laca era –y es– una forma de arte minoritaria en Taiwan y no estaba segura de que él podría lograr algo –o por lo menos ganarse la vida con ella– cuando comenzó”, dice ella. “Pero supongo que siempre hay que tomar decisiones en la vida, y hay dar el mayor esfuerzo cuando hemos tomado una decisión”.

Para ganar reconocimiento, Peng participó activamente en varias competiciones de artesanías. Comenzando en 1992, su nombre apareció regularmente en las listas de premios de exhibiciones nacionales, tales como la Exhibición de Arte de Nanying y la Exhibición Provincial de Bellas Artes de Taiwan. Sin embargo, Peng no estaba satisfecho con sólo tener buena reputación en Taiwan. “Se considera que Japón tiene el mejor y más desarrollado arte de la laca”, dice él. “Realmente quería saber cómo mis trabajos podrían compararse con los de ellos”.

A través de algunas conexiones, Peng logró oportunidades para participar en exhibiciones y competencias japonesas, lo que sirvió de gran aprendizaje y adquirir nuevas técnicas. En 2006, su obra Estirarse ganó el cuarto lugar en la principal competencia del arte de la laca en Japón, que es organizada por la Asociación del Arte Urushi de Japón en Meiji Jingu, un importante templo de Tokio. “Era la primera vez que un premio se entregaba a un artista que no era japonés”, dice Peng. “Considerando lo cuidadosos que son los japoneses al entregar un premio para una artesanía tradicional de su país a un extranjero, me sentí muy orgulloso”.

 
Primavera temprana
1997
38 x 24 x 14 cm

Consecuencias inesperadas

Sin embargo, la fama tiene consecuencias inesperadas. Tras desaparecer la emoción de recibir el premio, Peng se dio cuenta que no podía crear nada nuevo. “Mi mente estaba ocupada con la idea de que había alcanzado el apogeo al ganar el premio, y que ya no era posible seguir progresando”, recuerda. “Me sentía tan deprimido que me encerraba en el taller todos los días y no hacía nada más que sentir lástima por mí mismo”. Durante más de un año, Peng sufrió de una grave depresión, y finalmente buscó ayuda profesional. La sicoterapia ayudó, pero Peng piensa que conversar con otros artistas contribuyó más a su recuperación. “Aprendí de ellos que todos los artistas tienen altibajos en sus carreras”, dice. “Se puede estar atrapado para siempre, o se puede aprender a usar el atasco como una oportunidad para avanzar”. Peng tomó el segundo camino y comenzó nuevamente a crear obra de arte.

En lugar de enfocar solamente las formas y los colores, comenzó a usar esos elementos para expresar sus pensamientos y observaciones sobre la vida, aunque la mayor parte de su trabajo es abstracto. Los críticos han comparado muchas de las más recientes creaciones de Peng con aquéllas de los surrealistas, tales como el escultor inglés Henry Moore (1898-1986) o el artista bielorruso Ossip Zadkine (1890-1967).

En 2011, Peng participó en la competencia de la Asociación del Arte del Urushi de Japón, y obtuvo el tercer lugar por su obra Luz auspiciosa. “Una impresionante pieza que necesita ser mostrada al mundo entero”, comentó el jurado. Otra vez, él fue el único artista no japonés en recibir un premio, pero esta vez lo hizo con una mentalidad más saludable. “Supongo que me adapté bien, porque sabía que aún podía realizar avances y tratar de conseguir el primer y segundo lugar en la competencia”, dice.

La evidencia arqueológica muestra que los chinos comenzaron a usar la laca hace alrededor de 7.000 años, dice Peng, mientras que la historia de la fabricación de los artículos de laca en Taiwan se remonta sólo al período colonial japonés (1895-1945). En un intento de convertir a Taiwan en una base de producción de artículos de laca para el mercado del turismo y para exportar a Japón, el gobierno colonial trajo árboles de laca, estableció instalaciones de entrenamiento e incluso envió a algunos taiwaneses a escuelas de artesanías en Japón para que aprendieran las técnicas. Los maestros artesanos taiwaneses, tales como Lai Kao-shan (1924-2004) y Wang Qing-shuang, por ejemplo, aprendieron la artesanía en Japón. Los fabricantes de artículos de laca de Taiwan tuvieron éxito en el negocio exportando artículos cotidianos, tales como tazones, palillos y tazas al mercado japonés entre la década de 1960 y finales de la de 1980, pero los intercambios entre los artesanos y los artistas de ambos países han sido raros desde la era colonial.

 
Galaxia
2012
38 x 44 x 27 cm

Como el arte de la laca tiende a ser de mano de obra intensiva, y es difícil de producir en masa, comenzó  a disminuir en Taiwan y China continental a medida que las maquinarias modernas empezaron a ocupar un rol más importante en el proceso manufacturero.  Sin embargo, en Japón, la artesanía ha sido cuidadosamente preservada y desarrollada a partir de su llegada desde China durante la dinastía Tang. Por ejemplo, los productos hechos con laca, siguen siendo una parte celebrada de la tradición culinaria de Japón,  donde estos artículos han sido usados desde hace mucho para acentuar la presentación culinaria. De hecho, algunas familias japonesas se han dedicado a elaborar artículos de laca durante más de 30 generaciones.

Exhibición de diferencias

Para revitalizar la artesanía en Taiwan, Peng comenzó a considerar maneras de promover el contacto entre los artistas de la laca taiwaneses y japoneses. Así dio con la idea de organizar exhibiciones de artículos de laca de ambos países, para no sólo mostrar las diferencias en el desarrollo de la artesanía, sino también brindar una oportunidad para los intercambios culturales. A través de sus conexiones en ambos países, él ha ayudado a organizar tres exhibiciones de artículos de laca de Taiwan y Japón: una realizada en 1997 en Hsinchu; una en 2004 en Taichung, centro de Taiwan; y otra nuevamente en Hsinchu en 2011.

Además de mostrar las obras de diferentes generaciones de artesanos procedentes de ambas naciones, las exhibiciones han sido oportunidades de aprendizaje para los artistas taiwaneses. Por ejemplo, una de las exhibiciones contó con la participación de un maestro japonés que demostró la artesanía de maki-e –una técnica japonesa que requiere de hacer capas y aplicar polvo de metal y laca para dar más volumen y textura a los motivos y figuras planos. “Para los japoneses, muchas de las técnicas son secretos del oficio que son traspasadas sólo de padres a hijos o de maestros a aprendices”, dice Peng. “Observar a uno de esos artesanos dar una demostración pública en otro país fue una rara oportunidad para que otros aprendieran algunas técnicas”.

Mientras que Peng ha estado encantado tratando de facilitar los intercambios culturales entre los artesanos, lo que más le satisface es el hecho de que la cantidad de visitantes curiosos, maestros de escuela y estudiantes ha aumentado en cada exhibición realizada en la isla. “No significa que alguno de ellos vaya a convertirse en un artista de la laca, pero sin duda es una señal de que más gente está notando el arte de la laca, y quizás apreciándolo”, dice. “Es buena noticia para una artesanía tradicional que fue ignorada durante bastante tiempo”.


 
Sentimiento sureño
1990
49 x 28 x 22 cm

 
Deslizarse
1998
38 x 24 x 38 cm

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