09/05/2024

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Taiwán Hoy

CONCRETO ANTIGUO, TRUCOS NUEVOS

01/03/2014
La esfera en forma de escalera de caracol del reloj de mesa 4ª dimensión, del diseñador Sean Yu, juega con la luz y la sombra; así como con el tiempo y el espacio.

El Estudio de Diseño 22 está logrando hacerse de un nombre creando objetos de un material de construcción común.

Resistente, durable y económico, el cemento hidráulico es ampliamente usado como un material de construcción en la era moderna. El cemento es tan comúnmente empleado en la construcción de edificios, represas y caminos que la gente raramente le presta atención. Sin embargo, el diseñador Sean Yu, está atrayendo miradas empleando el material de maneras novedosas. En lugar de diseñar estructuras arquitectónicas, Yu, de 31 años, usa el concreto para crear anillos, bolígrafos, relojes y otros accesorios en su taller, Estudio de Diseño 22, en la ciudad de Taipei. “Vivo y trabajo en la ciudad”, dice. “Para mí, el concreto imparte una sensación fría, pero también acogedora, y refleja el concepto de la vida en una jungla de concreto”.

Tras graduarse de una de las principales escuelas secundarias de Taipei, Yu salió bastante bien en su examen de entrada a la universidad y fue admitido en el Departamento de Geografía de la prestigiosa Universidad Nacional de Taiwan. Sin embargo, mientras cursaba el primer semestre, se dio cuenta que no estaba interesado en la geografía. Al año siguiente, tomó otro examen de entrada a la universidad y entró al Departamento de Diseño Industrial de la Universidad Nacional Cheng Kung, en la ciudad de Tainan, sur de Taiwan. “De hecho, no estaba seguro de qué se trataba el diseño industrial en ese momento”, dice Yu. “Pero parecía más entretenido que la geografía”.

Yu pasó cuatro agradables años  en Cheng Kung, pero comenzó a notar que mientras sus compañeros de clase deseaban ser diseñadores industriales para empresas grandes, él quería operar un taller. El discutió su preferencia con sus padres, y después de recibir su permiso, estableció Estudio de Diseño 22. Yu explica que “22” resultó de una discusión con sus compañeros de clase cuando eran estudiantes universitarios. “Teníamos la idea de establecer un taller y crear una marca de diseño cuando cumpliéramos 22 años y egresáramos de la universidad”, dice. Yu y Cheng Yi-ting, una compañera de clase que se convirtió en su novia, y luego su esposa, fundaron el estudio en 2005. Sin embargo, en esa etapa, era solamente un estudio de nombre, ya que Cheng estaba trabajando para una compañía de diseño de Tainan, y Yu estaba a punto de ir a cumplir el servicio militar obligatorio.

En otoño de 2006, Yu ya había terminado con su servicio militar y viajó a Japón, donde vio estructuras de concreto hechas por Tadao Ando, un arquitecto japonés conocido por enfatizar el espacio vacío y la simplicidad. “Era la primera vez que me acercaba un poco más a este material de construcción”, dice Yu. “La superficie de color gris era simple, limpia y lisa, pero tenía un carácter y temperamento ­peculiares, que no podía alejar mi vista de ésta”.

 

Yu dice que su responsabilidad como un diseñador no es persuadir a la gente a pensar en la brillantez de sus diseños, sino demostrarle una diversidad de ideas. (Huang Chung-hsin)

Inspirado, Yu comenzó a considerar la utilización de este material con propósitos diferentes a la construcción de estructuras arquitectónicas. Tuvo la idea de crear joyería. “Me gustan los anillos, aretes, ese tipo de cosas”, dice. “Pero los que he visto, parece que siempre carecen de algo, por eso decidí hacer los míos propios. Además, pensé que sería divertido explorar las otras posibilidades de este ­material, que era exclusivamente usado en la construcción”.

Después de regresar a Taiwan, Yu compró cemento y comenzó a experimentar en su apartamento, en el ­distrito de Xindian, en la ciudad Nuevo Taipei. Al comienzo, pensó que crear diseños sería tan fácil como mezclar cemento y agua. También creyó que había buenas oportunidades de ganar dinero, ya que la materia prima era barata.

Sin embargo, después de unos cuantos fracasos, Yu se dio cuenta que hacer joyería con concreto era mucho más complicado de lo que pensaba, ya que sus productos eran demasiado frágiles o no se mantenían unidos. “Cada detalle debe ser perfecto –la cantidad de agua, la cantidad de cemento, cómo mezclarlos para evitar burbujas que se convertirán en huecos o hendiduras –para hacer un anillo de concreto”, dice. Para aprender estos detalles, Yu comenzó a hablar con arquitectos, proveedores de cemento y albañiles, pero esas discusiones no le ayudaron mucho. “El problema era que estos profesionales no tenían idea de cómo mezclar concreto para hacer anillos”, dice. Entonces Yu retornó a su “laboratorio”, continuó experimentando, y finalmente logró exitosamente su primer lote de anillos de cemento a principios de 2007. No estaba seguro de cuál era el siguiente paso porque durante su formación en diseño no había aprendido sobre mercadeo. Al final, él y Cheng comenzaron su negocio en una fría noche de invierno en la acera frente a la Librería Eslite, en la zona este de Taipei, donde exhibieron los anillos en cajas especiales diseñadas por él.  Los anillos grises no lucían particularmente atractivos bajo la tenue iluminación de la calle, y tener que correr cuando venía la policía que azota a los vendedores ilegales de vez en cuando, no era de mucha ayuda”, recuerda Yu. “Esa primera noche no vendimos nada”.

La situación no mejoró durante las siguientes noches. Pero ya cuando Yu y Cheng estaban a punto de dejarlo todo, supieron que sus anillos de concreto habían sido elegidos para el mercado creativo de Eslite, que anima a los diseñadores a “mostrar su creatividad en un maletín”. La admisión al mercado significaba que la pareja podía exhibir sus artículos dos veces al mes, esta vez legalmente, en un maletín en la acera frente a la tienda principal de la librería Eslite, en la Avenida Dunhua Sur de Taipei.

Antes de exhibir sus artículos en el mercado, Yu y Cheng buscaron el consejo de Wang Shih-chun, su profesor en la universidad. Wang se expresó de manera alentadora sobre la creatividad de los anillos, pero sugirió que la pareja incluyera un anillo de metal en la parte interior para agregarle valor al diseño y evitar la posibilidad de una reacción alérgica, que podría resultar del contacto prolongado de la piel con el concreto. “Comenzamos a contactar fábricas de metal para encargar algunos anillos interiores para los anillos de ­concreto que ya teníamos hechos”, dice Yu. “Pero notamos que el tamaño de los anillos interiores que necesitábamos no era común, lo que significaba que teníamos que encargarlos a la medida. Eso era un problema, ya que el pedido mínimo para anillos hechos a la medida era una tonelada”. Como no necesitaban tal cantidad, Yu y Cheng decidieron comprar anillos interiores de aluminio en tallas estándares, y usarlos como una base para hacer nuevos anillos exteriores de concreto.

 

Los esbozos de los diseños de Yu. La educación universitaria fomentó la habilidad de Yu en el diseño, pero no le proporcionó las destrezas de mercadeo y administración necesarias para administrar una compañía.  (Huang Chung-hsin)

El negocio iba bien en el mercado creativo, y la pareja vendía una docena de anillos cada día a NT$500 (US$17 por pieza). “Recibíamos reacciones positivas de los clientes”, dice. “Aún más importante, las ventas me permitieron demostrarle a mis padres que toda la idea era posible. Estuvieron de acuerdo y me dejaron continuar”.

Sin embargo, la venta de los anillos dos veces al mes en un mercado creativo no era suficiente para mantener el negocio. En el mercado, se ­dieron cuenta que la mayoría de las compras las hacían arquitectos que sentían afecto hacia el concreto o diseñadores que estaban dispuestos a usar artículos novedosos. “Ese es básicamente nuestro mercado en Taiwan, y ­parecía demasiado pequeño para que nuestra diminuta compañía pudiera sobrevivir”, dice Yu.

Yu comenzó a pensar en las ferias de diseño que había participado en el exterior, con la creencia de que allí podrían haber más oportunidades de negocio en el exterior. En 2007, Estudio de Diseño 22 participó en la Design­boom Mart Tokio, su primera exhibición internacional. Desde entonces, el estudio ha exhibido sus productos en muestras alrededor del mundo ­incluyendo ciudades tales como Eindhoven, en los Países Bajos; Fráncfort, ­Alemania; Londres y Nueva­ York. En las ferias, el uso innovador del concreto de Yu atrajo el interés de compradores extranjeros, así como de los medios de comunicación.

Luz y sombra

Durante sus primeros cuatro años de producción, Estudio de Diseño 22 se centró en la joyería y creó alrededor de una docena de diseños de anillos y aretes, cada uno creado según un concepto distinto. Por ejemplo, el anillo Siete días, con siete lados, representa los siete días de la semana; y el anillo Roca enfoca en la interconexión de luz y sombra. Los anillos Módulo y Tatami siguen el concepto y las características de los edificios de concreto al estilo Ando, que enfatizan la geometría simple y deja intactos los agujeros que quedan del moldeado del concreto.

En lugar de considerar otros materiales, Yu se dedicó aún más al uso del concreto. “Lo que es interesante de estos anillos es que el concreto es un material que cambia con el tiempo”, dice Yu. “Se vuelve más oscuro y liso cada día, marcando las huellas del tiempo”.

Aunque Yu quedó satisfecho con las cualidades temporales de sus anillos de concreto, él continuó tratando de mejorar su fórmula. Pasó mucho tiempo mezclando ­cemento y agua con otros ingredientes para hacerlo más fuerte. “Las primeras versiones se podían partir si se golpeaban contra una mesa, pero ahora son prácticamente a prueba de golpes”, dice, lanzando un anillo al piso de concreto, donde queda depositado intacto. Mejorando la ­formula, Yu también ayudó a incrementar el índice de éxito del proceso de producción del 40 al 80 por ciento.

 

El anillo Módulo (izquierda) y la escultura Rompecabezas de la Ciudad Tangram (derecha) fueron inspirados en las estructuras de concreto expuestas del arquitecto japonés Tadao Ando.

No obstante, después de pasar unos cuantos años diseñando y haciendo anillos de concreto, Yu comenzó a sentirse un poco aburrido. En 2010, dejó la operación de Estudio de Diseño 22 a un socio que se incorporó a la compañía en 2008, y pasó once meses “sabáticos” en Londres. Cheng ya estaba en Londres desde 2008 estudiando diseño de producto en el Colegio Real de las Artes. Mientras Cheng estaba en la escuela, Yu pasaba el tiempo haciendo cursos de idioma y visitando museos y galerías.

Este tiempo sabático ayudó a Yu a expandir sus horizontes. “Muchas marcas internacionales como Mont Blanc y Georg Jenson han diversificado sus líneas de producto en lugar de seguir con sus instrumentos de escritura y artículos de plata”, dice. “Entonces, me ­pregunté, ‘¿por qué no puedo usar el concreto para diseñar otros artículos que no sean accesorios personales?”

Cuando Yu regresó a Taiwan en 2010, los primeros diseños, fuera del ámbito de la joyería, que creó fueron lápices y bolígrafos de concreto. Los instrumentos ergonómicos, elegantes y substanciales se vendieron bien. Sin embargo, su siguiente diseño, un reloj de pared compuesto por un tablero de concreto y manecillas, no resultó muy popular en el mercado. “No sabemos exactamente por qué”, dice Yu. “Quizás la gente ­simplemente no quiere colgar un bloque de concreto en sus paredes”, dice sonriendo.

El reloj 4ª Dimensión del estudio fue una historia diferente. El reloj tiene una esfera en forma de escalera de caracol, por la que bajan y suben las manecillas continuamente a medida que pasa el tiempo. El diseño, que juega con la luz y la sombra, el tiempo y el espacio, ha sido bien recibido por el mercado, y aún más cuando apareció en el New York Times en agosto de 2011. Luego, Yu modificó el diseño al convertirlo en un reloj de mesa, que también ha sido una de las creaciones más populares del estudio, así como un reloj de pulsera con corona de cobre, una esfera de concreto en forma de escalera de caracol y un estuche de acero inoxidable. Uno de los experimentos actuales es agregar colorante para darle color al concreto que forma la esfera del reloj de mesa.

El último diseño de Yu, la Escultura Rompecabezas de la Ciudad ­Tangram, fue inspirada por la arquitectura al estilo Ando y Tangram, un juego antiguo chino. En lugar de ­tener siete piezas planas de diferentes formas, el rompecabezas de Yu consiste de siete paisajes metropolitanos: un apartamento, una fábrica, una vivienda, un museo, un edificio de oficinas, un parque y un almacén. El rompecabezas de concreto también funciona como un objeto decorativo.

En su devenir de los anillos al Tangram, el Estudio de Diseño 22 ha experimentado más de varios inconvenientes a lo largo del camino del concreto. Mirando hacia atrás, Yu dice que muchos de esos problemas fueron causados por falta de conocimientos y experiencia. Los diseñadores no saben generalmente mucho sobre estrategia de mercadeo, canales de venta, finanzas y administración de empresas, ya que generalmente no se imparten estos temas en los departamentos de diseño de las universidades”, dice. “No tener conocimiento sobre esos temas es aceptable si uno está trabajando en un departamento de diseño de una compañía grande, pero no es muy conveniente si uno está administrando su propio negocio”.

 

Yu pasó mucho tiempo experimentando con fórmulas de concreto para elevar el índice de éxito en la producción del estudio. (Huang Chung-hsin)

A fin de compartir sus experiencias e intercambiar ideas con otros artistas, en 2011 Yu estableció Lianyun Underground, una alianza que abarca ocho estudios de diseño independientes que trabajan en diferentes campos. La alianza celebra regularmente actividades, exhibiciones y seminarios sobre tópicos que van desde las artes hasta la administración financiera. “Nuestra meta es conectar a los amantes del ­diseño con los amantes de las cosas ­bellas”, dice Yu.

En un entorno mayor, Yu cree que el ambiente del diseño en Taiwan ha progresado lo suficientemente para brindar buenas oportunidades a las compañías de diseño nuevas, tales como la suya. Respaldando su evaluación, las cifras de ventas locales de Estudio de Diseño 22 muestran un aumento de NT$100.000 (US$3.045) en 2007 a los actuales NT$750.000 (US$25.860). Yu atribuye gran parte de este aumento a la más amplia cobertura de los medios de comunicación locales.

Visibilidad internacional

El estudio también administra una tienda en línea, que ofrece una presencia en los mercados extranjeros, y ahora tiene distribuidores en Australia, Japón, y Norteamérica. La mayor visibilidad internacional ha contribuido al aumento del ingreso anual total de la compañía, de NT$1 millón (US$30.450) en 2007 a los actuales NT$5 millones (US$172.410).

Aunque Yu ha alcanzado cierto éxito, él comprende que sus diseños, así como el material que utiliza, no son para cualquier persona. Su padre, por un lado, nunca ha podido entender por qué alguien querría hacer anillos y bolígrafos de concreto, y menos imaginarse que alguien quisiera comprarlos. Yu acepta de manera filosófica este tipo de reacción, diciendo que cada persona tiene derecho a gustarle o desagradarle cualquier diseño. “Mi responsabilidad como diseñador no es persuadir a todo el  mundo a pensar en la brillantez de mis diseños, sino más bien mostrarle a la gente una diversidad de ideas”, dice.

 

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