07/05/2024

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UNA RAZON PARA CELEBRAR

01/05/2014
El director de Twatiutiann, Yeh Tienlun, realizando su trabajo.

Las películas estrenadas en el Año Nuevo Lunar están resultando un éxito entre el público local.

El 30 de enero de este año, la víspera de Año Nuevo según el calendario lunar, la comedia sobre viaje a través del tiempo, una producción taiwanesa, Twatiutiann, fue estrenada en los teatros alrededor de la isla. El 6 de febrero, la película había ganado 3,3 millones de dólares estadounidenses en todo el país, casi superando a la película de acción de Hollywood Robocop, que logró el primer lugar en las ventas de taquilla local. Twatiutiann ganó más de 6,6 millones de dólares estadounidenses en Taiwan.

La fecha de estreno de la película fue programada para coincidir con el festival del Año Nuevo Lunar, una época cuando los afortunados reciben regalos en dinero y tiene más tiempo libre –la vacación de este año fue de seis días– para disfrutar de actividades de ocio como ir al cine. Por eso es que las películas importadas de Hollywood I, Frankenstein; Jack Ryan: Shadow Recruit; y Robocop fueron estrenadas el 30 de enero de este año.

Twatiutiann es el nombre en taiwanés para un área que fue una de las primeras partes de la cuenca de Taipei que fue poblada y ahora se encuentra en el distrito Datong de la ciudad de Taipei. En la película, el actor y ex anfitrión de programas de tv Chris Wang protagoniza en el papel principal como Jack, un estudiante universitario moderno. Cuando empieza la película, a Jack le llama la atención una pintura particular mientras visita una galería de arte en el distrito Datong. La obra de arte muestra una calle con mucha actividad llena de tiendas, y después de tomar una foto, Jack, de pronto se encuentra él mismo transportado a la década de 1920, cuando el cuadro fue pintado. Después de eso, se enamora de una actriz, una de esas cosas que le ocurren a un hombre joven.

 

La escena de una procesión de un festival de templo de la película de Año Nuevo Lunar, Twatiutiann. La escena fue filmada en el Centro Nacional para las Artes Tradicionales en el distrito de Yilan, noreste de Taiwan.

Yeh Tienlun, director de Twatiutiann y jefe de Green Film Production Co., eligió el sitio de la filmación con mucho cuidado. “Pretende representar un Taiwan ideal”, dice Yeh. “En ese momento, Twatiutiann se había convertido en un centro urbano con una densa mezcla de actividades artísticas, comerciales y culturales”. La resistencia local en contra del régimen colonial japonés (18951945) también iba en alza, con la población taiwanesa solicitando a los japoneses mayor autogobierno, entre otras cosas. Los líderes de la oposición de la época incluyeron a Chiang Weishui (18911931), un estudiante de medicina, interpretado por el actor Lee Lijen en la película, quien se convierte en una gran inspiración para Jack. Jack pasa por el rito de paso, transformándolo de la completa ignorancia a ser consciente de la historia local y la identidad. Casi al final de la película, él ayuda a Chiang a escapar de prisión.

El éxito de taquilla de Twatiutiann marcó el quinto año consecutivo en el que una producción local se convierte en la película de Año Nuevo Lunar de mayor recaudación en taquilla en Taiwan. El éxito de la película sigue a aquéllos de Monga en 2010; Héroe del mercado nocturno, de 2011; Din Tao: Líder de la procesión; y David Loman, de 2013; cada una de las cuales logró ventas de taquilla entre 3,3 millones y 13,3 millones de dólares estadounidenses.

Los personajes en Twatiutiann y estos otros éxitos recientes realizan gran parte del diálogo en taiwanés, el idioma del pueblo holo, el mayor grupo étnico en Taiwan; mientras que el tema principal se centra en la cultura local del presente y pasado relativamente reciente. Por ejemplo, Din Tao y la Danza del león, otra película estrenada en el Año Nuevo Lunar este año, muestran grupos de artistas que hablan frecuentemente taiwanés cuando compiten para atraer a creyentes y espectadores durante las procesiones de los festivales de los templos.

Ryan Cheng es un crítico de cine y profesor en varias universidades en el centro y sur de Taiwan, que ha ayudado a organizar el Festival de cine de la Ciudad Nuevo Taipei y el Festival de Cine de Kaohsiung en Kaohsiung, sur de Taiwan, ambos eventos anuales. Cheng dice que el distintivo estilo local de las recientes películas de Año Nuevo Lunar ha ayudado a revivir el género que ha sido abandonado desde hace mucho tiempo, “las películas proletarias” en Taiwan. “Cada país debe tener sus propio drama proletario con el fin de entretener a los espectadores locales”, dice. “La desventaja de estos dramas es que quizás no atraigan al público extranjero, pero es un riesgo que vale la pena tomar”.

Yeh cree que las películas de Año Nuevo Lunar deberían transmitir una emoción específica. “No es necesariamente un sentimiento divertido o feliz”, dice Yeh. “Es más de energía positiva, un prospecto estimulante de los mejores días que vendrán”.

El director también insiste en que sus películas de Año Nuevo Lunar sean atractivas para los miembros de la familia de todas las edades. Yeh conoce bien el género, y entre sus créditos están Héroe del mercado nocturno, que se enfoca en las vidas de los vendedores callejeros de alimentos y bebidas. “Durante el festival de Año Nuevo, la gente se reúne y se divierte con sus familiares, realizando actividades como ir a los parques de diversiones y al cine”, dice Yeh. “Para este público, trato de organizar algo como un buffet, que a la gente taiwanesa le gusta mucho. La idea es servir simultáneamente una variedad de ‘platos’, como un gran elenco, abundantes elementos visuales y dramáticos que causen tanto risas como lágrimas”.

 

Lung Yingtai, ministra de Cultura, en el centro con bufanda azul, y el equipo de Twatiutiann, participan en el estreno de la película en Taipei el 28 de enero de este año. (CNA)

Cheng indica que tanto en Twatiutiann y Héroe del mercado nocturno, Yeh emplea elementos claves de la cultura local –por ejemplo, los títeres de mano tradicionales– para evocar un pasado compartido. Cheng remonta esta tendencia cinemática al éxito de 2008, Cabo No. 7, una historia proletaria sobre una banda formada para brindar el primer acto de un concierto en el distrito de Pingtung, sur de Taiwan. Entre los símbolos culturales mostrados en Cabo No. 7 están los collares aborígenes que representan el coraje y la amistad, así como los recuerdos del régimen japonés.

Con venta de taquilla de más de 16,8 millones de dólares estadounidenses, Cabo No. 7 sigue siendo la película hecha localmente más taquillera hasta la fecha. Su éxito de taquilla sólo ha sido superado por algunos éxitos de taquilla de Hollywood incluyendo Avatar (2009), que ganó 33,3 millones de dólares estadounidenses en Taiwan; y Titanic (1997), que logró 26,5 millones de dólares estadounidenses.

Mientras que Cabo No.7 no fue publicada durante el festival de Año Nuevo Lunar, su éxito marcó el renacimiento del interés en el público en películas hechas localmente, que el público local había ignorado  desde mediados de la década de 1980. En las siguientes dos décadas, la industria cinematográfica de Taiwan estrenó sólo alrededor de 10 películas cada año, mientras que las películas importadas representaban a menudo el 98 por ciento de toda la venta de taquilla durante ese tiempo. Sin embargo, el éxito de Cabo No. 7 indicó que los espectadores locales todavía tienen el deseo de ver historias locales. Los cinematógrafos de Taiwan se han dado cuenta, y en 2013 la industria cinematográfica de la nación estrenó 51 producciones, y el porcentaje de películas importadas disminuyó a 86 por ciento de las ventas de taquilla.

Cabo No.7 puede haber establecido un nuevo estándar para las películas hechas en Taiwan, dice Cheng, pero su tema y estilo proletario y localizado no eran nuevos. El crítico observa que la película usó elementos de películas de Año Nuevo Lunar que habían tenido éxito comercial, tales como Chicas bonitas (1980) y Brisa alegre (1981), que fueron dirigidas por el legendario cinematógrafo Hou Hsiaohsien.

Luego, Hou cambió el entretenimiento melodramático a un estilo más introspectivo y reflexivo que caracterizó al movimiento cinematográfico de la Nueva Ola de Taiwan, que comenzó a principios de la década de 1980, y duró alrededor de una década. Las películas de la Nueva Ola, tales como Ciudad de tristeza (1989), de Hou,  tenía un estilo más tranquilo, del cine independiente, que ganó elogios internacionales, pero no logró vigorizar la industria del cine local que iba en declive. “La calidad artística de las películas continuaba aumentando”, dice Cheng sobre la era de la Nueva Ola, “pero no ocurría lo mismo con el público”.

 

Los títeres de un dios folklórico son un elemento clave de la cultura local que aparece en la película Héroe del mercado nocturno.

A pesar de la tendencia elitista y el fracaso comercial de la mayoría de las películas de la Nueva Ola, su uso del lenguaje se continúa utilizando en las recientes películas de Año Nuevo Lunar. Cheng señala que muchas películas de la Nueva Ola estaban basadas en novelas de finales de los años setenta, que contaban con diálogos en mandarín, taiwanés y otros idiomas nativos. Esa mezcla puede observarse como una reacción a las primeras películas de la corriente principal en las que aún los residentes de las comunidades rurales hablaban fluidamente mandarín estándar, ya que el Gobierno promovía en gran medida el uso del idioma en las décadas de 1960 y 1970.

Sociedad multilingüe

Hoy, tras la promoción del Gobierno del mandarín y la reacción en contra de ello, las películas modernas incluyen diálogo en hakka, otro importante dialecto; lenguas aborígenes y taiwanés, simplemente porque la mezcla refleja precisamente la sociedad multiétnica y multilingüe de Taiwan. “Fuera de Taipei, la gente habla mucho taiwanés”, dice Yeh, para quien la lengua es su lengua materna. “Se espera que los personajes en una película hablen cierto idioma en un momento y lugar específicos”.

Filmando la mayor parte de Twatiutiann en la década de 1920, un cuarto de siglo después de la llegada de los japoneses, también requirió que parte del diálogo fuese en japonés, ya que el idioma era ampliamente hablado en Taiwan y su uso era obligatorio en las escuelas públicas.

Los gobiernos locales y el central han desempeñado un papel significativo en el renacimiento de las películas de Año Nuevo Lunar. Por ejemplo, la película Monga, una historia de mafiosos de la década de 1980 en el área de Monga en Taipei (hoy día la zona de Wanhua), recibió apoyo substancial del Gobierno de la Ciudad de Taipei, que ofreció concesiones, ayudó con el cierre de calles durante las filmaciones y lanzó campañas publicitarias tanto en el país como en el extranjero. Twatiutiann recibió considerable asistencia financiera del Ministerio de Cultura (MOC, siglas en inglés), que subsidió parte del costo de producción de la película de alrededor de 6,7 millones de dólares estadounidenses. El ministerio también ayudó a Green Film a garantizar la inversión privada, una nueva estrategia en el esfuerzo a largo plazo del Gobierno Central para ayudar a los cineastas.

 

El director y los actores principales de Monga asistieron a una conferencia de prensa para anunciar el estreno de la película en 2010. (CNA)

La asistencia del MOC para Twatiutiann se amplió para brindar los espacios para filmación, ya que las principales escenas callejeras de la película fueron filmadas en Centro Nacional para las Artes Tradicionales, del ministerio. El complejo fue establecido en 2002 en el distrito de Yilan, en el noreste de Taiwan, a fin de promover las artes tradicionales taiwanesas, tales como la música y el teatro. Lo que tiene más interés para Yeh es que el centro contiene un bulevar dedicado a las artes folklóricas que está en línea con las casas adosadas al estilo de principios del siglo XX. El equipo del director pudo renovar las casas del bulevar para capturar la atmósfera de la era japonesa.

En febrero y principios de marzo de este año, Yeh realizó una gira por toda la isla para participar en los estrenos de Twatiutiann en los teatros locales. La experiencia le hizo percatarse de una tendencia que ha hecho que los teatros pequeños de las comunidades desaparezcan ya que los jóvenes espectadores tienen ir a los multicines como los encontrados en las tiendas por departamento. Para detener esa tendencia, él sugirió al Gobierno que brindara subsidios a los teatros pequeños para estrenar las películas producidas localmente. “De esa manera estaría garantizado que las películas locales serían vistas por el público local”, dice. “Por supuesto, nosotros los cinematógrafos tendremos que producir más películas para que ese sistema sea efectivo”.

Entre tanto, la venta de taquilla de estas películas, tales como Twatiutiann, indican que la industria cinematográfica de Taiwan ha desarrollado una fórmula para los éxitos de taquilla del Año Nuevo Lunar. El próximo reto será replicar consistentemente ese éxito durante otras estaciones, como fue el caso de Cabo No. 7. La propuesta de Yeh de traer más películas producidas localmente a los teatros de las comunidades antes de estrenarla en los cines con mayor público, podría ser la manera de diseminar esa alegría festiva a través de todo el año.

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